Presentación

6 Enero 2013

Lo primero es lo primero, así que:

¡Feliz 2013 a todos!

Y lo segundo: aquí tenéis mi regalo de Reyes para todos vosotros. Este cuento es mi manera de agradeceros vuestro apoyo durante estos dos meses y pico, y muy especialmente a aquellos que no solo habéis leído este blog, sino que habéis contribuido a la difusión del mismo o habéis participado activamente aportado vuestras opiniones, sugerencias y comentarios (o incluso diseñando portadas y generando los formatos para e-book). Así que muchísimas gracias a todos.

Dicho lo cual, pasemos ya al que espero que os parezca un buen regalo de Reyes.

Jeffrey Ford es posiblemente uno de los escritores activos más prestigiosos dentro del género fantástico (que practica en todas sus vertientes: ciencia ficción, fantasía, terror…). Desde que en 1981 publicó su primer cuento, ha publicado ocho novelas y docenas de relatos (recogidos en cuatro colecciones propias y en multitud de antologías y revistas). Durante estos años, ha conseguido nominaciones a prácticamente todos los premios importantes de estos géneros, además de haber ganado, entre otros, un Nebula en la categoría de novela corta y, si no me he equivocado al contar, el World Fantasy Award en seis ocasiones (y en todas las categorías: novela, colección de relatos, novela corta y relato).

Como muchos de vosotros ya sabréis, las novelas de Ford se traducen y publican en España, pero, desgraciadamente, la situación es muy distinta en lo que se refiere a sus relatos. Hasta donde yo sé, han aparecido cuentos de Ford en un par de revistas (Gigamesh y Cuásar) y en alguna antología, pero, en total, los relatos traducidos no creo que superen la media docena. Y realmente es una pena porque, en mi opinión, sus cuentos son igual de interesantes, o incluso más, que sus novelas.

Radiante mañana (Bright Morning) está incluido en la que fue su primera colección de cuentos, The Fantasy Writer’s Assistant and Other Stories, publicada en el 2002 y ganadora del World Fantasy Award en el 2003. Prefiero no comentar gran cosa sobre su argumento. Tan solo diré que leyéndola no pude evitar acordarme de Paul Auster (aunque aquí la dosis de sentido de humor sea mayor que la habitual en las obras de Auster).

Y si os apetece leer más relatos de Ford en inglés (o escuchar cómo los leen otros), buscad por la red (por ejemplo, aquí), porque hay abundante material. Y no dejéis de visitar su página oficial, donde, entre otras muchas cosas, podéis encontrar una interesante sección que Ford actualiza periódicamente y en la que recomienda libros de lo más variado que le han gustado.

Y ya por último, desde hace años, cada vez que leía algún relato de Jeffrey Ford que me gustaba especialmente, rabiaba pensando que nunca iba a tener la oportunidad de poder traducir alguna de sus obras. Así que Ford era uno de los autores que tenía en mente cuando decidí empezar este blog, aunque, al tratarse de un escritor que goza de bastante fama y prestigio, estuve a punto de ni siquiera escribirle convencida de que, si llegaba a contestarme, su contestación iba a ser negativa. Afortunadamente me animé y finalmente le escribí, y su amabilísimo correo de contestación (en el que me autorizaba a traducir cualquiera de las historias que le proponía) me dio la que posiblemente haya sido la mayor alegría que me ha proporcionado este blog en estos meses. Así que, thanks a million, Jeffrey!

Espero que disfrutéis con Mañana radiante tanto como he disfrutado yo. Y cuando lo hayáis leído, animaros a contarme qué os ha parecido. Por cierto, todas las notas que aparecen al final del relato son mías.