IDEAS SOBRE LOS GAYS PARA UN LIBRO DE AUTOAYUDA.
LA APORTACIÓN DE LA FUNDACIÓN TRIÁNGULO
De entre todas las dinámicas de grupo llevadas a cabo a los colectivos de gays y lesbianas en la Fundación Triángulo, hemos recopilado literalmente una serie de ideas, opiniones y pensamientos que fueron verbalizados en las sesiones. Nos parece interesante exponerlas, ya que nos van a permitir profundizar en las inquietudes más importantes para estas personas.
Los gays
Los aspectos importantes que debe abordar un libro de autoayuda son:
—«Entre los temas que se deberían de tratar en un libro de autoayuda estarían la salida del armario o el permanecer dentro en la invisibilidad».
—«Con relación a la invisibilidad en el mundo laboral: ¿qué es mejor? ¿Lo haces público o lo ocultas? ¿Sales del armario o te quedas en él?».
—«Mi opinión es que se debe estar fuera del armario pero el riesgo y peligro que se puede correr en el mercado laboral es grande».
—«Te pueden hacer mobbing en el trabajo, o inclusive tú mismo indirectamente te lo haces al sentirte incómodo con tus compañeros».
—«Si tú cuentas en tu trabajo que eres gay y la situación es favorable bien, pero si no, es mejor que no digas nada, porque allí vas a ir todos los días y nada menos que ocho horas».
—«Tampoco hay que olvidar la hipocresía ante la aceptación de la homosexualidad en el trabajo».
—«Muchos prefieren mantenerse invisibles en el trabajo y dicen: yo no tengo que hablar de mi vida privada, y estoy de acuerdo, pero, a veces, te cuesta; por ejemplo, si todos los heterosexuales están hablando de su pareja, tú te tienes que callar y no decir nada de la tuya».
—«Si fueras heterosexual dirías cosas que por ser homosexual no dices y ése es el problema».
—«No es que no nos guste hablar de nuestra vida privada, sino que nos asusta que se enteren y nos hagan daño».
—«Nos tenemos que hacer visibles: cuanto más, mejor».
—«Cuando nos decidimos a salir del armario quizá la mejor manera sea decírselo primero a un amigo o amiga, y lo peor que te puede ocurrir es que reaccione mal; entonces te vuelves al armario y ya no sales».
—«Aunque más o menos intuyes quién va a reaccionar bien o mal, curiosamente, cuando he salido del armario y lo he dicho, quienes pensaba que iban a reaccionar bien han reaccionado solo regular, y otros de quienes no tenía tanta seguridad, han reaccionado positivamente».
—«Normalmente es poco común decírselo primero a los padres».
—«Hay padres que reaccionan bien, pero generalmente no suele ser así».
—«Con mi madre he tenido dificultades. Todavía no hemos tenido una conversación. Mi madre prefiere mirar para otro lado y hacerse la tonta. Prefiere obviarlo y no hablar del tema y para mí es la postura más cómoda, y si no te pregunta: “¿Y adónde vas?”, pues mejor».
—«Hay padres que cuando se enteran se obsesionan y los tienes siempre encima, incordiando».
—«Mi hermana, cuando se lo dije, como es tan conservadora, se lo tomó fatal. Se puso a llorar. Hace de esto ya cinco años, y no ha vuelto a hablar».
—«Mi familia lo sabe, pero del tema no se habla».
—«En mi caso es curioso que siendo chico haya tenido problemas con mi madre, cuando por otros amigos sé que las madres son las que mejor entienden la condición homosexual del hijo. Casi siempre la madre acepta mejor que el hijo sea homosexual».
—«Los padres generalmente reaccionan mal de entrada. Hay excepciones, pero son los menos».
—«Mis padres lo aceptaron mal y pensaron que yo tenía que hacer terapia. No les entraba en la cabeza que fuera gay por mi aspecto normal. Y ahí está la diferencia de percepción que tiene mucha gente sobre lo gay y lo no gay».
—«Mi familia acabó aceptando mi condición gay cuando vieron que yo seguía siendo la misma persona. No me volví violento ni raro».
—«Apartándonos de la familia de la que vienes, lo importante es la familia que tú vas a crear con tu pareja y los posibles hijos que se vayan a adoptar».
—«Una de las dificultades mayores con las que me he encontrado ha sido mi propia autoaceptación. Me costó aceptarme».
—«El dar el primer paso de contárselo a alguien y hacerlo público».
—«De más joven me costaba muchísimo relacionarme con chicos heterosexuales por mi timidez y me relacionaba más con chicas».
—«Es duro tener que vencer el acoso de tus iguales, ya sea en la escuela o en el instituto. Hacer frente a las burlas en la época de adolescente te hace mucho daño, y a menudo, no sabemos de qué manera podemos hacer frente a esas burlas».
—«Cuando sospechan que eres homosexual y se burlan, pueden frenar tu misma salida del armario».
—«Me llamaron maricón al empezar el instituto con quince años».
—«A veces el último en darse cuenta de que eres gay eres tú mismo».
—«Las situaciones de angustia que te genera la Iglesia Católica en esa época adolescente de que puedes cambiar y ser heterosexual son fuertes. Cuando lees en un libro de religión que la homosexualidad es pecado y vas a misa y oyes al cura decir esto, te influye negativamente. Y ésa era una de las dificultades con que me encontraba yo, y con ello se tambaleaba mi proceso de adaptación».
—«Mi condición homosexual me ha generado sentimientos de culpa. La primera persona a quien se lo confesé fue a mi cura, y me dijo: tranquilo, pero no vuelvas a tener una relación con un chico, porque es pecado».
—«La religión católica en ese periodo de aceptación de la adolescencia nos genera un sentimiento de culpa que nos hace más difícil aceptar la condición de gay o lesbiana».
—«La verdad es que la religión católica te influye mucho. Yo cuando tenía quince años, la única vez que oí hablar de la homosexualidad en el instituto fue en una clase de religión para condenarla. Y eso fue hace solo nueve años. Si cojo aquel libro de religión, seguro que viene».
—«Superar los problemas que te genera tu condición de gay no son fáciles. Hay que trabajar a nivel personal, temas educativos y sociales en general».
—«Sobre todo la autoaceptación y el miedo al rechazo».
—«Hay una falta de modelos de vida en común».
—«No me veo con una pareja estable muchos años. No tengo modelos de vida en común y esto para mí es muy importante».
—«Tengo veinticinco años y tengo pareja, pero me horroriza pensar verme con cincuenta años y solo».
—«Es que los modelos de vida que tenemos son un poco de promiscuidad estilo Chueca».
—«Yo creo que esto le pasa a bastante gente, más a los gays que a las lesbianas».
—«Todo depende, a mí personalmente la soledad no me asusta».
—«Para mí, hay problemas que todavía no he superado, por ejemplo darme besos con mi pareja en público».
—«El futuro lo veo con optimismo, con mi pareja, formando una familia».
—«Yo también, pero me preocupa cuando sea de la tercera edad»
—«También el acoso de los iguales lo tienes de mayor. Te lo puedes encontrar en el mismo Chueca. La musculoca, si tú no lo eres, te rechaza. Hay un canon de belleza y el que no lo cumple se le margina»
—«Cuando entras en un bar gay, se vuelve medio bar a mirarte y eso no pasa en un bar mixto»
—«Para mí, Chueca no significa toda la realidad gay y lesbiana. A veces, no parece más que un estereotipo. Yo, personalmente, no me veo representado en lo que veo allí».
—«Chueca no es significativo de todo el mundo gay. Solo de una parte.»
Las lesbianas
Los problemas más importantes que debe tratar un libro de autoayuda resultan ser bastante concordantes con los de los gays, si bien apreciamos algunas diferencias significativas que conviene matizar:
La construcción de la propia personalidad, porque no tenemos modelos, ni referentes. La Visibilidad. El machismo de los hombres.
—«Siempre hemos carecido de modelos y de referentes. Nunca los hemos tenido».
—«Para los hombres, el referente homosexual masculino, siempre ha estado más presente, Oscar Wilde, Jesús Vázquez, Boris Izaguirre».
—«Para las lesbianas es mucho más complicado, porque hay muchas menos lesbianas conocidas a nivel audiovisual que gays en España».
—«Hay que comprender que la invisibilidad de las mujeres lesbianas es una defensa para ser más libres».
—«Para mí, la invisibilidad es una decisión personal y no me causa ningún problema».
—«Yo no comparto esa opinión. Preferiría más visibilidad y que este libro de autoayuda que estás haciendo, dentro de veinte años, no valga para nada».
—«Qué mal se pasa cuando una quiere ser visible y tiene tanto miedo. Es un miedo sensato, porque se sabe los riesgos que se corren».
—«Yo se lo dije a mi familia a los veinte años, y tengo treinta y cinco; y el otro día mi padre me dijo: “A ti es que se te ha metido esto en la cabeza”. ¡Después de quince años! La situación para mi familia es de negación. Yo para mi familia soy un ser que trabaja, ésa es mi misión en el mundo, mi leitmotiv, no tengo vida privada ni afectiva».
—«Estoy de acuerdo, porque a mí me pasa igual. Mi familia conoce a mi pareja, pero nadie me ha preguntado nunca nada. Ni mi hermana que es de la generación que en el 68, corrió delante de los grises en la universidad, pero de nada le sirvió correr tanto».
—«Yo a mi hermano, cuando se lo conté, estaba conduciendo y le dije: tengo que darte dos noticias, una es de trabajo y la segunda, que soy lesbiana, y estoy saliendo con una chica. Casi nos matamos».
—«El otro día, en mi empresa, un compañero empezó a hablar de la nueva Ley de matrimonios del mismo sexo y dijo: “aquí no creo que haya nadie que tenga dos cojones de venir a esta empresa diciendo que se casa con alguien de su mismo sexo, porque se juega el puesto”; y yo, oyendo a este compañero pensaba: ¡madre mía, que tenga que estar aguantando esto! Y eso que en mi empresa hay siete u ocho personas que saben que soy lesbiana. Pero estos bocazas te ponen en una tesitura muy delicada; porque tú, ¿qué haces ahí?, ¿te callas?, ¿o te descubres del todo?».
—«Mi condición sexual en el trabajo tengo muy claro que nunca la diré».
—«Hay mujeres que te dicen: yo tengo una relación homosexual, pero no soy lesbiana. Y quizá en eso desde mi punto de vista, hay algo de patología, porque son lesbianas pero no saben aceptarlo y reciben palos por todas partes. En definitiva, eres homófoba y homosexual a la vez».
—«El temor a salir del armario tiene una profundidad enorme con dos vertientes, una personal y otra social».
—«El proceso de salir del armario, para muchas de nosotras, es complicado. Pero si ahora, con la nueva ley de matrimonios del mismo sexo, te casas, entonces ya sí que has salido del armario para siempre».
—«Pero para dar ese paso, en mi opinión, tienes que haberte convertido en una supermujer».
—«La salida del armario es algo muy personal, y no se puede decir: tú tienes que salir del armario como he salido yo. No. Eso es de cada una».
—«En cambio una mujer heterosexual, a la hora de casarse, no tiene que haber llegado al mismo grado de desarrollo personal, de fuerza y aguante que una de nosotras».
—«Considero que cuando una mujer sale del armario y lo dice, eso supone una liberación»
—«Existe una homosexualidad egodistónica. La homofobia internalizada, el horror de ser homosexual y homófobo a la vez».
—«No tengo superados todos los problemas como lesbiana por culpa de la sociedad».
—«Para mí los problemas están en los demás, que no me aceptan. Yo estoy contenta con lo que soy y no me cambiaría por heterosexual. He vivido en tiempos como heterosexual, pero me siento lesbiana».
—«Para mí, los dos problemas más graves con que cuento son: mi propia construcción personal y el conseguir un modelo de relación constructivo con mi familia».
—«Mi familia que sabe que soy lesbiana, no me habla salvo en situaciones médicas».
—«Vivimos en una marginalidad. Yo estoy segura que mi madre que no lo sabe, debe seguir pensando que las lesbianas tienen como cuernecitos verdes, o que son seres raros».
—«La verdad es que los chicos gays han tenido más valor en cuanto a la visibilidad. El chico también tiene una vida más a la calle, en cambio, las niñas son más de casa. En la sociedad la mujer tiene menos tiempo libre».
—«Vivimos en una sociedad patriarcal, en donde el hombre es hombre y la mujer es mujer, y todo lo que genera ser hombre va para adelante y todo lo que genera ser mujer va para abajo, y si encima eres lesbiana, judía, o gitana, peor aún».
—«Y eso que estamos en Madrid; tú vete a preguntar esto a provincias».
—«La Ley de Peligrosidad Social apenas nos afectó, porque el legislador ni se plantea que dos mujeres puedan hacer el amor, y como somos tan invisibles que no nos ven ni siquiera cuando dos mujeres van por la calle cogidas del brazo, no pensaron en nosotras».
—«Y por eso nos aprovechamos de nuestra invisibilidad; pero es un juego que nos beneficia y a la vez, nos perjudica».
—«El que dos mujeres puedan tener sexualidad culturalmente es inconcebible, porque, ¡cómo no hay pene! Fijaos qué cultura más pobre sobre la sexualidad».
—«Hay un modelo cultural en el que no se concibe tradicionalmente sexo si uno de los dos seres vivos no tiene un pene».
—«En nuestra cultura occidental, el legislador no pensó en nosotras; en cambio en otras culturas, la ablación se hace porque no tienen una cultura del pene y curiosamente, se supone que son culturas más pobres».
—«Con respecto al futuro, me lo planteo con optimismo, muchísimo mejor que mi pasado».
—«La sociedad va cambiando, va dando pasos. Pero todavía hay mujeres que no aceptaron en un tiempo su condición homosexual. Se casaron, tuvieron hijos, y después, por razones varias, se fueron con una mujer. Y esto tiene que ver con la represión de la homosexualidad femenina».
—«Hay mujeres casadas que son lesbianas y muchas de ellas dicen: “¡Y qué hago con mis hijos y la custodia de ellos!”, y se plantean la disyuntiva de “¿Qué hago? ¿Me lanzo al vacío?”».
Modelo de encuesta aplicado
1. Estoy escribiendo un libro de Autoayuda pensado para los colectivos de Gays, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales: a tu juicio, ¿qué temas consideras que se deben de tratar en él?
2. A lo largo de tu «historia personal», ¿cuáles han sido las dificultades mayores con las que te has encontrado por tu condición sexual?
3. ¿Crees que tienes ya superados todos los problemas que como GLTB te proporciona la sociedad en la que vives?
4. ¿Cuáles han sido los problemas más difíciles de superar?
5. ¿Cuántos sigues sin superar?
6. ¿Cómo te planteas tu futuro?
7. ¿Hay algún aspecto no abordado en este cuestionario que consideres se deba de tener en cuenta? Conjuntamente a esta encuesta abierta, se han realizado en torno a treinta entrevistas en profundidad, muy valiosas para poder ahondar más y matizar mejor las demandas de la comunidad GLTB.