CAPÍTULO IX
-Encenderé el honor y cocinaremos un gyros, hay que celebrar nuestra unión.
-Hum…Suena delicioso, te ayudaré a cortar los tomates, la cebolla y hacer el pan de pita. La carne asada me vuelve loco como ya sabrás.
-Por supuesto que no lo he olvidado. ¡Cuántas veces la comíamos con nuestros familiares y amigos! Incluso pensábamos invitar a todos en nuestro convite cuando nos convirtiéramos en esposos.
-Sí, que curioso, incluso ya habíamos hablado con el traidor de Theron, para que nos cazara una hermosa pieza.
Me abracé a él y besé su áspero mentón sin afeitar.-Mi amado y bravo guerrero, te diré un secreto: te amo, como nunca antes te había amado, más es imposible y si nos truncaron nuestra felicidad, ahora nada nos podrá separar jamás. Ya soy inmortal como tú al unirnos y pase lo que pase, nadie nos quitará ya la vida, únicamente si así lo quisiesen los dioses.
Nos amamos ardientemente, mientras se hacía el asado.
Sonó el timbre de la puerta y nos quedamos extrañados. Mis padres y hermano hasta dentro de unos días no regresarían de sus vacaciones.
-Quédate aquí, mi amada.
Me dio un beso, cogió un cuchillo y se fue hacia la entrada.
Al cabo del momento regresó con un telegrama.
-¿Ha ocurrido alguna desgracia? Hablé con voz temblorosa pensando en mi familia.
-No, mi amada. Es de la Universidad; el Rector desea que mañana mismo estemos allí instalados. Quiere tener una reunión muy importante con nosotros.
-Athan. ¿Qué querrá con tantas prisas?
-No lo sé Adara, pero ya lo averiguaremos…
Me levantó en brazos y dio vueltas y más vueltas conmigo en alto.
Riéndonos a carcajadas disfrutamos de una deliciosa comida y brindamos con el mejor vino que teníamos.
-¡Por nuestro amor, los dioses y la familia!
Chocamos nuestras copas y de un solo trago nos lo bebimos, luego corriendo subimos a nuestro dormitorio y ya no salimos hasta la mañana siguiente.
Llevé mi coche y Athan disfrutaba de todo el panorama. Los Apalaches le habían impresionado. Comentábamos cuanto echábamos de menos Grecia, pero que cualquier lugar nos parecería adecuado para vivir nuestra existencia de enamorados.
-Adara, hay muchas cosas que ignoro de esta época y me asombran. Verte manejar este cacharro a tanta velocidad me deja sorprendido.
-Muy pronto aprenderás a conducir. Ahora yo te llevo ventaja y seré quien te proteja de los avances de la humanidad. Con tu inteligencia y destreza no habrá nada que se te pueda resistir.
-Eres tan perfecta y única y estoy tan loco por ti…Tengo tanto miedo…
Paré en mitad del trayecto.-No tengas miedo. Besé su rostro atormentado. Recuerda que esto no es un sueño y soy muy real.
Devoró mis labios y nos amamos con locura.
-Athan, mi amante esposo, ahora comprendo perfectamente los bellos poemas de amor. Es tan puro, intenso e indescriptible lo que sentimos…
-Amada Adara, no hay nada que pueda explicarse ni siquiera con palabras lo mucho que nos adoramos.
Continuamos viaje muy alegres y cantando nuestras canciones de amor de la época Helena. Riéndonos y muy felices llegamos hasta nuestro nuevo hogar.