Capítulo 4
Hallazgos.
Omar se sienta frente a su escritorio, abre una de las gavetas y extrae un álbum de fotografías, en todas, aparecía ella, era muy rara la foto donde aparecían los dos, pues, él era quien manejaba la cámara, sonríe al recordar una que otra anécdota. A su mente llegó el primer encuentro con ella, fue en un restaurante self service, ella venía distraída mirando a otro lado, él miraba la bandeja para no regar el refresco de cola que estaba por rebosar el vaso, nunca supo quién colisionó con quién, lo cierto fue que ambos terminaron en el piso, ella sobre él y luego de mirarse con reproche el uno al otro, terminaron riendo, ella intentó ayudarle para que se levantara y él, haciéndose el pesado, la devolvió al piso nuevamente, Omar reconoce que hubo un momento en que perdió la noción del tiempo, porque esos hermosos ojos, le llevaron a otra dimensión y le hicieron una herida en el corazón, que solo se curó el día en que se amaron. Su vida cambió desde el día en que la conoció, esa mujer le había cortado las alas, casi no se gradúa por estar pensado en ella, de hecho, rebajó ocho kilos, su madre y su hermana le pedían que fuera al médico, porque no era normal, que una persona perdiera peso en una forma drástica, luego, al conocerla, le agradecieron el haberle quitado la mala costumbre de comer comida basura.
- ¿Cuál es tu nombre?
Le preguntó ella cuando se vieron por segunda vez.
- Omar.
- ¡Omar! si cambiamos las letras, te llamarías... amor… o Roma ¿verdad?
Dijo ella con tono de burla mientras se reía.
- Pues... si, ¿Y el tuyo?
- Narada.
Omar quiso mofarse de su nombre, decidió llamarla naranjada, limonada o algo por el estilo, pero cuando ella lo miró, lo desarmó totalmente y nunca le hizo el comentario.
- ¡Casi te olvido Narada!, de no haber sido por esa muchacha.
Dijo mientras acariciaba el rostro de la mujer en una de las fotos.
- Siempre creí que no conocería a otro familiar tuyo, pero este mundo es muy pequeño mi amor, muy pequeño, tal vez me digan algo que no haya sabido de ti.
Se puso a pensar y en su mente, la imagen de la mujer amada, cobró vida nuevamente, cerró los ojos y besó la foto, por un segundo sintió el aroma de sus cabellos y la fragancia de su piel, suspiró, nuevamente mira la foto y levantándose, se dirigió a la biblioteca a continuar la lectura, tomó una de las cajas, la colocó sobre el piso y se sentó junto a ésta, agarró al azar uno de los cuadernos y comenzó la lectura.
- Hoy el doctor Manuel Molina me dijo que el sujeto está listo para la gran prueba, aunque yo, prefiero llamar a ese hecho, la experiencia del recuerdo, con la regresión, busca la causa de su terrible miedo a volar y a todo lo que relacione con aeronaves, será hoy a las 12 del mediodía.
Pensé que la espera me pondría ansiosa, pero no, al parecer, tengo más ecuanimidad de lo que pensaba.
Omar siente la curiosidad fluir por las venas, él no era como Narada, no tenía ni pizca de paciencia, ¡ni siquiera para abrir regalos!, en cambio ella… y previendo lo que venía, se levantó y se llevó la caja a la cocina, la colocó sobre la mesa, preparó la cafetera y se dispuso a continuar con la lectura.
- La sesión terminó a las 7 de la noche, ¡Dios mío!, ¡qué experiencia!, el sujeto fue regresado a tres épocas de sus vidas pasadas, bajo hipnosis, nos reveló que era uno de los pilotos que tripulaba la aeronave que llevaba a los 27 niños el 15 de diciembre en el año de 1950 y que se estrelló en la montaña de los andes trujillanos, fue algo traumático para él y para nosotros. Después que el doctor Molina, con mucho esfuerzo lograra tranquilizarlo, continuó con la regresión, ésta vez fue uno de los soldados del General José Antonio Páez, luchó en la batalla de Mucuritas, fue un joven lancero que murió cuando contaba con 19 años, según él, era oriundo de la provincia de Barinas, la tercera fase de la regresión del sujeto fue a dar a una casa de una familia acaudalada de la época de la colonia, era un joven esclavo que había sido separado de su familia desde muy pequeño para ser puesto a trabajar en la recolección de café en la zona andina, de todas las regresiones, la más cruel fue la del pequeño, no recordaba su verdadero nombre pues, cuando fue vendido a la familia Sosa, apenas tenía 5 años, ellos lo llamaban calembe, fue un esclavo rebelde y por esa rebeldía, fue colgado a los 14 años. Una de las cosas que nos llamó poderosamente la atención, fue el hecho de que el sujeto, cambiaba el tono de su voz cuando regresaba a la época donde vivió; el piloto del DC-3 tenía un acento del centro del país, se expresaba con educación y cortesía, mientras que el joven lancero hablaba en una forma rústica, en ambos casos, se podría decir, que tenían confianza en lo que hacían, en cambio, con el joven esclavo, además de hablar mal el idioma, en su voz se sentía el odio, la frustración y el desamparo, jamás en mis años de vida, había escuchado a alguien hablar con tanto odio, al Doctor Molina y a mí, nos sorprendió al extremo.
La cafetera trajo nuevamente a la realidad al impresionado Omar, apagó la cocina y se sirvió la tradicional y gigantesca jarra de café, sus pensamientos fueron al joven Calembe y se dijo:
- Coño, si esta vaina es verdad, la alcurnia de la Venezuela colonial, eran una mierda con todo y ropa.
Omar se queda pensativo por unos segundos y continúa con la lectura.
- Cuando el Dr. Manuel Molina trajo de vuelta al sujeto, le pusimos la vídeo grabación, éste no podía creer lo que estaba viendo y escuchando, pues para él, era incomprensible y siendo un escéptico confeso, le costaba creer toda la evidencia y se sorprendió al saber que la voz que escuchaba, era la suya. El Dr. Molina le dio a entender que la causa del miedo a volar, era ésa, el haber perdido la vida en un accidente aéreo, el paciente, no muy convencido por la explicación, acepta el diagnóstico, pero vi, que todavía dudaba de lo que había visto y escuchado.
Omar leyó los apuntes y recortes que había en la caja, era como si estuviera entrando en un mundo nuevo y desconocido, estaba entre la ficción y la realidad, quiso servirse más café, pero la cafetera, estaba vacía, se dispuso a preparar más, cuando el celular timbra.
- ¿Omar?
Pregunta una voz en la línea.
- Dime Carlos, ¿en qué te puedo servir?
Pregunta con cierta molestia.
- ¿Estás seguro... de lo que vas a hacer?
- ¿A qué te refieres?
- ¿Vas a vender las acciones de tu compañía a tu socia?
- Bueno Carlos, esa es la idea.
- ¿Y se puede saber por qué?
- Carlos, ahora estoy muy ocupado, ¿podrías llamarme digamos… mañana en la noche?
- Está bien Omar, pero creo que estás cometiendo un gravísimo error.
Omar para quitarse al abogado se despide diciéndole:
- Chao Carlos.
Cortó la comunicación y para no ser molestado nuevamente, apagó el aparato y lo guardó en su bolsillo. Fue en busca de otra caja y a medida en que leía, se iba desconectando del mundo, no se dio cuenta que la noche le hacía compañía y mientras leía cada una de las líneas que Narada había escrito, se imaginaba que estaba a su lado mientras lo hacía, esa idea le hacía sentirse menos solo de lo que estaba, en la tercera caja encontró unos papeles en que le leía lo siguiente:
- Estoy segura de que ya he vivido antes este momento, es más, creo que el encuentro con Omar fue porque entre él y yo, existe algo que nos une, es una sensación que siento en la boca del estómago, no creo que Omar sienta lo mismo que yo, pero cada vez que estamos juntos, hay algo de él que me es familiar, sus gestos, sus bromas, pero lo que no entiendo aún es: ¿por qué no lo recuerda?
Omar siente que lo que lee es como una broma pesada, él siempre ha sido una especie de «ateo» en lo que no puede comprender, pero... eso que está leyendo, es algo nuevo para él, ¿recordar a Narada... antes de conocerla? hasta ahora, ¡ni se le había pasado por la mente!, si habían cosas que no recordaba de sus años de infancia, ¡menos recordaría si hubiera tenido otra vida!, toma aire profundamente como para calmar su alma, luego echando su cabeza hacia atrás, fija su mirada en el techo de la cocina, exhala el aire lentamente y cierra los ojos.
- Tengo que mantener la calma, Narada me dijo un día que existían otras realidades, eso debe ser verdad, pero… ¿cómo puede ser posible? hasta ahora, nadie ha hablado de eso y si lo han hecho, yo de seguro he hecho oídos sordos, porque según mi opinión, son puras pendejadas.
Se sintió desmoralizado con sus pensamientos, Narada le ganaba en todo, ella tenía una mente abierta, él en cambio, parecía un huevo por lo hermético que era. ¿Escéptico o estúpido?; no estaba seguro a cuál de los dos grupos podría pertenecer, pero de una cosa si estaba seguro, ella no formaba parte de su equipo. Se fue a la habitación sin cenar, estaba cansado, se tiró a la cama y comenzó nuevamente a analizar lo que ella había escrito, ¿cómo podía hablar sobre recordar algo de él? cerró los ojos tratando de concentrar su mente en el pasado, quería recordar algo de ella que no hubiera sabido antes de que se conocieran, y muy lentamente, su pensamiento le lleva al momento en que están en la calle donde fueron heridos, con la conciencia en alerta roja, corre tras el hombre que había efectuado el disparo, poco a poco le va dando alcance, con la ira transpirando por los poros de su cuerpo, consigue ponerle la mano en uno de los hombros y logra asirlo por la camisa, da un tirón tan fuerte, que parte de ésta le queda en el puño, el fugitivo, apenas voltea y el perfil de su rostro se dibuja ante los ojos de Omar, un sonido se oye lejanamente mientras continua con la persecución, Omar, trata de darle alcance mientras el sonido aumenta, el hombre sabe que está a punto de ser atrapado y haciendo un esfuerzo sobre humano, aumenta la carrera, la vida le va en ello, Omar sabe que quiere escapar pero el sonido los atrapa y con el cuerpo bañado en sudor, se despierta con la alarma del reloj, mira a la mesa y maldice la tecnología, su respiración está muy agitada, sus piernas están entumecidas del dolor, mira al techo de su habitación por unos segundos y cuando se incorpora, ve con sorpresa, que en su mano, hay un trozo de la camisa del hombre que perseguía.
Saleska ha pasado la noche en vela, no cenó y sus padres, sabiendo que es muy pronto para que ella se «integre» nuevamente a la familia, deciden no presionarla, que ella poco a poco, de ese paso. Se levantó de su cama, se despojó de su ropa y se introdujo en la ducha, en su interior quería que el agua lavara el dolor y la tristeza que cubrían su alma y su cuerpo, ésta se había enraizado en su joven corazón y su llanto, se confundió con el agua de la regadera, un lunar en su pecho juvenil, comienza a molestarle y mecánicamente, se rasca el lugar sin prestarle atención alguna. No tardó en vestirse, quería abandonar su casa lo más pronto posible, su madre se ha dado cuenta de eso y sabiendo que no desayunará con la familia, se la preparó para que se la llevara, Saleska se sorprende por la iniciativa de su madre, ella sonriendo a su hija se la entrega, la muchacha devuelve la sonrisa y se marcha, Margarita siente el desaliento al verla partir, no le dio el acostumbrado beso ni se despidió, Pedro nota el desconsuelo de su esposa y con señas, la invita a sentarse, para ellos, más que un desayuno, les pareció un velorio.
Omar se dispone a marcharse al liceo, en su estómago, se sentía la presencia de millones de mariposas, tenía el mismo temor del primer día de clases, miró a su alrededor como buscando apoyo, respirando profundamente, se dio ánimos para salir de su casa, en su carro, buscó un disco de música suave para calmar la inquietud, Glenn Miller logró hacerlo, su estilo musical era muy agradable, recordó que a Narada le gustaba, de hecho, era la música que escuchaba cuando escribía. La melodía lo llevó a recordar cuando ella lo invitaba a bailar, llevaba el compás con la cabeza cuando vio a la joven caminando, sintió de repente una especie de temor, pero pensó que si no enfrentaba el misterio con la chica, nunca sabría la verdad, se acercó a ella y le preguntó:
- ¿Vas a clases?
Ella al verlo, le sonrió y moviendo la cabeza afirmativamente, continuó caminando, Omar le dijo:
- Hoy tengo una entrevista en tu liceo, si quieres te llevo.
Se quedó pensando por unos segundos, luego mirando a su casa, dijo:
- Está bien.
Omar abre la puerta para que entre, en ese preciso momento comienza a sonar la melodía Moonlight Serenade, ella al escucharla pregunta:
- ¿Cómo se llama esa melodía?
- En español se llama serenata a la luz de la luna, ¿por qué?
- Creo haberla escuchado hace ya algún tiempo, pero, no recuerdo dónde.
Omar sonríe y le dice:
- Al menos que tengas 70 años, esa canción fue grabada en el 39, para esa fecha, tú no estabas siquiera en proyecto.
La joven sonríe y responde:
- Al menos que tengamos memoria celular, ¿no le parece?
Omar la mira con cierta curiosidad y le dice:
- Últimamente, he leído mucho sobre la materia.
Y en silencio, escucharon el disco, llegaron al liceo y cada quien, tomó su ruta.
La directora al verlo llegar, le extendió la mano mientras sonreía.
- ¡Sea usted bienvenido Ingeniero Curie!, no sabe la alegría que siento.
- Gracias señora directora, es un placer.
- Por favor Señor Curie, vamos a la sala de juntas.
Los dos se encaminaron al recinto donde los estaba esperando el presidente de la asociación de padres y representantes y algunos profesores, la directora fue directamente al grano.
- Señor Curie, es evidente que posee un don para la docencia, pero, lo más importante, es la habilidad que tiene para que los jóvenes se interesen en lo que usted dice enseñe o explique, la idea es, que estimule a los estudiantes a que desarrollen ideas o inventos, para que el gobierno y las universidades, bequen a los futuros genios de la ciencia.
La directora mira a sus colegas como agarrando ánimos para continuar, luego prosigue:
- Muchas personas se preguntan el por qué los Estado Unidos de Norte América están tan avanzados en tecnología, medicinas y otras cosas, bueno, fue porque los maestros y profesores en los años 40 y 50 estimulaban a sus alumnos a concursar en ferias de ciencias, de ahí, salieron los químicos e ingenieros y demás profesionales que están dominando el mundo, nosotros queremos iniciar un experimento y queremos que sea usted, el que guíe a un grupo de profesores a diseñar un proyecto para estimular a nuestros muchachos a que se inicien como inventores, ¿qué le parece la idea? Con eso esperamos que nuestro país inicie una especie de concurso entre escuelas y liceos y para que estimule el desarrollo de nuestra nación en materia tecnológica y científica.
Omar la escuchó con interés y luego de unos segundos preguntó:
- ¿En dónde estuvo usted cuando yo era estudiante? ¡Mire que si me hubiese ayudado!
La profesora sonríe al escucharlo y responde:
- Eso quiere decir que contamos con su ayuda ¿verdad?
- Téngalo por seguro, ¿cuándo comenzamos?
Estuvieron diseñando un programa para iniciar e incentivar al alumnado con capacidades especiales, después de exponer varias ideas Omar pregunta a la directora:
- ¿Es posible tener el expediente de los alumnos más sobresalientes?
- ¡Por supuesto!, están en la dirección.
La directora pidió la ayuda de uno de sus colegas para llevar a la mesa una caja donde reposaban las carpetas con los expedientes de los alumnos más destacados. Comenzaron a revisarlos y a comentar sobre ellos, a continuación, se dividieron en especialidades, matemáticas, biología y así sucesivamente, Omar revisaba las calificaciones de los jóvenes y daba su opinión al respecto, tomó la siguiente carpeta y al abrirla, se encontró con el expediente de la chica y se quedó mirando la foto, se concentró tanto en ella que uno de los profesores le preguntó:
- ¿Algún problema señor?
- ¡No!, no ninguno.
La directora toma la carpeta en cuestión y al ver de quién se trata dijo:
- ¡Ah!, Saleska Sandoval Muñoz, una de nuestras chicas especiales.
Omar al escuchar los apellidos, se da cuenta de que no hay relación alguna con Narada, pero para estar más seguro pregunta:
- ¿De dónde son?
- Del oriente del país.
Los padres de Narada no eran venezolanos, pero Omar quiere saber más y nuevamente pregunta:
- ¿Por qué es una chica especial? si se puede saber profesora.
Uno de los docentes responde:
- Es una chica difícil de manejar.
- ¿En qué sentido? ¿Es… problemática?
- No, todo lo contrario, es que… al parecer, «sabe» más que los profesores.
- ¡Ah!, entonces… tengo que tener una biblioteca en un disco compacto.
- Yo diría algo más que eso, esa chica tiene un coeficiente intelectual más elevado que muchos jóvenes de su edad.
- ¿Y estudia mucho?
- Ése es el asunto señor Curie, ¡no estudia!, todo lo aprende con solo escucharlo una sola vez, además, en su casa no tienen biblioteca y la del liceo, jamás, que yo recuerde, la ha visitado. Hemos hablado al respecto y al parecer, su lógica está a punto, todo lo resuelve con su bendita lógica.
Omar no hizo comentario alguno, miró nuevamente la foto y acto seguido, continuó examinando el resto de los historiales. El presidente de la Asociación de padres y representantes le dijo:
- Ingeniero, he de decirle que no todos los alumnos son una dulzura, tenemos a uno que otro «desadaptado» y estoy seguro de que le tratarán de hacer la vida imposible.
- Eso se ve hasta en las mejores familias señor, por eso, no se preocupe.
El timbre del liceo anunciaba el final de la mañana, afortunadamente habían terminado a tiempo para discutir los términos del contrato. Luego de llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes, se despidieron emocionados, por el proyecto que estaba en gestación.
- Entonces, ¿comenzamos el lunes señor Omar?
- Cuente con ello directora, el lunes estaré aquí.
Omar sale pensando en su hermana Cory, ella tenía razón, él necesitaba dar un cambio en su camino, un gran cambio a su vida. Salió al estacionamiento en busca de su vehículo, una vez dentro, sus pensamientos vuelan a la foto de la chica, su nombre es Saleska Sandoval Muñoz, ella y sus padres son Venezolanos, Narada nació en Maharashtra, Bombay, llegó a Venezuela al ser su padre profesor contratado de la Universidad Arquidiocesana y sus apellidos… bueno, nada que ver, entonces surge una pregunta: ¿cómo pudo decir algo que no se repite con frecuencia? Narada no se lo pudo decir, por razones obvias. Un golpeteo en el vidrio lo trajo bruscamente al mundo, al voltear, se encuentra con la mirada de la joven, se sobresaltó al verla, no se la esperaba y bajando el vidrio preguntó:
- ¿Te puedo ayudar en algo?
Ella le sonrió y a su vez preguntó:
- ¿Va a casa?
- Si, ¿te llevo?
- Por favor.
- Sube.
Salieron del estacionamiento rumbo a casa, en el camino Omar le dice:
- ¿Puedo hacerte una pequeña pregunta?
- ¿Cuál será?
- Te parecerá una intromisión de mi parte, pero… ¿cuál fue la causa que te llevó a moler a palos a ese pobre muchacho?
Ella sonríe al recordar el incidente, luego responde:
- Estábamos en clases de geografía y yo escogí hablar sobre la India…
Ella se queda taciturna, Omar se da cuenta de que algo ha entristecido a la muchacha, luego pregunta:
- ¿Y?
- Bueno, yo expuse mi trabajo, al parecer, a la profesora le llamó la atención la forma en que yo hablaba y me preguntó si yo había estado ahí anteriormente.
La chica se da cuenta de que está hablando con demasiada confianza y calla, él se queda esperando el final del relato y pide:
- Prosigue.
Ella lo mira y le dice:
- Eso fue todo.
Omar sonríe y pregunta:
- ¿Por eso le pegaste? algo más tuvo que haber ocurrido, nadie golpea a otro por exponer algo en la clase de geografía.
- Bueno señor…
- Omar.
- Señor Omar, así soy yo.
Él sonríe, sabe que la chica no dará prenda, al llegar a la casa de ella él le dice:
- Fue un placer hablar contigo, saluda a tus padres de mi parte.
- Gracias así lo haré.
- Nos vemos el lunes.
Ella le sonrió y se introdujo en su casa, él estacionó el vehículo en el garaje y corrió a la biblioteca a continuar con la lectura.
Parado frente a la mesa donde descasa la caja contentiva de apuntes y notas, recuerda lo hablado con la joven vecina, mientras saca al azar uno de los cuadernos, piensa:
- De seguro el mozalbete se burló de ella, no puede haber otra explicación para eso.
Sentado en la butaca comienza a leer:
- Hoy es martes 18, estoy en casa de mi amiga Evelia, me ha llamado para que le acompañe, sus padres están de viaje. Me ha comentado que en su casa se aparece Satanás por las noches, al principio me pareció algo cómico, pero al estar con ella… las cosas cambiaron, pues, es como dice, se escuchan ruidos en toda la casa, sobretodo en el techo y lo que escuché, fue muy parecido al trotar de caballos, mi lógica me dice que es imposible que hayan caballos en el tejado de un casa de dos plantas y con techo a dos aguas, ¿cómo pueden subir ahí? nunca he creído en fantasmas y jamás creeré en eso, pero, tiene que haber una explicación lógica a lo que he escuchado.
Son las 4 con 45 minutos de la madrugada, no he podido dormir porque Evelia está muy alterada, dice que los fantasmas no la dejan dormir y ella tampoco a mí y más que nerviosa, estoy muy molesta porque dentro de unas horas, tengo que ir a clases, quisiera hablar con la Doctora Elizabeth para que la psicoanalice, porque si esto sigue así, la salud mental y física de mi amiga están en grave peligro.
Jueves 20, la Dra. Elizabeth me ha comentado sin tapujo alguno que Evelia está más loca que una cabra, que si lo ve desde el punto de vista fisiológico, lo que le hace falta es compañía masculina, que no lea tanto la Biblia y se dedique a compartir con amigas y amigos de su misma edad, hablaré con ella mañana viernes, ya que no tengo clases.
Domingo 23, No sé cómo comenzar estas líneas, pero… mi amiga es candidata a un manicomio, si sigue pensando en esa forma, terminará mal, muy mal, estoy pensando en llevarla con el Dr. Molina, tal vez con una sesión de hipnosis logre sacarle de la cabeza esas ideas del diablo y fantasmas, pobre, pero no tiene la culpa, sus padres la criaron así. Voy a esperar a que llegue del retiro espiritual en San Javier del Valle, quiero ayudarla, pero… ¿y si ella no quiere?
El teléfono rompió el enlace entre el mundo de Narada y el suyo.
- ¡Carajo! ¡Que fastidio!; dime Carlos.
- Los papeles están listos, hice dos carpetas, una, cediendo temporalmente la dirección de la firma a tu socia Laura y otra con la venta definitiva, cuando tengas tiempo, los lees ¿de acuerdo?
- Gracias Carlos y disculpa el tono, pero estaba sumergido en unos papeles… te agradezco la preocupación, tráelos el domingo al medio día por favor.
- Perfecto, nos vemos el domingo.
Omar apaga el celular y se dirige a la cocina, se prepara un sándwich y su acostumbrada jarra de café, cuando se dispone a comer, a su mente llega una demanda:
- ¿La India?
Se levanta con los pelos de cuello erizados y se preguntó:
- ¿Dijo la India? esa carajita dijo que su trabajo versaba sobre la India… Narada, nació en ese país.
Comienza a pensar en la posibilidad de que haya algo entre las dos, se sienta nuevamente y comienza a observar en voz alta:
- Narada era de la India, esta chica es Venezolana, no tienen nada en común, ella era morena y esta chica es blanca, conocí a mi esposa en Mérida cuando chocamos en el self service de… ¡bendito sea Dios!, esto es una casualidad, ella y yo ¡chocamos en el supermercado!
Analiza por un momento el hecho y se dijo:
- Tengo que tomar las cosas con calma.
Comió su sándwich en un dos por tres, miró su reloj y se dio cuenta de que tenía que regar el jardín. Se llevó su taza de café y comenzó con su parte de la promesa, mientras lo hacía, sintió la sensación de que alguien le estaba mirando, buscó por todos lados pero no vio a nadie, se encogió de hombros y continuó con su labor, luego de haber terminado, se sentó en uno de los bancos del jardín y se dio cuenta de que ésta era la primera vez que lo hacía con otro tipo de ánimo, pensó en su esposa y no sintió la pesadez de su ausencia, sonrió al recordarla y ese estado de ánimo le reconfortó. Desde una ventana protegida por una cortina, una chica le observa en silencio, en sus ojos hay un brillo que solo las mujeres tienen cuando ven a un ser amado, sonríe y se acuesta nuevamente para continuar durmiendo.
Omar se siente un poco cansado y teme ir a la cama, pero contra el sueño, nadie ha podido todavía, apaga las luces y pensando en la caja de notas, se dirige al cuarto, se tiró a su cama y Morfeo ocupó su cuerpo.
- ¿En dónde pusiste el shampoo colorante?
- Está en el gabinete del baño.
- Gracias querida.
Pedro toma su baño y se aplica el shampoo que, lentamente va cubriendo las canas que acusan su edad, después de terminar, se viste y baja a tomar el desayuno, son las 9 de la mañana, por ser día sábado, se desayuna a esa hora, todos están en la mesa, solo falta la joven, Margarita está sirviendo la mesa y mira la silla vacía de su hija, Pedro con la mirada le pide que se calme, comprende pero es difícil hacerlo, cuando se disponía a sentarse, la joven en cuestión aparece, saluda mecánicamente y toma asiento, su madre la mira mientras le sirve y al notar los ojos rojos pregunta:
- ¿Cómo dormiste hija?
Saleska tratando de aparentar que nada entre ellos ha pasado responde mirando el plato:
- No muy bien en realidad, soñé con cosas… feas.
Su padre pregunta:
- ¿Cosas feas?
- Si papá, soñé que me disparaban.
La madre abriendo expresivamente los ojos interviene diciendo:
- ¡Dios te cuide y te ampare!
Su hermano mayor al escucharla comenta:
- Creo que eso es el resultado de tu comportamiento, tú eres muy violenta, la violencia trae consigo más violencia.
Saleska lo mira y responde:
- Creí que eras bioanalista, no psiquiatra.
- Más respeto Saleska.
La chica lo encara diciendo:
- Alberto, no creas que por ser mi hermano mayor debo aguantar tus impertinencias, tengo que reconocer que sí, soy un poco fuerte de carácter y que tal vez tenga una excesiva confianza en mí misma, cosa que tú no tienes, mírate, casi tienes 26 años y todavía no has cortado el cordón umbilical con mamá y papá.
Adriana, su hermana mayor, quiere intervenir, Saleska mirándola con cara de pocos amigos le dijo:
- ¡Tú no te metas!, también tienes rabo de paja, vas por el mismo camino de Alberto, de seguro te graduarás y también te saldrán raíces en esta casa.
Adriana se le queda mirando y calla, el hombre se levanta de la silla, tira la servilleta a la mesa y señalando a su hermana le dice:
- Mamá y papá te han malcriado desde que naciste y al parecer, necesitas unos correazos por grosera y falta de respeto.
Margarita quiere intervenir pero su esposo le aprieta la mano y le hace señas con los ojos, ella comprende y no hace nada al respecto, Saleska sirviéndose leche le responde:
- Después me criticas que soy violenta, ¿qué crees que estás haciendo ahora, declamando los poemas del Mío Cid?
No sabe que decir, ella lo desarmó y buscando apoyo en sus padres, los mira, éstos no hacen comentario alguno y viéndolos a todos, abandonó el comedor. Su padre comenta mientras toma su jugo de naranja:
- ¿No crees que fuiste dura con él? mira que es tu hermano mayor.
- ¿Crees que soy dura con mi hermano? arremete contra mí y quiere que le respete, eso no se lo voy a permitir, podrá ser más alto que yo, pero Beto no sabe que mientras más alto, más duro se dará cuando caiga.
Margarita y Pedro no agregan nada más al comentario, Adriana prácticamente tiene la cara metida en el plato, disimuladamente se cruzan las miradas y continúan con su desayuno.
Por primera vez en muchos años, Omar duerme, sin soñar con nada, sin sombras algunas, sin correr tras el hombre, se despierta con un sentimiento de esperanza y alegría y agradece levantarse sin dolor alguno en las piernas. Salta de la cama a tomar su ducha, cuando se está enjabonando, siente un agradable aroma en el aire, Omar disfruta de la fragancia y cierra los ojos, inmediatamente se da cuenta de que es la fragancia que Narada usaba al salir del baño, su estómago se endureció al recordarlo, con el corazón a mil por hora, desliza la puerta de la ducha, su sorpresa no tiene límites al ver sobre el lavamanos un frasco de colonia Miracle, sobre el perchero, pendía la corta bata de seda rosada que ella usaba. El jabón escapó de la mano de Omar, su rostro dibujaba la expresión de la incredulidad, con la boca abierta miraba ambas cosas. No tuvo la menor idea de cuánto tiempo permaneció mirando los objetos. Destilando el agua, sale y toma el frasco, con mano temblorosa, lo observa y se da cuenta de que es la misma colonia que usaba ella, no había la menor duda, abre la puerta del cuarto de baño y asomando la cabeza, mira la habitación en busca de algún bromista, pero no hay nadie en ella. Toma la toalla y se cubre para bajar al piso inferior, comprobó que todas las cerraduras de las ventanas estaban bien, al igual que la de la puerta principal. Sube de nuevo a la habitación y observa otra vez el recinto, no hay nadie, está totalmente solo, mira de un lado a otro para asegurarse de que sea así, nuevamente entra al cuarto de baño y toma la bata, la detalla y en efecto, es de ella, pero ¿cómo? él había quemado toda su ropa, ¡no había dejado nada para el recuerdo!, la huele y reconoce el olor de su piel, abre el gabinete para guardar el frasco y al hacerlo, encuentra que dentro están sus pinturas y cosméticos. Da un paso atrás mientras que de su garganta se escapa un grito, cae aparatosamente golpeándose fuertemente la cabeza contra el piso, todo se torna borroso y antes de perder la conciencia, una voz de mujer le susurra al oído:
- No tengas miedo amor mío, estoy aquí, a tu lado, tal como te lo prometí.
Y lo besa suavemente en los labios. Omar da un salto y cae al piso, su rostro al igual que su cuerpo están mojado por el sudor, su corazón late tan fuerte que lo puede escuchar claramente, se incorpora y se da cuenta de que todo ha sido un sueño, se sienta en la cama para digerir la impresión, cierra los ojos y suspira, se levanta para ir al baño y al entrar, encuentra la bata de Narada colgada en el perchero.
Saleska está en la sala de su casa, con el control remoto, va cambiando los canales del televisor, uno a uno los va viendo y se da cuenta de que hoy, es uno de esos día en que no hay nada bueno que ver, en casa, solamente están madre e hija y Margarita haciendo de tripas corazón, se sienta a su lado, al parecer a la muchacha no le ha importado y con interés pregunta a su hija:
- ¿Qué miras?
- Nada mamá, hoy no hay nada bueno en la televisión.
- ¡Cuándo no! algunas veces hasta los comerciales son malos.
- Si, cuando le quieren vender a una esas maravillosas inutilidades, ponen a los pobres actores como mensos, esos publicistas creen que somos como ellos.
Margarita sonríe del comentario, permanecen en silencio hasta que Saleska pregunta:
- ¿Crees que fui dura con Alberto?
Margarita juega con un mechón del cabello de su hija como buscando una respuesta, luego poniendo una mano en el hombro de su hija responde:
- Creo que te defendiste bien, como madre, no puedo estar a favor de uno o de otro, pero… se dice que la verdad duele, eso fue lo que no le gustó a tu hermano.
- No lo hice con intención mamá, te lo juro.
- Te creo hija.
Ella no encuentra la manera de entrarle a su hija, ésta se ha dado cuenta de ello y facilitando las cosas le dice:
- ¿Quieres decirme algo?
Nerviosa responde:
- En verdad, sí.
- ¿Y qué será?
- Bueno…
- Dilo sin tapujos mamá.
Margarita toma aire y pregunta:
- ¿Todavía estás molesta conmigo?
Saleska sin apartar los ojos de la pantalla responde:
- Molesta no sería la palabra apropiada.
- ¿Cuál sería entonces?
- Herida; sentida tal vez.
Margarita concede razón en las palabras de su hija y reconoce la sabiduría y madurez que el dolor produce.
- No quiero que tengas en tu corazón la cicatriz de esa herida, ¿qué podría hacer para que eso no suceda?
- No dudar de mí como…
- ¿Cómo lo hizo mi madre?
Saleska se dio cuenta de que había hablado sin pensar, pero no podía hacer nada al respecto.
- Confiar plenamente mamá, basar esa confianza en mí comportamiento y no compararme con nadie.
- Tienes razón, la confianza tiene que ser plena y absoluta.
Las dos permanecieron en un mutismo pesado, ambas miraban la pantalla sin prestar atención a lo que ésta proyectaba. Margarita queriendo tumbar la pared de hielo desvía el tema preguntado:
- Cuéntame de tu sueño.
Al recordar, siente escalofríos.
- ¡Fue algo terrible!, un hombre me disparó por la espalda.
- Debió ser impresionante.
- ¡Sí!, en el sueño, estaba casada, mi esposo y yo caminábamos por la calle y un hombre salió de la nada, sentí el tiro por la espalda y caí al piso junto a…
- ¿Junto a quién?
La chica hace memoria y dice:
- ¡Casi recuerdo el nombre de mi esposo!, lo tenía en la punta de la lengua.
La madre sonríe al ver la cara de su hija y pregunta:
- ¿Eras feliz… con tu esposo?
Su rostro cambia de expresión al recordar y con cálida voz responde:
- Si mamá, ¡era muy feliz! y si te soy sincera, siempre sueño con él, aunque no distingo su rostro, sé que en el sueño, lo soy, me ama, ¡como yo a él!
Margarita reconoce la mirada de su hija, sabe que ese tipo de mirar, es de una mujer enamorada y con mucho tacto pregunta:
- ¿Estás enamorada hija? ¿Hay algún compañero de tu clase que te guste?
Hace una mueca y responde:
- Esos soquetes y babosos no valen la pena, creen que con sus payasadas nos fijaremos en ellos, son unos inmaduros todos.
La madre sonríe al escucharla, quiere saber más sobre los sueños de su hija y pregunta:
- ¿Siempre sueñas con él?
- Si mamá y cuando despierto, lo extraño… lo extraño mucho.
- Ahora entiendo.
- ¿Qué cosa mamá?
- La cara de ausencia que tenías algunas veces cuando te levantabas.
Saleska siente que el sentimiento de rechazo que tiene contra su madre comienza a disiparse, Margarita se da cuenta de ello el ver que su pequeña se acurruca a su lado, es entonces cuando la chica pregunta:
- ¿El amor por un hombre es diferente a como lo pintan en las telenovelas?
Margarita abrazando a su hija responde:
- Totalmente mi amor, totalmente, es más, creo que las personas que escriben esos culebrones, ¡no tienen la menor idea de lo que es!
- Mamá, pensarás que estoy loca, pero siento que el hombre de mis sueños, estuvo casado conmigo en otra vida.
La mujer acariciando los cabellos de la joven dice:
- No sé qué decirte, pero de una cosa estoy segura, el amor es más fuerte que cualquier metal, que cualquier muralla, que cualquier cosa de este mundo, solo la muerte lo puede disolver.
- ¿Y si no es así mamá? ¿Y si mi espíritu se está comunicando con el de mi antiguo esposo? ¿No será que fuimos más que eso?
Margarita sabe que no debe discutir con su hija, está pisando un terreno resbaladizo y con la reciente experiencia sufrida, prefiere seguir la corriente.
- Hija, ese es un tema que no conozco, no te puedo dar una opinión al respecto.
Saleska quedó en silencio mientras miraba la televisión, luego dijo:
- Quiero comer helado, ¿me acompañas?
Margarita sonriendo dijo:
- ¡Por supuesto!
Se fueron a la cocina y mientras se servían la ración de helado, Margarita se alegró de que su hija volviera a ser la joven que era.