9.
AUTORRETRATO DE PRIMATE BÍPEDO
• ¿Los primeros miembros de la especie Homo sapiens ya eran físicamente como nosotros o más bien se ha producido una evolución desde que aparecieron hace unos 200.000 años?
—Si dentro de dos millones de años alguien compara un esqueleto nuestro con uno de los primeros Homo sapiens, no será capaz de distinguirlos. El único cambio que parece haberse producido es una muy ligera tendencia a reducir el tamaño de los dientes y de la mandíbula, pero es una minucia. Físicamente, somos iguales que los nómadas analfabetos de hace 200.000 años.
• Los esqueletos de las distintas poblaciones humanas modernas son muy similares, pero se observa una diversidad notable en los tejidos blandos. Hay una gran variedad deformas de nariz, de timbres de voz, de colores de piel... Los primeros Homo sapiens, al ser un grupo reducido, no podían ser tan diversos. ¿Cómo eran físicamente?
—La diversidad racial se origina sobre todo a partir del momento en que el Homo sapiens sale de África hace entre 100.000 y 150.000 años y se debe a la adaptación de las poblaciones a nuevos climas y nuevos ecosistemas. De todos modos, los ecosistemas africanos son tan variados que los Homo sapiens ya habían empezado a diferenciarse antes de llegar a Asia y a Europa. Y aún hoy África es el continente donde hay más poblaciones humanas distintas.
• Hay biólogos que niegan la existencia de razas.
—Las razas existen en la medida en que poblaciones humanas que han evolucionado en lugares distintos han adquirido rasgos distintos. Pero hay que tener en cuenta que lo que nos distingue a unos de otros, desde un punto de vista biológico, son diferencias mínimas. Hay que tener en cuenta también que los límites entre las razas son arbitrarios. Y hay que tener en cuenta que, a raíz del aumento de las migraciones intercontinentales en los últimos siglos, hemos llegado a un punto en que las diferencias entre las razas se están diluyendo.
• Aquellos primeros sapiens, ¿a qué población humana actual debían parecerse más?
—Si la humanidad actual viene de África, y si el color del pelo y de la piel es una adaptación climática, está claro que no eran rubios. Más bien debían tener rasgos negroides. Naturalmente, esto implica que los primeros europeos y los primeros asiáticos debían tener la piel negra. Sobre todo si tiene en cuenta que la expansión por Europa se hizo durante un período de dos mil a cuatro mil años, un tiempo demasiado breve para que el color de piel de una población cambie sustancialmente.
• ¿Cómo se explica que los europeos tengan la nariz más prominente que los africanos?
—Tradicionalmente se ha dicho que una nariz grande permite que el aire haga un recorrido más largo antes de llegar a los pulmones y que tenga más tiempo para calentarse, lo que quizá reduce el riesgo de enfermedades respiratorias y de muertes prematuras en las poblaciones que viven en climas fríos. Esto explicaría que los escandinavos, por ejemplo, tengan en general la nariz más grande que los latinos o que los nigerianos.
• ¿Y cómo se explica que los masai tengan el cuerpo más estilizado que los inuit?
—También es una adaptación al clima. Para las poblaciones que viven en el Ártico, como los inuit, tener una capa de grasa bajo la piel ayuda a conservar mejor el calor del cuerpo. Además, tener una silueta redonda reduce la pérdida de calor, lo que en el pasado fue vital para las poblaciones que vivían en latitudes frías. En cambio, los masai, que han evolucionado en un clima cálido, no tienen esta necesidad.
• ¿Por qué una silueta redonda reduce la pérdida de calor corporal?
—La pérdida de calor depende de la superficie dividida por el volumen. Es una ley física que no sólo se aplica a los animales sino a cualquier cuerpo, desde una cafetera a un plato de sopa. Una gran superficie hace que el calor se disipe rápidamente, mientras que una superficie pequeña ayuda a conservar el calor interno. Por eso, por ejemplo, la sopa se enfría antes en el plato que en la olla.
• ¿Qué relación tiene esto con la silueta de los inuit?
—Las formas esféricas son las que tienen una superficie más pequeña respecto al volumen. Por esto las poblaciones que viven en climas polares han tendido a tener una estatura corta y una cintura ancha. De todos modos, lo que ha permitido a los inuit sobrevivir en zonas árticas no es sólo su silueta redonda, sino sobre todo su cultura. Por mucha grasa que tengan, si no fuera porque construyen iglúes y se visten con pieles de foca, no habrían sobrevivido.
• Otra diferencia evidente entre grupos humanos es el color de la piel.
—Efectivamente, aunque los primeros Homo sapiens debían tener todos la piel oscura, en algunas latitudes la gente con la piel más oscura ha tendido a reproducirse menos y a morir más que la gente de piel más clara. Es decir, las alteraciones genéticas que favorecen que la piel se aclare han reducido el riesgo de muerte prematura y han acabado generalizándose a toda la población.
• ¿Por qué?
—Porque la piel clara absorbe más la radiación solar que la piel oscura. Y la radiación solar es necesaria para que el cuerpo sintetice compuestos vitales como la vitamina D. Una piel excesivamente oscura, en climas fríos, puede provocar una carencia vitamínica mortal.
• Entonces, ¿por qué no tienen la piel clara también las poblaciones africanas?
—Porque una piel excesivamente clara, en climas cálidos, también puede tener efectos mortales. Las radiaciones ultravioletas del sol son tan energéticas que pueden provocar alteraciones genéticas en nuestras células. Y si el cuerpo absorbe un exceso de radiaciones ultravioletas, el resultado puede ser un cáncer de piel. La melanina, que es el pigmento que oscurece la piel, limita la absorción de estas radiaciones.
NEWTONS
• ¿Somos más inteligentes nosotros que los Homo sapiens de hace 150.000 años?
—En absoluto. Y probablemente tampoco somos más inteligentes que los neandertales. Es cierto que no existe una fórmula definitiva para medir la inteligencia, pero los primeros Homo sapiens tenían el cerebro exactamente igual que el nuestro. Por lo tanto, cualquiera de las cosas que nosotros hacemos, también podrían haberlas hecho ellos.
• ¿Descubrir la ley dé la gravedad, por ejemplo?
—Descubrir la ley de la gravedad, conducir un coche, tocar el piano, lo que fuera... No resolvían ecuaciones, pero tenían la capacidad de abstracción necesaria para hacerlo. Cuando alguien es capaz de preguntarse qué es la muerte, como lo hacían los primeros Homo sapiens, los neandertales, e incluso los Homo heidelbergensis, ya tiene capacidad para pensar en ecuaciones. La muerte es el inicio del camino hacia la abstracción. Es la primera ecuación.
• Pero manipulaban mucha menos información que nosotros. ¿Tenían el cerebro infrautilizado?
—Probablemente debían utilizar menos que nosotros las áreas del cerebro relacionadas con las aptitudes matemáticas. Pero nosotros también tenemos el cerebro infrautilizado. Para empezar, utilizamos menos que ellos las áreas relacionadas con buscar alimentos y evitar a los depredadores en el medio natural. Son diferencias que no tienen nada que ver con ser más o menos inteligente sino con el ambiente en que se ha criado una persona.
• De todos modos, sí que hay personas más y menos inteligentes aunque todas tengan un cerebro de Homo sapiens.
—De acuerdo, en apariencia el cerebro de Newton era igual que cualquier otro cerebro humano y en realidad él tenía una capacidad de abstracción matemática mucho mayor que la que podamos tener usted o yo. Seguramente la clave de la inteligencia de Newton sea que, a escala microscópica, todos los cerebros están estructurados de forma distinta. Por lo tanto, existían diferencias biológicas entre su cerebro y el de cualquier otra persona. Pero lo que es seguro es que, si Newton no hubiera recibido la educación que recibió, no habría descubierto la ley de la gravedad. Y posiblemente, si un homo sapiens de hace 150.000 años hubiera nacido a mediados del siglo xvii y hubiera recibido la misma educación que Newton, tal vez también habría descubierto la ley de la gravedad.
• Si los primeros sapiens eran tan inteligentes, ¿por qué tardaron tanto en inventar la agricultura? ¿Por qué la inventaron hace 10.000 años y no hace 200.000?
—Porque hasta hace 10.000 años no coincidieron la necesidad y la capacidad de crear la agricultura. Antes de esa fecha había suficientes alimentos silvestres para la poca población de aquella época, que debía ser de unos pocos cientos de miles de personas en todo el mundo. ¿Para qué hacer el esfuerzo de trabajar la tierra si les bastaba con coger los frutos que encontraban?
• ¿Para qué comenzar a trabajarla hace 10.000 años, entonces?
—Porque se produce una crisis ecológica brutal en la zona del norte de África y Oriente Próximo. Por razones todavía mal conocidas, el clima pasa de húmedo a seco. Las tierras fértiles se vuelven yermas. El Sahara, que hasta entonces era un vergel, se convierte en desierto. Las poblaciones de aquella región empiezan a pasar hambre. Es esto lo que les empuja a inventar la agricultura.
• De todos modos, ésta no fue la primera crisis ecológica de la historia de la humanidad y en las crisis anteriores no se había inventado la agricultura.
—Por eso decía que no basta con la necesidad de la agricultura para inventarla. También hay que tener la capacidad. Es decir, hay que tener conocimientos sobre los ciclos solares y los ciclos climáticos. Hay que haber inventado algún tipo de calendario, hay que haber aprendido a contar... y todo esto tampoco se inventó hasta que fue necesario. Por ejemplo, antes de la agricultura se intensificó la caza selectiva de animales migratorios, lo que requería calendarios para controlar las migraciones de las presas. Probablemente, si no se hubiera practicado este tipo de caza, nunca habría llegado la agricultura.
• Esto demuestra que, miles de años antes de que se inventaran las letras, aquella gente ya había descubierto los números.
—Por supuesto. Seguramente contaban los hijos que tenían, los animales que cazaban, el número de trazos en que tenían que dividir las presas... Y no sólo eran capaces de contar sino también de representar estas cuentas. Se han encontrado huesos de aquella época que tienen líneas grabadas con formas geométricas y que parecen ser calendarios lunares.
• Supongo que, para que la agricultura prosperara, también era necesario haber inventado antes envases para transportar y guardar los alimentos.
—Hay envases de madera, de hueso y de cestería desde el paleolítico. Pero coincidiendo con el inicio de la agricultura, se inventa la cerámica, que representa un progreso técnico enorme. Por primera vez se utiliza el fuego para cocer el barro y para crear objetos de formas totalmente nuevas, mientras que hasta entonces lo que se hacía era retocar las formas naturales de las piedras. La invención de la cerámica es el preludio de la gran revolución de los metales.
• ¿La escritura también se inventó, como la agricultura, debido a la coincidencia de necesidad y capacidad?
—La escritura apareció poco después que la agricultura porque había que llevar las cuentas claras. Había que contar propiedades, contar los sacos de grano que entraban en el templo de las ciudades de Mesopotamia, contar impuestos... Todo lo que puede ser necesario contar en un estado desarrollado que tiene que recaudar y repartir recursos.
• Así pues, ¿lo primero que se escribió fueron números?
—Sí, concretamente se escribían en tablillas donde se refería la contabilidad de los templos de Mesopotamia. La escritura nace por esta razón. Para contar, para controlar.
• ¿La inventaron las clases dominantes?
—Hasta este siglo la escritura ha sido exclusiva de las clases dominantes. En Egipto, por ejemplo, los sacerdotes y los escribas eran los únicos que sabían escribir. Aún hoy en día, en Japón y en China se escribe con ideogramas y no con letras, lo que dificulta el hecho de aprender a escribir. Son sociedades que revelan su estratificación a través de la escritura porque una sociedad con una escritura compleja no puede ser una auténtica democracia.
• ¿Vivían bien los primeros Homo sapiens?
—Probablemente sí, ya que prosperan en todos los ámbitos: demográfico, social, tecnológico, geográfico... Si no hubieran vivido bien no habrían podido desarrollarse como lo hicieron. Y el análisis de sus dientes lo confirma. Mientras los neandertales sufrían hambre, los sapiens tenían una buena alimentación.
• ¿Vivían mucho?
—Cuarenta o cincuenta años como mucho, y sólo una minoría llegaba a esta edad. Había una mortalidad infantil muy elevada y probablemente una edad de crisis con un incremento de la mortalidad hacia los veinte o veinticinco años.
• ¿De qué morían?
—Aparte de las enfermedades asociadas a la vejez que sufrimos nosotros, probablemente debía haber los mismos tipos de muerte que ahora. Muchas muertes por accidente, tanto por enfrentamientos con animales como por caídas o por lo que fuera. Algunos homicidios, es decir, muertes por enfrentamientos con otros Homo sapiens. Y muchas infecciones, causadas por ejemplo por una herida, infecciones que hoy en día se curan pero que hace 100.000 años, sin antibióticos y sin las medidas de higiene actuales, a menudo eran mortales.
• ¿Qué hacían con los muertos los primeros Homo sapiens?
—Les rendían culto, igual que los neandertales. Qué hacían con ellos exactamente variaba mucho de una cultura a otra. En algunos sitios les enterraban, en otros les dejaban secar antes, en otros les incineraban, en otros se los comían... Pero en ningún caso les abandonaban.
• ¿Por qué lo hacían?
—Son ritos de paso a un más allá que se basan en la creencia de que el muerto ha pasado de un tipo de vida a otra. Por eso se le guarnece, para que llegue vestido y no desnudo ante quien corresponda. Hay entierros realmente espectaculares. Se han encontrado entierros con collares, con coronas, con utensilios, entierros de adulto y niño, que se supone que irán juntos hasta el más allá, entierros de pareja...
• ¿No podría ser que los enterraran también por motivos higiénicos?
—También es perfectamente higiénico dejar a un muerto en el campo para que se lo coman las hienas. De aquel cadáver, en pocos días no queda nada. Pero no lo hacían. Al contrario, se tomaban la molestia de enterrarlo para que no le hicieran desaparecer los animales. Además, los rituales cuentan con la ventaja de unir a los grupos. Si en una comunidad que entierra aparece alguien que se come a los muertos, es rechazado. La gente se identifica con un grupo a través de rituales como estos.
• ¿Quiénes debieron ser los primeros dioses de los Homo sapiens?
—Lo primero que se venera son dioses o diosas de la fertilidad, las divinidades que dan y mantienen la vida, empezando por la Tierra que da los alimentos y por las mujeres que dan los hijos. Esto es lo que representan las famosas venus paleolíticas. Más adelante, a partir del momento en que se empiezan a contar los ciclos del calendario, el Sol y la Luna pasan a ser los grandes dioses.
• ¿Dedicaban muchas horas al trabajo los Homo sapiens de hace 100.000 años?
—Debía haber más horas dedicadas a actividades sociales y culturales que al trabajo, es decir, más horas de ocio que de actividades vitales como obtener alimentos o limpiar el campamento. Su agenda debía parecerse mucho a la que se consiguió en el siglo xx con el estado del bienestar.
• ¿La semana de las treinta y cinco horas?
—Exacto. Eran capaces de hacer un trabajo intenso y eficaz, en el sentido de que un pequeño grupo podía conseguir en poco tiempo alimento para muchas personas. El resto de la comunidad, por lo tanto, no tenía que intervenir directamente en la búsqueda de alimento y podía dedicarse a otros menesteres como cuidar de los niños, fabricar herramientas, producir arte... La eficacia de la especie Homo sapiens, su gran expansión, se basa precisamente en sacar una gran rentabilidad del trabajo de pocos individuos.
• ¿Había división sexual del trabajo en aquellas sociedades?
—Muy probablemente, pero sobre todo debía haber una división sexual de la responsabilidad social. Desde la especie Homo heidelbergensis, hace unos 300.000 años, se ha producido una reducción del dimorfismo sexual, es decir, una reducción de las diferencias anatómicas entre hombres y mujeres, lo que se ha relacionado con una reducción de las diferencias en el papel social. Éste es un terreno muy especulativo, pero si hoy todavía hay tareas atribuidas socialmente a los sexos, entonces debía haber aún más, sobre todo en cuanto al cuidado de los bebés.
• En las sociedades accidentales actuales, donde hombres y mujeres pueden escoger libremente qué quieren estudiar, las mujeres son mayoría en las carreras de medicina y de pedagogía. ¿Es probable que los primeros médicos y los primeros maestros fueran mujeres?
—No está claro. No tenemos datos empíricos para averiguarlo, de modo que pisamos de nuevo un terreno altamente especulativo. La única forma de emitir un juicio que no sea demasiado temerario es evaluar la situación en sociedades históricas y en sociedades cazadoras-recolectoras actuales para ver cómo debían ser aquellas sociedades del pasado.
• ¿Qué se desprende del estudio de las sociedades históricas y de las sociedades cazadoras-recolectoras?
—El cuidado médico es una actividad altamente especializada y socialmente valorada. Según los estudios antropológicos que se han hecho en sociedades de cazadores-recolectores, es probable que fuera una tarea muy prestigiosa y reservada a hombres.
• ¿Y en lo que se refiere a los primeros maestros?
—Es probable que las mujeres, que se encargaban del cuidado de los más pequeños, se encargaran también de la enseñanza en la primera infancia. Después, cuando los adolescentes se incorporaban a las actividades de caza, es probable que algunos hombres asumieran el papel de maestros. Pero, insisto, no estamos seguros de cómo funcionaban en este aspecto las sociedades del paleolítico.
• Durante la mayor parte de su historia, los Homo sapiens han sido nómadas. ¿Es probable que conservemos de algún modo codificada en los genes alguna pulsión nómada que explicaría parte de las tensiones de las sociedades urbanas?
—A todo el mundo le gusta viajar, conocer lugares nuevos, cambiar de paisaje, y es probable que esto tenga en parte una causa biológica. Pero no hay una frontera estricta entre nomadismo y sedentarismo. A lo largo de la historia de los Homo sapiens el nomadismo no se interrumpe de repente el día que se inventa la agricultura sino que se va reduciendo progresivamente desde mucho antes.
• ¿Desde cuándo?
—En el paleolítico superior, hace unos 40.000 años, ya se establecen campamentos de verano y campamentos de invierno. Son nómadas en el sentido de que cambian de casa cada medio año, pero durante este medio año son sedentarios. Y las primeras poblaciones del neolítico, que ya conocen la agricultura pero aún explotan la tierra con medios técnicos precarios, tienen que cambiar de lugar cada dos o tres años. Incluso hoy en día, los movimientos de población son continuos. Gente que migra de zonas deprimidas a zonas ricas, gente que huye de países en guerra, gente que va a estudiar o a buscar trabajo a otro país... El nomadismo se ha reducido pero no somos, ni creo que lleguemos a ser nunca, totalmente sedentarios.
• Del mismo modo que parece haber una necesidad de viajar, ¿es posible que haya también una necesidad de aire libre de origen atávico? Al fin y al cabo, los humanos siempre habíamos vivido en contacto directo con la naturaleza.
—Es cierto, teniendo en cuenta que la especie Homo sapiens corre por el mundo hace unos 200.000 años, nosotros somos prácticamente los primeros que vivimos en grandes núcleos urbanos.
• ¿Quizá no nos hemos acabado de acostumbrar a la vida urbana?
—Es que la vida urbana tiene cinco mil años de historia. Además, la población, hasta hace cincuenta o cien años, vivía mayoritariamente en entornos rurales, o como máximo en ciudades pequeñas, con un peso importante de ambientes no urbanos. Pagamos el precio de ser los pioneros de las megalópolis.