8- GENERAR CONVERSACIÓN. BLOQUES DE INFORMACIÓN
Javi, está muy bien lo que me estás contando, eso de crear oportunidades, de hacer sonreír, de ser la causa, de gestionar y disfrutar mis nervios... pero yo no sé qué decirle a la chica tras las primeras palabras.
Puede que esta sea, y con razón, una de tus preocupaciones. Para ello te propongo cuatro bloques de información que hemos indicado en varias publicaciones de Egoland. el libro “Seductor” incluido. No hay forma de garantizar al 100% que no te quedes en blanco, sobretodo si tu interlocutor no tiene interés o si no tiene mucha habilidad social o ingenio. Pero vamos a procurar que las probabilidades de quedarte en blanco se reduzcan, y que no llegues a ese páramo desolado del silencio incómodo sin al menos saber cierta información básica sobre la persona que tienes delante.
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¿Quién eres y qué haces aquí?
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¿Qué haces en la vida? ¿Qué te gustaría hacer en la vida?
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Qué haces en tu tiempo libre
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Qué planes tienes a corto, medio y largo plazo.
Por favor, estas preguntas son bloques de información orientativos, no mantras. Es decir, puedes preguntar: “Farah, cuando no estás trabajando ¿qué haces?”. O “Agustín, ¿qué planes tienes esta semana?. Cualquiera de esas preguntas contienen información que es natural preguntar sobre otra persona, que te puede llevar a conversaciones sobre temas impredecibles, y que os servirá para conoceros.
Además, ten en cuenta que todos los bloques se potencian, ¿cómo? En primera lugar, hablando también de ti (¿quién soy yo y qué hago aquí?, ¿qué hago en mi vida?...). En este punto, debo aclarar otro mito difundido por buena parte de la literatura sobre seducción que creo que ha hecho más daño que otra cosa. Algunos autores han promovido la idea de “si ella no te pregunta, no le des información, ya que es de ella de quien debe nacer el interés. Dar información sin que te la pidan, es mostrarte demasiado interesado o necesitado”. Basta un poco de experiencia y sensibilidad social, para darte cuenta de que muchas veces la falta de iniciativa por parte de otra persona no será por falta de interés sino por falta de habilidad social. Y te digo más, si estás leyendo estas líneas es o bien porque eres mi madre, o bien porque te interesa aprender a disfrutar más -aun- en tus relaciones sociales. Si es el primer caso, aprovecho para decirte “gracias por todo mamá” y que me gustaría que dejes de fumar. Si es el segundo, significa que estás por encima de la media en cuanto a interés por las relaciones sociales. Por lo tanto, es fácil que sin darte cuenta vayas teniendo más habilidad y recursos que la mayoría de personas.
No olvides esto a la hora de empatizar con un completo desconocido. Tú estás aprendiendo sobre habilidad social, tu prójimo puede que ni siquiera tenga ese interés. Así que no confundas la falta de interés con la falta de ingenio o habilidad para afrontar situaciones sociales poco comunes, como es la seducción de día. ¿Cómo introduzco información sobre mi si no me preguntan? Con fórmulas tan sencillas como “Ana, ya que no me lo preguntas, yo me dedico al diseño de interiores”. O “Ricardo, si sigo preguntando yo todo el rato me voy a sentir como en una entrevista de trabajo. Así que aparte de decirme si me contratarías o no, molaría que tú también preguntes”.
El segundo modo de potenciar la información propuesta es con simples preguntas como: ¿por qué?, ¿para qué?, ¿cómo?, “cuándo/desde cuando” y “con quién”. Es bien distinto contestar “soy enfermera” que explicar por qué soy enfermera.
En la misma línea, en Egoland ponemos el acento en la comunicación emocional, por lo que aunque quizá al principio cueste, otro potenciador es “qué me hace sentir”. Una vez más, no es lo mismo que una chica me diga que es bailarina, que que tras quince años bailado le pregunte qué significa el baile para ella. Si te interesa la comunicación emocional, recomiendo más que la paella de mi tía abuela los talleres de mi compañero Álvaro sobre este tema, así como su teoría bajo el nombre de “Triángulo de Helio”.
Por último, existe otro potenciador: “qué te gusta de mi/qué me gusta de ti”. Fieles a nuestra actitud de hacer sonreír a los demás, es bastante probable que tras toda la información obtenida nos resulte natural comunicar qué aspectos de nuestro interlocutor nos gustan especialmente. Sobre esto ahondaremos en las claves referidas a cualificación.
Ejemplo:
Fuera de estos grupos de información, es completamente legítimo que tú mismo vayas teniendo una serie de preguntas que te parece interesante o divertido plantear de vez en cuando: desde “qué es lo más bonito que has hecho en el último mes” hasta “Rosana, ayer pensaba que sería muy divertido llamar a mi hijo Robustiano... ¿crees que eso explica por qué no tengo pareja?”.
Como decía al principio, nada puede asegurarte una conversación infinita, pero reconocerás que con esta clave ahora resulta mucho menos probable no saber de qué hablar con un desconocido.
Ejercicio 1:
Responde a los bloques de información por escrito, tratando de desarrollar la información aplicando la mayor cantidad de potenciadores que puedas.
Ejercicio 2:
La próxima vez que quedes con un amigo, pregunta algunos de estos bloques. Te sorprenderás recibiendo información que quizá no sabías. Practica también introduciendo información sobre ti aunque no te pregunten.
Ejercicio 3:
Cada vez que se te ocurra una pregunta ingeniosa, curiosa o útil para fomentar la conversación, apúntala.
Ejercicio 4:
Lee los artículos de mi compañero y amigo Yago Bader acerca del “Filtro”
Ejercicio 5:
Lee el artículo de mi compañero y amigo Pau Navarro “21 preguntas para conocer mejor a alguien”