—Me apuesto algo a que la temporada pasada estudiaste con detalle mis grandes paradas —le dice con orgullo el portero de los Cebolletas.
—No —rebate Kasi—. La verdad es que yo admiraba las fintas de vuestro capitán, que es un verdadero as del balón. Ven, Tomi, que te enseño dónde están vuestros vestuarios.
Kasi coge de la mano a Tomi, sin darle tiempo a protestar:
—Pero si yo no juego…
Sara mira a Lara sonriendo y comenta:
—Menos mal que no ha venido Eva…
Todos los jugadores se dirigen a los vestuarios siguiendo los pasos de Tomi y Kasi.
En el de los Cebolletas, Pedro sonríe. Esta vez saldrá de titular.
Por las bandas, listos para hacer pases cruzados, jugarán Pavel e Ígor, mientras Becan y João, que fueron titulares en el partido anterior, se quedarán esta vez en el banquillo con Lara. Su gemela, Sara, estará en la defensa con Dani. Nico, el capitán, organizará las jugadas desde el medio campo, como ya viene haciendo de costumbre.
Las jugadoras del Rosa Shocking visten una elegante camiseta a rayas horizontales blancas y rosa, medias del mismo color y pantalones blancos.
El campo está hecho de hierba sintética, es decir, de mentira.
El público de casa es realmente numeroso y muy participativo, y apoya a sus chicas, que nada más empezar el partido se lanzan al ataque con un gran entusiasmo, haciendo que el entrenador-cocinero Gaston Champignon se atuse casi enseguida el bigote por el lado izquierdo, el de la inquietud.
El cocinero ya se ha dado cuenta de que Beba, la número 9, que juega con una cinta de felpa en el cabello, es pequeña y veloz como un rayo. A Dani, con sus enormes piernas, le cuesta seguirla cuando cambia de dirección repentinamente.