Su madre, Mildred Dean
El 13 de julio me llevaron a casa: estaba desahuciada, me quedaban solo unas horas y no quería morir en el hospital. Sufrí horrores durante el traslado en coche, la morfina casi no me hacía efecto, pero cuando vi mi casa me tranquilicé. Pensé que podría irme en paz. Me instalaron en nuestra habitación y a Jimmy lo dejaron venir a verme. Apenas hablamos. Tomó mi mano entre las suyas; miraba hacia otro lado y, de vez en cuando, fijaba sus hermosos ojos azules en los míos, un gesto furtivo y desgarrador; nos despedimos de esta manera.
Me morí el 14 de julio a primera hora de la tarde.