Capítulo 5
Percepciones.
Omar mira la bata de su esposa mientras camina por la habitación y se pregunta:
- ¿Qué carajo está pasando aquí? ¡Esto es imposible!
Está empezando a dudar de su cordura, luego se acuerda de la tela de la camisa del hombre, la saca de la gaveta de la mesita de noche y comienza a examinarla, después de mucho pensar guarda ambas cosas, se mete al cuarto de baño y después de espabilarse, baja a la cocina a prepararse el desayuno, su mente estaba en los objetos que no se dio cuenta que el agua del café se desbordaba.
- ¡Carajo!, lo que me faltaba.
Se dispuso a limpiar el desastre y se sentó a comer lo que había preparado, nuevamente sus pensamientos vuelan a Narada, en su mente está su imagen, últimamente no deja de pensar en ella y con los hechos recientes se le hará imposible el no hacerlo, lavó los platos y se dirigió a la biblioteca a continuar leyendo las notas de su amada, buscó en la caja el último cuaderno y continuó con la lectura:
- Lunes 24 ¡Al fin llegó! Pero creo que el caso es más difícil de lo que pensaba, Evelia cree que el demonio la está asechando a cada paso que da y para atormentarla, la visita en las noches haciendo cualquier clase de ruido, le pedí que me acompañe a que un médico «religioso» que de seguro nos podría orientar, me dijo que tenía que pensarlo y pedir la autorización de sus padres, espero que todo salga bien.
Jueves 27, El Dr. Manuel tuvo que hipnotizarme para que mi amiga viera que no es peligroso, pero aun así, ella dice que eso también es cosa del demonio, no se pudo hacer nada, después que se despidió de nosotros, el Dr. y yo estuvimos hablando, dijo que ella es un típico caso de fanatismo religioso, junto con una habilidad llamada telequinesis. Ella no sabe que posee esa rara facultad, cuando entra en pánico, su mente emite una gran energía capaz de mover objetos, es por eso que oye los sonidos que oí en su casa, el Dr. Molina me dijo que todas las personas tenemos esa habilidad, que no la utilizamos porque no hemos estudiado la manera de explorar los misterios del cerebro humano, pero que cuando las personas están en una situación X, puede que inconscientemente afloren ese don, pero que todavía falta mucho para que lleguemos a controlar esa habilidad. Con respecto a los fantasmas, me comentó que tenía una teoría. Me habló sobre el tiempo, dijo que éste es como un túnel y que los hechos que a diario ocurren, dejan una especie de huellas en las paredes de dicho túnel, esas huellas tienen una resonancia por así decirlo y como todos somos energía, sin darnos cuenta, «tocamos» esos recuerdos del pasado, trayendo esas imágenes a nuestro entorno y cuando las vemos, decimos que son los fantasmas de la casa X o el lugar Y, me hizo una pregunta que me dejó pensando, ¿por qué los fantasmas siempre están vestidos si nacimos desnudos? y la respuesta es que como son espectros sin vida, están como pasaron por la vida, vestidos, y refiriéndose a mi amiga Evelia me comento que los creyentes, son los únicos que siempre ven a Satán, no había pensado en ello hasta ese momento.
Omar casi no entendía lo que estaba leyendo y para despabilarse, cuaderno en mano, se dirigió a la sala a servirse una copa de vino, se asombró del tipo de investigaciones en que estaba involucrada su amada esposa, ¡ni se imaginaba cuantos secretos guardaba una mujer!, miró por un momento la copa y vio reflejada en la superficie del licor, el motivo de esos secretos. Suspiró con un aire de tristeza y continuó con la lectura.
- Ahora entiendo muchas cosas, los errores de los padres son transmitidos a sus hijos más por ignorancia que por convicción, están persuadidos que lo que ellos creen es lo correcto, en el caso de mi amiga, sus padres confunden la religión con la superchería y la superstición, con esos basamentos, es difícil tener un equilibrio emocional y llevar una relación normal con el resto de las demás personas, es difícil decirle a alguien que ha crecido con ese concepto que está equivocado, aprecio a mi amiga Evelia, pero no puedo ayudarla, sus creencias están troqueladas en su alma con el fuego de la ignorancia y el peso del temor a un dios que no perdona, solo deseo, que vea las cosas con lógica, que la vida le dé el entendimiento, porque con su comportamiento, va a ser una pobre, amargada y solitaria mujer.
Omar termina de leer y con el deseo de conocer más sobre su misteriosa esposa, va en busca de la caja, se detiene en la ventana de la sala al ver a la no menos enigmática muchacha que, en compañía de su madre camina por la calle.
- ¿Quién eres Saleska?
Pregunta mientras la mira con curiosidad e interés, piensa que ella sabe algo, ella o la familia tal vez, nuevamente recuerda la línea del poema y vuelve a la biblioteca.
- ¿Qué pasa?
- No sé mamá, creo que alguien me estaba mirando.
Margarita mira a los lados y comenta:
- No veo a nadie hija.
- ¿No has sentido alguna vez esa sensación?
- ¿De que alguien te mira?
- Si mamá.
- Si te soy sincera… si, muchas veces.
Margarita toma la mano de su hija y continúan caminando al supermercado.
Omar tiene otro cuaderno entre sus manos en donde está escrito:
- He de reconocer que cuando conocí a Omar, me pareció la persona más sonsa y simple que haya visto jamás, ese bendito día, ¡me cayó mal!, porque cuando quise ayudarlo a levantarse, me tiró nuevamente al piso, luego, con esa cara de bobo que puso, me hizo reír, el tiempo me hizo ver que estaba equivocada. Él, es todo lo opuesto a lo que aparenta, es una lástima que no lo haya conocido antes, hubiera así, disfrutado más de su grata compañía, lo único malo que tiene mi querido Omar es que es más seco que un trozo de yeso, no es romántico como quisiera que fuera, algunas veces es tosco y pienso que es así, porque sabe que lo amo. Pero, con todos los defectos humanos que pueda tener, llena mi espíritu y pienso que es mi alma gemela.
Omar se sintió tan mal al leer esas líneas, no sabía que tenía ese defecto, ella nunca le reprochó algo y tarde reconoció que ella era más que una mujer, era un ser especial, que lo aceptó tal cual era, él en cambio, si le criticó su forma de ser. Sus ojos se empañaron con las lágrimas que querían emerger, más de su alma, que de sus ojos, se dio el tiempo necesario para criticarse duramente y sintió un pesar por las mujeres que como ella, aman en silencio, esperando que el hombre que está a su lado, más que amarlas, las comprendan y sobre todo, que las respeten. Reflexionó mucho sobre eso.
- Ojos vemos, corazones no sabemos.
Dijo mientras suspiraba al mirar la ventana. La luz del día, había inundado por completo la biblioteca, dando calor al lugar, ese es el efecto que este fenómeno trae, donde está presente, la felicidad y la esperanza llegan, «supuestamente» pero… hay lugares en que esa luz está presente y no existen: ni felicidad ni esperanza alguna. Siguió leyendo todos los defectos que su querida esposa había escrito sobre él, lentamente comenzó a reírse de sí mismo, no sabía que se veía como un «cerdito» en traje de gala cuándo se conocieron, que en vez de cintura, lo que tenía era un neumático de camión y sus pies estaban desproporcionados para su estatura, eran muy pequeños, es por eso que ella lo llamaba en secreto «patica e’ monja», esto último le hizo reír a carcajadas mientras miraba sus zapatos, luego pasó su mano por su vientre, reconoció que no era gordo cuando se conocieron, ¡era panzón! y por ella, dejó en la basura el exceso de peso. Las risas de Saleska y su madre le trajeron a la tierra nuevamente, Omar se aproxima a la ventana esperando verlas sin ser visto pero el resultado, no fue el que esperaba, la chica «lo sintió», dirigió la mirada a la ventana donde se encontraba y lo pilló, él, no supo que hacer en el momento, se quedó paralizado, ella sonríe al ver su rostro de sorpresa y se introdujo en su casa en compañía de su madre. El corazón de Omar late tan fuerte que casi le duele el pecho, con la respiración agitada, se recuesta a la pared, un sudor frío le cubre el cuerpo, ella tiene algo que lo incomoda y no sabe lo que es. Después de calmarse, reanuda nuevamente la lectura.
- Hoy fue a casa por primera vez, le presenté a mis padres, mi madre dice que es algo joven para mí, ya que soy dos años mayor que él, Anteriormente había dicho a mi papá que no quería seguir la tradición de nuestra cultura, ya estoy adaptada a este país, o lo estamos, en Mérida no hay hasta ahora, comunidad de hindúes, creo que somos los únicos, aunque me siento orgullosa de ser de la India, también lo soy de ser Merideña y quiero honrar ese sentimiento, mis padres me han dicho que para que sea «equilibrado», nos casemos por el civil y me parece correcto, será cuando Omar se gradúe de ingeniero.
Le pareció revivir ese día, en su casa realizaron una ceremonia, donde su padre en una forma simbólica «entregó» una dote a la familia de Narada. Al pasar la página, una foto de ella cayó al piso, la recogió, en ella se veía radiante y hermosa, sus grandes ojos negros, tenían el brillo de la vida y la juventud, sonrió al verla y cerrando los ojos, evocó el instante en que estuvieron a solas por primera vez.
- Desde este momento soy tuya por toda la eternidad y seremos uno solo en dos cuerpos, yo sin ti, no viviré feliz, tú sin mí, no lo serás jamás, sentirás que estás incompleto al igual que yo, seremos como el día y la noche, como la sal y el agua del mar, como el aire y la vida, como el placer y el amor, tú me perteneces, ¡yo te pertenezco!, somos el uno para el otro y yo, eternamente estaré en la puerta del hogar, con mi corazón abierto, esperando tu regreso.
En su vida de «putañero», como él decía, había conocido a cualquier tipo de mujeres, pero Narada, parecía proceder de otro mundo, el sexo con las damas que lo acompañaron en su vida, era eso, sexo y nada más y no quería con eso descalificarlas, pero con ella, era diferente, había algo armónico cuando lo hacían, cuando se entregaban, ella le hacía sentir en su cuerpo algo parecido a la melodía más hermosa jamás escuchada por ser alguno y no sabía, si era por el gran amor que sentía por ella, o era que en realidad, era como ella decía, que se pertenecían el uno al otro, que eran uno solo en dos cuerpos, que era la continuación de la vida que el amor promete, que el final de los tiempos, los encontraría agarrados de la mano, esperando comenzar nuevamente una nueva experiencia de vida, para amarse por toda la eternidad.
- Por toda la eternidad… y estoy solo, sin tu presencia, sin tu calor. No estoy de acuerdo con eso de que «hasta que la muerte los separe», no me parece justo, solamente vivimos juntos por dos años.
Echa su cabeza hacia atrás y piensa, piensa, piensa…
Saleska mira la televisión acostada en el sofá de la sala mientras en su mente está el sueño que tuvo. Una pequeña molestia en la espalda le impide mantenerse acostada, cambia su posición pero el resultado es igual porque la molestia ahora la siente en el pecho, incómoda, se va a la sala de baño a ver qué es lo que la ocasiona, se despoja de su vestido y ve en medio de sus incipientes y virginales senos, una mancha de sangre.
- ¡Caramba!, me rompí la piel de tanto rascarme, seguramente me mordió un hilacho de zancudo y me he lesionado.
Va a su habitación y camina hasta el gabinete en busca de alcohol y algodón para curarse y al mirar al espejo, ve reflejado en éste, la figura de una mujer de piel morena, de larga y negra cabellera, fue una fracción de segundo lo que duró la imagen, la joven se echa hacia atrás por la impresión, se puso una mano en el pecho y con la respiración alterada, se dio tiempo para analizar lo ocurrido, segundos después dijo:
- Seguramente el helado estaba vencido, me cayó mal y ahora estoy indigesta.
Se aproximó nuevamente al gabinete en busca del alcohol y al ver su imagen en el espejo, se dio cuenta de que la sangre ya no estaba, miró nuevamente su pecho para cerciorarse y corroboró que solamente tenía su lunar, se encogió de hombros y se metió en la regadera a darse una buena ducha, al salir, se metió en ropa ligera, miró por la ventana la casa de su vecino, colocó el disco de su cantante favorito y se acostó a tomar una sienta.
Omar tiene las llaves del carro en sus manos, en su mente hay un solo pensamiento, quiere saber quién disparó a Narada y por qué, se levanta del mueble y sale en su búsqueda. En la carretera va pensando en la forma de atrapar al criminal, quiere indagar sobre una persona con un mechón de canas muy particular, está seguro de que alguien con una característica así, no sea difícil de encontrar y que preguntando, alguien le dará la información que requiere, conduce toda la noche sin permitir que el cansancio llegue a ocupar su cuerpo. La luz de la mañana le mostró le resto del camino, tomó la vía que daba al centro de la ciudad, lentamente recorrió los lugares que le eran conocidos, las esquinas, las plazas, los parques… hasta la vieja panadería donde muchas veces, tomaban el café y comían galletas integrales. Estacionó su vehículo muy cerca del self service donde se conocieron, estaba cerrado porque era muy temprano, estuvo mirando a través del cristal de la fachada y el vigilante del establecimiento le saluda diciéndole:
- Buen día señor, el restaurante abre a las seis en punto.
- Buen día, si, lo sé, yo viví en esta ciudad hace unos años.
- Ah, entonces le gusta la comida que preparan aquí.
- Sí señor.
Omar voltea a mirar la plaza y pregunta:
- ¿Cuándo la remodelaron?
- Hace más o menos tres años señor.
La iglesia El Llano llama a la misa matutina, los badajos liberan el agradable sonido escondido en los pies de las campanas, los feligreses al escucharla, acuden a la convocatoria de la fe, sabe que la región Andina es muy católica y admira esa fe, fe que no tiene y en algunos casos, envidia. El restaurante abre sus puertas, el movimiento es ágil, tienen que desayunar lo más pronto posible porque hay que estar temprano en sus puestos de trabajo, la universidad, los bancos y demás comercios que mueven la ciudad Emeritense. Caminó por la avenida hasta llegar al lugar de los hechos, miró el piso, la acera donde cayeron y la pared donde se recostó con ella al ser heridos. Se desconectó del mundo viendo como si fuera una película de terror, las escenas en que su vida cambió, su estado de ánimo pasó del frío indiferente al odio extremo, sus ansias de matar se reflejaron en sus puños, éstos se cerraron tan fuertemente que sus nudillos traquearon.
- ¡Omar!, ¿eres tú?
Pregunta un hombre que le ve parado en el lugar, éste voltea a ver quién le llama, al reconocer a su viejo amigo le dice:
- ¡Jesús Ariza!, la persona que menos me esperaba encontrar.
- ¿Qué haces por aquí? me dijeron que te habías ido para otro país.
- No, estoy en el centro occidente, concretamente en Barquisimeto.
- ¿Y qué te trae por aquí?
En ese momento pasa un hombre con un lunar de canas en la parte posterior de la cabeza, Omar al verlo, sabe que ése es el individuo que ha estado buscando y mirando a su amigo le dijo:
- ¡Vine a matar a ese maldito!
Omar saca de su chaqueta una pistola calibre 3.80 y cuando disponía a disparar su amigo le grita:
- ¡No… no lo hagas Omar, él es mi padre!
No hubo tiempo de nada, Omar disparó tres veces a la humanidad del individuo, ambos corrieron al punto donde cayó el hombre, pero Omar llegó primero al lugar, éste yacía boca abajo sobre el pavimento, apuntándolo con el arma, lo voltea con el pie para ver su rostro y al hacerlo, se sorprende al extremo, Omar da un paso atrás mientras el arma escapa de su mano, sus ojos no dan crédito a lo que ve, el pánico lo va envolviendo poco a poco, mira a todos lados y ve que todo se va derrumbando produciendo un estruendo ensordecedor, el cuerpo lentamente se va elevando y dirigiéndose hasta él le dice:
- Nada me sobra, nada me falta.
De la garganta de Omar escapa un grito de dolor y desesperación, se levanta del mueble donde estaba sentado y dando un paso hacia atrás, pasó por sobre éste cayendo pesadamente al piso, su cabeza golpeó la dura superficie y del impacto, vio un fogonazo, lentamente, todo comenzó a ponerse negro, pero antes de perder del todo la conciencia, escuchó una voz que decía muy quedo:
- No te preocupes amor mío, estoy aquí, a tu lado, tal como te lo prometí.
Saleska se despierta sobresaltada, se sienta en la cama y siente que el corazón, quiere escapar de su pecho, abre su boca para poder tomar suficiente aire, se esfuerza para recordar todo, pues sabe por experiencia que los sueños, rápidamente se olvidan, trata de recordar el rostro de su esposo y lo más importante, ¡el nombre!, ¡su nombre!, está segura de que si lo recuerda, resolverá el misterio, pero el cerebro es algo que no se ha podido despejar en su magnitud y ocultando sus secretos, lentamente van esfumándose las imágenes oníricas.
- ¡Caramba!, ¡se me escapó de nuevo!
Más sosegada, la chica, abrazando sus piernas, se acurruca en la cabecera de su cama pensando en lo soñado, recuerda gran parte de éste, más no el nombre ni el rostro del hombre que la acompaña, pero está empeñada en recordar y concentrando sus recuerdos, va «viendo» una a una las escenas del sueño.
- Camino con él por una calle de… ¿de dónde Dios mío? ¿De dónde? sé que estamos hablando… hablando de… ¡Ay Dios! ¿Por qué me cuesta tanto recordar?
Saleska cierra los ojos como queriendo arrancar de lo más profundo de su memoria, algún elemento que le sirva para armar el rompecabezas que tiene delante de ella.
- Sé que estamos hablando de… de… ¡Dios mío por favor!
La imagen se va materializando lentamente y ante sus ojos, va tomando forma, en ése momento entra su madre para preguntar:
- ¿Vienes a cenar?
La joven da un salto mientras grita, su madre al verla, grita y salta también.
- ¡¡Ay mamá!! ¡Por favor! ¡Me asustaste!
- ¿¡Qué pasa hija!?
Saleska con la frustración circulando por las venas responde:
- Nada mamá, nada.
Con desgana se levanta y se dispone a acompañar a su madre al comedor. Cuando bajan por las escaleras, Saleska dice repentinamente:
- ¡Matas!
- ¿Qué?
- ¡Matas! ¡¡Hablábamos de matas mamá!!
- No entiendo hija, ¿de qué estás hablando?
La joven se detiene en la escalera y tomándola por un brazo le dice en voz baja:
- Del sueño mamá, ¡del sueño!
Margarita comprende que su hija no quiere que el resto de la familia se entere de lo que están hablando y sutilmente pregunta:
- ¿Del sueño con tu esposo?
- ¡Si mamá! Recordé que estaba hablado con él algo relacionado con plantas, ¡plantas de jardín!
Margarita sonríe y pregunta en son de broma:
- ¿No sería que tu esposo era botánico?
- ¡Mamá por favor!, esto es en serio.
- Si lo sé hija, pero ahora, vamos a cenar, tu papá me mandó a que te buscara.
Saleska la mira y suspirando dice:
- Qué se le va a hacer.
Omar vuelve en si con un inmenso dolor de cabeza, trata de incorporarse pero al intentarlo, el vértigo no se lo permite, el movimiento de los objetos que están en el recinto es tan impetuoso, que su estómago acusa el deseo de vaciarse en donde se encuentra. Cierra los ojos para no ver las paredes danzar en torno a él, abre la boca, para respirar y el aire, entra a raudales a sus pulmones, llevando el oxígeno requerido para alimentar las células de su cerebro, alza el brazo derecho y tomando el respaldar del mueble, se levanta con la calma que la situación requiere, al abrir los ojos, nuevamente la habitación cobra vida y antes de sucumbir en el remolino del mareo, se lanza al mueble.
- ¡Dios mío!, ¿qué me pasó?
Es su duda pues, no puede hablar, el dolor de cabeza, no se lo permite, un hilo de saliva fría le corre por la comisura de la boca, mojando su camisa. Después de respirar agitadamente, logra decir:
- ¡Mierda! ¡Que coñazo! Creo que vi al diablo y su corte infernal…
Cierra los ojos y pierde la conciencia nuevamente.
Ton… ton… ton…, ton… ton… ton…. El sonido es tan pesado como el mismo universo, eso es lo que Omar siente en su cabeza, lentamente la mueve para ver de donde proviene ése espantoso e infernal ruido, su mirada se detiene en la ventana al ver un pequeño carpintero que con su pico, golpea el cristal. Tac tac tac tac tac.
- Pajarraco endemoniado, te volviste loco, no encontrarás comida ahí.
Cierra los ojos y respirando profundamente, encuentra el valor para levantarse e ir en busca de una aspirina, el dolor de cabeza lo está matando. En el botiquín de primeros auxilios encuentra lo que busca, desesperadamente engulle los comprimidos esperando conseguir con ello, desaparecer el maldito dolor. Los minutos pasan lentamente y a medida que el efecto del medicamento se manifiesta, los recuerdos llegan a su mente.
- ¡Dios que pesadilla!, creí por un momento que era verdad.
Dijo mientras la normalidad llegaba a su mente. Aún podía sentir el olor de la pólvora en el aire. Más de una vez había tenido en sus manos un arma de fuego y no la había disparado, pero en los sueños, las cosas son discordantes, cuando se está dentro de uno de ellos, la diferencia entre la realidad y la fantasía es difícil de ver. Se sienta en la silla y apoyando los codos en la mesa, entierra su rostro en sus manos. Se sentía como si estuviera saliendo de una borrachera, pero, no había contradicción alguna entre lo que estaba sintiendo y una pea barata, miró el reloj de la pared de la cocina y vio con asombro que eran casi las nueve de la mañana. Con razón tenía hambre, no había cenado y se dispuso a prepararse el desayuno. No dejaba de pensar en el rostro a quien le había disparado, ¡qué impresión!, había abaleado a Saleska. ¿Y su amigo? ¿Qué tenía que ver Jesús Ariza con el sueño? no supo responder a esa pregunta, no encontró respuestas, estaba seguro, de que nadie, las tendría.
Lavó los trastes y salió al jardín y quiso distraerse mirando las plantas, al ver la belleza de éstas, vino a su memoria una conversación:
- ¿Me prometes que cuando tenga que viajar, cuidaras de nuestro jardín?
- ¿Viajar? ¿A dónde irías?
- No sé, a algún lugar... supongo.
- Esa pregunta me parece necia, ¡por supuesto que lo haré mi amor!
Sonrió al recordar, miró una de las orquídeas que, altiva se mostraba al mundo vegetal, luego alzó la vista al cielo y dijo en voz baja:
- Lo he hecho amor mío, lo he hecho tal como te lo prometí.
Y su mente viajó al recuerdo con su mujer, la extrañaba tanto… y en ése momento pensó en las costumbres ancestrales del país donde ella nació, era la primera vez que veía la quema de un cuerpo, para él fue muy duro, le pareció que la había perdido tres veces, la primera, con la bala maldita que robó su vida, la segunda, en la pira que consumió su cuerpo, la tercera, cuando arrojaron sus cenizas al Ganges. Cuando se está en el mundo de los sueños y los recuerdos, el tiempo no tiene obstáculos, las horas pasaron a su lado y no se dio cuenta de ello, Carlos y Veda, sus amigos y abogados, le trajeron a la realidad junto con las carpetas contentiva de los documentos relacionados con la compañía.
- Veamos que han traído amigos míos.
Entre los tres comentan el contenido de los documentos, luego de mucho discutir Veda le dice:
- Omar, sé que es tu compañía y nos pagas por trabajar para ti, pero nuestro trabajo es, que no pierdas tus pertenencias, puede ser que por estrés estás deseando abandonar la firma, estás en tu derecho, pero queremos que te tomes el tiempo para que analices el asunto, revisa las dos carpetas consultándolo con tu almohada y luego nos cuentas, ¿de acuerdo?
Omar sonríe al pensar en su almohada y estrechando las manos de sus amigos, los acompañó a la salida, los vio alejarse con rumbo al centro de la ciudad, mira las carpetas por unos instantes, luego se introdujo a la casa.
Saleska ayuda a su madre a recoger los platos del almuerzo, mientras el resto de la familia está viendo la televisión, madre e hija comentan cosas de mujeres, ella se da cuenta de que de sus dos hijas, la única que ha hablado con ella de esos temas es la menor y se arrepintió nuevamente de haberla maltratado. Al escucharla ha comprendido que es muy madura para su edad, en ciertas cosas, en otras, es una niña con un grado de inocencia común y pensando en ello, perdió contacto con el mundo, Saleska se ha dado cuenta de ello y pregunta:
- ¿En dónde estás mamá?
Reaccionando responde:
- Disculpa pequeña, es que al verte hablar así, me haces sentir tan orgullosa de… no sé… no sé cómo explicarlo, pero, eres diferente a tu hermana y a las hijas de mis amigas…
La abraza y le da un beso, luego le dice:
- Parece que tuvieras más edad.
Saleska secando uno de los platos comenta:
- Creo que a la vida hay que verla con cierta lógica, eso es lo que da madurez a las personas.
Continúan con las labores de limpieza al igual que su charla. Al finalizar la faena, Saleska va a su cuarto a tomar su acostumbrada siesta, enciende su reproductor de discos compactos y coloca a su artista preferido, Engelbert Humperdinck, toma una revista y le ojea sin prestar mucha atención al contenido de la misma, la hermosa melodía va llenando la habitación de tranquilidad y lentamente, se transporta al mundo de los sueños.
Omar revisa nuevamente la caja, y en ella encuentra en su interior un sobre de papel manila, al abrirlo, ve un pliego de diez y ocho exámenes de laboratorio, todos indicaban el mismo resultado: Negativo, eran pruebas de embarazo que Narada se había estado haciendo, llevaba año y medio intentándolo, pero no lo consiguió. Sintió que su alma se caía en pedazos, en ése momento, entendió su cambio de carácter en ciertos días del mes y él, lo había atribuido a su ciclo menstrual.
- ¡Que estúpidos somos, nos creemos más inteligentes que ellas y nos aventajen en todo!, nunca entendí sus mensajes, sus señales, ¡quería darme un hijo y nunca lo entendí.
Se dispuso a guardar las hojas y vio dentro del sobre, un papel doblado, lo extrajo y lo leyó, era una petición que decía:
- Oh Shiva, mi señor, acudo a ti, para pedir humildemente me concedas la gracia de tener un hijo, yo, tu sierva, te lo pido para hacer mayor mi alegría, para estar completa, para ser más feliz, sé que Durga, tu esposa me entiende pero el poder lo tienes tú mi señor, dame esa gracia para que mi esposo sea aún más feliz.
Omar tenía un nudo en su garganta, no sabía qué hacer, llorar o maldecir a la vida; en todo caso, nada la traería a la vida nuevamente, al menos, eso pensaba. Guardó los papeles en el sobre y tiró este al interior de la caja, bajó las escaleras pensando en la súplica de su mujer y sin darse cuenta, tenía en sus manos una botella de vino, su mirada estaba perdida, pensaba en lo mal que lo había pasado su esposa en esos momentos.
- No estuve a su lado para consolarla, para apoyarla, ¡soy peor que la mierda!, ¡maldita sea!
Comenzó a libar el licor con un sentimiento de culpa tan grande…
La figura translúcida mira el cuerpo de la chica, ésta duerme profundamente, luego mira a su alrededor, la música la hace sonreír y cruzando la pared, abandona el recinto.
- Ésta no es mi casa, pero muchas de mis cosas están aquí.
Sube las escaleras y al entrar a la habitación, ve su cama, mira al closet y dice:
- Ah, ¡ahí está!
Toma la bata y se la pone. Lentamente baja las escaleras mirando a los lados, camina hasta llegar a la sala, ¡lo ve!, está sentado en la butaca con una botella en la mano, con pasos lentos y suaves cual felina, camina hasta él, lo mira y sonriendo le dice en un susurro:
- ¡Hola amor mío!, ¿cómo estás?
Omar con los ojos cerrados responde:
- ¿Sin ti? triste, casi muerto.
- No quiero que lo estés, estoy a tu lado.
- No estás conmigo, estás en el cielo.
- No lo es si tú no estás.
- ¿Por qué no me dijiste que querías embarazarte?
Responde mientras se aproxima a él.
- Cosas de mujeres, ¡quería que fuera una sorpresa!
Omar mueve la cabeza de un lado a otro, su respiración está agitada y con voz entrecortada dice:
- Quise… ¡quise envejecer contigo!, quise… que fueras mi sombra y yo ser la tuya, quise tener los achaques que todos los viejos tienen con sus esposas, quise tantas cosas… Narada, ¡quiero morir para estar a tu lado!
Ella acariciando sus cabellos le manifiesta:
- Eso no es posible amor mío.
- ¡No es justo!
Ella se sienta a horcajadas sobre él y recostándose a su pecho suavemente le dice muy quedo al oído:
- Nunca te he dejado solo, eres mi alma gemela, eres mi complemento, sin ti, no soy una, no estoy completa.
Moviendo suavemente su pelvis, se funde a él en un beso de placer tan intenso, que Omar siente su cuerpo reaccionar a la pasión, se despierta sorpresivamente y la imagen que le sonríe, se desvanece ante sus ojos. La mira entre la sorpresa y el dolor, la botella cae de su mano y el ruido que produjo al romperse, lo trajo completamente a la realidad, se pasa una de sus manos por la cara pensando en el sueño, sus ojos se fijan en el techo como tratando de organizar sus ideas, en ése momento se da cuenta que sobre él, descansa la bata de ella.
Saleska despierta sobresaltada, su cuerpo está adolorido y su corazón quiere escapar de su pecho.
- ¡Dios mío!, que susto.
En ése momento entra su madre a la habitación.
- ¿Qué pasó hija? te oí gritar.
- Nada mamá, soñaba que me caía y me golpee muy fuerte.
Sonriendo la madre le dice:
- Comiste demasiado en el almuerzo, seguramente fue por eso.
- ¿Tú crees?
- No tengo la menor duda de ello cariño, ¿cómo fue ese sueño?
La chica haciendo memoria relata:
- Estaba… vestía una bata de… seda, le hablaba a alguien y repentinamente me encontraba en el aire, como si estuviera en el techo de la casa y ¡caí al piso del cuarto!, fue tan real, que todo el cuerpo me duele.
Margarita sonriendo pregunta a su hija:
- ¿Ya tienes sueños… sexuales?
- ¡Mamá por favor!
Responde la joven con la cara roja como la grana.
- No te avergüences hija, eso es parte de la naturaleza humana, esa es la forma de preparar nuestros cuerpos para la maternidad. Soñaste que estabas en bata, seguramente estabas hablando con un hombre, tal vez el esposo de tus sueños.
- Esa parte no la recuerdo muy bien pero… si, sé que estaba hablando con alguien.
La confusión en el rostro de la joven estaba presente, Margarita se había dado cuenta de ello y poniendo su mano en el hombro le dijo:
- Vamos a la cocina a prepararnos algo para despabilarnos.
Saleska se queda pensando en el sueño, quiere recordar más, pero no puede, la impresión fue tan grande, que fue muy poco lo que le quedó en la memoria.
Entre tanto, Omar comienza a preocuparse de lo que está pasando en su casa, no puede ser posible que algo que haya sido quemado hace casi quince años, aparezca así como así de la nada. Se levanta con la bata entre las manos y se dirige a la biblioteca, toma la caja e introduce la prenda dentro de ésta, la mira y dice:
- ¡No sé qué carajo está pasando aquí, pero este jueguito no me gusta nada!
Sentía que estaban jugando con su dolor, pero lo que en realidad no sabía, era que el espíritu de su amada, estaba tratando de comunicarse con él, ella le había dicho: Trataré de estar cerca de ti. Y él, no se había dado cuenta de ello ya que su visión de la vida, era diferente a la de su esposa.
El lunes llega y Omar se dio cuenta de que por estar leyendo las notas de su esposa, no había preparado nada para su «primer día de clases» corre al baño y se ducha rápidamente, luego de vestirse, toma un trago de café medio frío, recoge su portafolios e introduciendo algunos libros y libretas, abandona la casa, al salir, ve a Saleska en compañía de su padre, se saludan y todos toman la misma dirección, Omar deja que se alejen un poco, lo prefiere así. En el liceo, la directora le espera con un sentimiento de esperanza, ella, más que pensar, está convencida de que con el ingeniero Curie, se podrá dar un cambio en el sistema educativo del estado, tiene en mente una reestructuración de dicho sistema, ama a la juventud y quiere darle un cambio al destino de los estudiantes y lo más importante, un nuevo rumbo al país y con esa esperanza, convoca a los estudiantes a una pequeña charla en el auditórium de la institución.
- Queridos alumnos, es un honor para la junta directiva, presentar ante ustedes al ingeniero Omar Curie, él forma parte de un proyecto piloto de desarrollo educativo, si todo sale según lo planeado, de aquí, de este instituto, saldrán las mentes más talentosas del estado y del país, sus profesores hablarán con ustedes en el transcurso de la semana, cada sección tendrá una hora de clases con el ingeniero, espero que en lo que resta del año, se vean los resultados que esperamos.
Al finalizar la presentación, los estudiantes fueron a sus respectivas aulas. Omar sabe que lo que está por realizar, es algo distinto a lo que estaba acostumbrado a hacer, pero eso no le amilana en nada, se siente capaz de eso… y mucho más.
Su primer contacto con los estudiantes fue diferente a lo que esperaba, en cada lugar, hay alguien que se cree más listo que los demás, el más gracioso, el alma de las fiestas, el más sabroso. Ese era el caso de uno de los alumnos de las secciones del quinto año.
- Así que nos vas a dar clases de algo que no hemos visto ¿verdad profe?
Al hablar, lo hacía en tono desafiante y mirando al resto del salón, se burlaba de la presencia de Omar.
- ¿Qué edad tiene señor…?
- Armando Serrano.
- Armando Serrano, ¿qué edad tiene?
- ¿Importa eso acaso?
Omar revisando las carpetas responde:
- Mucho.
- ¿Por qué?
- Estoy acostumbrado a tratar con adultos, no con infantes.
El bribón al escuchar la risa disimulada de la clase, se sintió molesto y trató de controlar la situación diciendo:
- Hombre, ¡creo que soy el único adulto en este salón!
- Según su expediente, está en lo cierto, es el más viejo de todas las secciones, ha repetido por tercera vez el quinto año con solo dos materias aprobadas y eso hace que me pregunte: ¿es usted un estudiante de profesión o es de profesión estudiante? Pero lo más raro es, que todavía ¡se porta como un carajito!
Ahora son carcajadas lo que se escuchan en el salón de clases, el joven molesto por la situación responde:
- No sabes con quien te metes viejo, mi papá es el jefe de la policía, puedes tener algunos problemitas con eso, ¿no crees?
Omar se acerca al sujeto y con voz firme le dice:
- No recuerdo haber jugado metras con usted para que me tutee, así que, cuando se dirija a mí, me llamará profesor o señor, ¿le quedó claro señor Serrano?
- Seguro viejo, seguro.
Omar le dio la espalda y se presentó al resto de la clase, el truhán al ver que el profesor no le prestaba atención, trató de sabotear la clase llamándolo:
- ¡Eh tú!, profe, ¿cuál es tu nombre?
El resto de los estudiantes comprendieron la estrategia del profesor y le ignoraron también, éste al verse por primera vez en esa situación, encaró a Omar diciéndole:
- ¡Eh viejo, te estoy hablando!
Omar alzó la voz para continuar con la exposición y el alumno rebelde, también, en ese momento, entran dos estudiantes más al salón de clases, Saleska es una de ella. La interrupción sirvió para traer un poco la calma en la tormenta.
- Disculpe la demora, tuvimos que resolver algo en la dirección.
- Pasen y tomen asiento por favor.
Omar retoma el tema nuevamente y el alumno en cuestión, continúa su ataque.
- Eh viejo, ¿es que no me oíste? no me has dicho tu nombre.
Omar continúa ignorándolo, esto hace que el joven se altere y grita:
- ¿Es que eres sordo? tú ya sabes mi nombre y me interesa saber el tuyo.
La tensión comenzó a sentirse en el ambiente, Omar estaba que explotaba, pero una persona salió al paso diciendo:
- ¡Creí que los cretinos estaban de vacaciones!, por lo visto, llegaron a trabajar.
La risotada fue grande y contagiosa, Omar, disimuladamente, bajó la cabeza para ocultar su hilaridad, el bribón al darse cuenta de que es el centro de las burlas, dirige la mirada a la estudiante que hizo el comentario y la señaló diciéndole:
- ¡Te estás buscando unos buenos coñazos carajita!, no me hagas dártelos.
La aludida responde:
- ¿Tú, y quien más van a intentarlo?
- ¿Te crees muy arrecha verdad?
- ¿Quieres averiguarlo?
Pregunta la chica y el truhán se levanta de su pupitre dando a conocer sus intenciones, es entonces cuando Omar le dice:
- Señor, si da un paso, le aseguro que tendremos un gran problema.
El alumno le mira y dice:
- Según la ley de Educación, ningún profesor o maestro puede tocar a un alumno.
- Es muy cierto lo que usted dice señor Serrano, pero solo si el alumno es menor de edad, usted es un hombre hecho y derecho, tiene veinte y tres años de edad y no habrá ley alguna que pueda prohibirme tratarlo como se merece, así que, si no quiere tener una conversación de hombre a hombre conmigo, le sugiero que se siente y se mantenga callado.
El aludido trató de replicar pero Omar fue más rápido al decir:
- Y si piensa que va amedrentarme porque su padre es policía o algo por el estilo, está perdiendo su tiempo, ya que al terminar la clase, ¡exigiré a la dirección del plantel que sea expulsado inmediatamente! con una nota firmada por mí en su expediente donde se dirá que es usted un ente peligroso para cualquier instituto educativo pues, dudo de su cordura, además, exigiré que se le haga una evaluación psiquiátrica para sustentar mi teoría, con eso, señor Serrano, le aseguro que no podrá estudiar en ningún instituto, ni siquiera, en la academia de policía, ¿le quedó claro señor?
El renegado quiso decir algo, pero Omar le preguntó nuevamente en voz alta mientras le miraba a los ojos:
- ¿Le quedó claro señor Serrano?
Omar mirándolo fijamente esperó la respuesta y el joven respondió:
- Sí.
- Sí qué, señor Serrano.
- Sí señor.
Gracias por su colaboración, ah, otra cosa, en mi clase, ¡nadie dice palabrotas!, ¿entendido? ahora continuemos.
Saleska sonreía al ver la cara del valentón, ella desde hacía tiempo había tenido algunos roces con Serrano, se creía invencible y hoy, había sido derrotado. Al terminar la clase, algunos de los alumnos se quedaron para hablar con Omar, todos tenían ideas que aportar, Omar les escuchaba y lentamente su estado anímico fue cambiando, se sintió como pez en el agua, a él, le gustaba ese trabajo, la docencia era su verdadera pasión, estaba haciendo un perfil de cada uno de ellos y la voz de una chica le sacó de sus análisis cuando dijo:
- Gracias profesor.
Omar alza la vista y se encuentra con la joven Saleska, él pregunta al verla:
- ¿De qué señorita?
- Usted me defendió de Armando.
Omar sonríe y dice:
- No fue nada, algún día alguien tenía que decirle al señor Serrano la verdad.
Ella lo mira y le dice:
- De todos modos, usted lo detuvo, si no hubiera tenido que darle unos cuantos golpes.
Omar la mira fijamente y pregunta:
- ¿Hubieras sido capaz de golpearlo? ése muchacho es más alto que tú.
- Mientras más altos, más duro se dan cuando caen ¿no cree?
- Esa es una ley de física, pero… ¿y tú comportamiento?, no creo que ese sea el comportamiento de una dama.
La joven lo mira por unos segundos, luego dirige la mirada al ventanal del salón y agrega:
- Soy una dama, pero me sé defender cuando me agreden.
Omar recuerda el primer incidente y dice:
- Estoy seguro de ello.
El timbre llama a clases nuevamente y Omar le pregunta:
- ¿Tienes más clases verdad?
- Si, luego nos vemos.
- Seguro, que tengas un buen día.
La joven se aleja y Omar tomando sus apuntes y su carpeta, abandona el salón. Su día se desempeñó con normalidad, a excepción del incidente con el molesto valentón. Al terminar su faena, se dirigió al estacionamiento, al llegar a su auto, se encontró con el alumno problema, estaba sentado sobre el vehículo y acompañado de varios muchachos y antes de que Serrano dijera algo, Omar dijo al bribón:
- No tienes las suficientes bolas para hablar y trajiste a otros para que hicieran tu trabajo ¿verdad?
El aludido respondió con el tono característico de los valentones diciendo:
- No viejo, venimos a darte una clase de respeto y educación además, queremos que sepas quién es el que manda aquí ¿verdad muchachos?
Omar ve que los facinerosos están preparándose para golpearlo, es entonces cuando le dice:
- Vamos a hacer algo: tú y yo, fuera de la institución, si te venzo, que es lo más probable que suceda, ¡le daré una paliza a cada uno de tus acompañantes!, los expulsaré de por vida y seré tu dolor de muelas por el resto de la tuya, y tu papito policía, no te podrá defender, si me vences, cosa que dudo, te quedas con mi carro y me iré del liceo, pero te advierto, nunca en mi vida, he perdido una pelea y menos con cobardes como tu ¿le echamos ganas?
Se dirigió a la salida del estacionamiento y desde afuera les dijo:
- ¡Estoy esperando!
Ninguno de los pandilleros se movió, Serrano al ver que nadie tomaba la iniciativa azuzó a sus compañeros:
- ¡Vamos muchachos! ¡Caigámosles al profe!, se lo merece y así sabrá quién es el que manda.
Omar grita:
- ¡No! ¡tú primero! y luego que termine contigo, le patearé el culo a cada una de tus niñas, así que sal ¡o voy por ti!
Los jovenzuelos se miraban entre sí, más que sorprendidos, estaban temerosos de ser expulsados, además, nunca se habían encontrado con una persona que les hubiera hablado en esa forma, Serrano siente que está perdiendo el control de la situación y gritando les pregunta a sus secuaces:
- ¡¿Son unos maricones o qué?!
Uno de ellos preguntó a su vez:
- ¿Qué pasaría si te vence? ¡Seremos expulsados! y tú, no nos ayudarás después, yo creo que es mejor que resuelvas tu peo tú solo, yo me voy de aquí.
Los otros al escuchar a su compañero lo apoyaron dejándolo solo en el estacionamiento, Serrano temblaba de le ira al ver que lo abandonaban, Omar al ver lo que ocurría, le llamaba, el joven delincuente apretando sus puños lo miró, luego señalándole le dijo:
- Nos vemos profe, ya habrá tiempo para arreglar este peo.
- Cuando quieras bribón, ya sabes dónde encontrarme.
Y frustrado, abandonó el estacionamiento, unos ojos que habían visto el espectáculo, sonrieron y retirándose de la ventana de la oficina, tomó asiento para continuar con su trabajo en la dirección del plantel.
- Mamá, ¿qué hace que una se enamore de un hombre?
Margarita sonriendo, mira a su hija; luego, como pensando la respuesta le dice:
- Bueno hija, es difícil de decir, algunas veces, es la afinidad de caracteres, otras veces es por lo contrario; el amor es algo indescriptible e indetenible; es como el agua, por cualquier fisura se cuela y cuando lo hace, es imposible evitar su crecimiento, ¿por qué la pregunta?
Saleska con la mirada perdida en el vacío responde:
- Algunas veces siento que mi corazón le pertenece a él y a nadie más, en el tiempo, está conmigo; en la ausencia, lo siento muy cerca de mi corazón, pero cuando estoy durmiendo, creo que su alma me llama desesperadamente, con frecuencia, siento su clamor y tengo miedo, de no corresponderle mamá.
Margarita comienza a darse cuenta de que cuando su hija habla del «esposo de su otra vida», parece otra persona, la mira con cierta preocupación y ha decidido indagar sobre el tema, pero para no estar en contra de su hija, ha escogido por el momento, estar a su lado.
- Hija, el amor es algo cotidiano y al mismo tiempo, misterioso, no conocemos sus designios, solo cuando nos damos cuenta, estamos inmerso en él.
Saleska con mirada nostálgica escucha a su madre; pasado unos segundos, vuelve a ser la chica de siempre, Margarita pensando en lo que ha visto en su hija, cree que algo muy grande le oprime el corazón y su alma juvenil.
- ¿Te ayudo a preparar el almuerzo?
- ¡Por favor hija!
Ambas van a la cocina a realizar una vez más, la magia de preparar los alimentos que condimentados con amor, darán a la familia, el sustento diario. Mientras Saleska hacía lo suyo, Margarita pensaba en su hija, no puede ser cosas de adolescente por lo que está pasando, esos cambios de actitud no pueden ser normales, algo de verdad debe haber en lo que ella le cuenta y para ayudarla, quiere documentarse sobre el tema de la reencarnación.
Omar mira al cielo a través del cristal de la ventana, mientras degusta el sabor del jugo de naranjas, piensa en lo bien que lo pasó en el liceo, sin tomar en cuenta lo ocurrido con el manganzón de Serrano, todo fue perfecto. No se dio cuenta del tiempo que estuvo contemplando el firmamento, pero, por primera vez en años, se sintió libre de cargas emocionales, porque los recuerdos que llenaron a su mente, provenían de su época liceísta, recordó con agrado a su amigo, el profesor Raúl Castillo, un caballero en la noble misión de enseñar. Él, sentía que distaba mucho de la calidad humana de su viejo profesor de Artística, pero reconoció, que de él, había aprendido mucho y distaba mucho del profesionalismo de su profesor. Al darse cuenta de que la tarde estaba llegando a su fin, volvió a su escritorio, tenía en su portafolios, los apuntes de cada uno de los alumnos con los que había conversado, los examinó detalladamente hasta llegar a la oveja negra del instituto, analizando con cabeza fría pensó que, de seguro, la actitud del renegado se debía a problemas con la familia, miró su expediente y esperó, que fuera verdad lo que había deducido. Luego de haber estudiado los perfiles de los jóvenes, se fue a preparar su cena, su estómago, estaba sublevándose.
Saleska se sienta a mirar las estrellas de la noche, trata de contarlas mientras su mente divaga por los corredores de su imaginación, luego, recordando sus sueños, busca dar forma a la imagen que tiene del hombre que aparece en sus recurrencias pero, le es imposible, sabe que su nombre lo tiene en la «punta de la lengua», pero no logra desprenderlo para poder pronunciarlo. Se levanta de la pequeña butaca y se mete a la cama, luego de decir sus oraciones, coloca el disco de su cantante favorito, disfruta de su música y el sueño, se apodera de su cuerpo y antes de quedarse profundamente dormida, sus labios besan un nombre, el cuál, ella, no logra escuchar:
- ¡Omar...!
La luz de la pequeña lámpara acompaña a la joven en la habitación, ésta escribe las inquietudes que llegan a su mente, ¿cómo hacer para investigar sobre la reencarnación? ¿Qué se debe hacer para obtener información sobre algo que no es un tema de conversación cotidiano? Es una tesis muy interesante y poco conocido por el vulgo, pero… ¿será que no se conoce sobre el tema porque alguien está interesado en que no se sepa o se hable al respecto? y si es así, ¿cuál es ese interés? solo sabemos las cosas que no afecten los intereses de alguna organización o de un grupo en específico, pero ella se dio cuenta de que algunos reverendos católicos y cristianos, veían en la reencarnación, un tema muy escabroso, mientras algunos creían en eso, otros, lo ponían en duda, en tanto que un grupo estaba convencido que los leales a esa «fábula» estaban «confundidos» con el llamado que harían los ángeles del señor al llegar la hora del juicio final y la resurrección, porque, según las escrituras, los seres humanos morían, no reencarnaban. La lluvia caía torrencialmente en la ciudad, el fuerte viento hacía que las gotas se estrellaran contra el cristal de la ventana, ella las miraba resbalar por la fría y transparente superficie, sintió los pasos de su esposo subir las escaleras y discretamente, cerró el cuaderno, llega hasta ella, le acaricia su larga y negra cabellera y le dice:
- Solo hay en mis pensamientos, espacio para tu nombre y tu imagen, no sé qué cosa he hecho en esta vida para merecerte y agradezco eso con todas mis fuerzas, te amo mucho, ¡mucho más de lo que puedas imaginar!; y si te he ofendido, ¡perdóname!, perdóname, por ser humano, quisiera que mis ofensas no te hieran, no es mi intención hacerlo y si lo hago, es por mi inmadurez.
Ella giró la silla donde se encontraba sentada, le abrazó la cintura y mordiéndole suavemente en el ombligo le dijo:
- Lo sé esposo mío; y no hay nada que perdonar.
Él la mira, se agacha para estar frente a ella, le acaricia el rostro y lentamente, acerca su boca a la de ella, sus labios se aproximan tanto, que el aliento de uno, es el alimento del otro, es solo un susurro lo que de su boca escapa cuando dice:
- Te amo O…
- ¡Vas a llegar tarde a clases Saleska! son casi las ocho.
Se despierta sobresaltada por el llamado de su madre y la mira con un extraño y amargo sentimiento, ¡no podía ser más oportuna su aparición!, sus pensamientos vuelan a lo poco que escuchó del nombre del hombre de sus sueños, pero sabe por experiencia que no recordará nada.
Margarita aprovecha que su hija está en clases, va a la casa cural a pedir ayuda al párroco. Éste, desde su escritorio escucha a la mujer:
- Padre Aznar, he venido a pedir su orientación.
- ¿En qué te podría ayudar hija mía?
Pregunta el sacerdote con su característico acento Ibérico.
- Bueno, usted verá, mi hija Saleska, desde un tiempo atrás, tiene una…
- Continúa por favor
- Es que no sé cómo decirlo, una… una especie de fijación.
- ¿De qué tipo?
- Bueno padre, ella piensa que fue otra persona en el pasado y cree que estuvo casada en esa época y está segura de que la mataron, al principio creí que eran cosas de muchacha, pero a medida que el tiempo va pasando, las cosas han ido cambiando.
- ¿En qué sentido hija?
- Bueno…
Margarita se estruja las manos como buscando las palabras correctas para continuar y prosigue con los detalles:
- Me habla de su esposo, de su vida y de las cosas que solo una mujer madura conoce.
La mirada del reverendo es específica, Margarita reconoce ese tipo de mirar y molesta aclara:
- No es lo que usted piensa, es que, cuando le da ese cambio de personalidad, por así decirlo, actúa como una mujer madura, luego vuelve a ser la chica de antes, ahora, mi pregunta es: ¿es cierto? ¿La reencarnación existe?
El reverendo se la queda mirando, luego de unos segundos responde:
- Bueno hija, se ha tejido mucha tela al respecto.
- Discúlpeme padre, no quiero pasar por grosera pero no me interesa saber cuánto se ha tejido o no sobre eso, lo que me interesa saber si es cierto o no.
- Hija mía, La Santa Madre Iglesia nos dice que las almas…
Margarita al escucharlo se dio cuenta de que el representante de Dios, no le daría la ayuda que buscaba, se sintió frustrada y desvalida y comprendió que la ayuda que requería, no la encontraría en ese lugar. Reaccionó a la pregunta que le hizo el reverendo:
- ¿Podrías traerme a tu hija? me gustaría hablar en privado con ella.
Margarita suspira al escuchar la proposición del reverendo, al parecer, no entendió lo que ella quería saber y se dio cuenta de que había cometido un error al hablar con el clérigo, le mira y le dice con una sonrisa de resignación:
- Bueno padre, usted sabe cómo es mi hija, trataré de convencerla de que hable con usted.
No notó el brillo que había en los ojos del cura y éste se apresura a decir:
- Si hija, ¡hazlo!, tal vez mi orientación le lleve nuevamente por el camino del Señor.
- Gracias, pero no le prometo nada con respecto a ella.
- No te preocupes hija mía, yo le haré ver que está equivocada, ¡solo Dios sabe en qué juntas estará!, es muy probable que hasta haya utilizado la ouija con sus amigas, esa puede ser la causa de su comportamiento, pero es importante que hable en privado con ella y mientras más pronto ¡mejor!
Sintió cierta molestia al escucharlo, ella sabía que su hija era un caramelito de arsénico como la llamaba Pedro, pero, comportarse como el cura estaba sugiriendo… ¡por favor!, estaba totalmente desquiciado. Se marchó del recinto con más pesar que consuelo y decidió buscar ayuda en otro lugar.
- ¿Algún problema Señorita?
Pregunta la profesora de matemáticas al ver a Saleska distraída.
- No, ninguno profesora.
- ¡Ah!, entonces, continuemos.
La joven hace como si estuviera atendiendo a la profesora, pero sus pensamientos vuelan al sueño que tuvo, casi escucha el nombre y eso la tiene algo molesta, está segura de que es cuestión de tiempo el saberlo pero con la impaciencia de la juventud, no se puede. La semana se hizo tediosa para ella, en cambio para Omar, los días no fueron suficientes para poder realizar su trabajo como deseaba, siempre le faltaba algo por completar y decidió continuar con los perfiles el fin de semana en casa.
La tarde se presentó algo suave, el clima de la ciudad, copió al de los Andes Merideños, el sol estaba cubierto con espesas nubes, que apenas dejaba colar su luz. Se preparó su habitual taza de café y se dispuso a contemplar el jardín, miró el cielo encapotado y les dijo a las plantas mientras tomaba asiento en una de las bancas:
- ¡Epa! chicas, parece que los dioses de las aguas viene a visitarlas, de seguro las tratará mejor que yo, ya que la mía contiene cloro, en cambio la que viene en camino, es pura.
Saboreaba el café mientras pensaba en ella, Narada fue la parte más importante de su vida, se había ido al mundo de la ausencia, de la distancia infranqueable, del recuerdo perpetuo. Miraba la plantas una a una, el jardín original lo habían plantado en otro lugar, éste, era la copia fiel y exacta del primero y si ella estuviera presente, no notaría la diferencia, pero no estaba y para que todo fuera perfecto, con solo recordarla, bastaba. En los últimos meses había aceptado su ausencia sin dolor, tal vez por el pasar del tiempo, tal vez por la expectativa de experimentar nuevamente la docencia y reconoció que desde que había leído las notas de su esposa, las cosas comenzaban a ser un poco normales. Los relámpagos anunciaban una tormenta, cosa que le alegró, a ella y a él les gustaban los sonidos de la naturaleza, disfrutaban de las tormentas eléctricas, sonrió al recordar cómo se acurrucaban en la cama al sentir los primeros truenos, sus evocaciones fueron interrumpidas por las gotas de lluvia, se levantó y mirando las plantas mojarse, se introdujo en la casa. Encendió las luces de la sala de estar, pues sabía que la luz del sol, se iría rápidamente. La lluvia cae torrencialmente y refresca el ambiente. Se sirve café nuevamente y se asoma a la ventana, los truenos invaden el silencio con su enérgico estampido y una suave calma, invade su alma.
La madre de Saleska habla por teléfono con una de sus amigas, ella le asegura que lo que tiene su hija se le pasará pronto, le hizo una especie de bosquejo, si es que así se le puede llamar a una serie de opiniones y conceptos errados en lo que a reencarnación se refiere y comprendió que la ayuda que requería, no le sería fácil de encontrar y en contra de su orgullo, haría lo que siempre había tratado de evitar, hablar con su medio hermano William Duncan.
Saleska llegó mojada hasta la médula de los huesos, pues, disfrutó de cada una de las gotas de la lluvia, su madre, al verla en ese estado, le sugirió que tomara una ducha para que no se resfriara, ella sube a su habitación con la calma que la caracteriza, sabe de antemano que la lluvia no la enfermará como sugiere su madre, enciende la luz de la habitación y comienza a desvestirse, se mira la cicatriz del pecho y al hacerlo, no se da cuenta de que la imagen que refleja el espejo, no es la de ella, se introduce a la ducha y disfruta del agua caliente.
- ¿William?
- ¿Quién es?
- Soy yo, Margarita.
- ¡Carambas!, ¿pájaro de mar por tierra?
- No te burles, te llamo porque tengo un gran problema y necesito de tu ayuda profesional.
Hubo un silencio en la línea, él entendió que lo que decía era verdad, sabía que su hermana era una mujer orgullosa, nunca daba su brazo a torcer y si lo había llamado, era grave la situación.
- Disculpa Margarita, ¿en qué te puedo ayudar?
Le relata la situación y después de escuchar por varios minutos, él le dice:
- Me gustaría verla, recuerda que es mi sobrina.
- ¿Crees que esté…?
- ¿Loca? lo dudo, esa es la etiqueta que se les da a las personas que no son entendidas o no caben en este mundo de locos.
Margarita más tranquila pregunta nuevamente:
- ¿Cuándo la podrás ver?
- Mientras más pronto, mejor.
- Te parece… ¿el viernes?
- ¡Magnífico!, llámame para esperarte en el aeropuerto.
- ¡Perfecto!
Otro silencio en la línea, luego dice:
- Tenemos que hablar.
- Primero la nena, luego lo demás, ¿de acuerdo?
- Como digas, nos vemos el viernes.