
Estalactitas de hielo
«5 de julio de 1916: agradable, aunque aburrida calma todo el día. De mañana me paseo con Wild. Visitamos una cueva vecina en el glaciar, adornada con magníficos carámbamos. Finas y espectaculares estalactitas cubrían las paredes y el techo estaba adornado con estalactitas grabadas con aspecto de pie». (Hurley, diario).