LOS GAYS CRISTIANOS
El mundo de los homosexuales cristianos merece una consideración especial dentro de un libro de autoayuda que procure, lógicamente, mejorar la calidad de sus vidas, y por tanto, la autoestima en toda la extensión del término, incluida la dimensión religiosa y espiritual. El dogma de la Iglesia Católica, con una visión fundamentalista de la sexualidad humana, no pone fácil a los gays cristianos la canalización de su afectividad sexual —tampoco a las lesbianas, aunque a éstas las relega a un segundo plano—, al no permitirles sentirse comprendidos, valorados, acogidos y amados, dentro de una institución en la que, paradójicamente, sabemos, a través de los estudios antropológicos de campo realizados, que en su propio seno, el número de homosexuales es notablemente superior al de la población laica.
En una entrevista que realicé a Ángel, un joven universitario cristiano de treinta y dos años, me refería que dentro de la Iglesia Católica existen dos posiciones bien diferentes y encontradas. Mientras que para la alta jerarquía la actitud más absoluta de indiferencia y condena hacia la orientación homosexual está presente, para las comunidades de base el enfoque de la sexualidad es bien distinto[17].
El ataque frontal que condena principalmente a los gays, a las lesbianas no tanto, a recluirse en el grupo de los pecadores es la consecuencia de una interpretación tradicional de las sagradas escrituras, sin tener en cuenta el momento histórico en el que estos textos bíblicos fueron escritos: «Hay que saber interpretar la palabra de Dios y la Iglesia Católica a diferencia del Islam reconoce que las sagradas escrituras están inspiradas y no dictadas por Dios». En este punto se diferencian la religión cristiana de la mahometana. En este sentido, hay que pensar que las escrituras están llenas de rasgos culturales de la época en que se escribieron. Es obvio que el «modus vivendi actual» resulta bien diferente del de hace más de dos mil años. «Sin embargo hay enfoques culturales que se han mantenido como si fuesen leyes divinas, y cuando los descubrimientos científicos, filosóficos o tecnológicos los han dejado sin base, la Iglesia Católica ha intentado mantenerlos hasta que han sido insostenibles y se ha visto obligada a rectificar». «La jerarquía lucha por mantener inalterable todo el corpus teológico-jurídico sobre el que se apoya para mantener su estatus y su poder». Esto choca frontalmente con el mensaje de Jesús, que deja sin argumentos ni base la actitud condenatoria y discriminadora de la jerarquía eclesiástica hacia los homosexuales sean cristianos o no. «Los gays cristianos trabajamos por cambiar actitudes homófobas, nunca por destruir. Lo que pretendemos es que seamos aceptados todos por igual». «En nuestro país, el nacionalcatolicismo de la dictadura franquista todavía pesa». «Con relación al sentimiento de culpa y de pecado por ser gay, que, indudablemente ha causado daños irreparables en muchos homosexuales, existe una diferencia notable entre las personas que como yo, hemos profundizado en nuestra fe, y los que se han quedado en una fe infantil. Es muy importante una evolución personal para dejar atrás esta fe pequeña en la que Dios es el castigador a una fe más profunda en la que Dios esté presente en nuestra vida». «Los sentimientos de culpa desaparecen cuando se ha hecho una evolución en la fe y se conoce de verdad el mensaje de Jesús y la función liberadora del mensaje de Cristo». «De las cosas que más me indignan es ver que muchos cristianos homosexuales se han apartado de la Iglesia por causa de una jerarquía recalcitrante. Los errores humanos en la interpretación de las escrituras han sido los causantes de esta realidad».
Verdaderamente resulta encomiable observar, desde la perspectiva de un no católico, la valentía de estos grupos dentro del propio seno de la Iglesia, al cuestionar algunos de los dogmas que la Congregación para La Doctrina de la Fe defiende a ultranza, desde la sinrazón de mantener un poder económico, político y social tan fariseo como el de la propia época del maestro Jesús. Estas posturas intransigentes, entre ellas la condena del uso del preservativo, que puede llevar a muchas personas a infectarse de enfermedades de transmisión sexual, es otro sinsentido que nos muestra claramente que no es el amor a la humanidad y su salvación los que mueven sus intereses.
Mariano y Jorge, matrimonio de gays católicos
A continuación aportamos las historias personales de una joven pareja casada de gays cristianos, Mariano y Jorge, que mantienen una relación que ya cuenta con más de diez años.
Mariano: Considero que primero hay que hablar de lo que significa ser gay y ser cristiano, qué sentido tiene y en qué confluyen. Yo creo que independientemente de la orientación sexual que tenga una persona está también su dimensión espiritual o su no dimensión espiritual. Dentro del colectivo homosexual, no solamente en España, sino en el mundo entero, hay budistas, católicos y judíos homosexuales; muchas veces, cuando hablamos de este tema, nos referimos a los gays cristianos, porque en España la religión católica es la mayoritaria por tradición histórica. Por ejemplo, en Barcelona, hay un grupo de judíos gays, en Madrid ha habido uno, no sé si todavía existe, de budistas homosexuales. En Inglaterra y Francia hay organizaciones muy numerosas de musulmanes homosexuales que, al vivir en una sociedad más laica, les permiten compatibilizar su creencia religiosa con su orientación sexual, que reivindican, y, de hecho, salen a las manifestaciones como homosexuales musulmanes. Entonces vemos que es algo que forma parte de la esencia del ser humano: la espiritual y la sexual, que no tienen por qué ser incompatibles. Ahora bien, es cierto que, en España, se asocia mucho religión con Iglesia Católica, y la Iglesia Católica con dogmatismo y cerrazón y persecución a los homosexuales. Entonces, por esa asociación de ideas, es lógico que en algunas personas hayan presentado un rechazo a todo lo que tenga que ver con la religión.
Es decir, ¿existe una actitud fundamentalista por parte de la Iglesia Católica conservadora de la jerarquía y de la Doctrina de la Congregación de la Fe?
Jorge: Sí, por parte de la jerarquía hay una actitud muy negativa y que va en aumento.
Mariano: Porque ya lo último es la prohibición de los homosexuales al sacerdocio dentro de la Iglesia.
¿Qué curioso, verdad?
Mariano: Bueno, es notorio, hay un estudio que por lo visto reconoce que, en los Estados Unidos, el cincuenta por ciento de los seminaristas, son homosexuales. En California hay un movimiento de sacerdotes que se han querido ordenar como homosexuales y que el día de su ordenación han reivindicado que eran gays. Y yo no sé en Estados Unidos cómo se va a encajar eso, porque al estar más lejos de Roma, la posición de la jerarquía se toma de otra manera. Es cierto que ha influido muchísimo todo el tema de los abusos a menores. Esto ha hecho un daño tremendo. Yo creo que el daño lo ha hecho, en general, a los gays, porque esto se ha utilizado para mezclar una cosa con la otra y los abusos sexuales a menores y la homosexualidad son asuntos bien diferentes.
A veces he dicho con un toque un tanto lúdico, para quitarle un poco de hierro al asunto, que tiene que ser un «misterio doloroso» ser cristiano y gay con la actitud reaccionaria que mantiene la Iglesia Católica.
Mariano: Es un proceso personal que requiere acompañamiento, que hace necesaria la existencia de grupos. Los grupos de gays cristianos son importantísimos. Es fundamental, porque es donde encuentras el apoyo.
Jorge: Es donde encuentras referentes, a través de esos grupos; al final hay mucha gente dentro de la Iglesia que no piensa como la jerarquía. Nosotros, Mariano y yo, gracias a tener las mismas creencias religiosas, hemos conseguido que la pareja sea más fuerte y luchar dentro de la propia Iglesia para que ésta cambie. Dentro de la Iglesia encuentras gente que no piensa igual que la jerarquía y lo bueno que haces con ella es ir a grupos de confirmación y hablas del tema de la homosexualidad; a muchos de ellos, cuando lo ven, les choca, les sorprende e incluso lo aceptan, porque nunca en su vida, con diecisiete años, les habían hablado de la homosexualidad, ni sus padres, ni en el colegio, ni en ninguna parte.
[Considero de un valor incalculable el trabajo que llevan a cabo desde dentro de la propia institución católica personas de una espiritualidad cristiana a fin de procurar que se produzcan cambios positivos que faciliten el reconfortar las vidas de los gays cristianos.]
Mariano: Y para hacer un proceso personal es muy importante leer, yo ahí sí creo que es fundamental leer libros que, desafortunadamente, no están en librerías comerciales, pero es muy necesaria la teología. Hay algunos que se preguntan «¿Existe una Teología Rosa?», pues existe, pero no está como tal denominada; pero si ha habido autores que han estudiado el tema de la homosexualidad y la religión y que lo han hecho desde un punto de vista crítico, entonces ha habido autores que han interpretado la Biblia y los escritos en lo que a la homosexualidad se refiere. Ha habido otros que han ido más allá y han estudiado textos y han descubierto cómo la Iglesia, institucionalmente, ha bendecido uniones de homosexuales hasta el siglo XIII; cómo a John Boswell le costó hacerse con la documentación y cómo después de él nadie ha podido sacar esos documentos del Vaticano porque estaban muy cerrados. Ahora lo niegan y la jerarquía dice que jamás ha existido el matrimonio homosexual dentro de la Iglesia y niegan que ellos mismos los hayan celebrado. Por eso creo que es muy importante leer. En Estados Unidos y en Inglaterra hay una enorme producción de este tipo de literatura. Aquí se traducen algunas cosas, pero es más limitado. Y esto es algo fundamental, porque claro, tú necesitas tener unos conceptos claros, y si lo único que lees es lo que dice el nuevo catecismo o lo que dice la Iglesia en sus boletines, te puedes volver loco. Es decir: lo fundamental para un gay cristiano son los grupos y después leer. Después, tener contactos con teólogos y personas, porque dentro de la propia enseñanza académica de todo lo que es teología y enseñanza religiosa hay profesionales que están muy ocultos, pero que son unos pozos de ciencia.
Todo esto a mí me hace pensar una cuestión. Vosotros sois gays cristianos de un nivel cultural alto, muy concienciados y que estáis trabajando en COGAM o en la Federación LGTB. Tenéis un nivel de conocimientos elevado, pero hay otros gays cristianos en los que tengo un poco la sensación de que esta actitud por parte de la alta jerarquía puede generar serios sentimientos de culpa.
Mariano y Jorge (a dúo): Sí, es verdad.
Y yo quería abordar el tema de cómo son esos sentimientos de culpa que vosotros habéis podido observar en personas que todavía no tienen ese rodaje y esa historia vuestra.
Jorge: Al grupo llega gente muy destrozada, sobre todo porque ellos son muy creyentes, respetan la doctrina de la Iglesia y entonces no entienden por qué les rechazan y por lo tanto no asumen su homosexualidad Se crea una conducta de culpa, ellos se sienten culpables, se consideran enfermos en algunos casos.
Mariano: Y a veces interiorizan la homofobia externa y eso es un proceso que hay que trabajar con psicólogos, pero ¡fíjate qué cosa más curiosa! A nosotros nos ha venido gente derivada de psicólogos. Es decir, cuando ha habido pacientes que han dicho «tengo unos sentimientos de culpa tremendos porque soy creyente y además homosexual», el psicólogo nos los envían.
Es una postura inteligente por parte del psicólogo.
Jorge: Sí.
Estamos hablando de los sentimientos de culpa y la patología que esto puede generar.
Jorge: Claro, así es.
Mariano: Para mí lo positivo es que se mande por parte del psicólogo cuando ya ha atendido al paciente, pues es bueno que esa persona tenga un referente.
Jorge: Y qué mejor que quitarte ese sentimiento de culpa, de creerte que estás enfermo o que tú no puedes pertenecer a la Iglesia porque eres homosexual y chocan tus sentimientos, vivencias y creencias con lo que la Iglesia dice.
Mariano: Los psicólogos, en general, para cualquier problema de autoaceptación que tiene relación con la homosexualidad, muchas veces recomiendan el grupo, porque dicen que es la manera de ver tu problema reflejado en otras personas y esto hace que lo objetivices y que puedas ver que si a otros les pasa lo mismo y han tomado tal o cual dirección, pues han encontrado una orientación.
Jorge: Y aquí ha pasado a chicos que han llegado destrozados completamente, provenientes del Opus Dei o de los Legionarios de Cristo.
[En mi experiencia como psicoterapeuta me he encontrado con homosexuales cristianos en los que su dimensión religiosa y su espiritualidad, como consecuencia del funda-mentalismo del dogma católico, ha quedado no ya bloqueada, sino mutilada, y esto es lo más grave, ya que una dimensión esencial en ellos para dar un sentido profundo y auténtico a sus ideas está prácticamente muerta.]
Mariano: Yo de esta labor sí estoy muy contento. Cuando ves entrar gente que está machacadísima y cuando ves que con el paso del tiempo hace una vida normal y que ya está integrada y lo tiene asumido, eso merece la pena más que cualquier otra cosa.
Jorge: O cuando vas a una parroquia y se te acerca un chico de dieciséis años para decirte que es igual que tú… Ayudas a mucha gente.
Mariano: La gente necesita su tiempo y necesita su espacio donde poder trabajarse y donde poder decir: bueno, pues ahora mismo tengo un sentimiento de culpa, no se muy bien cómo ordenarme internamente, pero yo creo que la vivencia hace muchísimo. Nosotros hemos hecho salidas, hemos hecho convivencias, leemos, reflexionamos, tenemos compañeros que han sido religiosos y eso ayuda mucho porque calma; hay gente que tiene mucha necesidad de que alguien que venga de la vida religiosa les dé como un apoyo, digamos como del pastor, por decirlo de alguna manera y nosotros tenemos compañeros que han sido o son religiosos y sacerdotes.
Vosotros, con vuestra experiencia, ¿cómo veis que está afectando a la autoestima de estos gays cristianos que no saben cómo encajar la dimensión espiritual religiosa cristiana y los sentimientos de culpa? Mariano: Hay muchas maneras de encajarlo. Yo he visto tres. Hay gente que de repente rompe con su vida religiosa y dice: ¡no quiero saber más!, como esto me supone un quebradero de cabeza y un comecocos, y no sé como afrontarlo porque libros que aborden este tema no hay en todas partes, y a internet no tienen acceso todos. Y dicen ¡se acabó!, a partir de ahora no quiero saber nada de religión.
Jorge: Y son gente que se vuelve muy contraria y crítica con la Iglesia. Se vuelven muy radicales; por otro lado, es una postura lógica. Cuando a la gente se la reprime, por algún lado salta, y es gente que se vuelve muy reaccionaria contra la Iglesia y muy anticlerical. Otros lo combinan con contradicciones. Yo creo que depende del punto de reflexión de cada cual, según su formación. Otros lo viven con contradicciones, lo cual es lógico también.
¿Existe una pastoral para gays y lesbianas homosexuales?
Mariano: En Estados Unidos, sí. En España no y además la jerarquía española no quiere.
Jorge: Está muy claro lo que no les interesa.
¿Y tampoco existe una pastoral para gays y lesbianas cristianos en las comunidades de base?
Mariano: En las comunidades de base lo que hay es un grado de apertura y acogida, pero como pastoral no existe. Se han hecho misas en las que se ha hablado de homosexualidad con tranquilidad. Sabemos de sacerdotes que han casado a parejas homosexuales.
¿Qué han casado a parejas?
Mariano: Sí. Lo han tenido que hacer en privado, pero no tiene reconocimiento canónico oficial.
¿Equivale a un acto simbólico?
Mariano: Es un acto simbólico. Es una bendición privada. No es un matrimonio canónigo.
Jorge: Sí, quiero puntualizar que hay muchas parejas de gays cristianos que necesitan de este acto simbólico, porque tú, fíjate, yo no sé si se podrá poner esto o no, yo, como coordinador de esta comisión de asuntos religiosos, he tenido un montón de parejas que me han pedido que yo les casara. Yo que no soy sacerdote, y que no soy teólogo. Y esto sí que resulta chocante.
Mariano: Tienen la necesidad del pastor.
Jorge: Exacto.
Mariano: Pero por otro lado es lógico, desde ese punto de vista, ¿no va la gente a la Iglesia, me refiero a los creyentes en general, cuando tienen un problema o una duda por algo?
Yo por mi experiencia como psicoterapeuta, comparto absolutamente lo que estáis diciendo, me he encontrado, efectivamente, con personas con una dimensión espiritual totalmente rota, y entonces lo que he intentado como psicólogo ha sido diferenciar lo que es la dimensión espiritual de la dimensión religiosa. La dimensión espiritual la considero una ética natural y la dimensión religiosa la he centrado más en temas dirigidos a una orientación hacia una determinada religión, la que sea. Ahí yo no me he metido puesto que yo no soy teólogo. ¿Eso como lo veis?
Mariano: Pues, efectivamente, yo creo que es una ventaja ser gay cristiano y no un fastidio. Yo creo que te hace reflexionar, o por lo menos, te puede hacer reflexionar más, o te puede hacer pensar o repensar lo que significa la religión, lo que significa la espiritualidad en lo que es la vida de uno mismo; porque hay veces en que se sigue la religiosidad como una inercia, sobre todo en países donde la religión ha estado muy mezclada con la cultura. Entonces, efectivamente, hay gente que confunde religiosidad con espiritualidad. Hay veces que ambas puedan ir unidas, pero hay veces que no, hay gente que no es muy religiosa pero si muy espiritual. Entonces, ¿qué ha ocurrido en España? Que siempre la espiritualidad, hasta hace bien poco, ha venido de la mano de la religión.
Estoy pensando algo que a lo mejor suena un poco fuerte, y nada más lejos de mi deseo que herir vuestras sensibilidades, pero ¿no pensáis un poco, yo al menos confieso que sí lo estoy pensando, que sois los gays cristianos, mártires de vuestra propia religión?
Mariano: Pues mira, yo te voy a contestar con una palabra que creo que lo hablamos nosotros en algunos congresos, y es con lo que me he quedado; no recuerdo exactamente en que congreso el eslogan era «Profetas de la Esperanza» y luego, leyendo dije: ya sé de dónde ha salido profetas de la esperanza, de un texto de Benjamín Forcano en el que analizaba la homosexualidad en el año setenta y pico y decía más o menos: el gay cristiano tiene la oportunidad de reflexionar y hacer reflexionar a otros sobre cuestiones vitales en las que recaen los prejuicios y que requieren una ardua tarea de sensibilización. Profeta es aquel que trae la verdad y se la descubre a otros.
Pero a veces los profetas suelen convertirse en mártires.
Mariano: Puede ser que sí. Yo te digo que me gusta tanto la palabra profeta, me parece tan bonita, que creo que es cierto. Si tú eres cristiano, tu deber en cierta forma es en donde puedas y donde debas, pues abrir los ojos a otras realidades.
Jorge: Pero es necesario como un deber.
Mariano: Donde haya injusticia, allí hay que estar y denunciarlo, y para ello no es necesario encadenarse en una Iglesia, pero sí estar ahí y apoyar a otros que estén pasando por un mismo proceso. Sí, es necesario en algún momento hablar en un foro, hacerlo y dar tu testimonio. Creo que hay miles de cosas que se pueden hacer y considero que como gays cristianos que hemos pasado por este proceso, nuestro deber es estar ahí, y en esto coincidimos la mayoría de todos nosotros en las asociaciones.
¿Sois muchos los gays cristianos que estáis en la Asociación?
Mariano: En España hay quince grupos.
Jorge: Es chocante, pero los encuentros más numerosos son los encuentros de gays cristianos.
Entonces hay un porcentaje muy elevado dentro de las Asociaciones.
Jorge: Muy elevado, no somos una minoría. Resulta chocante porque en los grupos de gays y lesbianas mayoritarios del Estado Español, como el Lambda de Valencia, el de Barcelona, aquí en Madrid en COGAM, en Geitu en San Sebastián, los grupos más numerosos son los de gays cristianos. Gente además muy involucrada. Por ejemplo, los datos que decía Mariano antes de que en Estados Unidos, el cincuenta por ciento de las personas que se dedican al sacerdocio son homosexuales. Aquí también lo ves.
¿Por qué hay tantas personas gays cristianas?
Mariano: En Estados Unidos, para que te hagas una idea, hay un movimiento tal, que tienen delegaciones en todos los estados; se llama Dignity y tiene una página web, por si lo quieres mirar: dignityusa.org.
Cambiando un poco el tema: ¿vosotros sois pareja?
Ambos: Sí.
Los dos sois cristianos. ¿Cuántos años lleváis como pareja?
Jorge: Casi diez.
¿Pertenecéis a familias religiosas católicas?
Ambos: Sí.
¿Cómo han encajado vuestras familias vuestra homosexualidad y vuestra relación de pareja?
Mariano: En mi caso bien, y además fíjate, le han dado una interpretación parecida. Que lo importante es ir más allá de lo dogmático y en ese sentido ellos entienden que, como padres, tienen que valorar lo mejor para su hijo y si su hijo es feliz pues eso es lo que cuenta. Por supuesto, discrepan de la posición de la jerarquía en este punto, de la misma forma que pueden discrepar de otro tema que les pueda parecer una barbaridad. Yo creo que en ese sentido no han sido dogmáticos. Son creyentes, pero dentro de una línea de decir, la razón no está reñida con la fe.
Jorge: Mi familia también lo acepta bien. Al principio, pues ya se sabe, todo este tema es tan desconocido para la familia porque es conservadora, yo he estudiado en colegio religioso, y por ejemplo, a mi hermana le costó mucho aceptarlo. Pero tú fíjate cómo ha cambiado la vida que mi hermana es la primera defensora. En un principio no lo entendía y decía que yo estaba en pecado, ¡pues claro! Lo que decía la Iglesia y lo que te han inculcado…
¿Hay algún aspecto que no hayamos abordado y que os apetezca abordar?
Mariano: Yo creo que el compromiso de los grupos gays con los grupos gays cristianos. Es importante hacer entender a las asociaciones y al movimiento asociativo que estamos y que es necesario que estemos.
¿Os sentís bien aceptados por parte de los grupos gays?
Jorge: Ahora sí, pero ha costado muchísimo. No siempre se ha entendido esto, por lo que hemos hablado siempre de que la asociación que hay de religión con Iglesia Católica y Doctrina Oficial de la Iglesia y dogmatismo y demás. Entonces, en algunos momentos, no se nos ha entendido bien.
Mariano: Y, a veces, creo que nuestro papel no está del todo reconocido. Yo creo que tan necesarias son las necesidades materiales como las espirituales; creo que ambas forman parte de la dimensión de la persona y me parece muy digno que haya voluntarios tanto en un campo como en otro.
Jorge: Al principio pensaban que éramos cuatro beatas en una mesa camilla. Y nos costó cambiar esa idea muchísimo y para aceptar que este grupo cristiano pudiera trabajar en el colectivo de COGAM, se aprobó por un voto.
Hay una homofobia por parte de la Institución Católica ortodoxa y bienpensante, y por parte de los gays no católicos. ¿Esas homofobias son reales, o me las estoy yo imaginando? Mariano: Son reales, pero en COGAM cada vez menos.
Jorge: Porque yo creo que la presencia que hemos tenido este año en la Manifestación del Día del Orgullo ha sido de cientos con una pancarta inmensa que ponía: «Cristianos por el matrimonio homosexual, no a la Homofobia» y detrás, como treinta pancartas de COGAM más un montón de otras asociaciones de España, que han venido a apoyarnos. ¡Es que éramos cientos! Hemos tenido el apoyo de muchas asociaciones de base.
Mariano: Creo que ya se nos está entendiendo. Pero yo creo que en un primer momento esto ha generado prejuicios. El prejuicio es libre pero al final…
Jorge: Ese rechazo de la gente a que estuviéramos trabajando en los diferentes colectivos… Al final se han dado cuenta que nosotros no trabajamos para beneficiar a la Jerarquía, sino todo lo contrario.
Mariano: Yo creo que estamos en una sociedad, si no enferma, si deformada, está todo muy mezclado. Todas las realidades están tan desnaturalizadas y todo converge, se mezcla, y socialización se entiende un poco con dejar apartados una serie de temas. Normalmente, la gente, cuando sale por ahí, no comenta su vida espiritual, le tomarían por chiflado en determinados ambientes, pero precisamente por la desnaturalización que hay. Yo creo que cualquier persona, en una sociedad sana, puede comentar que tiene toda una serie de dimensiones, su dimensión social, sexual, espiritual, y que puede trabajar las distintas partes de ellas con toda naturalidad y que ninguna le incompatibilice la otra. Eso cuando vivimos en sociedades sanas. Cuando vivimos en sociedades donde las realidades están adulteradas, pues yo creo que es lo que pasa.
Os agradezco muchísimo vuestra colaboración. No sé si hay algún aspecto más que queráis abordar.
Mariano: Nada hay más bello que ver cómo transformas las realidades de tu propia experiencia. Cómo transformas las realidades de otros a partir de tu propia experiencia. Yo creo que eso no tiene precio y que a esa circunstancia en la que dices «¿Por qué estoy yo en esta situación?» «¿Por qué me ha tocado a mí?» puedes darle la vuelta y decir «porque es una oportunidad para convertirte en un agente transformador», que a su vez es lo que te enriquece como persona. Creo que ese sentimiento no tiene precio y que puede incluso afianzar tu identidad y dices «¡Pues sí!, el que yo pasara este proceso sí tenía sentido.»