Notas
[1] A. Touraine, La société postindustrielle, París, Denoël, 1969 (trad. esp.. La sociedad postindustrial, Ariel, Barcelona, 1973); D. Bell, The Coming of Post-Industrial Society, Nueva York, 1973; Ihab Hassan, The Dismemberment of Orpheus: Toward a Post Modern Literature, Nueva York, Oxford U. P., 1971; M. Benamou & Ch. Caramello Eds., Performance in Postmodern Culture, Wisconsin, Center for XXth Century Studies & Coda Press, 1977; M. Köhler, «Posmodernismus: ein begriflgeschichtlicher Ueberblick», Amerikastudien, 22, l, 1977.
[2] Una expresión literaria ya clásica de esto la da M. Butor, Mobile. Élude pour une représentation des Estats-Unis, Paris, Gallimard, 1962.
[3] Jif Fowles Ed., Handbook of Futures Research, Westport, Conn., Greenwood Press, 1978.
[4] N. S. Trubetzkoy, Grundzüge der Phonologie, Praga. T.C.L.P., VII, 1939. (Trad. esp., Principios de fonología, Madrid, Cincel, 1976.)
[5] N. Wiener, Cybernetics and Society. The Human Use of Human Beings, Boston, Hougton Mifflin, 1949; W. R. Ashby, An Introduction to Cybernetics, Londres, Chapman and Hall, 1956.
[6] Véase la obra de Johannes von Neumann (1903-1957).
[7] S. Bellert, «La formalisation des systèmes cybernétiques», en Le concept d'information dans la science contemporaine. Paris, Minuit, 1965.
[8] G. Mounin, Les problèmes théoriques de la traduction. Paris, Gallimard, 1963 (trad. esp., Problemas teóricos de la traducción, Madrid, Gredos, 1977). Se fecha en 1965 la revolución de los ordenadores con la nueva generación de computadores 360 IBM; R. Moch, «Le tournant informatique», Documents, contributifs, anexo IV, L'informatisation de la société, Paris, La Documentation française, 1978; R. M. Ashby, «La seconde génération de la micro-électronique», La Recherche. 2, junio 1970, pegs. 127 y ss.
[9] C. L. Gaudfernan & A. Thaib, .«Glossaire», en P. Nora & A. Minc, L'informatisation de la société, Paris, La Documentation française, 1978 (trad. esp., La informatización de la sociedad, Madnd, F.C.E., 1980); R. Beca, «Les banques de données», Nouvelle informatique et nouvelle croissance, anexo I, L'informatisation…, loc. cit.
[10] L. Joyeux, «Les applications avancées de l'informatique», Documents contributifs, loc. cit. Los terminales domésticos (Integrated Video Terminals) serán comercializados antes de 1984, al precio de unos 1.400 dólares U.S., según un informe del International Resource Development, The Home Terminal, Conn. I.R.D. Press, 1979.
[11] Watzlawick, J. Helmick-Beavin, D. Jackson, Pragmatics of Human Communication. A Study of Interactional Patterns, Pathologies, and Paradoxes, Nueva York, Northorn, 1967.
[12] J. M. Treille, del Grupo de análisis y de prospectiva de los sistemas económicos y tecnológicos (G.A.P.S.E.T.), declara: «No se habla bastante de las nuevas posibilidades de diseminación de la memoria, en particular gracias a los semiconductores y a los lasers (…) Cada uno podrá muy pronto almacenar a bajo precio la información donde quiera, y disponer de un aumento de la capacidad de tratamiento autónomo» (La semaine media, 16, 15 de febrero de 1979). Según una encuesta de la National Scientific Foundation, más de un alumno de high school de cada dos utiliza corrientemente los servicios de un ordenador, las instalaciones escolares poseerán todas ellas uno desde comienzos de los años 80 (La semaine media. 13, 25 de enero de 1979).
[13] L. Brunel, Des machines et des hommes, Montreal, Quebec Science, 1978; J. L. Missika & D. Wolton, Les réseaux pensants, Paris, Librairie technique et doc, 1978. El uso de la videoconferencia entre Quebec y Francia va camino de convertirse en una costumbre: en noviembre y diciembre de 1978 ha tenido lugar el cuarto ciclo de videoconferencias en directo (a través del satélite Symphonie) entre Quebec y Montreal por una parte, y París (Universidad Paris Norte y Centro Beaubourg) por otra (La semaine media, 5, 30 de noviembre de 1978). Otro ejemplo, el periodismo electrónico. Las tres grandes cadenas norteamericanas A.B.C., N.B.C, y C.B.S. han multiplicado tanto sus estudios de producción por todo el mundo que casi todos los acontecimientos que se producen pueden ahora ser tratados electrónicamente y transmitidos a los Estados Unidos por satélite. Sólo la redacción de Moscú continúa trabajando con película, que manda a Frankfurt para su difusión vía satélite. Londres se ha convertido en el gran packing point (La semaine media. 20, 15 de marzo de 1979).
[14] La unidad de información es el bit. Para sus definiciones, ver Gaudfernan & Thaib, «Glossaire», loc. cit. Discusión en R. Thom, «Un protée de la sémantique: l'information» (1973), en Modèles mathématiques de la morphogenèse. Paris, 10/18, 1974. La transcripción de mensajes a un código digital permite especialmente eliminar las ambivalencias; ver Watzlawick et al., op. cit., 98.
[15] Las firmas Craig y Lexicon anuncian el lanzamiento al mercado de traductores de bolsillo: cuatro módulos en idiomas diferentes aceptados simultáneamente, cada uno con 1.500 palabras, con memoria. La Weidner Communication Systems Inc. produce un Multilingual Word Procesing que permite alcanzar la capacidad de un traductor medio de 600 a 2.400 palabras por hora. Comporta una triple memoria: diccionario bilingüe, diccionario de sinónimos, índice gramatical (La semaine media, 6, 6 de diciembre de 1978).
[16] J. Habermas, Erkenntnis und Interesse. Frankfurt, 1968.
[17] «La base (Grundpfeiler) de la producción y de la riqueza (…) se convierte en la inteligencia y la dominación de la naturaleza en la existencia del hombre en tanto que cuerpo social», de modo que «el saber social general, el knowledge, se convierte en fuerza de producción inmediata», escribe Marx en los Grundisse der Kritik der politischen Oekonomie (1857-1858), Berlín, Dietz Verlag, 1953, página 594, de la traducción francesa de Dangeville, Fondements de L'économie politique, Paris, Anthropos, 1968, hay una versión en castellano: Fundamentos de la crítica de la economia politica, La Habana, Instituto del Libro, 1970. No obstante, Marx concede que no es «en la forma del saber, sino como òrgano inmediato de la praxis social», el modo en que el conocimiento se convierte en fuerza; es decir, como máquinas: éstas son «órdenes del cerebro humano forjados por la mano del hombre, fuerza de saber objetivada». Ver P. Mattick, Marx and Keynes, The Limits of the Mixed Economy, Boston, Sargent, 1969, Discusión en J. F. Lyotard, «La place de l'aliénation dans le retournement marxiste» (1969), en Dérive à partir de Marx et Freud. Paris, 10/18, 1973. Hay edición castellana, A partir de Marx y Freud, Madrid, Fundamentos, 1975.
[18] La composición de la categoría trabajadores (labor force) en los Estados Unidos se ha modificado como sigue en veinte años; Obreros industriales de servicios o agrícolas: en 1950: 62,5% En 1971: 51,4%; Profesionales liberales y técnicos: en 1950: 7,5% En 1971: 14,2%; Empleados: En 1950: 30% En 1971: 34% (Statistical Abstracts, 1971)
[19] En razón de la duración del tiempo de «fabricación» de un técnico superior o de un científico medio con respecto al tiempo de extracción de las materias primas y de la transferencia del capital moneda. A fines de los años 60, Mattick evaluaba la tasa de inversiones netas en los países subdesarrollados del 3 al 5 por 100 del P.N.B.; en los pises desarrollados, del 10 al 15 por 100 (op. cit.).
[20] Nora & Minc, op. cit., en especial la primera parte: «Los desafíos»; Stourdzé, «Les Etats-Unis la guerre et des communications», Le Monde, 13-15 de diciembre de 1978. Valor del mercado mundial de los aparatos de telecomunicación en 1979: 30 mil millones de dólares; se estima que en diez años llegará a los 68 mil millones (La semaine media, 19, 8 de marzo de 1979).
[21] F. de Combret, «Le redéploiement industriel». Le Monde, abril de 1978; H. Lepage, Demain le capitalisme. Paris, 1978 (trad. esp. en Alianza, 1979); Alain Cotta, La France et l'impératif mondial, Paris, P.U.F., 1978.
[22] Se trata de «debilitar a la administración», de llegar al «Estado mínimo», el declive del Welfare State, concomitante a la «crisis» iniciada en 1974.
[23] La nouvelle informatique et ses utilisateurs, anexo III, «L'informatisation», loc. cit.
[24] B. P. Lécuyer, «Bilan et perspectives de la sociologie des sciences dans les pays occidentaux». Archives de sociologie, XIX (1978) (bibliog.), págs. 257-336. Buena información sobre las corrientes anglosajonas: hegemonía de la escuela de Merton hasta principios de los años 70, dispersión actual, especialmente bajo el influjo de Kuhn; poca información sobre la sociología alemana de la ciencia.
[25] El término ha sido acreditado por Ivan Illich, Tools for Conviviality, Nueva York, Harper & Row, 1973. (Trad. esp., La convivencialidad, Barcelona, Barral, 1975).
[26] Sobre esta «desmoralización», ver A. Jaubert y J. M. Lévy-Leblond Eds. (Auto)critique de la science, Paris, Seuil, 1973, parte I.
[27] J. Habermas, Legitimationsprobleme im Spätkapitalismus. Frankfurt, 1973.
[28] En la línea de la semiótica de Ch. A. Pierce, la distinción de los dominios sintácticos, semánticos y pragmáticos la hace Ch. W. Morris, «Foundations of the Theory of Signs», en O. Neurath, R. Carnap &; Ch. Morris Eds., International Encyclopedie or Unified Science, I, 2 (1938), págs. 77-137. Nosotros nos referimos con ese término sobre todo a L. Wittgenstein, Philosophical Investigations, 1945; J. L. Austin, How Do Things with Words, Oxford, 1962; (hay trad. esp., en Paidos Ibérica, 1982); J. L. Searle, Speech Acts. Cambridge U. P., 1969; (trad. esp., Actos de habla, Madrid, Cátedra, 1980); J. Habermas, «Unbereitende Bemerkungen zu einer Theorie der kommunikativen Kompetens», en Habermas & Luhmann, Theorie der Gesellschaft oder Sozialtechonologie, Stuttgart, Suhrkamp, 1971; O. Ducrot, Dire et ne pas dire, Paris, Hermann, 1972; (hay trad. esp., en Anagrama, 1982); J. Poulain, «Vers une pragmatique nucléaire de la communication», maquinascrito, Universidad de Montreal, 1977. Ver también, Watzlawick, et al., op. cit.
[29] Denotación corresponde aquí a descripción en el uso clásico de los lógicos, Quine reemplaza denotación por true of (verdad de). Ver W. V. Quine, Word and Object, Cambridge de Mass., MIT Press, 1960; trad. esp.. Palabra y objeto, Barcelona, Labor, 1968. Austin, op. cit. 39, prefiere constatativo a descriptivo.
[30] En teoría del lenguaje, performativo ha adquirido después de Austin un sentido preciso (op. cit., 39 y passim). Se lo encontrara más adelante asociado a los términos performance (actuación) y performatividad (de un sistema, especialmente) en el sentido que se ha hecho corriente de eficiencia mesurable en relaciones input/output. Los dos sentidos no son extraños el uno al otro. El performativo de Austin realiza la actuación (performance) óptima.
[31] Un análisis reciente de esas categorías lo hace Habermas, «Unbereitende Bemerkungen…», y los discute J. Pulain, art. cit.
[32] Investigations philosophiques, op. cit., pág. 23.
[33] J. von Neumann & O. Morgenstern, Theory of Games and Economic Behavior, Princenton U. P., 1944; 3a.ed., 1945, pág. 49: «El juego consiste en el conjunto de reglas que lo describen.» Fórmula extraña al espíritu de Wittgenstein, para el cual el concepto de juego no podría ser abarcado por una definición, puesto que ésta es ya un juego de lenguaje (op. cit., págs. 64-84 en especial).
[34] El término es de J. H. Searle: «Los actos de habla son las unidades mínimas de base de la comunicación lingüística» (op. cit., pág. 52). Nosotros las situamos bajo la égida del agon (la lucha) más que de la comunicación.
[35] La agonística está en el principio de la ontología de Heráclito y de la dialéctica de los sofistas, sin hablar de los primeros trágicos. Aristóteles le dedica una gran parte de su reflexión sobre la dialéctica en Tópicos y refutaciones filosóficas. Ver F. Nietzsche, «El combate en Homero», en «Cinq préfaces à cinq livres qui n'ont pas été écrits» (1872), Ecrits posthumes. 1870-1873, trad, francesa en Gallimard, Paris, 1975, págs. 192-200.
[36] En el sentido establecido por L. Hjelmslev, Prolegomena to a Theory of Language, trad. inglesa en Wisconsin University Press, Whitfield, Madison, 1963; trad. esp., Prolegómenos a una teoría del lenguaje. Madrid, Gredos; y retomado por R. Barthes, Eléments de sémiologie (1964), Paris, Seuil, 1966, IV. 1 (la traducción española es de la editorial Siglo XXI, Mexico).
[37] Ver en particular Talcott Parsons, Thé Social System, Glencoe, Free Press, 1967; (trad. esp., El sistema social, Madrid, Revista Occidente, 1976); id, Sociological Theory and Modern Society, Nueva York, Free Press, 1967. La bibliografía de la teoría marxista de la sociedad contemporánea ocuparía más de cincuenta páginas. Se pueden consultar los útiles dossiers y la bibliografía crítica realizada por P. Souyri, Le marxisme après Marx, Paris, Flammarion, 1970. Una visión interesante del conflicto entre esas dos grandes corrientes de la teoría social y de su mezcla la da A. W. Gouldner, The Coming Crisis of Western Society, Londres, Heinemann, 1970; 2a. ed., 1972 (trad, esp., La crisis de la sociedad occidental, Buenos Aires, Amorrortu, 1973). Ese conflicto ocupa un lugar importante en el pensamiento de Habermas, a la vez heredero de la Escuela de Frankfurt y en polémica con la teoría alemana del sistema social, especialmente la de Luhman.
[38] Este optimismo aparece claramente en las conclusiones de R. Lynd, Knowledge for What?, Princeton U. R, 1939, pág. 239, que son citadas por M. Horkheimer, Eclipse of Reason, Oxford U. P., 1947: en la sociedad moderna, la ciencia debe reemplazar a la religión «desharrapada» para definir los objetivos de la vida.
[39] H. Schebky, Der Mensch in der Wissenschaftlichen Zeitalter, Colonia, 1961, págs. 24 y ss.: «La soberanía del Estado no se manifiesta sólo por el hecho de que monopolice el uso de la violencia (Max Weber) o decida el estado de excepción (Carl Schmitt), sino ante todo por el hecho de que decide el grado de eficacia de todos los medios técnicos que existen en su seno, y de que se reserva aquéllos cuya eficacia es más elevada y puede prácticamente situarse a sí mismo fuera del campo de aplicación de esos medios técnicos que impone a los otros.» Se dirá que es una teoría del Estado, no del sistema. Pero Schelsky añade: «El Estado también está sometido, a causa de la sociedad industrial: a saber, que los medios son los que determinan los fines, o mejor que las posibilidades técnicas imponen la utilización que se hace de ellas.» Habermas opone a esta ley que los conjuntos de medios técnicos y los sistemas de acción racional no se desarrollan nunca de manera autónoma: «Consequences pratiques du progrés scientifique et tecnique» (1968), en Theorie und praxis, Neuwied, Luchterhand, 1963, según la trad, francesa de Payot, París, págs. 115-136. Ver también J. Ellul, La technique et l'enjeu du siècle, Paris, Armand Colin, 1954 (trad, esp., El Siglo XX y la técnica, Barcelona, Labor, 1960); id., Le système technicien, Paris, Calmann-Lèvy. Que las huelgas y en general la fuerte presión ejercida por potentes organizaciones de trabajadores producen una tensión finalmente beneficiosa para la performatividad del sistema, es lo que Ch. Levinson, dirigente sindical, declara claramente; explica gracias a esta tensión el avance técnico y de gestión de la industria norteamericana (citado por H. F. Virieu, Le Matin, diciembre de 1978, núm. especial: «Que veut Giscard?»).
[40] T. Parsons, Essays in Sociological Theory Pure and Applied. Glencoe, Free P., 1957 (reedición), pág 46-47.
[41] La palabra se toma aquí según la acepción que J. K. Galbraith ha dado al término tecno-estructura en Le nouvel Etat industriel. Essai sur le système économique américain, Paris, Gallimard, 1968 (hay trad, española en Ariel, Barcelona, 1980: El nuevo Estado industrial); o R. Aron al de estructura técnico-burocrática, en Dix-huit leçons sur la société industrielle, Paris, Gallimard, 1962 (hay trad, esp. en Seix-Barral, Barcelona, 1965: Dieciocho lecciones sobre la sociedad industrial); más que en el sentido evocado por el término burocracia. Este último es mucho más «duro»» porque es socio-político, además de económico, y procede inicialmente de una crítica hecha por la oposición obrera (Kollantai) al poder bolchevique, y después por la oposición troskista al stalinismo. Ver al respecto Cl. Lefort, Eléments d'une critique de la burocratie. Ginebra, Droz, 1971, donde la crítica alcanza a la sociedad burocrática en su conjunto.
[42] Eclipse of Reason, loc., cit., pág. 183.
[43] M. Horkheimer, «Traditionelle und kritische Theorie» (1937). Ver también la bibliografía razonada de la Escuela de Frankfurt (francesa, hasta 1978) en la revista Esprit. 5 (mayo, 1978), por Hoehn &; Raulet.
[44] Ver Cl. Lefort, op. cit.; id., Un homme de trop, París, Seuil, 1976; C. Castoriadis, La société bureaucratique. 10/18, 1973 (hay versión española en Tusquets, Barcelona, 1976).
[45] Ver, por ejemplo, J. P. Garnier, Le marxisme lénifiant, París, Le Sycomore, 1979.
[46] Es el título que llevaba el «órgano de crítica y de orientación revolucionaria» publicado de 1949 a 1965 por un grupo cuyos principales redactores (bajo diversos pseudónimos) fueron: C. de Lefort. J. F. Lyotard, A. Maso. D. Mothé, B. Sarrel, P. Simón, P. Souyri.
[47] E. Bloch, Das prinzip Hoffnug (1954-1959). Frankfurt, 1967. Hay traducción española: El principio esperanza, Madrid, Aguilar, 1975.
[48] Es una alusión a los embarullamientos teóricos que sirvieron de eco a las guerras de Argelia y del Vietnam, y al movimiento estudiantil de los años 60. Un panorama histórico lo dan S. Schnapp y P. Vidal-Noquet, Journal de la Commune étudiante. París, Seuil, 1969. Presentación.
[49] Lewis Mumford, The Myth of the Machine. Technics and Human Development, Londres, Seeker & Warburg, 1967.
[50] La duda entre esas dos hipótesis impregna una llamada que, sin embargo, está destinada a conseguir la participación de los intelectuales en el sistema: Ph. Nemo, «La nouvelle responsabilité des clercs», Le Monde. 8 de septiembre de 1978.
[51] La oposición teórica entre Naturwissenschaft y Geitwissenschaft encuentra su origen en W. Dilthey (1863-1911).
[52] M. Albert, comisario del Plan francés, escribe: «El Plan es una oficina de estudios del gobierno (…). También es un punto de encuentro de la nación, un punto de encuentro donde se maceran las ideas, o donde se comparan los puntos de vista y donde se originan los cambios (…) Es preciso que no estemos solos. Es preciso que otros nos ilustren (…)» (L'Expansion, diciembre de 1978). Ver sobre el problema de la decisión. G. Gafgen, Theorie der wissenschaßichen Entscheidung. Tubinga, 1963; L. Sfez, Critique de la décision (1973), Presses de la Foundation des sciences politiques, 1976.
[53] Lo que sigue del declive de nombres tales como Stalin, Mao Castro, como epónimos de la revolución desde hace veinte años. Piénsese en la erosión de la imagen del presidente de los Estados Unidos después del asunto Watergate.
[54] Es un tema central de R. Musil, Der Mann ohne Eigenschaften (1930-1933). Hamburgo, Rowhlt; traducción española en Seix-Barral, Barcelona, titulada El hombre sin atributos (vol. I, 1969; vol. II, 1970; y vol. III, 1973). En un comentario libre, J. Bouvresse subraya la afinidad de ese tema de la «derelición» del Sí mismo con la «crisis» de las ciencias a comienzos del siglo XX y con la epistemología de E. Mach; cita los testimonios siguientes: «Teniendo en cuenta el estado de la ciencia, un hombre no está hecho más que de lo que se le dice que es o de lo que se hace con lo que es (…) Es un mundo en el cual los acontecimientos vividos se han vuelto independientes del hombre (…) Es un mundo del porvenir, el mundo de lo que sucede sin que eso suceda a nadie, y sin que nadie sea responsable» («La problématique du sujet dans L'homme sans qualités». Noroît [Arras], págs. 234-235 [diciembre de 1978-enero de 1979]; el texto publicado no ha sido revisado por el autor).
[55] Baudrillard, A l'ombre des majorités silencieuses o la fin du social, Fontenay-sous-Bois, Utopie, 1978; trad, esp., en Kairos, Barcelona, 1978.
[56] Es el vocabulario de la teoría de sistemas; por ejemplo, Ph. Nemo, loc. cit.. «Representémonos la sociedad como un sistema, en el sentido de la cibernética. Ese sistema es una red de comunicaciones con cruces donde la comunicación converge y desde donde es redistribuida (…).»
[57] Un ejemplo dado por J. P. Garnier, op. cit., pág. 93: «El Centro de información sobre la innovación social, dirigido por H. Dougier y F. Bloch-Laîné, tiene por función clasificar, analizar y difundir informaciones acerca de las nuevas experiencias de vida cotidiana (educación, salud, justicia, actividades culturales, urbanismo y arquitectura, etc.). Este banco de datos sobre las 'prácticas alternativas' presta sus servicios a los órganos estatales encargados de hacer que la 'sociedad civil' se convierta en una sociedad civilizada: Comisariado del Plan, Secretariado de acción social, D.A.T.A.R.»
[58] S. Freud ha acentuado de modo especial esta forma de «predestinación». Ver Marthe Robert, Roman des origines, origine du roman, Paris, Grasset, 1972. Hay trad, esp., Novela de los orígenes, y orígenes de la novela, Madrid, Taurus. 1973.
[59] Ver la obra de M. Serres, especialmente los Hermès, I al IV, Paris, Minuit, 1969-1977.
[60] Por ejemplo, E. Goffman, The Presentation of Self in Everyday Life, Edimburgo, U. of Edinburgh P., 1956 (trad, esp., La presentación de la persona en la vida cotidiana, Amorrortu, 1971); A. W. Gouldner, op. cit., cap. 10; A. Touraine, La voix et le regard, Paris, Seuil, 1978; id., et al., Lutte étudiante, París, Seuil, 1978; M. Callón, «Sociologie des techniques?», Pandore, 2 (febrero de 1979), páginas 28-32; P. Watzlawick, et. al., op. cit.
[61] Ver más arriba la nota 41. El tema de la burocratizacion general como porvenir de las sociedades modernas fue desarrollado muy pronto por B. Rizzi, La bureaucratisation du monde. París, 1939.
[62] Ver H. P. Grise, «Logic and Conversation», en P. Cole & J. J. Morgan Eds., Speech Acts III. Syntax and Semantics, Nueva York, Academic Press, 1975 págs. 59-82.
[63] Para un acercamiento fenomenològico al problema, ver en M. Merleau-Ponty (CI. Lefort éd.), Résumés de cours, París, Gallimard, 1968, el curso 1954-1955. Para un acercamiento psicosociológico, R. Loureau, L'analyse institutionelle. Paris, Minuit, 1970.
[64] M. Callón, loc. cit.. pág. 30: «La sociología es el movimiento mediante el cual los actores constituyen e instituyen diferencias, fronteras entre lo que es social y lo que no lo es, lo que es técnico y no lo es, lo que es imaginario y lo que es real: el trazado de esas fronteras es un envite y ningún consenso, salvo en caso de dominación total, es realizable». Comparar con lo que A. Touraine llama «sociología permanente», La voix et le regard, loc. cit.
[65] Aristóteles circusncríbe el objeto del saber al definir lo que él llama los apofánticos: «Todo discurso significa algo (semantikos), pero todo discurso no es denotativo (apophantikos): sólo lo es aquél al que corresponde decir verdadero o falso. Ahora bien, eso no se produce en todos los casos: la plegaría, por ejemplo, es un discurso, pero no es ni verdadero ni falso» (Péri hermenèias, 4, 17 a); hay trad. esp., Peri hermenèias. De interpretatione, U. de Valencia, 1978. Cuadernos Teorema.
[66] Ver K. Popper, Logik der Forschung, Viena, Springer, 1935 (hay trad, esp., La lògica de la investigación científica, Madrid, Tecnos, 1962); id., «Normal Science and its Dangers», en I. Latakos & A. Musgrave Eds., Criticism and the Growth, Cambridge (G.B.), U.P., 1970.
[67] Ver Jean Beaufret, LePoème deParménide. Paris, P.U.F., 1955.
[68] Todavía en el sentido de Bildung (inglés: cultura) tal y como ha sido fijado por el culturalismo. El término es prerromántico y romántico; cfr. el Volkgeist, de Hegel.
[69] Ver la escuela culturalista americana: C. DuBois, A. Kardiner, R. Linton, M. Mead.
[70] Ver la institución de los folklores europeos a partir de fines del siglo XVIII en relación con el romanticismo: estudios de los hermanos Grimm, de Vuk Karadic (cuentos populares servios), etc.
[71] Esa era sumariamente la tesis de L. Lévy-Bruhl, La mentalité primitive, París, Alean, 1922.
[72] Cl. Lévi-Strauss, La pensée sauvage. París, Plon, 1962. Hay traducción española en México, F.C.E., 1965.
[73] R. Jaulin, La paix blanche, París, Seuil, 1970.
[74] V. Propp, «Morphology of the Folktale», International Journal of Linguistics, 24, pag. 4 (octubre de 1958); trad, francesa, Morphologie du conte, París, Seuil, 1970. Hay trad, esp., Morfología del cuento, Madrid, Fundamentos, 1971.
[75] Cl. Lévi-Strauss, «La structure des mythes» (1955), en Anthropologie structurale, París, Plon, 1958, (hay trad, española, Buenos Aires, Eudeba); id. «La structure et la forme. Réflexions sur un ouvrage de Vladimir Propp», Cahiers de l'institut de science économique appliquée, 99, série M, 7 (marzo de 1960).
[76] Geza Roheim, Phychoanalysis and Anthropology, Nueva York, 1950.
[77] André M. d'Ans, Le dit des vrais hommes, Paris, 10/18, 1978.
[78] Ibid., 7.
[79] La hemos usado a causa de la «etiqueta» pragmática que rodea la transmisión de los relatos y de la que la antropología nos informa cuidadosamente. Ver P. Castres, Le grand parler. Mythes et chants sacrés des Indiens Guarani. París, Seuil, 1974.
[80] Para una narratología que hace intervenir la dimensión pragmática, ver G. Genette, Figures III, París, Seuil 1972.
[81] Cfr. nota 34.
[82] La relación metro/acento, que hace y deshace el ritmo, está en el centro de la reflexión hegeliana sobre la especulación. Ver Phénoménologie de l'esprit, IV. (Hay trad. esp. en México, F.C.E..)
[83] Estas informaciones se deben a la amabilidad de A. M. d'Ans; se le agradecen.
[84] Ver los análisis de D. Charles, Le temps el la voix, Delarge, 1978. Y de Dominique Avron, L'appareil musical. París, 10/18, 1978.
[85] Ver Mircea Eliade, Le mythe de l'éternel retour. Archétypes et répétitions, París, Gallimard, 1949; trad, esp., Madrid, Alianza, 1982.
[86] El ejemplo se toma prestado de Frege, «Ueber Sinn und Bedeutung» (1892); trad. inglesa, «On Sense and Reference», Philosophical Writings, Oxford, Blackwell, 1960.
[87] B. Latour, «La rhétorique du discours scientifique», Actes de la recherche en sciences sociales, 13 (marzo de 1977).
[88] Bachelard, Le nouvel esprit scientifique, París, P.U.F. 1934.
[89] Descartes, Méditations métaphysiques, Paris, P.U.F., 1934. (Hay trad, esp., Meditaciones metafísicas con objeciones y respuestas, Madrid, Alfaguara, 1977.)
[90] Ver, por ejemplo, K. Hempel, Philosophy of Natural Science, Englewood Cliffs, Prentice Hall, 1966; trad. esp., Madrid, Alianza, 1982.
[91] No se pueden abordar aquí las dificultades que crea esta doble presuposición. Ver Vicent Descombes, L'inconscient malgré lui. París, Minuit, 1977.
[92] Esta observación oculta una importante dificultad, que también aparecería al examinar la narración: la que concierne a la distinción entre juegos de lenguaje y tipos de discurso. No la estudiamos aquí.
[93] En el sentido anteriormente indicado en la nota 90.
[94] Th. Kühn, The Structure of Scientific Revolutions, Chicago, U.P., 1962. (Hay trad. esp., La estructura de las revoluciones científicas, México, F.C.E.)
[95] Cfr. la actitud de los niños en los primeros cursos de ciencias, o la manera en que los aborígenes interpretan las explicaciones de los etnólogos (ver Lévi-strauss, La pensée sauvage, loc. cit., capítulo I).
[96] Eso mismo decía Métraux a Clastres: «Para poder estudiar una sociedad primitiva, es preciso que ésta esté ya corrompida.» Es preciso, en efecto, que el informador indígena pueda examinarla con el ojo de un etnólogo, planteándose la cuestión del funcionamiento de sus instituciones, y por ello, la de su legitimidad. Reflexionando sobre su fracaso con la tribu de los Ache, Clastres concluye: «Y por eso, los Ache aceptaban los regalos que no pedían, rechazando los intentos de diálogo porque eran lo bastante fuertes para no necesitarlo: empezaríamos a hablar cuando estuvieran enfermos» (citado por M. Cartry, «Pierre Clastres», Libre, 4,1978).
[97] Sobre la ideología cientifista, ver Survivre, 9 (agosto-septiembre, 1971), recogido en Jaubert y Lévy-Leblond, op. cit. Al final de esta recopilación se encuentra una bibliografía de los periódicos y de los grupos que luchan contra las diversas formas de subordinación de la ciencia al sistema.
[98] V. Goldschmidt, Les Dialogues de Platón. París, P.U.F., 1947.
[99] Términos tomados de O. Genette, Figures III. loc. Cit.
[100] P. Valéry, Introduction à la méthode de Léonard de Vinci (1894), Paris, Gallimard, 1957 (también contiene «Marginalia» [1930], «Note et digression» [1919], «Léonard et les philosophes» [1929]).
[101] P. Aubenque, Le problème de l'Être chez Aristote, París, P.U.F., 1962.
[102] P. Duhem. Essai sur la notion de théorie physique de Platón à Galilé, París, Hermann, 1908; A. Koyré, Études galiléennes (1940), París, Hermann, 1966; T. Kühn, op. cit.
[103] M. de Certeau, D. Julia y J. Revel, Une politique de la langue. La Révolution française et tes patois, París, Gallimard, 1975.
[104] Sobre la distinción entre prescripciones y normas, ver G. Kalinowski. «Du métalangage en logique. Réflexions sur la logique déontique et son rapport avec la logique des normes», Documents de travail, 48 (noviembre, 1975), Università di Urbino.
[105] Se encuentran rastros de esta política en el establecimiento de un curso de filosofía al final de los estudios secundarios. Y también en el proyecto del Grupo de investigación sobre la enseñanza de la filosofía de enseñar «filosofía» a partir el primer ciclo de los estudios secundarios.: G.R.E.P.H., «La philosophie déclassée», Qui a peur de la philosphie?, París, Flammarion, 1977. Es igualmente esta dirección, parece, la que orienta las estructuras de los programas de los C.E.G.E.P, de Québec, y en especial los de filosofía (ver, por ejemplo, los Cahiers de l'enseignement collégial 1975-1976 para la filosofía).
[106] Ver H. Janne, «L'Université et les Besoins de la société contemporaine», Cahiers de L'Association internationale des universites, 10 (1970), 5; citado en Commission d'étude sur les universités, Document de consultation, Montreal, 1978.
[107] Se encuentra una expresión «dura» (casi místico-militar) en Julio de Mesquita Filho, Discorso de Paraninfo da primeira turma de licenciados pela Faculdade de Filosofia, Ciencias e Letras da Universidade de Sào Paulo (27 de enero de 1937); y una expresión adaptada a los problemas modernos del desarrollo de Brasil, en el Relatorio do Grupo de Trabalho, Reforma Universitaria, Brasilia, Ministerios de Educación y de Cultura, de Planificación, etc., agosto de 1968. Estos documentos forman parte de un informe sobre la Universidad brasileña que me ha sido amablemente comunicado por Helena C. Chamlian y Martha Ramos de Carvalho, de la Universidad de Sao Paulo; gracias les sean dadas.
[108] El informe es accesible al lector francófono gracias a los cuidados de Miguel Abensour y del College de philosophie: Philosophies de l'Université. L'idéalisme allemand et la question de l'université (textos de Schelling, Fichte, Schleiermacher, Humboldt, Hegel), París, Payot, 1979.
[109] «Sur l'organisation interne et externe des établissements scientifiques supérieurs à Berlin» (1810), en Philosophies de l'Université, loc. cit. pag. 321.
[110] Ibid., pág. 323:
[111] F. Schleiermacher, «Pensées de circonstance sur les universités de conception allemande» (1808), ibid., pags. 270-271.
[112] «La enseñanza filosófica se reconoce de manera generalizada como fundamento de toda actividad universitaria» (ibid., pág. 272).
[113] A. Touraine analiza las contradicciones de este transplante en Université et société aux Etats-Unis, Paris, Seuil, 1972, págs. 32-40.
[114] Apreciable hasta en las conclusiones de un R. Nisbet. The Degradation of the Academic Dogma: the University in America. 1945-1970. Londres, Heinemann, 1971. El autor es profesor de la universidad de California, Riverside.
[115] Ver. G. W. Hegel. Philosophie des Rechts (1821); hay versión española: Principios de la filosofía del Derecho. Buenos Aires, Editorial Sudamericana.
[116] Ver P. Ricoeur. Le confín des interprétations. Essais d'herméneutique, París. Seuil, 1969; H. Gadamer, Warheit und Methode, 2.a ed., Tubinga, Mohr, 1965. (Trad. esp., Verdad y método. Salamanca, Sigúeme, 1977.)
[117] Sean dos enunciados: (1) La luna sale: (2) El enunciado / la luna sale /es un enunciado denotativo. Se dice que en (2) el sintagma / La luna sale / es autónimo de (1). Ver J. Rey-Debove, Le métalangage. París, Le Robert, 1978, parte IV.
[118] El principio, en cuestión de ética transcendental al menos, es kantiano: ver la Crítica de la razón práctica. En cuestiones de política y ética empírica, Kant es prudente: como nadie puede identificarse con el sujeto transcendental, es más exacto teóricamente integrarse con las autoridades existentes. Ver, por ejemplo: Antwort an der Frage: «Was ist 'Aulfklärung?» (1784), en Filosofía de la Historia.
[119] Ver I. Kant, art. cit.; J. Habermas. Strukturwandel der Oeffentlichkeit. Frankfurt, Luchterhand, 1962. Los términos público y publicidad se entienden como las expresiones «hacer pública una correspondecia privada», y «debate público», etc. Ese principio de Oeffentlichkeit ha guiado la acción de muchos grupos de científicos a fines de los años 60, especialmente el movimiento «Survivre», el grupo «Scientists and Engineers for Social and Political Action» (U.S.A.) y el grupo «British Society for Social Responsability in Science» (G.B.).
[120] G. Granel ha publicado una traducción francesa en Phi, Suplemento de los Annales de l'université de Touiouse-Le Mirail, Toulouse (enero, 1977).
[121] Ver nota 1. Ciertos aspectos científicos del postmodernismo aparecen inventariados en I. Hassan, «Culture, Indeterminacy, and Immanence: Margins of the (Postmodern) Age», Humanities in Society. 1, (invierno de 1978). págs. 51-85.
[122] C. Müller emplea la expresión «a process of delegitimation» en The Politics of Communication, loc. cit., pág. 164.
[123] «Camino de duda (…), camino de desesperación (…), escepticismo», escribe Hegel en el Prefacio a la Fenomenología del espíritu, para describir el efecto de la pulsación especulativa sobre el conocimiento natural.
[124] Por temor a sobrecargar la exposición, se remite a un estudio ulterior el examen de ese grupo de reglas.
[125] Nietzsche, «Der europäische Nihilismus» (ms. N VII 3); «Der Nihilism, ein normaler Zustand» (ms. W II 1); «Kritik der Nihilism» (ms. W VII 3); «Zum Plane» (ms. W II 1), en Nietzsches Werke Kritische Gesamtausgabe, VII, l & 2 (1887-1889), Berlin, de Gruyter, 1970. Esos textos han sido objeto de un comentario de K. Ryjik , Nietzsche, le manuscrit de Lenzar Heide, mecanografiado, Departamento de Filosofía, Universidad de París, VIII (Vincennes).
[126] «Sur l'avenir de nos établissements d'enseignement» (1872), trad. francesa en F. Nietzsche, Écrits posthumes 1870-1873, París, Gallimard, 1975.
[127] M. Buber, Je et Tu, París, Aubier, 1938; id.. Dialogisches Leben, Zurich, Müller, 1947; E. Lévinas, Totalité et infini. La Haya, Nijhoff, 1961; id., «Martin Buber und die Erkenntnstheorie (1958)»; en Varios, Philosophen des 20. Jahrunderts, Stuttgart, Kohlhammer, 1963.
[128] Investigations philosophiques, loc. cit., pág. 18.
[129] Ibid.
[130] Ibid.
[131] Ver, por ejemplo, «La taylorisation de la recherche», en (Auto)critique de la science, loc. cit., págs. 291-293. Y sobre todo, D. J. de Solla Price (Little Science, Big Science, Nueva York, Columbia U.P., 1963), que subraya la separación existente entre un pequeño número de investigadores de producción elevada (evaluada en número de publicaciones) y una gran masa de investigadores de escasa productividad. El número de estos últimos se incrementa multiplicando por 2 el número de los primeros, si bien éstos no aumentan de verdad más que cada veinte años, aproximadamente. Price concluye que la ciencia considerada como entidad social es undemocratic (59), y que the eminent scientist lleva cien años de adelantado sobre the minimal one (56).
[132] Ver J. T. Desanti, «Sur le rapport traditionnel des sciences et de la philosophie». La philosophie silencieuse, ou critique des philosophies de la science, París, Seuil, 1975.
[133] La reclasificación de la filosofia universitaria en el conjunto de las ciencias humanas es a este respecto de una importancia que excede con mucho las inquietudes de la profesión. Nosotros no creemos que la filosofia como trabajo de legitimación condenada; pero es posible que no pueda llevarlo a cabo, o al menos desarrollarlo, más que revisando sus vínculos con la institución universitaria. Ver al respecto el preámbulo al Project d'un institut polytechnique de philisophie. Departamento de filosofía, Universidad de Paris, VIII (Vincennes), 1979.
[134] Ver A. Janik & St. Toulmin. Wittgenstein's Vienna, Nueva York, Simon & Schuster, 1973; hay trad. esp. en Taurus, Madrid: La Viena de Wittgenstein; J. Piel ed., «Vienne dèbut d'un siècle» Critique, 339-340 (agosto-septiembre, 1975).
[135] Ver J. Habermas, «Dogmatisme, raison et décision: théorie et pratique dans une civilisation scientifisée» (1963), Théorie et pratique, II, loc. cit., pág. 95.
[136] «La ciencia sonríe para sus adentros» es el titulo de un capítulo de El hombre sin atributos, de Musil; citado y comentado por J. Bouveresse, «La problématique du sujet…» loc. cit.
[137] Aristóteles en las Analíticas (alrededor del 300 a. C); Descartes en las Regulae ad directionem ingenii (hacia 1628) y los Principios de la filosofía (1644); Stuart Mill en el Sistema de lógica inductiva y deductiva (1843).
[138] G. Bachelard, Le rationalisme apliqué, París, P.U.F., 1949; M. Serres, «La réforme et les sept péchés», Arc, 42 (num. especial Bachelard), 1970.
[139] D. Hubert, Grundlangen der Geometrie, 1899; N. Bourbaki, «L'architecture des mathématiques», en Le Lionnais ed., Les grands courants de la pensée mathématique, París, Hermann, 1948; R. Blanche, L'axiomatique, París, P.U.F., 1955.
[140] Ver Blaché, op. cit., capitulo V.
[141] Seguimos aquí a R. Martin, Logique contemporaine et formalisation, Paris, P.U.F., 1964. págs. 33-41 y 122 y ss.
[142] K. Gödel, «Ueber formal unentscheidbare Sätze der Principia Mathematica und verwandter Systeme», Monatschrift für Marthematik und Physik. 38 (1931). Para una exposición accesible al profano del teorema de Gödel, ver D. Lacombe, «Les idées actuelles sur la structure des mathématiques»: en Varios, Notion et structure de la conaissance. París, Albin-Michel, 1957, págs. 39-160.
[143] J. Ladrière, Les limitations internes des formalismes. Lovaina y París, 1957.
[144] A. Tarski, Logique, sémantique, métamathématique, I, París, Armand-Colin, 1972. J. P. Déseles & Z. Guentcheva-Desclès, «Metalangue, métalangage, métalinguistique», Documents de Travail, págs. 60-61, Università di Urbino (enero-febrero, 1977).
[145] Les éléments des mathématiques, París, Hermann, 1940 y ss. Los puntos de partida lejanos de este trabajo se encuentran en los primeros intentos de demostrar ciertos «postulados» de la geometría euclidiana. Ver L. Brunschvicg, Les étapes de la philosophie mathématique, 3.a ed., París, P.U.F., 1947.
[146] T. Kühn, The structure…, loc. cit.
[147] Se encontrará una clasificación de las paradojas lógico-matemáticas en F. P. Ramsey, The Foundations of Mathematics and Other Logical Essays. Nueva York, Harcourt, Brace & Co., 1931.
[148] Ver Aristóteles, Retórica. II, 1393 y ss.
[149] También es el problema del testimonio y de la fuente histórica: ¿el hecho se conoce de oídas o de visu? La distinción aparece en Herodoto. Ver F. Hartog, «Hérodote rapsode et arpenteur», Hérodote, 9 (diciembre de 1977), págs. 56-65.
[150] A. Gehlen, «Die Technik in der Sichtweise der Anthropologie», Anthropolosgische Forschung. Hamburgo, 1961.
[151] A. Leroi-Gourhan, «Milieu et techniques», Albin-Michel, 1945; id., Le geste et la parola, I, Technique et langage. Albin-Michael, 1964.
[152] J. P. Vemant, Mythe et pensée che: les Grecs. París, Maspero, 1965, especialmente la sección 4: «Le travail et la pensée technique» (trad. esp.: Barcelona, Ariel, 1974).
[153] J. Baltrusaitis, Anamorphoses, ou magie artificielle des effets merveilleux. París, O. Perrin, 1969 (trad. esp. en preparación).
[154] L. Mumford, Technics und civilization, Nueva York, Harcourt, Brace & World, 1934; hay trad, esp.: Técnica y civilización, Madrid. Alianza, 1971.
[155] Un ejemplo sorprendente lo estudian M. J. Mulkay & D. O. Edge, «Cognitive, Technical and Social Factors in the Growth of Radio-astronomy», Social Science Information, (1973), págs. 25-61: utilización de radio-aficionados para verificar ciertas implicaciones de la teoria de la relatividad.
[156] Mulkay desarrolla un modelo manejable de la independencia relativa de las técnicas y del saber científico: «The Model of Branching», The Sociological Review. XXXIII (1976), págs. 509-526. H. Brooks, presidente del Science and Public Committee de la National Academy of Sciences, coautor del «Rapport Brooks» (O.C.D.E., junio del 1971), al hacer la crítica del modo en que hizo sus inversiones la R. & D. en el curso de los años 60, declaraba: «Uno de los efectos de la carrera hacia la Luna ha sido el aumento del coste de las innovaciones tecnológicas hasta que aquélla se hizo demasiado cara (…) La investigación es una actividad a largo plazo: un aceleración rápida y una deceleración implican gastos no confesados y numerosas incompetencias. La producción intelectual no puede superar un determinado ritmo» («Les Etats-Unis ont-ils une politique de la science?». La recherche. 14 de julio de 1971, 611). En marzo de 1972. E. E. David Jr., consejero científico de la Casa Blanca que lanzó la idea de un Research Applied to National Needs (R.A.N.N.), concluía en el mismo sentido: estrategia amplia y manejable para investigación; táctica más limitadora para el desarrollo (La recherche. 21 de marzo de 1972, 211).
[157] Ésa fue una de las condiciones planteadas por Lazarsfeld para aceptar la creación de lo que será el Mass Communication Research Center de Princeton, en 1937, Lo que no dejó de provocar tensiones. Las industrias de radio se negaron a invertir en el proyecto. Se decía que Lazarsfeld lanzaba las cosas pero nunca las terminaba. Él mismo decía a Morrison: «I usually put things together and hoped they worked.» Citado por D. Morrison, «The Beginning of Modem Mass Communication Research», Archives européennes de sociologie, XIX. 2 (1978). págs. 347-359.
[158] En los Estados Unidos, el total de fondos dedicados por el Estado federal a la R. & D. iguala al de los capitales privados en el curso del año 1956; desde entonces lo supera (O.C.D.E., 1965).
[159] Nisbet, op. cit., capítulo 5, hace una descripción amarga de la penetración del higher capitalism en la universidad en forma de centros de investigación independientes de los departamentos. Las relaciones sociales en los centros conmueven la tradición académica. Ver también en (Auto)critique de la science, loc. cit.. los capítulos: «Le prolétariat scientifique», «Les cherheurs», «La crise des mandarins».
[160] N. Luhmann, Legitimation durch Verfahren, Luchterhand, 1969.
[161] C. Müller, comentando a Luhman, escribe: «En las sociedades industriales desarrolladas, la legitimación legal-racional es reemplazada por una legitimación tecnocrática, que no concede ninguna importancia (signifiance) a las creencias de los ciudadanos ni a la moralidad en sí misma» (The Polines of Communication, loc. cit., pág. 135). Ver una bibliografía alemana sobre la cuestión tecnocrática en Habermas, Théorie el pratique, II, loc. cit., págs. 135-136.
[162] Un análisis lingüístico del control de la verdad lo proporciona G. Fauconnier, «Comment contrôler la vérité? Remarques illustrées par des assertions dangereuses et pernicieuses en tout genre», Actes de la recherche en sciences sociales, 25 (enero, 1979), págs. 1-22.
[163] Es por lo que se pidió, en 1970, al University Grants Committee británico que «desempeñara un papel más positivo en el dominio de la productividad, de la especialización, de la concentración de temas y control de los edificios limitando el coste de estos últimos» (The Politics of Education: E. Boyle & A. Crossland parlent à M. Kogan. Penguin Education Special, 1971). Eso puede parecer en contradicción con declaraciones como las de Brooks, anteriormente citadas (nota 156); pero: l) la «estrategia» puede ser liberal y la «táctica» autoritaria, lo que, por otra parte, dice Edward; 2) la responsabilidad en el seno de las jerarquías de los poderes públicos se comprende con frecuencia en el sentido más estricto que es la capacidad de responder a la performatividad calculable de un proyecto; 3) los poderes públicos se comprenden con frecuencia en el sentido más estricto, que criterio de performatividad es inmediatamente atosigante. Si las oportunidades de innovación en la investigación escapan al cálculo, el interés público parece ser ayudar a toda investigación, bajo otras condiciones que la eficacia estimable.
[164] Fue durante los seminarios del Princeton Radio Research Center dirigidos por Lazarsfeld, en 1939-1940, cuando Laswell definió el proceso de comunicación por la fórmula: Who says what to whom in what channel with what effect? Ver D. Morrison, art. cit.
[165] Es lo que Parsons define como «activismo instrumental» haciendo su elogio hasta el punto de confundirlo con el «conocimiento racional»: «La orientación hacia el conocimiento racional está implícita en la cultura común del activismo instrumental, pero sólo se hace más o menos explícita y es más apreciada entre las categorías sociales más instruidas que la utilizan más evidentemente en sus actividades profesionales» (T. Parsons & G. M. Platt, «Considerations on the American Academic Systems», Minerva, VI (verano de 1968), pág. 507; citado por A. Touraine, Université et société… loc. cit., pág. 146).
[166] Lo que Müller llama professional intelligentsia oponiéndola a la technical intelligentsia. Siguiendo a J. K. Galbraith, describe las inquietudes y la resistencia de la primera frente a la legitimación tecnocràtica (op. cit., págs. 172-177).
[167] A comienzos de los años 1970-1971, en la clase de los de diecinueve años de edad, la proporción de matriculados en la enseñanza superior era del 30 al 40 por 100 en Canadá, Estados Unidos, Unión Soviética y Yusgoslavia; alrededor del 20 por 100 en Alemania, Francia, Gran Bretaña. Japón y los Países Bajos. En todos esos países había doblado o triplicado su número con relación a las tasas de 1959. Según la misma fuente (M. Deveze, Histoire contemporáine de l'université. París, SEDES, 1976, págs. 439-440), la relación estudiantil/población total había pasado entre 1950 y 1970 de hacia el 4 por 100, a un 10 por 100 en Europa Occidental; y del 6.1, al 21.3 en Canadá, y del 15.1. al 32.5 en Estados Unidos.
[168] En Francia, de 1968 a 1975, el presupuesto total de la enseñanza superior (sin el C.N.R.S.) ha pasado (en millares de francos) de 3.075 a 5.454, o sea, alrededor de un 0,55 por 100 a un 0.39 por 100 del P.N.B. Los aumentos observados en cifras absolutas interesan a las partidas: Remuneraciones, Funcionamiento, Becas: la partida Subvenciones para investigación ha permanecido sensiblemente estancada (Devèze. op. cit., págs. 447-450). En los años 70, E. E. David declaraba que no se necesitaban más doctores en filosofía que en el decenio precedente (art.cit.. pág. 212).
[169] Según la terminología de C. Müller, op. cit.
[170] Es lo que M. Rioux y J. Dofny incluyen bajo la rúbrica «Formación cultural»: J. Dofny y M. Rioux, «Inventaire et bilan de quelques expériences d'intervention de l'université», en L'université dans son milieu: action et responsabilité (Coloquio de la A.U.P.E.L.F.), Universidad de Montreal, 1971, págs. 155-162. Los autores hacen la crítica de lo que llaman los dos tipos de universidad de América del Norte: los liberal art colleges, donde enseñanza e investigación están enteramente disociadas de la demanda social; y la multiuniversity, dispuesta a dispensar todas las enseñanzas de las que la comunidad acepte asumir los costos. Sobre esta última fórmula, ver C. Kerr, The Uses of the University. With a Postcript (1972), Cambridge (Ma), Harvard U. P., 1972. En un sentido análogo, pero sin el intervencionismos de la universidad en la sociedad que preconizan Dofny y Rioux, ver la descripción de la universidad futura dada por M. Alliot durante el mismo coloquio, «Estructures optimales de l'institution universitaire», ibid., páginas 141-154. M. Alliot concluye: «Creemos en las estructuras, mientras que en el fondo debiera de haber las menos estructuras posibles.» Tal es la vocación del Centro experimental, después Universidad de París, VIII (Vincennes), declarada cuando su fundación en 1968. Ver al respecto el informe Vincennes ou le désir d'apprendre. Alain Moreau, 1979.
[171] El autor se convierte aquí en testigo de la experiencia de gran número de departamentos de Vincennes.
[172] La ley de orientación de la enseñanza supenor del 12 de noviembre de 1968 cuenta la formación permanente (entendida de manera profesionalista) entre las misiones de la enseñanza superior ésta «debe estar abierta a los antiguos estudiantes así como a personas que no han tenido la posibilidad de proseguir sus estudios a fin de permitirles, según sus capacidades, mejorar sus oportunidades de promoción o de convertir su actividad profesional».
[173] En una entrevista concedida a Télé-sept-jours. 981 (17 de marzo de 1979), el ministro francés de Educación, que había recomendado oficialmente la serie Holocausto, difundida por la segunda cadena, a los alumnos de la enseñanza pública (iniciativa sin precedentes), declara que el intento del sector educativo de crear un útil audio-visual autónomo ha fracasado y que «la primera de la tareas educativas es enseñar a los niños a elegir sus programas» de televisión.
[174] En Gran Bretaña, donde la participación del Estado en las inversiones de capital y en el funcionamiento de las universidades ha pasado del 30 al 80 por 100 entre 1920 y 1960, es la University Grants Committee, agregado al ministerio para la ciencia y las universidades, el cual, después de examinar las necesidades y los planes de desarrollo presentados por las universidades, distribuye entre ellas las subvenciones anuales. En Estados Unidos, los Trustees son todopoderosos.
[175] Es decir, en Francia, entre los departamentos para los gastos de funcionamiento y equipamiento. Las remuneraciones no son su resorte, salvo para el personal contratado. El financiamiento de proyectos, trámites nuevos, etc., se hace sobre la envoltura pedagógica que revierte a la Universidad.
[176] M. McLuhan, D'oeil à oreille. París, Denoël-Gonthier, 1977; P. Antoine, «Comment s'informer?». Projet, 124 (abril de 1978), págs. 395-413.
[177] Se sabe que el uso de terminales inteligentes se enseña a los escolares japoneses. En Canadá, centros universitarios y estudiantes aislados hacen corrientemente uso de ellos.
[178] Ésa fue la política seguida por los centros de investigación norteamericanos desde antes de la Segunda Guerra Mundial.
[179] Nora y Mine escriben (op. cit. pág. 16): «El desafío principal, en los decenios venideros, ya no está, para los polos avanzados de la humanidad, en la capacidad para dominar la materia. Ésta es adquirida. Reside en la dificultad de construir la red de vínculos que hagan progresar conjuntamente la información y la organización.»
[180] A.Rapoport, Fights, Games and Debates, Ann Arbor, Un. of Michigan Press, 1960.
[181] Es el Branching Model de Mulkay (ver la nota 156). G. Deleuze ha analizado el acontecimiento en términos de entrecruzamientos de series en Logique du Sens, París, Minuit, 1968 (hay trad, esp., Lógica del sentido, Barcelona, Barral 1971), y en Différence et répétition. París, P.U.F., 1968.
[182] El tiempo es una variable que interviene en la determinación de la unidad de fuerza en dinámica. Ver también P. Virilio, Vitesse et politique, París, Galilée, 1976.
[183] J. L. Moreno, Who shall Survive? (1934), 2.a ed., Nueva York, Beacon, 1953; la trad. esp., Fundamentos de la sociometría. Paidos, Buenos Aires, 1972 (incluye ese trabajo).
[184] The Mass Communication Research Center (Princeton), The Mental Research Institute (Palo Alto), The Massachusetts Institute of Techonology (Boston), Institut fur Sozialforschung (Frankfurt), entre los más conocidos. Una parte de la argumentación de C. Kerr en favor de lo que él llama Ideopolis reposa sobre el principio de ganancia en inventiva obtenido por las investigaciones colectivas (op. cit., págs. 91 y ss.).
[185] D. J. de Solía Price (Little Science, Big Science, loc. cit.) intenta constituir la ciencia de la ciencia. Establece leyes (estadísticas) de la ciencia tomada como objeto social. Hemos señalado la ley de separación no democrática en la nota 131. Otra ley, la de los «colleges invisibles», describe el efecto que resulta de la multiplicación de publicaciones y la saturación de los canales de información en las instituciones científicas: los «aristócratas» del saber tienden por reacción a establecer redes estables de contactos interpersonales que agrupan un máximo de un centenar de miembros. D. Granfe ha dado de esos «colleges» una interpretación sociométrica en Invisibles Colleges, Chicago y Londres, The Un. of Chicago Press, 1972. Ver Lécuyer, art. cit.
[186] B. Mandelbrot (Les objects franctals. Forme, hasard et dimensión. París, Flammarion. 1975) proporciona en su Apéndice (172-183) un «resumen bibliográfico» de investigadores en matemáticas y en física reconocidos tardíamente o que permanecieron desconocidos a causa de lo extraño de sus intereses a pesar de la fecundidad de sus descubrimientos.
[187] Un ejemplo célebre lo proporciona la discusión acerca del determinismo suscitada por la mecánica cuántica. Ver. por ejemplo, la presentación a la correspondencia entre N. Born y A. Einstein (1916-1955) realizada por J. M. Lévy-Leblond, «Le grand débat de la mécanique quantique». La recherche. 20 (febrero de 1972), págs. 133-144. La historia de las ciencias humanas desde hace un siglo está llena de ese tipo de pasos del discurso antropológico al nivel del metalenguaje.
[188] I. Hassan da una «imagen» de lo que él llama inmanencia en «Culture, Indeterminacy and Immanence», loc. cit.
[189] Ver nota 142.
[190] P. S. Laplace, Exposition du système du monde, I y II, 1976.
[191] Del rigor de la ciencia. Historia universal de la infamia. Madrid, Alianza. 1971 (entre otras ediciones). La nota en cuestión es atribuida por Borges a Suárez Miranda. Viajes de varones prudentes. IV, Lérida. 1658. pág. 14. El resumen que se hace aquí es en parte infiel.
[192] La información cuesta energía, la negantropía que constituye suscita la entropía. M. Serres hace referencia frecuente a este argumento, por ejemplo en Hermes III. La traduction, París, Minuit, 1974, pág. 92.
[193] Seguimos aquí a I. Prigogine y I. Stengers. «La dynamique, de Leibniz à Lucrèce», Critique. 380, (num. especial Serres) (enero de 1979), pág. 49.
[194] J. Perrin, Les atomes (1913), París, P.U.F., 1970, págs. 14-22. El texto es citado por Mendelbrot en la Introducción a Objets fractals, loc. cit.
[195] Citado por W. Heisenberg, Physis and beyond, Nueva York, 1971; trad. esp., Madrid, Ed. Católica, 1974.
[196] En una comunicación a la Academia de ciencias (diciembre de 1921), Borel sugería que «en los juegos donde no existe la mejor manera de jugar» (juegos de información incompleta), «no se puede preguntar si no es posible, a falta de un código elegido de una vez por todas, jugar de una manera ventajosa variando el juego». Es a partir de esta distinción, como demuestra von Neumann, cómo esta probabilización de la decisión es en sí misma en determinadas condiciones «la mejor manera de jugar». Ver G. T. Guilbaud, Eléments de la théorie mathématique des Jeux. París, Dunod, 1968, págs. 17-21. Y J. P. Sens, La Théorie des jeux. París, P. U. F., 1974 (colección de textos). Los artistas «postmodernos» hacen corrientemente uso de esos conceptos; ver, por ejemplo, J. Cage, Silence, y A Year from Monday. Middletwon (Conn.), Wesleyan U. P., 1961 y 1967; del segundo hay trad. esp. en Ediciones Era, México, 1974, titulada: Del lunes en un año.
[197] I. Epstein, «Jogos», Ciencia e Filosofia, Revista Interdisciplinar, Universidade de Sao Paulo, 1 (1979).
[198] «La probabilidad reaparece aquí, no ya como principio constitutivo de una estructura de objeto, sino como principio regulador de una estructura de comportamiento» (G. G. Granger, 1960, pág. 142). La idea de que los dioses juegan, digamos, al bridge sería más bien una hipótesis griega preplatónica.
[199] Op. cit., pág. 4.
[200] Curva continua no rectificable de homotecia interna. Es descrita por Mandelbrot, op, cit., pág. 30. Ha sido establecida por H. von Koch en 1904. Ver Objets fractals, bibliografia.
[201] Modèles mathématiques de la morphogénese, 10/18, 1974. Una exposición accesible al profano de la teoria de las catástrofes la da K. Pomian, «Catastrophes et déterminisme», Libre, 4 (1978), París, págs. 115-136.
[202] El ejemplo lo toma Pomian de E. C. Zeeman, «The Geometry of Catastrophe», Times Literary Supplement (10 de diciembre de 1971).
[203] R. Thom, Satabilité structurelle et morphnogenèse. Essai d'une théorie genérale des modèles. Reading (Mass). Benjamin, 1972, pág. 25. Citado por Pomian, loc. cit., pág. 134.
[204] R. Thom, Modeles mathématiques…, loc. cit., pág. 24.
[205] Ibid., pág. 25.
[206] Ver especialmente Watzlawick et al., op. cit., capítulo VI.
[207] «Es preciso distinguir las condiciones de la producción del saber científico del saber que es producido (…) Hay dos etapas constitutivas de la gestión científica, hacer desconocido lo conocido, después reorganizar este desconocimiento en un metasistema simbólico independiente (…). La especificidad de la ciencia depende de su imprevisibilidad» (P. Brenton, Pandore. 3, abril de 1979, pág. 10).
[208] Rapoport, Théorie des jeux à deux personnes (trad, francesa en Dunod, 1969, pág. 159).
[209] P. B. Medawar, The Art of the Soluble, 6.a ed., Londres, Methuen, 1967, especialmente los capítulos titulados «Two Conceptions of Science» y «Hypothesis and Imagination».
[210] Lo que explica P. Feyerabend, Against Method, Londres, N.L.B., 1975, apoyándose en el ejemplo de Galileo, y que él reivindica como «anarquismo» o «dadaísmo» epistemológico contra Popper y Lakatos; trad, esp.: Contra el método. Madrid, Tecnos, 1983.
[211] No ha sido posible en el marco de este estudio analizar la forma que toma el regreso del relato en los discursos de legitimación, tales como: la sistemática abierta, la localidad, el antimétodo y, en general, todo lo que nosotros reagrupamos aquí bajo el nombre de paralogía.
[212] Nora y Mine atribuyen, por ejemplo, a la «intensidad del consenso social», que ellos consideran propia de la sociedad japonesa, el éxito que ese país consigue en cuestión informática (op. cit.. pág. 4). Escriben en su conclusión: «La sociedad a la cual ésta [la dinámica de una información social extendida] conduce es frágil: construida para favorecer la elaboración de un consenso, supone su existencia y se bloquea si no consigue obtenerlo» (op. cit. pág. 125). Y. Stourdzé, art. cit., insiste en el hecho de que la tendencia actual a desregular, a desestabilizar, a debilitar las administraciones, se alimenta de la pérdida de confianza de la sociedad en la performatividad del Estado.
[213] En el sentido de Kuhn, op. cit.
[214] Pomian, art. cit., muestra que este tipo de funcionamiento (por catástrofe) no procede en absoluto de la dialéctica hegeliana.
[215] «La legitimación de las decisiones implica fundamentalmente un proceso afectivo de aprendizaje que esté libre de toda perturbación. Es un aspecto de la pregunta general: ¿Cómo cambian las aspiraciones, cómo puede reestructurar el sub-sistema político y administrativo las aspiraciones de la sociedad gracias a decisiones mientras él mismo no es más que un sub-sistema? Ese segmento no tendrá una acción eficaz más que si es capaz de construir nuevas aspiraciones en los otros sistemas existentes, sean éstos personas o sistemas sociales» (Legitimation durch Verfahreh, loc. cit. pág. 35).
[216] Se encuentra una articulación de esta hipótesis en los estudios más antiguos de D. Riesman, The Lonely Crowd, Cambridge (Mass.) Yale U. P., 1950 (trad. esp.. La muchedumbre solitaria, Buenos Aires, Paidós, 1963); de W. H. Whyte, The Organization Man, Nueva York, Simon & Schuster, 1956; de Marcuse, One Dimensional Man, Boston, Beacon, 1965 (trad. esp., El hombre unidimensional, Barcelona, Seix Barral, 1969).
[217] J. Rey-Debove (op. cit., págs. 228 y ss.) señala la multiplicación de señales de discurso indirecto o de connotación autonímica en la lengua cotidiana contemporánea. Pues, recuerda, «el discurso indirecto no es de fiar».
[218] Pues, como dice G. Canguihem, «el hombre no está verdaderamente sano más que cuando es capaz de muchas normas, cuando es más que normal» («Le normal et le pathologique». 1951), La connaissance de la vie, París, Hachette, 1952, pág. 210.
[219] E. E., David (art. cit.) señala que la sociedad sólo puede conocer las necesidades que experimenta en el estado actual de su medio tecnológico. Lo propio de la ciencia fundamental es descubrir las propiedades desconocidas que van a remodelar el medio técnico y crear necesidades imprevisibles. Cita la utilización de la materia sólida como amplificador y el empuje de la física de los sólidos. La critica de esta «regulación negativa» de las interacciones sociales y de las necesidades por parte del objeto técnico contemporáneo la hace R. Jaulin, «Le mythe technologique», Revue de l'entreprise, 26 (num. especial «L'ethnotechnologie», marzo de 1979), págs. 49-55. El autor da cuenta de A. G. Haudricourt, «La technologie culturelle, essai de méthodologie», en B. Gille, Historie des techniques, loc. cit.
[220] Medawar (op. cit., págs. 151 -152) opone el estilo escrito y el estilo oral de los científicos. El primero debe ser «inductivo» so pena de no ser tomado en consideración: del segundo, señala una lista de expresiones corrientemente usadas en los laboratorios, como: My results don't make a storv yet. Y concluye: «Scientists are building explanatory structures, telling stories (…)».
[221] Para un ejemplo célebre, ver L. S. Feuer, The Conflict of Generations (1969) (trad. francesa, Einstein et le conflic des generations, Bruselas, Complexe, 1979). Como subraya Moscovici en su prefacio a la traducción francesa, «La Relatividad ha nacido en una 'academia' de fortuna, formada por amigos de los cuales ninguno es físico, sino ingenieros y filósofos aficionados».
[222] Es la paradoja de Orwell. El burócrata habla: «No nos contentamos con una obediencia negativa, ni siquiera con la sumisión más abyecta. Cuando por fin te rindas a nosotros, tendrá que impulsarte a ello tu libre voluntad» 1984, Nueva York, Harcout & Brace, 1949 [trad. esp. de R. Vázquez Zamora, 2.a ed., Barcelona, Destino, 1966, pág. 269]. La paradoja se expresaría en juego de lenguaje por un Sé libre, o también por un: Quiere lo que quieres. Es analizado por Watzlawich et al., op. cit., págs. 203-207. Ver acerca de esas paradojas, J. M. Salanskis, «Genèses 'actuelles' et genèses 'serielles' dé l'inconsistant et de l'hétérogène», Critique. 379 (diciembre, 1978), págs. 1155-1173.
[223] Ver la descripción de tensiones que no dejará de crear la informatización de masas en la sociedad francesa según Nora y Mine (op. cit., Presentación).
[224] Ver nota 181. Cfr. en Waztlawick et al . op. cit., págs. 117-148, la discusión de los sistemas abiertos. El concepto de sistemática abierta es objeto de un estudio de J. M. Salanskis, Le systématique ouvert, 1978.
[225] Después de la separación de Iglesia y Estado, Feyerabend (op. cit) reclama en el mismo espíritu «laico» la de Ciencia y Estado. ¿Y la de Ciencia y Dinero?
[226] Ésta es al menos una de las maneras de comprender ese término que pertenece a la problemática de O. Ducrot, op. cit.
[227] Raison et légitimité, loc. cit., passim, especialmente págs. 23-24: «El lenguaje funciona como un transformador (…) los conocimientos personales se transforman en enunciados, las necesidades y los sentimientos en expectativas normativas (mandamientos o valores). Esta transformación establece la diferencia importante que separa la subjetividad de la intención, del querer, del placer y del dolor, por una parte, y las expresiones y las normas que tienen pretensión de universalidad, por otra. Universalidad quiere decir objetividad del conocimiento y legitimidad de las normas en vigor. Esta objetividad y esta legitimidad aseguran la comunidad (Gemeinsamkeit) esencial en la constitución del mundo. Se ve que la problemática circunscrita de esta manera, al bloquear la cuestión de la legitimidad en un tipo de respuesta, la universalidad, por una parte presupone la identidad de la legitimación para el sujeto de conocimiento y para el sujeto de acción, frente a la crítica Kantiana que disociaba la universalidad conceptual apropiada al primero, de la universalidad ideal (la «naturaleza suprasensible») que sirve de horizonte al segundo; y por otra parte, mantiene el consenso (Gemeinschaft) como único horizonte posible de la vida de la humanidad».
[228] Ibid., pág. 22 y la nota del traductor. La subordinación de los metaprescriptivos de la prescripción, es decir, de la normalización de las leyes, en el Diskurs es explícita, por ejemplo, pág. 146: «La pretensión normativa con validez es en sí misma cognitiva en el sentido de que siempre supone que podría ser admitida en una discusión racional.»
[229] G. Kortian, en Métacritique. París, Minuit, 1979, parte V, hace un examen crítico de este aspecto aufklärer del pensamiento de Habermas. Ver también del mismo autor: «Le discours philosophique et son objet». Critique. 1979.
[230] Ver J. Poulain, art. cit., nota 28; y para una discusión más general de la pragmàtica de Searle y de Gehlen, J. Poulain, «Pragmatique de la parole et pragmatique de la vie», Phi Zero. 7, 1 (septiembre de 1978), Universidad de Montreal, págs. 5-50.
[231] Ver Tricot el al., Informatique et libertés, informe gubernamental, La Documentation française. 1975. L. Joinet: «Les 'pièges liberticides' de l'informatique», Le Monde diplomatique. 300 (marzo de 1979): esas trampas son «la aplicación de la técnica de los 'perfiles sociales' a la gestión de masa de las poblaciones; la lógica de seguridad que produce la automatización de la sociedad». Ver también los informes y los análisis reunidos en Interférences, 1 y 2 (invierno de 1974. primavera de 1975), cuyo tema es la puesta a punto de redes populares de comunicación multimedia: los radioaficionados (y especialmente su papel en Quebec cuando el asunto del Frente de Liberación de Quebec en octubre de 1970, y el del «Frente común» en mayo de 1972); las radios comunitarias en Estados Unidos y Canadá; el impacto de la informática en las condiciones de trabajo de redacción de la prensa; las radios piratas (con su desarrollo en Italia); los ficheros administrativos; el monopolio de I.B.M.: el sabotaje informativo. El ayuntamiento de Yverdon (Cantón de Vaud), después de haber votado la adquisición de un ordenador (operativo en 1981) ha dictado determinado número de reglas: competencia exclusiva del consejo municipal para decidir qué datos son colectivos, cuándo y en qué condiciones pueden ser comunicados; accesibilidad a todos los datos de todo ciudadano (previo pago); derecho de todo ciudadano a conocer los datos de su ficha (unos cincuenta), corregirlos, formular al respecto una reclamación al consejo municipal y eventualmente al Consejo de Estado; derecho de todo ciudadano a saber (previa petición) qué datos concernientes a él son comunicados y a quién (La semaine media. 18, 1 de marzo de 1979, pág. 9).