2 Expectativas y posibilidades
Recuerdo muy por encima una historia que contaba Su Santidad el Dalai Lama. Decía que, una vez, en un encuentro en un país determinado, fue honrado con una gran ceremonia de bienvenida. El caso es que él estaba sentado en un sillón delante de un grupo de personas que deseaban saludarlo. En un momento dado, alguien se levantó con un gran ramo de flores y se dirigió hacia donde él estaba.
Él se levantó sonriente para recibir el precioso ramo, pero la persona que portaba el ramo pasó de largo y depositó el ramo de flores en un altar que había justo detrás de Su Santidad...
Él mismo cuenta que se ruborizó y pasó cierto apuro debido a la situación creada por sus propias expectativas.
A todos nos ocurren cosas así cada día, generamos expectativas que tienden a no cumplirse. Cuando estas no se cumplen, nos sentimos frustrados.
En cambio, las posibilidades generan ilusión. Y si no se cumplen, siguen siendo posibilidades.
Imaginemos y visualicemos posibilidades, pero no nos generemos expectativas. Estas tienden a cerrar el camino, el conducto mediante el cual nos habla la naturaleza y el universo. Dejemos actuar libremente la energía.
Si imaginas y visualizas que estás sonriendo y feliz, que estás sano y en un lugar maravilloso, llegará ese momento. Si encierras ese resultado en un sinfín de condiciones, no llegará nunca. Por eso es importante crear posibilidades, potencialidades. No te preguntes cómo, sencillamente actúa y llegará. Las cosas ya están cambiando, sigue creyendo.
¿Qué clase de acción debes emprender? Bien, mira qué sencillo, desde mañana empieza a abrir tus cajones y armarios con la mano izquierda. Ese sencillo cambio va a permitir que seas consciente de que estás haciendo algo diferente.
No te crees una necesidad: siempre que necesitas, lo necesitado no aparece. No aparece porque lo estás bloqueando. Lo estás bloqueando porque estás imprimiendo, de forma involuntaria, una de las emociones más poderosas: el miedo.
En todos los ejercicios de meditación, relajación, autohipnosis, visualización, en todos ellos es extremadamente importante sentir emociones positivas que nos hagan ilusionarnos. Procuramos potenciar lo que imaginamos y lo que deseamos para nuestra vida mediante la aplicación de un combustible poderoso: la ilusión.
Sencillamente ábrele la puerta a lo que deseas, crea un espacio vacío en el cual encaje aquello que quieres y no le pongas condiciones, no permitas que tu ego, con sus limitaciones, miedos e inseguridades, sabotee el resultado.
Toma la decisión hoy mismo de ser feliz. «Hoy soy feliz». Punto.
El hecho de tener bienes materiales, de disfrutar de cierto desahogo económico, de poder ir de vacaciones, tener un automóvil más grande o más bonito, son cosas que dependen de situaciones en que entran en juego factores que no podemos controlar por completo.
Por eso no existe una fórmula para el éxito en los negocios o para hacerse rico. Todo lo que es material nos puede ser arrebatado y, por lo tanto, constituye una forma de poder inestable.
En cambio, es posible que coincidas conmigo en que nadie puede arrebatarte tus valores: tu honor, tu coraje, tu compasión, tu sinceridad, tu cortesía... Hay una larga lista de principios y valores que dependen por entero de nosotros.
Esos valores nos aportan un «poder» estable, no dependiente de los mercados financieros o de las crisis bursátiles. Si has sido un promotor inmobiliario honesto, tal vez hayas dejado de ganar dinero, pero seguro que no han podido arrebatarte tu bienestar interior.
Cualquiera que tenga esos valores y principios puede estar seguro de repetir su éxito en cualquier situación y generar cosas positivas, independientemente de factores externos.