Principio N°4: Necesitas un propósito correcto en mente

 

Este principio es muy importante, así que por favor pon atención. Un gran error que la gente comete cuando habla en público es tener el propósito incorrecto en mente. A veces, ellos no tienen un propósito específico en mente, pero uno que está operando dentro de ellos inconscientemente causa un estrés y ansiedad innecesarios.

 

Este es un primer ejemplo de lo que llamamos causas ocultas. Cuando empecé a hablar en público, creo que mi propósito era que todos en la audiencia me aprobaran. Erróneamente pensé que esto era lo que un buen orador trataba de hacer. No estaba conscientemente preocupado de este propósito, ni que tan necio era esto, pero lo llevaba conmigo inconcientemente.

 

Debido a este propósito oculto, sentía que necesitaba ser absolutamente perfecto y brillante para ganarme la aprobación de mi audiencia. Si solo una persona de mi audiencia me desaprobaba, me sentía en falta, si solo una persona se iba antes, si alguien se quedaba dormido, si alguien se veía desinteresado en lo que estaba diciendo, yo estaba devastado.

 

Esto era algo que me producía mucha ansiedad.

 

Después de que me percatara de este factor productor de estrés, fui capaz de verlo con honestidad y darme cuenta que tan insistente era esto. ¿Cuántos oradores tienen el 100% de aprobación de su audiencia? La respuesta es cero.

 

La verdad sobre hablar en público es la siguiente. No importa que tan bien hagas un trabajo, siempre alguien va a desaprobarte, a ti o a tu argumento. Esta es solo la naturaleza humana. En un gran grupo de personas, hay siempre una diversidad de opiniones, juicios, trasfondos, culturas y reacciones, algunas serán positivas, otras serán negativas.

 

Si haces un trabajo pésimo, algunas personas simpatizaran contigo, mientras otros criticaran tu trabajo fuertemente. Si haces un trabajo fantástico, algunos resentirán tu habilidad y pueden desaprobarte. Otros se irán antes por una emergencia, otros se quedaran dormidos debido a que estuvieron despiertos toda la noche cuidando a un niño enfermo. Además, es tonto y poco realista querer que todos en tu audiencia piensen bien de ti.

 

Recuerda, la esencia de hablar en público es dar a tu audiencia algo de valor. La palabra operativa aquí es dar, no obtener. El propósito de un orador no es obtener algo (aprobación, fama, respeto, ventas, clientes, etc.) de tu audiencia, es dar algo útil a tu audiencia.

 

Sí, si tú lo haces bien, ganaras notoriedad, respeto, ventas y nuevos clientes. Pero este nunca debe ser tu propósito principal. Si te enfocas tanto como puedas en tu audiencia, entonces sabrás el verdadero propósito de hablar en público. También evitaras uno de los errores más grandes que causan ansiedad en las personas al hablar en público.

 

Entregarte a la audiencia y darles todo lo que tienes raramente produce estrés o ansiedad. Cuando doy una plática a un grupo de personas, a veces me imagino a mi mismo sujetando $1000 para todos en la audiencia. Trato de darles tanto como puedo. Si unos pocos individuos en el grupo rechazan este regalo, esto no me sorprenderá o desmoralizara, no espero algo diferente.