13. La muchacha fantasma de la Colonia del Valle
La hermana de mi mamá tiene un amante ¿no? Un amante nazi. Un nazi de hueso colorado de los que estuvieron con Hitler, de los que persiguieron y castraron y vejaron y mataron judíos. Hasta la fecha los odia y sigue soñando con el Reich de los dos mil años. Fíjate, y se llama Kurt y es lituano… Él nos explicaba que durante muchos años, cosa que no sé si es cierta o no, pues nada más se la he oído a él, Hitler les dio muchas oportunidades a los judíos para que abandonaran Alemania ¿sabías eso? Que les había dado cinco años para que abandonaran Alemania… Nuestros amigos judíos dicen que no es cierto… Y que los había amenazado con que tal día, a tal hora, iba a empezar la persecución… Pero los judíos, entonces, tenían que emigrar como Dios los echó al mundo, sin nada, únicamente con lo que llevaban puesto. Entonces nadie quiso salir y dejar sus fortunas ¿no? Hasta puede ser que sí haya sido cierto ¿verdad?
Kurt dice que en las escuelas, desde un principio, les inculcaban el odio a los judíos de una manera espantosa, demencial, diabólica. Él dice que desde que tiene uso de razón le empezaron a decir que los judíos dominaban el mundo y que eran una raza, una raza cómo se dice, inferior. Y que iban a acabar con todo, que por eso estaban acumulando todas las riquezas, que todo estaba en manos de los judíos. Entonces él dice que siempre siempre les inculcaban eso, como clase, siempre, como algo que no debían olvidar nunca les inculcaban eso. ¿Se dice dogma? Entonces durante cinco años les advirtieron que un día determinado iban a matarlos y llegó ese día y nadie lo había creído. Sólo una minoría lo creía ¿no? Entonces a las doce de la noche empezaron a agarrar judíos. Kurt dice que se trataba de agruparlos en distintos campos de concentración y que después los liquidarían poco a poco. Y como se trataba de una raza inferior sabían que no iban, que no podían rebelarse ¿verdad?
Entonces todas las tropas de Hitler empezaron a agarrar judíos. Ni siquiera sabían si iban a matarlos o no, simplemente los conducían a cárceles o a campos de concentración, y en un momento dado comenzarían a matarlos en los campos de concentración, pero los judíos se dejaban llevar y nadie sabía lo que les iban a hacer. Siempre los habían perseguido, secuestrado, vejado, y pensaban que en los guetos ¿se dice así? Que en los guetos los iban a dejar en paz. La mamá de La Vestida de Hombre dice que pensaban que iban a estar aislados y pobres, pero que nadie se iba a meter con ellos… Total, ni los alemanes sabían lo que iban a hacer, ni Kurt mismo sabía ¿cómo iban a saberlo los judíos? Los obligaban a entregar a sus mujeres y a sus padres, a sus hijitos y sus pertenencias. Fíjate que cuenta la mamá de La Vestida de Hombre que les decían ¿a quién quieres más? Y si contestaban a mi esposo, entonces les quitaban a su madre o a su padre. Y si contestaban a mi madre, porque pensaban que ya estaba vieja o que hay muchas mujeres, les quitaban a su esposo o a sus hijos. Una cosa terrible ¿no? Y de todas maneras los jodían, porque al poco tiempo regresaban por los sobrevivientes y se los llevaban a los campos de concentración. Así le pasó a ella…
Bueno, Kurt y mi tía Ema llegaron una tarde apestosos a jabón palmolive. Empezaron con fíjate que tenemos un problema… Era la época en que nos iba a ver mucha gente para darnos el pésame por la muerte de mi papá. Ya habían terminado los rosarios y todo pero seguían visitándonos los amigos, así que supuse que Kurt y Ema… Bueno, porque si no, no les abro… ¡Tapires bisexuales! Si hubiera sospechado a lo que venían no les abro… Entonces llegaron y fíjate que tenemos un problema, dijeron, pero tú, con toda sinceridad nos tienes que contestar, nos tienes que decir la verdad porque nosotros confiamos en ti que no sé qué y que no sé cuánto… Dinos si podemos pasar el fin de semana en tu casa… Fíjate, y ellos tienen mucho dinero, su casa propia y todo ¿no? Así que imagínatelos… Tenemos un problema y no sabemos cómo contártelo, vas a creer que estamos locos…
Total, que se les apareció una muchacha… Tuvieron una aparición. Estaban en su casa y entonces dice Ema, que estaba acostada en su cama, Kurt querido, acaba de pasar una muchacha… Porque de repente vio pasar a una muchacha… Y entonces le dijo a Kurt acaba de pasar una muchacha, ahorititita, como que va al baño. Entonces Kurt gruñó ay Ema, estás soñando… ¡Acaba de entrar, Kurt, te lo juro! ¿Deveras? Sí, te lo juro… ¡Señorita!, gritó él ¿a dónde va? Pero no hubo respuesta… Los dos guardaron silencio y se oyó ruido de agua en el excusado. ¿Quién anda ahí?, vociferó Kurt y se levantó, caminó hasta el baño, encendió la luz del pasillo y no vio nada. Entonces regresó a la recámara. ¿Cuándo la viste?, preguntó dando la espalda a la puerta y avanzando hacia la cama con mal humor, mascullando Ema, estás loca… ¡Mira!, grito ella y Kurt se volvió rápidamente y asegura que alcanzó a ver flotar un camisón color humo. ¡Acaba de pasar otra vez!, lloró Ema, ¡acaba de meterse al cuarto de costura!… Y empezó a gritar ¡sálgase de ahí o voy a llamar a la policía! ¡Salga de ahí inmediatamente! Se levantó también y fue tras Kurt que se arrastraba muy despacio, tratando de no hacer ruido, encorvado, como si fuera jalando un horno crematorio para arrojar allí a la muchacha o lo que fuera. Entonces encendieron la luz del cuarto de costura y no vieron a nadie… Ema se puso a llorar… Ay, Kurt, te lo juro, te juro que entró una muchacha, te lo juro… Era rubia vestida de blanco y te lo juro, rubia vestida de blanco y la vi meterse al cuarto de costura… Kurt, créemelo por favor porque vas a pensar que estoy loca… Entonces volvieron al dormitorio, Kurt consolándola con gruñiditos aterciopelados y accediendo a no apagar la luz del pasillo ni cerrar la puerta… Se acostaron y Ema casi había terminado con sus ganas de llorar, cuando otra vez la misma canción, que pasa la misma figura delante de ellos, por el pasillo, muy despacio y deslizándose con tranquila y silenciosa elegancia, casi transparente y obviamente real, quizá bromista o loca pero adolescente y hermosa… Entonces Kurt ya no tuvo dudas, ninguna duda y gritó señorita, hágame el favor de salirse… Y nada. Quiso levantarse y no pudo. ¡Señorita!… Entonces prefirió ponerse a discutir si la habían visto o no… Pero oyeron que cerraban el cuarto de baño con dos vueltas de llave y Ema cogió lo que pudo, así, lo que pudo, de eso de nada más agarrar así sus calzones y un abrigo… Lo que pudo ¿verdad? Y se salieron de la casa y se fueron a dormir a un hotel…