Capítulo 14

Riesgos y tácticas

 

Un murmullo al principio, pero creciendo en volumen, como si se acercaran. Voces en la oscuridad. Darkling cambió de posición, sintiendo la dura superficie contra su espalda. Estaba a la deriva, como en un país de los sueños en los cuales Haden estaba alternativamente abrazándole y disparándole. Entonces, como si se hubiera activado un interruptor, se despertó y se puso alerta. 

Contuvo su aliento, miles de temores y peligros le oprimían. ¿Había hecho algún ruido al moverse? ¿Había sido visto al acecho en las sombras de la galería desde la Sala de Banquetes inferior? ¿Había gritado en sueños o incluso roncado? Pero después de un rato, cuando no hubo gritos o disparos o signos de movimiento a su alrededor, Darkling se relajó un poco y respiró de nuevo. Se acercó sigilosamente al borde de la galería y miró con cuidado a través de la balaustrada a la habitación inferior. Al final de la larga mesa pudo ver a Sanjak junto con Helana y la chica que había venido con el Doctor. Cerca de allí Haden estaba de pie junto a Cruger. Recorrió su silueta con los ojos, imaginando a través de la angular y pesada armadura de combate. Ella no llevaba puesto el casco, y pudo ver su cara, sus ojos, sus labios. Parecía un poco nerviosa, cambiando su peso de un pie a otro.

Por el contrario, Cruger estaba casi en posición de firmes con su barbilla sobresaliendo mientras hablaba con el Comandante VETAC.

— Doctor, sólo tenemos media hora — dijo Kesar — ¿hay alguna posibilidad de que tu plan pueda funcionar?

— No sin más energía — admitió el Doctor — Si sólo hubiera alguna manera de mejorar la capacidades de Prion, generando más energía o canalizando energía de algún lugar.

— ¿Podríamos adaptar los paquetes de energía de las pistolas? — preguntó Lanphier.

— Prion negó con la cabeza — El proceso llevaría tiempo, y necesitaríamos varios centenares de paquetes.

— Felda soltó una breve carcajada — Tenemos más o menos tres.

— La lanzadera tiene una fuente de alimentación, mientras hace el crucero VETAC por supuesto — dijo Trayx pensativo — pero dudo que pudiéramos acceder a cualquiera.

— ¿Y el VETAC que matamos? — preguntó Jamie — ¿Tiene una fuente de alimentación?

— Sí — dijo Prion —, pero de nuevo, no es energía suficiente.

— De todas formas, ¿qué va a hacer con toda esa energía? — demandó Jamie.

— Oh, Jamie, hemos pensado en todo eso — advirtió el Doctor — Prion focalizará la energía en la red de comandos de los VETAC. Esto sobrecargará sus comunicaciones y debería causarles alguna avería. En cualquier caso, les dejará muy confundidos, con suerte por un tiempo considerable.

Jamie todavía no estaba seguro de haber entendido completamente, pero asintió de todos modos — ¿Qué quieres decir con “focalizar”? — preguntó al final.

El Doctor suspiró — Bueno, Jamie, ¿sabes cuando tienes un... cómo lo llamas... un cristal ardiente, que lo usas para dirigir el calor del sol y encender un fuego o algo?

Jamie asintió — Ah, eso — dijo.

El Doctor estaba hablando lentamente, con paciencia — Bueno, eso focaliza la energía del sol... — se paró, levantó la mano — Jamie — exclamó — eso es brillante — agarró la mano de Jamie y la sacudió con fuerza — ¡Eres un genio!

— ¿Lo soy?

— Oh, sí. Bueno... — consideró el Doctor — Uno de nosotros lo es. — se volvió hacia Trayx — Ahora bien, necesito llegar junto con Prion a la Cámara Stardial que me mostraste antes. Podemos focalizar la energía latente recolectada de las estrellas allí y canalizarla en Prion.

— ¿Podemos?

 — Por supuesto que puedo. Tú y Jamie vayan al Salón de Banquetes y estén preparados para agarrar a Victoria y a los otros tan pronto como Prion envíe la señal. — Sonrió de oreja a oreja — ¿Todo entendido?

— Sólo una cosa Doctor.

— ¿Ahora qué?

— La Cámara Stardial no está lejos, es en la siguiente torre, pero nosotros estamos encerrados en el Área de Seguridad con VETACs cortándonos el paso a través de las puertas. — Trayx hizo una pausa antes de hacer la pregunta obvia — ¿Cómo propones que salgamos de aquí?

El Doctor suspiró — ¿Quieres decir que no hay otro camino de salida?

— Doctor, esto es una prisión. Fue diseñada para mantener a la gente dentro. Nosotros estamos dentro.

— ¿No podría Prion enviar una señal a los VETACs de las puertas? — preguntó Jamie — ¿Sólo diciendo que se vayan?

Trayx negó con la cabeza — Tan pronto como se dieran cuenta de lo que ha sucedido, y lo harían, cambiarían su frecuencia de comandos. Entonces necesitaríamos otro circuito de VETAC para averiguar la nueva frecuencia.

Jamie hizo una mueca — No me apetece pasar por eso otra vez.

El Doctor tenía el ceño fruncido, la frente reflejaba concentración — ¿Cómo...?  — preguntó al final lentamente — ¿Cuándo mató a Remas y Sponslor, Cruger pudo salir?

 

 

Por primera vez Cruger se sentía vulnerable. Estaba en peligro de perder el control de la situación.

— ¿Por qué nos has mandado a la reserva? — exigió VC5.

— La guerra — empezó Cruger — en caso de que...

— No había guerra — VC5 dio un paso para acercarse a Cruger, elevándose sobre él — Según la información que tenemos ahora, su acción ha podido precipitar la guerra. Explíquese.

Cruger tragó. — Puedo explicarlo, por supuesto que puedo. — Miró a Haden, pero su expresión era neutra — Tengo información que desconoce — continuó Cruger. Tenía un plan de contingencia, tenía la esperanza de no tener que llegar a utilizarlo. Pero ahora se trataba de su vida. Si el VETAC determinaba que las acciones de Cruger habían sido contrarias al objetivo para el que había sido programado, podría echarlo de la cadena de mando. Si parecía que Cruger había sido desleal, o peor, a Kesar, entonces estaba acabado.

— ¿Qué información es esta?

— Aquí no — siseó Cruger. Señaló a los tres prisioneros. Estaban fuera del alcance de sus oídos, pero tenía que conseguir quedarse a solas con VC5. — Te diré, mostraré, las pruebas. Pero sólo a tí. Solamente tú y yo. — Inclino su cabeza hacía Haden, podría necesitar apoyo — Y ella.

El enorme rostro de metal del VETAC era una máscara inexpresiva mientras consideraba las palabras de Cruger.

La puerta se abrió con un silencioso clic. El Doctor dio un paso fuera del cuarto de Cruger y se unió a los otros en el pasillo. — Hasta aquí todo bien — dijo.

— Pero ¿qué hizo después? — preguntó Trayx — ¿Cómo vamos a descubrir qué camino tomó?

— Siguiendo el rastro — dijo el Doctor — Fácil.

— ¿Qué rastro? — preguntó Kesar.

— Bueno, sabemos que no fue visto por sus cámaras.

— Sí — asintió Trayx.

— Y sabemos que algunas de esas cámaras no funcionan.

— Ninguna de ellas funciona ahora mismo, no sin energía.

— Cierto. Pero si puede recordar qué cámaras no funcionaban antes, deberíamos ser capaces de reducir las posibilidades. Tal vez incluso podamos trazar la única ruta posible hasta el lugar en el que Remas fue asesinado. Ignorando puertas y paredes, por supuesto. Estamos buscando un camino secreto a través de ellos.

Prion se adelantó — Esa información está disponible — dijo — Hay dos posibles rutas. Una de ellas pasa a través de una sola pared entre esta área de seguridad y el pasillo exterior adyacente.

El Doctor se frotó las manos de alegría. — Esa debe ser entonces. — Se volvió a los otros — Ahora, me gustaría que Prion viniera conmigo a la Cámara Stardial para poder conectarlo. Jamie, Trayx y… — Dudaba. Su dedo vaciló entre Felda y Lanphier mientras murmuraba — Eeny, meeny, miny, mo — Terminó en Felda — Tú. Vosotros tres iréis a la Sala de Banquetes. — Hizo una pausa con un súbita expresión de horror en su rostro. — Er, si está usted de acuerdo — le dijo a Trayx — Parece que he olvidado mis modales.

— Oh, por favor, Doctor — Trayx sonrió levemente — Si usted tiene un plan, debe llevarlo a cabo por todos los medios disponibles. Soy un soldado, estoy muy acostumbrado a seguir órdenes.

El Doctor sonrió y dio una palmada — Oh, gracias.

— ¿Y nosotros señor? — preguntó Lanphier a Trayx, señalando a sí mismo y a Kesar.

— Oh, quédense aquí — dijo el Doctor antes de que Trayx pudiera responder — Kesar es demasiado importante como para arriesgarnos a perderlo. Y él necesita que le haga compañía para asegurarse de que no se mete en problemas — Sonrió — Pueden jugar un poco al ajedrez o algo así.

Estaban en una pequeña sala de estar justo fuera de la Sala de Banquetes. El color predominante era azul, las paredes y la alfombra tenían colores complementarios de azul, y también lo eran los respaldos de las sillas junto a las paredes. Había paneles de madera pintados de blanco en la parte inferior de los muros. La chimenea también era blanca, los paneles continuaban sobre la repisa hasta encuadrar un gran retrato de un hombre con armadura de combate. Otros retratos más pequeños estaban colgados alrededor de la habitación. Todos ellos representaban soldados con uniforme o armadura.

En el otro extremo opuesto a la puerta, una ventana daba directamente al espacio. Delante había un sofa bajo, de nuevo tapizado de azul.

Haden observaba a Cruger con curiosidad mientras él conducía al Comandante VETAC al centro de la habitación.

— Cierra la puerta.

Haden cerró la puerta y se puso de espaldas a ella. No sabía lo que se proponía Cruger, y no confiaba en él ni un milímetro. Pero la atención de éste parecía estar en el VETAC.

— ¿Y bien? — La voz de VC5 parecía más fuerte en este espacio más pequeño. — Estamos solos. Proporcione esa evidencia que afirma poseer.

— Muy bien — Cruger buscó en un bolsillo de la manga de su armadura. Sacó un pequeño disco óptico.

VC5 no hizo ademán de coger el disco. — ¿Qué es esto?

— Pruebas. Datos. Información — Cruger le ofreció el disco. — Debería leerlo — dijo en voz baja.

Todavía VC5 dudaba. Entonces extendió la mano y tomó el disco. — Muy bien.

Haden dio un paso adelante sin saber ya qué hacer. Cruger se giró bruscamente, mirándola ferozmente. Dio un paso atrás de nuevo.

Una ranura estrecha se había abierto en el pecho del VETAC. Empujó el disco dentro. Una pequeña luz roja empezó a parpadear junto a la ranura mientras el sistema del VETAC accedió al contenido del disco.

Cruger estaba observando de cerca.

— Esta no es la información que describiste — VC5 se estaba girando hacia Cruger ahora, levantando y girando su brazo en el que se estaba abriendo el compartimento del arma.

Cruger contestó tranquilamente — Estás en lo cierto.

VC5 pareció dudar ante eso. Su brazo cayó ligeramente, para elevarse de nuevo. Se dejó caer por segunda vez como si hubiera sido golpeado por una barrera invisible. Hubo un murmullo proveniente del robot y sus movimientos se volvieron nerviosos.

— El disco realmente contiene un virus ejecutable — Cruger estaba sonriendo, sus ojos brillaban intensamente — Y tú acabas de ejecutarlo en tu procesador principal.

VC5 se tambaleó hacia delante. Estaba hablando, pero los sonidos que salían no eran palabras coherentes. El áspero tono de su voz fue subiendo de tono, convirtiéndose en un chillido electrónico mientras el robot se tambaleaba hacia Cruger.

Cruger se hizo a un lado, permitiendo a VC5 tropezarse delante de él. La enorme figura de metal se dio la vuelta con voz temblorosa, se tambaleó de nuevo hacia delante con un brazo extendido mientras alcanzaba a Cruger. El otro brazo agarraba su propio pecho.

Cruger se estaba riendo, casi de manera histérica. Las lágrimas recorrían su rostro y eran atrapadas en su fina barba. Pero Haden pudo ver lo que el VETAC estaba haciendo. Ella giró con fuerza la puerta abierta y sintió como ésta golpeaba su pierna mientras corría para escapar.

El sonido de la puerta sobresaltó a Cruger. Se volvió y vio a Haden tratando de escapar. Entonces se volvió para mirar al VETAC, la risa murió en su garganta como había comenzado.

La enorme mano de metal había conseguido su objetivo en el pecho, los dedos se habían abierto paso en la pequeña grieta y habían agarrado el anillo de metal colocado en el hueco mellado. VC5 estaba tambaleándose hacia la puerta, hacia Cruger, acercándose todo lo posible.

Haden tenía la puerta abierta, la atravesó y la cerró detrás de ella. Una parte de su mente le decía que atrapar a Cruger en esa habitación era buena idea. Pero el resto de ella estaba centrada en conseguir tanta protección como fuera posible entre sí misma y el VETAC.

La puerta se paró. No estaba cerrada del todo, pero se paró. Entonces giró bruscamente mientras Cruger la abría de nuevo. Detrás de él, Haden pudo ver al comandante VETAC. Estaba cerca, tropezando, casi cayendo hacia ellos. Su mano estaba sobre el set de detonación de su pecho, tirando, arrancando el detonador.

Entonces Cruger cerró la puerta y ambos se tiraron al suelo con las manos protegiendo sus cabezas.

 

 

En la sala de estar, VC5 sacudía violentamente la puerta. Chocaba contra ella, arañaba la madera, la astillaba, rasgaba a través del núcleo de duralinium interior. El chillido electrónico que había sido su voz se complementaba ahora con la cuenta del detonador. Las luces de su pecho estaban parpadeando al unísono, al tiempo de la cada vez más rápida cuenta atrás.

La habitación entera se estremeció con el impacto. La explosión chamuscó el techo, quitó la pintura de los paneles y quemó varias pinturas. Las ventanas se agrietaron y la alfombra ardía. La carcasa destrozada del comandante VETAC se había contraído sobre sí misma, rebotando desde los restos de la puerta.

 

Al Doctor no le tomó mucho tiempo encontrar la manera de abrir la parte del muro que Prion había señalado. Un simple punto de presión activaba un mecanismo oculto y una sección completa de la pared se abrió.

— Él tuvo ayuda para configurar esto — dijo Trayx.

— Probablemente del desafortunado Remas — sugirió el Doctor. — Debe de haber estado consiguiendo el equipo y los materiales que Cruger necesitaba.

—  Y Cruger lo mató por eso.

El Doctor se encogió de hombros — Había terminado con él. Y puede que Remas estuviera causando problemas. Haciendo amenazas, pidiendo más dinero, ¿quién sabe?

Una vez en el pasillo tras el muro, y fuera del Área de Seguridad, se dividieron en dos grupos como estaba previsto. Jamie, Trayx y Felda partieron con cautela hacia el Salón de Banquetes. El Doctor y Prion se dirigieron hacia la Cámara Stardial.

— ¿Por qué Cruger no conduce a los VETACs dentro del Área de Seguridad usando la ruta que acabamos de tomar? — preguntó Prion. — Podrían habernos tomado por sorpresa.

— No estoy seguro — admitió el Doctor — Pero tal vez, quiera seguir manteniéndola como algún tipo de as en la manga. Puede que no quiera decirles a los VETACs demasiado. Ellos responden ante Kesar antes que ante él después de todo.

— ¿Y eso podría ser un problema para él?

El Doctor asintió — Creo que Cruger y Kesar pueden estar llevando diferentes estrategias. Cruger convocó a los VETACs aquí usando el faro sónico que detecté antes. Y los llamó sin decirle nada a Kesar, pero para rescatarlo.

— Eso parece.

Casi habían llegado. Solo una zona más que franquear. Hasta ahora no habían visto patrullas VETAC, y el Doctor iba dando grandes zancadas como si fuera el dueño del lugar.

— Bueno, Kesar no me parece que esté actuando como un hombre que quiera ser rescatado.

Desde su puesto de observación oculto, Jamie, Trayx y Felda tenían una buena vista de la puerta principal del Salón de Banquetes. Estaba cerrada, flanqueada a ambos lados por centinelas VETAC.

— ¿Y ahora qué? — preguntó Jamie.

— Ahora esperamos — dijo Trayx.

Cruger ya estaba de pie mientras Haden se levantaba. La agarró por el pelo haciendo que se inclinase hacia sus pies. La pequeña pistola de mano de Cruger estaba a la altura de su cara.

Trataste de matarme. Intentaste encerrarme allí con esa cosa — Hizo un gesto con la cabeza hacia la puerta de la sala de estar como si pensara que ella no podría saber a dónde se refería.

— Intenté quedarme yo encerrada fuera — le espetó ella — Hay diferencia.

Cruger negó con la cabeza — No sé a qué juego estás jugando, Haden...

— ¿A qué juego estoy jugando? — le gritó, haciendo caso omiso a su pistola — ¿Qué crees que estás haciendo? 

— Ganar

— ¿En serio? Parece que los VETACs no están tan convencidos de ello.

Cruger se rió — Eso no importa ahora, ¿verdad? A través de VC5 he infectado toda su red de comandos. — Acercó aún más la pistola a su cara — Ahora mismo no hay un VETAC de la Quinta Legión en pie.

Ahora Haden sonrió — Quizás — dijo en voz baja — deberías decírselo a él.

Ella estaba mirando por encima del hombro de Cruger, y él casi se giró para seguir su mirada. Entonces se contuvo, hizo una pausa, sin saber si estaba mintiendo o si realmente había algo detrás de él. Y como vaciló, la gran mano de VL9 se cerró sobre la pistola y la puso fuera del alcance de Cruger.

 

De alguna manera, cuando caminaba rápido, el abrigo del Doctor parecía aún más grande. Se hinchó como si fuera un manto mientras entraba en la Cámara Stardial, inmediatamente hizo un giro de ciento ochenta grados y se marchó con la mismo rapidez. Prion todavía estaba en el pasillo cuando el Doctor volvió a aparecer.

— VETACs — explicó en un susurro.

Prion dio un paso adelante, hacia el umbral y cuidadosamente miró en la gran sala. Dio un paso atrás rápidamente. — Se están marchando — dijo.

— Oh, bien.

— Vienen por aquí.

— Oh — consideró el Doctor — No tan bien. — Miró alrededor con nerviosismo, apuntando hacia el lado de la puerta — Rápido, escondámonos.

Prion vio como el Doctor se apretaba en la esquina junto a la puerta de la cámara y se colocó en la opuesta. Un momento después, la patrulla VETAC, cuatro VETACs en total, salía de la Cámara Stardial. No se volvieron o esperaron mientras salían, sino que se dirigieron sin pausa y en masa por el pasillo.

El Doctor, que había estado presionando contra la pared como si esperara que cediera tras él o lo tragara se apartó, saliendo al pasillo incluso antes de que los VETACs se perdieran de vista.

— Ja, ja — Juntó sus manos y arrastró sus pies rápidamente en una especie de baile. Entonces, de repente se giró hacia Prion — Bien, vamos. — Se dirigió con cautela al interior de la cámara.

— Doctor — dijo Prion mientras lo seguía — no nos han detectado.

— No. No, no lo hicieron ¿verdad? — El Doctor estaba de pie en el centro de la habitación, con un dedo en los labios  y mirando alrededor pensativo.

— Ellos tienen la capacidad de detectar firmas de ADN humano — continuó Prion. Aunque su expresión no se había alterado, su cabeza estaba ligeramente inclinada a un lado de una manera extraña. — Las armaduras de combate previenen la detección. Si alguien la lleva puesta.

— Ah bien, tú no eres humano, ¿no, Prion? — señaló el Doctor. Su voz estaba ligeramente ahogada por el dedo todavía en sus labios.

— No es mi firma de ADN a la que me estaba refiriendo. 

El Doctor miró a Prion, como si ahora fuera la primera vez que lo oía. — Bueno, tal vez sus sensores no estaban funcionando adecuadamente — Se encaminó hacia un punto del lado opuesto de la habitación.

— Después de un momento, Prion continuó. — Yo también tengo una capacidad similar — dijo.

— Bien, bien — dijo el Doctor distraídamente.

 

—Tal vez—dijo Prion cuando estaba claro que El Doctor no iba a añadir nada más al respecto—. Mis propios sensores no están funcionando de forma correcta. Eso explica mucho. Acerca de ti.

—Sí, sí. Ahora bien, lógicamente debería estar aquí—. El Doctor extendió sus manos frente a él, como si flotara una gran caja.— Bajo el suelo, ¿tal vez?.— Miró por un momento las estrellas y las altas celosías.— Sí, no podría interferir con el mecanismo, ¿verdad?

— ¿Qué es lo que buscas, Doctor?—  preguntó Prion.

— Aquí, ayúdame a mover este bloque, buen muchacho—.  El Doctor señaló al suelo. Los bordes con un corte cuadrado en el suelo de mármol eran apenas visibles por una tenue luz, donde el dibujo en la piedra coincidía ligeramente. El Doctor se puso de rodillas y empezó a gatear alrededor del suelo.— Debe de haber un punto de presión o algo para abrirlo en alguna parte.

— ¿Abrir qué?

— Bueno, esta parte del suelo.— El Doctor hizo una pausa y miró a Prion.— Aquí es donde se recoge la energía. O eso espero. Es algo así como una gran batería.

— Habrá la suficiente energía para que el impulso pueda enviarse.

— Oh, sí.— Dijo El Doctor con una gran sonrisa.— Más que suficiente. O eso creo. Energía potencial. Energía cinética. Energía a partir de un calor radiante, la luz. Un montón de ella.— De nuevo, volvió su atención al suelo, gateando y golpeando el mármol con la palma de la mano.— Si no podemos llegar a él...

Los dos pasaron minutos gateando y golpeando el suelo, pero no se apreciaba ningún efecto discernible.

— ¿Está seguro, Doctor?— preguntó Prion al fin.

— ¿Seguro? —El Doctor estaba molesto.— Por supuesto que estoy seguro. — Para puntualizar, levantó su pie y lo posó fuertemente.

 

Con una pequeña reja de piedra en piedra, la sección del suelo comenzó a deslizarse rápidamente hacia arriba, siendo sujetada por El Doctor. Con un aullido, saltó, y se agarró a la mano de Prion como medio de soporte

— Sí— dijo El Doctor cuando recuperó la compostura.— Bueno, ahí lo tenemos.

 

Cruger se sobresaltó por un momento. De nuevo, su rostro se componía de nuevo.

—Gracias a Dios.— dijo con voz baja y sin aliento.— Este soldado es una locura. Ella destruyó a tu comandante.

VL9 no dijo nada por un momento, mirando a Cruger y a Haden. Entonces, la criatura de metal masivo se volvió con sorprendente velocidad y se dirigió hacia Banqueting Hall.

— Seguidme— su voz llegó de nuevo a ellos.

— Yo destruir— comenzó Haden con enojo.

— Silencio— rugió VL9. Estaba esperándoles de pie en la puerta.— Estamos calculando cursos de acción.

— Entonces te sugiero que lo hagas rápido— dijo Cruger—  Es una mujer peligrosa.

Haden estaba a punto de responder, pero cuando se volvió para enfrentarse a Cruger, un ligero movimiento llamó su atención. Se quedó inmóvil, mirando, sin atrever a volverse. En la galería, por encima de ellos, Darkling estaba claramente visible mirando hacia el pasillo. Mirando hacia ella. Solo por un segundo, luego se fue, de nuevo, hacia las sombras.

— VC5 fue destruido por una toxina maligna de datos.— dijo VL9— Aisló sus sistemas antes de que la toxina se escapara a la red.

Cruger asintió.— Un gesto noble.

VL9 dio un paso adelante y su mano chasqueó a una pulgada de la barbilla de Cruger.

 — Olvida usted, General Cruger—  su voz estaba más tranquila- que la red es la Legión.

Cruger parpadeó. En ese momento, Haden podía ver el miedo en sus ojos. Por primera vez tuvo miedo, miedo de verdad.

— Hasta en lo indiferente, VC5 era el controlador de la red. Pero yo soy la copia de seguridad.- decía VL9.— Hemos sido uno. Lo mismo. Lo que ve, lo veo. Lo que siente, lo siento.

Cruger dio un paso atrás, pero Haden bloqueó su paso. El enorme puño de VL9 se cerró en la garganta de Cruger. — Yo te vi dar a VC5 la toxina, danos la toxina.— La mano se apretaba alrededor del cuellos de Cruger. Tenía los ojos saltones y debía toser para respirar.  — Sentí sus rupturas en el sistema cuando la infección se propagaba. —La voz era desigual, como si el robot tratara de aproximarse a las lágrimas.— No sentimos dolor.— VL9 atrajo a Cruger más hacia sí mismo.

Y, de repente, Cruger volaba por la habitación. Se estrelló contra la mesa, rodó, cayó al suelo. Victoria y Helana gritaron a la vez. Sanjak se puso en pie, Haden observaba, petrificado, clavado en el suelo, con la mano en la boca.

Cruger estaba tendido de espaldas, jadeando en busca de aliento y agarrándose la garganta, mirando hacia los legionarios VETAC quienes se agrupaban agachados en torno a él.

La sección del suelo se había deslizado por encima de la cabeza del Doctor. Debajo suyo, había un gran armario lleno de cables y equipamiento electrónico. Todo pulsado con energía y luces brillantes desde la oscuridad.

— ¿Es esto lo que querías, Doctor?

— Oh, sí. Sí, esto irá muy bien, gracias.— El Doctor ya estaba tirando de varios cables desde el interior de su chaqueta, apretando las grandes pinzas de cocodrilo para unir los extremos. — Ahora todo lo que tienes que hacer es conectarlo hacia arriba.— Le entregó un extremo de cada cable a Prion.— Ahora, si pudieras unir aquellos a lo que sea que nos proporcione energía, er...— su voz se desvaneció mientras se concentraba en el gabinete.— Podemos, ya sabes...

Incluso antes de que Prion se deshiciera de su túnica y se la pusiera de nuevo desde su circuito interno, El Doctor se fue adentrando en su camino de la maquinaria en el armario, tirando de los cables y aprovechando los componentes.

— ¿Y ahora qué?—  preguntó Prion con varios cables recortados bajo su túnica.

— Bueno.— comenzó El Doctor mascullando entre dientes que tenía apretados en varios hilos.— Encenderemos una mecha, papel y...—se interrumpió— ¡Eso es!— continuó despacio y de manera coherente.— Nos aseguraremos de establecer conexión buena y segura con la energía almacenada aquí.— Tiró de un par de cables— ¿Entonces, qué crees? Rojo o amarillo en primer lugar.

La respuesta de Prion quedó ahogada por una explosión en el suelo de la base venida del gabinete. Largas grietas en todo el suelo de mármol, cortando a través de círculos y marcas. Al otro lado de la sala, la patrulla VETAC ya corría hacia El Doctor y Prion, siguiendo adelante con su ataque.