EPIGRAMAS (I)
Empezaremos por uno de Francisco de la Torre:
Siendo hueso la mujer,
que del costado ha salido,
en ella tiene el marido
muy buen hueso que roer.
Pobres mujeres, siempre motejadas… y siempre deseadas. Creo que quienes más las motejan son los que menos las alcanzan.
No te admires, Lucio, más
de verme tan humillado,
pues sabes que soy casado;
cásate y amansarás.
De un ejemplo puedes ver
que no es eso desatino;
hasta el agua amansa al vino
por ser ella la mujer.
Éste es de A. J. de Salas Barbadillo.
He aquí unos epigramas de Marcial adaptados por Quevedo. Digo adaptados y no traducidos porque en el que sigue, por ejemplo, Quevedo usa diez versos para decir lo que Marcial expresa en dos. Dice Marcial:
Das nunquam, semper promitis, Galla roganti
si sempre fellis, iam rogo, Galla nega.
y Quevedo:
A doña Beatriz
Beatriz, cuando ruego más
que mi voluntad aceptes,
mil favores me prometes,
pero nunca me los das.
Si siempre engañando estás,
haciendo donaire y juego
de mis ruegos, yo te ruego
que me quieres, niégalo,
porque diciéndome no
harás lo contrario luego.
Otros más:
A Simón de Lara
Mitrídates a beber
veneno se acostumbró
porque los tósigos no
le pudieran ofender.
Así tú, con mal comer
Lara avaro, y no cenar
te has sabido acostumbrar
en ayunas, de manera
que no habrá hambre tan fiera
que a ti te pueda matar.
A Cloris
Cuando te digo que estás
de más lindo parecer,
sueles, Cloris, responder:
desnuda agradaré más.
Mas cuando a bañarte vas
nunca me llevas a mi
para ver si esto es así.
Háceslo, Cloris, sin duda
porque temes que, desnuda,
no te agradaré yo a ti.
A doña Juana y doña Ana
Tiene los dientes de nieve
sobre cincuenta años Ana.
Tiénelos más negros Juana
y aún no ha entrado en diecinueve.
¿Qué razón habrá que pruebe
los efectos evidentes
siendo igualmente tratados?
Ser los de Ana comprados
y los de Juana sus dientes.
Cantillana es una población de la provincia de Sevilla cuyo párroco estaba reñido con el poeta Juan de Salvias quien le inmortalizó con el epigrama que sigue: