CAPÍTULO 7
Munición cerró el canal de comunicaciones del casco tras hablar con los comandantes que luchaban en Murkhana y se unió a Trepador en lo que era ahora la base de mando de los soldados. Los otros tres comandos estaban buscando a los Jedi escapados, pero Munición no quería perder de vista al jefe de escuadrón.
—El general Loorne y los dos Caballeros Jedi con los que llegó han sido emboscados y ejecutados —le dijo a Trepador—. Parece ser que ningún soldado del 22 tuvo problemas morales.
Trepador dejó pasar el comentario.
—¿Has informado de nuestros actos al Alto Mando?
Munición negó con la cabeza.
—Pero no creas que no lo haré. Como te dije antes, eso dependerá de si los podemos matar o no. Ahora mismo no quiero que tus actos proyecten una luz negativa sobre mi mando.
—¿Has sabido qué motivó la orden de ejecución?
Munición dedicó un momento a discutir consigo mismo lo que podía revelar o no.
—El mando central informa de que cuatro Maestros Jedi intentaron asesinar al Canciller Supremo Palpatine en sus aposentos de Coruscant. El motivo no está claro, pero parece ser que los Jedi pretendían desde el principio asumir el control de la República, y que provocaron esta guerra para alcanzar ese objetivo.
Trepador estaba desconcertado.
—¿Así que Palpatine formuló esa orden porque suponía que los Jedi podían llegar a intentar algo?
—No es raro tener un plan de emergencia, Trepador. Deberías saberlo mejor que nadie.
Trepador lo pensó atentamente.
—¿Cómo te sientes ante esto, comandante…? Ante lo que han hecho los Jedi, quiero decir.
Munición se tomó un momento para contestar.
—En lo que a mí se refiere, su traición sólo añade más enemigos a nuestra lista. Aparte de eso, no siento nada ni en un sentido ni en el otro.
Trepador estudió a Munición.
—Entre los soldados se dice que los Jedi tuvieron un papel importante en la creación del Gran Ejército. ¿Es que esperaban que nos pusiéramos de su parte una vez asumieran el control o habrían acabado volviéndose contra nosotros?
—No hay forma de saberlo.
—Sólo sabemos que actuaron demasiado pronto.
—En este mismo momento, soldados y Jedi luchan dentro del Templo de Coruscant. Se dice que han muerto a miles.
—Nunca he estado en Coruscant —dijo Trepador, rompiendo un breve silencio—. Lo más cerca que he estado de allí fue cuando me entrené en uno de los mundos interiores de ese sistema. ¿Has estado tú?
—Una vez. Antes de los Asedios del Borde Exterior.
—¿A quién preferiría servir, comandante…? ¿A Palpatine o a los Jedi?
—Eso está muy al margen del papel que se nos encomendó en nuestra creación. Cuando esta guerra se acabe, estaremos en una posición ventajosa. Hace doce horas ni se me habría ocurrido esto, pero ahora que los Jedi no están, sospecho que nos espera un ascenso.
Trepador miró al cielo.
—Oscurecerá pronto. Los equipos de búsqueda correrán más peligro de ser embocados por separatistas.
Munición se encogió de hombros.
—Hemos desplegado más de cien androides rastreadores. No será difícil encontrar a tres Jedi.
Trepador resopló con burla.
—Sabes tan bien como yo que son demasiado listos para que los cojan.
—Cierto. En estos momentos ya estarán vistiendo monos de piloto y armadura.