46. Marilyn Monroe
¿Un suicidio o un complot del Gobierno?
Con el fallecimiento de Marilyn Monroe por una sobredosis de somníferos, en la noche del 4 al 5 de agosto de 1962, terminó de forma prematura una de las carreras soñadas de Hollywood. Como suele ocurrir con las muertes espectaculares de personajes que están en el centro del interés público, en este caso se dispararon también las especulaciones conspiratorias sobre las circunstancias de esta muerte repentina y se llegó a pensar, incluso, en la participación de la mafia estadounidense, la CIA y el presidente John F. Kennedy junto con su hermano Robert.
Las circunstancias de la muerte de Marilyn contribuyeron a los rumores de que detrás de ésta había una explicación oscura. La actriz tenía el auricular en la mano cuando encontraron el cadáver. ¿Habría intentado llamar a alguien? En la cuenta del teléfono faltaba el registro de las llamadas realizadas esa noche. Tanto las pruebas de la autopsia como su diario desaparecieron. La posición del cadáver no se correspondía con lo normal en una muerte por sobredosis de pastillas. A esto se sumaron las declaraciones contradictorias sobre el desarrollo de esa noche sospechosa. ¿El ama de llaves encontró a la actriz muerta a la medianoche o más de tres horas después? Y si no se dio cuenta hasta las 3.30 horas de que la luz del dormitorio estaba encendida, ¿qué había sucedido desde el momento de su muerte? ¿Los asesinos no habían tenido tiempo suficiente para borrar sus huellas?
La fuente principal de las teorías fueron los affaires que Marilyn supuestamente tuvo con el presidente y con su hermano. Razón por la cual tanto el poderoso clan de los Kennedy, con sus vínculos con la mafia, como la CIA, habrían tenido motivos suficientes para ver el riesgo que significaba la actriz, psíquicamente inestable, en caso de que divulgara secretos o detalles íntimos. Al fin y al cabo, esto habría podido costarle la presidencia a Kennedy. Según otra versión, fue la mafia la que mató a Marilyn para inculpar a Robert, pero éste habría logrado ocultar a tiempo cualquier cosa que pudiera hacerlo sospechoso. Otras explicaciones apuntaban a una conspiración comunista o acusaban al ama de llaves o a su psiquiatra.
La explicación evidente de un suicidio trágico era demasiado simple, tanto para los medios sensacionalistas y los aficionados acongojados, como para las teorías conspirativas. Según una concepción muy popular en la era mediática, las estrellas no mueren por angustias personales o depresiones que las llevan a quitarse la vida. Quien idolatra a una estrella prefiere una explicación misteriosa a una más probable y por ende menos deslumbrante. Además, ¿cómo puede ser desdichada una estrella de cine? Sin embargo, esto no oculta el hecho de que las teorías acerca de quién podía estar tras la muerte de Marilyn barajan indicios y sospechas poco convincentes. Si bien el desarrollo exacto de esa noche solo se ha aclarado de forma fragmentaria, no hay evidencias que corroboren la teoría del asesinato violento. En cambio hay muchos detalles que apuntan a la triste versión de que, aunque hubiera conseguido dejar atrás su pasado desdichado gracias a su rápido ascenso como estrella de la gran pantalla, Marilyn no había satisfecho la esperanza de tener una vida realmente feliz. La actriz llevaba años en tratamiento psicoterapéutico porque no conseguía superar el trauma de su infancia desdichada y se había vuelto adicta a los fármacos. Sus tres matrimonios habían fracasado y tampoco había podido satisfacer sus esperanzas de tener un hijo, pues ya había tenido dos abortos. En los meses previos a su muerte, Marilyn había tenido que encajar varios golpes del destino, cada vez le costaba más trabajar y puede que se sintiera más sola que nunca a pesar de la fama. Además había intentado suicidarse ya dos veces, de modo que la explicación más probable es que lo consiguió a la tercera.