MI FELICIDAD JA JA

Se acerca la madrugada, Octavia. Ya debo dormir un poco porque dentro de unas horas tengo que seguir con todo esto encima, aunque recién ande por el capítulo aquel en que yo creía que tus padres habían cedido ja ja… ¿Recuerdas las cartas que te escribía? Todo lo del maldito telegrama se me vino a la memoria y mis recuerdos se fueron haciendo mil caminos al andar. Unas horas de sueño en tu diván y volveré a la cronología. Esto no es más que una nota que escribo con lápiz en un papel aparte. De alguna forma me servirá después, se irá filtrando en otros capítulos. Esta frase, por ejemplo, de una de mis cartas: El reposo de tu frente donde iba a reposar la mano de mi sensibilidad alterada… Era cierto… Gran Jefe Patitas Rotas… Era cierto… Nunca se quedan solos los que salen del tiempo convencional de los hombres para entrar en el tiempo del amor incondicional… A veces era cierto; otras, las más, no, mi amor… ¡Cuándo un loco ha estado solo…! Falso: me lo enseñaron las putas de Palencia… My little big woman… Te iba a decir que no era cierto, pero sí, sí lo era… Octavia, mi amor, soy un insistente que tiene miedo de insistir, por temor a molestarte. Un tímido que te ama como un extrovertido. Un extrovertido condenado a amarte en silencio. El ladrón de nada al que le robaron todo… Éstas son las frases más ciertas que te escribí en mi vida, Octavia… ¿Estás ya en el tren a Milán? Amor, tren buen viaje… Te encantó esta frase. Recuerdo que me parecía escuchar tu risa en la carta en que me la comentabas. Y ahora creo que ha llegado el momento de decirte que no fue más que un vulgar plagio de un anuncio publicitario de la Red Nacional de Ferrocarriles Españoles. Y es que a veces no tenía nada que decirte, Octavia. Me obligabas a escribirte tanto… O fue a lo mejor eso que Proust llamaba las intermitencias del corazón… Te estoy viendo, Octavia… No me pongas esa cara, por favor. No olvides que necesito un poco de humor antes de volver a abrir el cuaderno rojo y seguir creyendo que tus padres habían cedido… La madrugada… Mañana ya es hoy… Tumbarme unas horas sobre tu diván y despertarme con una sonrisa tuya en estos labios que fueron míos…