Aquí estamos en la primera jornada del campeonato. Es el primer partido oficial de los Cebolletas sin Tomi.
El excapitán está al borde del terreno de juego, entre los espectadores, sentado junto a la señora Sofía y el esqueleto Socorro.
—¿Cómo van los ensayos de la representación? —pregunta Tomi a la señora de Gaston Champignon.
—Tirando —responde la señora Sofía—. Un par de chicas todavía no están acostumbradas al agua. No es fácil, la primera vez, bailar con la cabeza abajo…
—¿Y cómo consigue ese chico sumergirse con sus cuernos? —pregunta curioso Tomi.
—No tiene que sumergirse —explica la maestra de danza—. Es un ciervo herido que auxilian las ninfas del bosque. Al final del ballet se cura, se libera del hechizo y se convierte en un príncipe hermosísimo.
Los equipos entran al campo entre aplausos.
—¿Estás emocionado? —pregunta la señora Sofía.
—Mucho más que en mi debut con el Real Madrid. Me resulta tan extraño ver a los Cebolletas jugar sin mí… —responde Tomi con una sonrisa.
En el centro del campo, Nico, con su cinta al brazo, choca la mano del Gato, el capitán del Real Baby.
—¿No tendrás la intención de parar tan bien como en París? —pregunta en son de broma el número 10 de los Cebolletas.
—¡Qué va, mucho mejor! —exclama el portero sonriendo—. Y si un Cebolleta trata de meterme un gol, lo perseguiré con mi estridente violín…
Los chicos de Champignon se disponen en el terreno con la siguiente alineación: Fidu en la meta, Sara y Lara en la zaga, Nico en medio del campo, Becan por la banda derecha, João por la izquierda y Dani de delantero centro.
En el banquillo quedan Pavel, Ígor y Pedro.
En el vestuario, el exdelantero centro de los Tiburones Azules ha recibido la camiseta número 9 de manos del cocinero-entrenador, se la ha puesto encima y se ha mirado al espejo con una sonrisa de satisfacción. En ese momento, los Cebolletas se han mirado entre ellos y se han sentido un poco extraños, como Tomi, sentado y observándolos al borde del campo.
Es posible que Pedro esperara salir como titular, pero Champignon ha querido premiar a Dani, que durante el campeonato anterior chupó mucho banquillo sin quejarse una sola vez.
Además, los del Real Baby no son demasiado altos y los cabezazos de Dani podrían ser cruciales.
Pero la elección de Champignon también se debe a otra razón: Pedro no tiene que sentirse enseguida la estrella del equipo, debe ganarse la confianza de sus nuevos compañeros haciendo prueba de humildad.
Empezar el campeonato como reserva solo puede ser bueno para él.
La primera ocasión del partido la tiene João en un contraataque. De hecho, todo el Real Baby se ha quedado desequilibrado en ataque, a la busca de un gol por sorpresa, y ahora el extremo izquierdo brasileño puede volar hacia la meta del Gato, impulsado por el estruendo de los espectadores.
Tomi se pone de pie para ver mejor la jugada.