A la sombra de una gran palabra
En una secuencia de la película de Jean-Luc Godard Vivre sa vie, Brice Parain, que interpreta el papel de filósofo, opone la vida cotidiana a la vida guiada por el pensamiento, que denomina asimismo vida superior.
Fundadora de Occidente, esta jerarquía siempre ha sido frágil y contestada. Pero hace poco que tanto sus adversarios como sus partidarios reivindican la cultura. En efecto, el término cultura tiene actualmente dos significados. El primero afirma la preeminencia de la vida guiada por el pensamiento; el segundo la rechaza: desde los gestos elementales a las grandes creaciones del espíritu, ¿acaso no es todo cultural? ¿Por qué privilegiar entonces éstas en detrimento de aquéllos, y la vida guiada por el pensamiento más que el arte de la calceta, la masticación de betel o la costumbre ancestral de mojar una tostada generosamente untada con mantequilla en el café con leche de la mañana?
Malestar en la cultura. Está claro que nadie, actualmente, desenfunda su revólver cuando oye esa palabra. Pero cada vez son más numerosos los que desenfundan su cultura cuando oyen la palabra «pensamiento». El presente libro es el relato de su ascensión, y de su triunfo.