De: laurasumisa@hotmail.com

Para: maestroyuko@wanadoo.es

Enviado: Martes, noviembre 26, 2002, 21:09

Querido Maestro Yuko. Me abriré. Deseo que mi Maestro esté satisfecho con su pupila. Mostrarme a la altura de sus enseñanzas y expectativas. Aunque persisten dudas acerca de mis límites.

Sus palabras de aprobación me han emocionado hasta las lágrimas. En este momento de mi vida, siento que no debe haber nada más importante que obedecer a mi Maestro.

Amo coincide conmigo.

Respondo a sus preguntas:

Amo me conoce muy bien. Leyó en mi rostro agitado, en el tono de mi voz. En el color de mis mejillas. En mi respiración entrecortada. Pidió que abriera las piernas e introdujo la mano hasta alcanzar mi sexo. Así comprobó que estaba mojada. ¿Qué me ordenó a continuación? Ordenó subirme la falda, apoyar las piernas abiertas sobre la mesa, echar a un lado las bragas (no permitió que me las quitara) y masturbarme. Yo tenía muchas ganas, Maestro. Mientras lo hacía, Amo se metió debajo de la mesa y observó la escena. Es algo que me enloquece. Sentía su aliento sobre la mano, tan cerca estaba. Cuando terminé, me hizo arrodillar y chupársela.

Maestro, dudo. No sé si enviar este mensaje. Al menos no como está escrito. ¿Y si le parezco vulgar? ¿Y si no me considera merecedora de sus enseñanzas? Al mismo tiempo pienso en sus órdenes de abrirme. Y para abrirme, según lo entiendo, creo que debo ser absolutamente sincera. Además, quiero que usted me vea tal como soy.

Completa.

¿Bondage vaginal?

No me atrevo a imaginar en qué consiste.

Por favor, respóndame enseguida.

Sumisa Laura

P. D. Ya he comprado Hagakure, de Jocho Yamamoto.