Capitulo 7

 

La charla de Iñaki con Gitano

Bilbao 2015

 

Ya han pasado más de seis meses desde que le conocí a Gitano y cada vez le tengo más respeto y paso más tiempo con él. La semana pasada me dijo que quería cenar conmigo a solas, que me invitaba a comer a un restaurante japonés donde podríamos estar tranquilos y degustar un buen sake. Sentí mucha curiosidad puesto que yo valoraba su amistad, pero creía que quería mantener cierta distancia con los demás socios del club ya que era el presidente. Durante la cena, tan solo hablamos de nuestras aventuras amorosas y de su amor por la cultura japonesa. Gitano me dijo que los japoneses respetaban las tradiciones tanto como los gitanos y que la sociedad actual se estaba yendo al carajo. Gitano me contó que había recorrido todo el mundo y solo había encontrado dos sociedades que en las que la palabra honor tuviera el mismo significado, la japonesa y la gitana. Yo, que por mi parte, también había viajado mucho no quise contradecirle ya que notaba que se estaba transformando. Era como si después de toda la noche hablando de pájaros y flores, quisiera tener una conversación profunda. Presentí que lo que venía a continuación iba a ser importante.

Cuando por fin pasamos al sake, me confesó que era vidente, que era capaz de ver muchas cosas. Me dijo que era una especie de Nostradamus. Por la noche, mientras dormía tenia visiones y todo lo que tenía que hacer era apuntarlas al despertarse y luego se volverían realidad. Era un don que tenían varios miembros de su familia y que él lo había desarrollado hasta ser capaz de entender prácticamente todos sus sueños. Lo malo es que muchas de las cosas que sucedían iban a pasar al cabo de muchos años, así que la mayoría no afectaban a nadie. Gitano me contó que veía pocas cosas que ocurrieran en la actualidad. La mayoría iban a suceder en un mundo muy lejano, tal y como le pasó a Nostradamus.

Por supuesto, sentí curiosidad, pero yo desde pequeño he sido más bien de ciencias y todo lo que no pueda comprobar, no me lo creo. Pero gracias a mis padres y la buena educación que me dieron, y más con un poco de sake, le dejaría contar a Gitano lo que hiciera falta. Gitano me empezó a decir que había tenido una visión clarísima conmigo y que tenía que contármela. Me dijo que una mujer vendría del extranjero para estar conmigo. Me dijo que en cuanto la viese mi corazón se dispararía y me daría cuenta de que era la pieza del puzzle que me faltaba. Me dijo que la sensación de vacío que tenía, la sentía porque me faltaba esa mujer. Gitano me dijo que a pesar de la seguridad que aparentaba, sabía que en el fondo me sentía vacío. Sabía que había tenido éxito en todos mis proyectos, pero nunca había llegado a experimentar la felicidad absoluta y me contó que gracias a esta mujer llenaría parte de ese vacío.

Esa noche no pude dormir. Me quedé pensando y analizando todo lo que había escuchado. Gitano había dado en el clavo. Yo siempre he ido buscando algo que me llenara y a pesar de conseguirlo nunca lo he podido valorar del todo. De hecho, siempre me ha dado la sensación de no disfrutar de la vida. Gitano me estaba diciendo que la clave para mi felicidad iba a estar en una mujer que iba a venir de fuera. Tenía que averiguar más cosas sobre esta mujer. A partir de ese momento, mi curiosidad aumentó hasta niveles insospechados. Gitano había conseguido dejarme en un mar de dudas. Cuando nos volvimos a ver, fui directamente a él como un niño pequeño para pedirle consejo. Me hizo una descripción perfecta: mujer rubia, de un metro sesenta y ocho, ojos verdes claros, manos muy pequeñas, y llevaría falda. También me dijo que hablaría un español muy pobre. Y por último mencionó que desde el primer minuto la atracción sería mutua y que no tendría problemas en conquistarla.