Capítulo Dieciséis
Muerte de Reyes
— Sea cual sea la cadena de mando, — dijo Trayx — tu lealtad reside en Haddron. En la República.
— Oh no, Trayx. — Cruger casi reía. — Eso no funcionará. Sabes que no lo hará.
— Kesar ha sido derrotado, — dijo Rutger. — Se rindió. Y con él, sus fuerzas también se retiraron a Trophinamon.
VL9 giró hasta que su pesado cuerpo estuvo de frente a Rutger. — Esta legión no se rendirá.
Justo en ese momento Darkling se precipitó en la habitación, cayendo a través de la línea de VETACs que había ante la puerta. Sanjak corrió a ayudarlo, pero un VETAC lo agarró, deteniéndolo.
Darkling se levantó. Sus ojos, muy abiertos, escanearon el grupo, buscando algo. Al cabo de un momento se quedaron fijos en Cruger.
— Te unirás a tus camaradas. — Dijo VL9.
Pero Darkling no estaba escuchando. — Ahí estás. — Gruñó mientras se erguía. — Maldito asesino. — Se lanzó hacia delante, pasando a VL9, sus manos estiradas hacia la cara de Cruger. — ¡Acabaré contigo!
Cruger se quedó boquiabierto mientras se alejaba, negando con la cabeza con miedo, sin poder creérselo. Podía ver muerte en los ojos de Darkling.
Pero antes de que Darkling alcanzara a Cruger, VL9 había alzado al soldado del suelo y lo apartó de un solo golpe. Darkling chocó contra el suelo, su cabeza aterrizando en la piedra con un fuerte crujido. Su cuerpo dio una sola sacudida y luego se detuvo. Un reguero de sangre dibujó una línea entre las baldosas.
— La cadena de mando es primordial, — dijo lentamente VL9. — ¿Cuáles son sus órdenes, general Cruger?
Helana estaba llorando, con su cabeza enterrada en el hombro de Trayx. Éste la rodeó con los brazos. — No te preocupes, querida, — habló lo suficientemente alto para que Cruger lo oyera. — ¿Qué puede hacer él? Un hombre y una sola Legión, contra la República.
— Subestimas mi influencia. — Respondió Cruger. — Y tu República se está desmoronando. Incluso el centro tiene fallas y acabará separado.
— Sí, bueno, — dijo el Doctor, — tengo unas cuantas ideas sobre eso, la verdad.
— Cállate. — Siseó Cruger.
— Claro, si realmente no quieres oírlas-
— ¡Silencio!
— ¿Qué harás con nosotros entonces? — Preguntó Jamie.
La cara de Victoria había adquirido un tono demacrado y pálido. — ¿Vas a matarnos?
— Eventualmente.
Con un sonido chirriante y un crujido, Prion se adelantó. Su pierna derecha arrastrándose sobre el suelo tras él. — ¿Qué in-fluen-cia? — Sus palabras sonaban inconexas y desarticuladas. Su cara destrozada se giró hacia Cruger.
Cruger le devolvió la mirada, sus labios formando una mueca de desdén. — ¿Qué le importa eso a un simple autómata?
— ¿Qué in-fluen-cia? — Repitió Prion, su voz ganando algo de fuerza.
Cruger miró hacia otro lado, pero la voz del Doctor paró sus movimientos. — Oh, creo que esa pregunta se merece una respuesta, — dijo. — Nosotros no somos autómatas, ya sabe. — La cara del Doctor se ensombreció cuando se acercó a Cruger. — ¿Qué influencia?
— He estado creando una base de poder en Haddron, — respondió como si nada. — Ganando apoyo en nombre de Kesar.
Cuando Cruger comenzó a andar hacia VL9, Prior se tambaleó hacia delante, arrastrándose para dar un paso más hacia Cruger. — Entonces mi pro-grama se-cundario se refie-re a ti. — Estaba elevando su brazo, lentamente, dolorido. Comenzaron a sonar motores dentro de su antebrazo a medida que un pequeño cañón de rayos se colocó en la posición adecuada, apuntando directamente a Cruger.
Al lado de Prion, la boca de Trayx se abrió de par en par. — Tú, — susurró sin aliento. — El agente de Mathesohn. — Pero sus palabras fueron tragadas por el sonido que se formó cuando Prion disparó.
Cruger se dio cuenta del peligro casi demasiado tarde. — ¡Protegedme! — Gritó a los VETACs mientras se agachaba buscando cobijo, alejándose rodando hacia la puerta.
Detrás del lugar que Cruger había ocupado momentos antes, un legionario VETAC explotó convertido en humo y llamas. Sus camaradas devolvieron el fuego, haciendo que Trayx y Rutger huyeran con otros soldados buscando un lugar donde resguardarse. Trayx empujó a su mujer con él contra el suelo. El Doctor, que tenía sus brazos alrededor de Victoria y Jamie, hizo que se colocaran tras una silla. Un segundo después sus cabezas emergieron a los lados para mirar la batalla.
Prion estaba rodeado contra una pared, lo que quedaba de piel sintética se estaba quemando sobre su cara mientras giraba intentando encontrar a su objetivo.
Pero Cruger corría hacia la puerta, abalanzándose hacia ella mientras la línea de VETACs se cerraba tras él.
Entonces gritó. Fue un grito lleno de miedo y sorpresa y furia, todo a la vez. — ¡No- Espera, para! — Fueron las únicas palabras reconocibles en el sonido. Fue suficiente para detener a los VETACs. Se quedaron en silencio, quietos, esperando nuevas órdenes. Prion también esperó, el lado de su cara escurriéndose sobre su calavera de metal en lágrimas irregulares.
Darkling se tambaleó a través de los VETACs. La mitad de su cabeza estaba empapada en sangre, y sus dientes apretados con esfuerzo y determinación. Estaba arrastrando a Cruger tras él, una mano sobre la boca del general, la otra alrededor de sus hombros.
Cruger pataleaba y se resistía, intentando liberarse. Sus gritos y alaridos eran jadeos inarticulados y chillidos que escapan tras los dedos de Darkling.
— Aquí está, — gritó Darkling, colocando a Cruger frente a sí mismo, mirando hacia Prion, sus brazos firmes en torno a él. — Ahora acaba con esto. — Cruger se giró intentando escapar, volviéndose hacia Darkling. Su cara era una máscara de miedo y furia.
— Los labios de Darkling se tensaron y elevaron sobre sus dientes. — Haz que sea bonito. — Gruñó.
El rayo atravesó a Cruger y Darkling, a través de sus armaduras, abriendo la piel bajo ellas. Darkling siguió agarrando con firmeza a Cruger mientras el mayor gritaba. La boca de Cruger estaba abierta en una mueca de dolor a tiempo que se le escapaba la vida. Darkling también gritaba, pero riendo. Hasta que una bola de fuego los engulló.
La habitación quedó en silencio durante mucho tiempo. Los sollozos de Helana eran el único sonido. Los VETACs se mantuvieron impasibles. Prion estaba apoyado contra la pared, su cara y la parte frontal de su cuerpo hecha añicos. El Doctor se levantó lentamente de detrás de la silla, Jamie y Victoria imitándolo.
Trayx ayudó a su mujer a sentarse en una silla y miró a VL9. — ¿Qué pasa con la cadena de mando ahora? — Exigió saber.
VL9 se volvió lentamente, como si estuviera pensando su respuesta. — Vuelve a su estado original, — dijo finalmente. — La Quinta Legión se presenta ante el General al Mando Trayx para acatar órdenes.
Trayx asintió con lúgubre satisfacción. — Muy bien, — dijo. — Pueden retirarse.
VL9 se inclinó ligeramente y se retiró. Sus legionarios formando en fila tras él. Sus movimientos parecían algo perezosos.
— Esperad. — Trayx llamó cuando VL9 alcanzó la puerta.
El robot lo miró. — Señor.
— Diga a sus legionarios que se han defendido bien hoy. — Trayx asintió. — Continúe así, Comandante VETAC. Se ha ganado un ascenso.
VC5, como le correspondía llamarse ahora, volvió a darles la espalda. Cuando se fue de la habitación, la pereza en sus movimientos se había esfumado. Sus legionarios lo siguieron, orgullosos y firmes tras la batalla.
El Doctor estaba atendiendo a Prion, mirando la cuenca de un ojo vacía con la ayuda de una pequeña linterna. — Creo que puede ser arreglado sin mayor problema, — dijo finalmente.
— Bien. — Rutger se unió al Doctor. — Si puede acceder a su programa secundario, eso nos dará suficiente evidencia contra Mathesohn por fin. — Se detuvo, pensativo, y preguntó, — ¿Por qué no me mató, Doctor? Estaba programado para matar a Kesar, probablemente en cuanto lo viera.
Fue Prion quien respondió. Arrastraba las palabras y su voz era casi inaudible. — Nun-ca cono-cí a Ke-s-ar, — dijo entrecortadamente. — To-dos los aná-li-sis de A-D-N fue-ron nega-ti-vos.
Imagino que sus órdenes fueron matar a Kesar y a cualquiera encargado de conseguirle apoyo en Haddron. — Dijo Trayx, y sonrió. — Estoy impaciente por ver la cara de Mathesohn cuando descubra que ha salvado nuestras vidas.
— Pero no la vida de Kesar, me imagino.
— ¿Qué quieres decir, Doctor? — Preguntó Victoria.
El Doctor inclinó la cabeza hacia Rutger. — Creo que nuestro amigo ha dejado de jugar ese papel.
— Dejar morir a Kesar en algún momento siempre fue nuestra intención. — Respondió Rutger. — Una vez que su recuerdo se fuera olvidando y el apoyo popular disminuyera. Ahora podemos adelantarnos a eso.
Trayx asintió. — Kesar muere como un héroe, luchando contra los planes corruptos del General Cruger, — dijo. — Fue leal a su visión ideal de Haddron hasta el final. Y ahora nosotros debemos hacer realidad esa visión. Basándonos en sus sueños de imperio.
— Pero sin el imperialismo, ¿eh?
— Exacto, Doctor, — dijo Trayx. — Puede que haya alguna discrepancia, especialmente por parte de Mathesohn, Frehlich y sus compañeros, pero Rutger ha jugado su papel lo suficiente. Y si debo elegir entre traicionar a la República o a mi mejor amigo, que Dios me dé el coraje de traicionar a la República. — Suspiró largo y tendido. — Ahora, Doctor, dijiste que tenías algunas ideas. Me gustaría oírlas.
El Doctor sonrió de oreja a oreja. — Eso es muy generoso por tu parte. Hay unos cuantos caminos por delante que puedes seguir. Y bien, ¿has oído hablar alguna vez del concepto de comunidad autónoma, por ejemplo?
Era difícil de creer que hubieran pasado tantas cosas desde que se sentaran juntos a comer por última vez en aquella mesa. Los VETACs habían vuelto a su nave, y la energía había sido restaurada de forma que la habitación ya no estaba bañada en rojo. Los cuerpos y escombros habían sido retirados, y algo parecido a un banquete de victoria se había realizado con restos y sobras hallados en las cocinas.
El Doctor, Jamie y Victoria se habían sentado juntos. Frente a ellos los soldados Sanjak, Lanphier y Felda bromeaban y hablaban sobre otras batallas y compañeros caídos. Helena Trayx estaba sentada al lado de su marido como siempre, no dejando de agarrar su mano casi nunca, tampoco dejando de mirarle. Al lado de Trayx, Rutger parecía introvertido y callado. Al otro lado de Rutger, Prion estaba sentado de forma rígida en su silla. Desprovisto de piel artificial y armadura, su procedencia VETAC era evidente. Sus movimientos todavía eran vacilantes titubeos, muy lejos de la finura y precisión que había mostrado la primera vez que se habían sentado juntos en la misma mesa.
El Doctor empujó su plato dejando escapar un embarazoso eructo, satisfecho. Su mano voló hacia su boca. — Modales. — Bromeó. — Bueno, entonces, — siguió rápidamente, — creo que es el momento de que busquemos nuestro, eh, medio de transporte. Simplemente para ver que todo está en orden, como comprenderán.
— Oh Doctor, — dijo Victoria. — Todo es tan pacífico ahora. No podemos-
Él levantó una mano para hacerla parar. — Me gusta dejarlo todo ordenado, Victoria, — dijo. — Todo en orden. Sin ningún estropicio.
— Ah, ¿sí? — Jamie no sonaba convencido.
— Acompañadme. — EL Doctor ya se había encaminado hacia la puerta. Se dio la vuelta. — Bueno, adiós a todos. Ha sido divertido.
Trayx frunció el ceño. — Desde luego, Doctor. Pero espero verte aquí de nuevo en cuanto hayas comprobado tu nave. Necesitarás ayuda con las reparaciones, y tenemos muchas cosas de las que hablar.
— Sí, — dijo el Doctor. Todavía se notaba en su voz que estaba algo avergonzado. — Sí, claro. Ahora vamos, vosotros dos.
Cuando se fueron, Rutger se inclinó hacia Trayx. —Unas palabras, — dijo por lo bajo. — En privado, si me lo permite.
— Pronto — prometió Trayx.
— Es importante. — Rutger estaba mirando a Helana mientras hablaba. Todavía estaba mirando la puerta, hacia el Doctor y sus amigos.
— Lo sé — Trayx le dijo a su amigo. Se volvió a mirar a su esposa, y de vuelta a Rutger. Estaba sonriendo ligeramente. — Siempre lo he sabido, — murmuró, lo suficientemente alto para que sólo Rutger lo oyera.
— ¿Entonces por qué?
Trayx no contestó. Se levantó, haciendo que su esposa lo imitara. Se quedaron de pie mirándose durante un instante hasta que él se inclinó hacia delante y la besó.
Rutger observó la escena, frunciendo el ceño. Ahí tenía su respuesta, y no era ninguna sorpresa. Pero sí que hizo que se le ocurriera otra pregunta. ¿Había sido realmente la pérdida de la Quinta Legión lo que había hecho que Trayx se volviera en contra de su mejor amigo? ¿Lo que había motivado que dejara que la grandeza y el poder de Haddron destruyeran a Hans Kesar?
— ¿Todo en orden? — Le preguntó Jamie a Victoria. — Me sorprende que sepa lo que significa eso.
— Oye, he oído eso, Jamie. — El Doctor quitó el pestillo de la TARDIS y abrió la puerta con un empujón. — Después de ti, querida. — Se apartó educadamente para dejar entrar a Victoria.
— Gracias. — Ella le sonrió mientras pasaba.
El Doctor le devolvió el gesto, colocándose rápidamente entre Victoria y Jamie cuando el último iba a seguirla. Su sonrisa se transformó en una mirada de reproche cuando se giró para mirar a Jamie. Gruñó y siguió a Victoria dentro.
— Sí — dijo el Doctor mientras manejaba el control de la puerta. — El orden es muy importante en estos asuntos.
Jamie brincó para apartarse de las puertas que se cerraban con un gritito. — Tranquilo, Doctor. Siempre deja las cosas como esperarías encontrarlas — el Doctor fue a establecer los controles.
— No es eso correcto, ¿Victoria?
— Sí Doctor — dijo dócilmente.
Él estaba trazando la ruta en el panel de control alrededor de un circuito central de la consola central de la TARDIS. El familiar ruido de desmaterialización de la TARDIS respaldó las palabras del Doctor:
— Nunca dejes los auntos inacabados o colgados o perderás. Siempre hazlos correctamente y haz que sea bueno después — El Doctor se paró en medio de la frase, quedándose mirando con horror la consola que tenía delante — Ahora quién dejo ese sandwich a medio comer ahí? — preguntó
FIN
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Cronon: Partículas que se componen de tiempo de forma similar a los fermiones compuestos de materia y anti-materia, o los bosones compuestos por energía. The Time Monster (El Monstruo del Tiempo) y Time and The Rani (El Tiempo y Rani).
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(En francés) "yo ajusto", advertencia de un jugador de ajedrez cuando sólo ajustando una pieza de ajedrez y no moviéndolo (llamada para asegurarse de que esto no será tenido en cuenta como un movimiento oficial)
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El Mate del Loco es una jugada que consiste en hacer Jaque a tu oponente en tan solo dos movimientos.