JUEGO PARA NO ESPERAR
Tomás Salvador
Nací un 9 de marzo de 1921, en un pueblo de la Tierra de Campos, llamada así porque los campos son de tierra, como en todas partes, pero es que los leoneses somos además poetas. Pasé a residir en Madrid a los siete u ocho años, estudiando en la Fundación Caldeiro, de franciscanos. La guerra civil me encontró allí y me hizo pasar mucho hambre. En 1941, me alisté a la llamada División Azul.
Regresé a España en 1942, y un año después era policía, con destino en Barcelona, de donde no me he movido desde entonces. Casado, cuatro hijos y una nieta.
Comencé a escribir en 1951. Hacía, y hago, las novelas de tres en tres. Me gusta este número mágico. Tres de aventuras, tres costumbristas, tres policíacas, tres de ciencia-ficción. Ahora he comenzado la triada histórica, con «El arzobispo pirata». La próxima serie, ¡Dios dirá! Esta forma de trabajo me ha permitido escribir y publicar unos 40 libros y ganar los premios «Ciudad de Barcelona 1954», Nacional de Literatura del mismo año, el «Planeta» en 1960 y me parece recordar que el de Cultura Hispánica en 1953. Aparte de eso, he ejercido la crítica literaria durante 25 años, y fundé el premio del mismo nombre. He escrito miles de artículos en prensa y radio y hasta he sido editor. Nunca he ganado sino el dinero justo para vivir dignamente y educar a mis hijos. Al final de mi vida, he conseguido la serenidad y espero conservarla. Todo lo demás es vanidad de vanidades.
Me gusta el género policial. Me es fácil escribirlo, porque he visto mucho y conozco la técnica. Sisa es una mujer policía, pero no una Modesty Blaise, ni mucho menos. Es humana, sencilla e inteligente. He escrito, aparte de este relato, cuatro novelas sobre ella y pienso continuar, porque me divierte mucho.