4- LA APERTURA Y SUS NERVIOS

Las tres claves anteriores proponen un estado mental motivado y favorable a la seducción 360º (seducción de día incluida). En esta comenzamos a tratar algo más tangible. Esa causa de la que hablábamos en la segunda clave, esa historia a la que nos referimos en la tercera, pasará siempre por un principio: la apertura.

Se ha llamado apertura al proceso en el cual comienzas a hablar con alguien desconocido, por lo que como imaginarás, no se puede hablar de apertura sin hablar de gestión de los nervios.

Como hemos comentado, lo primero que debes recordar si quieres “abrir” es que lo que estás haciendo es nuevo, y es extraordinario. Desgraciadamente pocas personas están acostumbradas a acercarse a un desconocido con la intención de decirle algo bonito, de hacerla sonreír, o de intentar conocerla. Abrir es una de esas cosas que cuesta, pero que cada vez te alegras más de ser capaz de hacer.

Aunque el miedo a la apertura, como cualquier temor, se va disolviendo en la medida en que te enfrentas a él y sientes la satisfacción de haber logrado hacer algo que cuesta, concuerdo con otros autores de Egoland Seducción en cuanto a que nunca esperes que los nervios desaparezcan completamente. Es cierto que un grado de nervios y ansiedad va decreciendo con la práctica, pero probablemente siempre estarán ahí. Humoristas como Andreu Buenafuente, a pesar de llevar a sus espaldas miles de programas, siguen sintiendo nervios cuando tienen que salir a escena. Lo mismo le ocurre a grandes actores que llevan subiendo a la tablas más de cuarenta años. Se sienten nerviosos, pero eso no les paraliza.

Como proponía Luis Tejedor en “Seductor”: “con el tiempo, entenderás que los nervios son solo una fase hacia el éxito”. Otra útil analogía del mismo autor es la siguiente: ¿has sentido nervios alguna vez antes de ir a un examen? Probablemente sí. ¿Has dejado de presentarte a pesar de ello? Probablemente no.

Poco más tengo que añadir al respecto de los nervios, excepto que suelen ser un signo de que algo vale la pena. Me alegra que acercarme a una persona que me provoca interés me provoque nervios, porque eso significa que me provoca emociones, me hace vivir. Si esos nervios algún día desaparecen completamente, si esto fuese algo rutinario y sencillo como rellenar al formulario, al quinto formulario ya no tendría interés. Creo que la seducción sin nervios sería una seducción sin emociones, por lo que si llegase a algo así, la seducción dejaría de interesarme.

Con todo, en las próximas claves veremos cómo trabajar la apertura gradualmente para sentirnos cómodos y poder empezar a disfrutar de seducir de día.

Algunos consejos que considero clave en la apertura son los siguientes:

 
  • No comiences a dar el mensaje hasta que tengas la atención del receptor. Para ello, al contrario de lo que ha dicho la literatura americana sobre seducción, sí recomiendo fórmulas verbales como “disculpa” o “perdona” para llamar la atención del interlocutor. Tengamos en cuenta que entre nuestra expectativa habitual no está que nos paren por la calle para hablar con nosotros, por lo que podemos estar distraídos y si previamente no captan nuestra atención, puede que no entendamos bien el mensaje. Si aun así no te sientes cómodo llamando la atención con un “disculpa” o “perdona”, puedes usar perfectamente un “hola”.

  • Usa el tono adecuado. Al principio no es extraño que sientas que te falta voz al comenzar a hablar con alguien desconocido, sobretodo si tu plan es ser honesto y decir que te apetece conocerle. En experiencia propia y de cientos de alumnos, esto es solo una cuestión de práctica. Te aseguro que mientras más lo intentes más cómodo te sentirás. De hecho, suelo ver grandes avances en cuanto al tono de voz en tan solo cinco intentos. Lo importante, es que no te rindas en tan solo dos intentos, y menos si estás haciendo algo que jamás habías hecho anteriormente. Sé realista y recuerda la primera clave: es normal que te cueste.

  • Mantén una distancia adecuada. Si bien a medio plazo es bueno mantener un contacto físico no forzado con la persona con quien hablas, a corto resulta muy importante no resultar invasivo. Las distancias sociales dependen del entorno y la cultura, pero como debes ser un lector de un país latino, te recomiendo que mantengas la distancia que mantendrías hablando con un amigo. No menos. Ponte en el lugar de la persona a la que te acerques y recuerda que se va a sorprender porque es inesperado conocer a alguien en pleno día. Ante lo inesperado, muchas personas pueden sentir algo de inseguridad, sobretodo si es un lugar extraño o si la persona en cuestión ha tenido malas experiencias. En estos casos convendrá que al principio mantengas algo más de distancia. Una vez más, es algo que irás sintiendo con la experiencia. Si quieres profundizar en este aspecto, puedes buscar el concepto de “proxémica” que desarrolló el antropólogo Edward T. Hall.

  • No dejes que pasen dos minutos sin presentarte y dar dos besos. Sobre este punto te recomiendo encarecidamente el artículo de mi compañero y amigo Pau Navarro “El Error más ingenuo que puedes cometer al conocer a alguien”

Ejemplo de esta clave usada para seducir de día:

“Disculpa, desde que te he visto venir de frente me he puesto un poco nervioso, y eso debe ser porque por tu pinta de interesante me ha dado ganas de conocerte. ¿Me podrías invitar a una tila y matamos dos pájaros de un tiro? Me llamo Joaquín”

Ejercicio 1:

Visualiza la entrevista “Perfecciona tus abridores” Invitado especial: Egoland.

Ejercicio 2:

Si quieres leer más sobre la gestión de los nervios, te recomiendo el Ebook de mi amigo y compañero Antoni Martínez “21 claves para relajarte antes de una primera cita”.

Volver al Indice