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Figura 12-5:

Trazado y corte de las tiras modeladas del delantero (a) y de la espalda (b).

advertencia.pngSeguramente te habrás dado cuenta ya de otro de los secretos sobre el corte de las tiras modeladas: a veces, el cuello y las sisas se cortan de una sola pieza, de una sola tira modelada. Esto se hace así cuando la línea del hombro del vestido o del cuerpo es corta, ya que, entonces, a no ser que se cortaran muy estrechas, las dos tiras modeladas del escote y la sisa se solaparían. En la figura 12-6 puedes ver un ejemplo de tiras modeladas de una sola pieza, aplicado a nuestro vestido. Cuando ocurre esto, a las tiras también se las suele llamar vistas, pues, aunque no cumplan esa función, su trazado, corte y elaboración son prácticamente idénticos. En ambas figuras, las tiras modeladas se trazan sobre medio patrón y se cortan con la tela doble para que sus dos lados salgan simétricos.

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Figura 12-6:

Tira modelada de una sola pieza para el delantero. Vista de frente (a) y de perfil (b).

advertencia.pngAdemás, las tiras modeladas siempre se cortan en el mismo sentido que el canto que se vaya a rematar, ya estés utilizando para las tiras el tejido de la prenda o un forro.

Por otro lado, recuerda que al cortar las tiras modeladas debes dejar un margen alrededor, aunque no es conveniente que sea mucho, ya que, en el momento de la confección, te puede sobrar demasiada tela.

consejo.pngUn último truco: puedes evitar que se deformen los cantos de la prenda reforzando las tiras modeladas con entretela. Para ello, el trozo de entretela que cortes deberá tener las mismas dimensiones que la tira, incluso por lo que respecta a los márgenes. Después tendrás que fijar esta entretela a las tiras, con la ayuda de una plancha si es termoadhesiva o cosiéndola por el revés.

Llegados a este punto, ¿qué tal si entramos en materia? Te comento a continuación tres de los escotes más habituales que puedes rematar con tiras modeladas.

Escote redondo

Los pasos a seguir son los mismos que usarías para las sisas:

1.   Una vez cortada la tira (y, si procede, aplicada la entretela), fíjala al escote, de forma que los cantos del corte de ambas caigan a la misma altura.

2.   Pasa un hilván para sujetar las dos piezas y haz un pespunte dejando un pequeño margen de costura de unos 0,5 cm.

advertencia.pngTen cuidado de no dejar un margen demasiado grande, ya que, si lo haces, la forma del escote quedará más abierta y se te harán arrugas.

3.   Antes de dar la vuelta a la tira para pasarla por el revés de la prenda, piquetea los cantos como muestra la figura 12-7 y remátalos después con un sobrehilado.

4.   Da la vuelta a la tira y fija por el revés de la prenda su borde inferior a punto de lado, cogiéndole el dobladillo a la vez.

Si has seguido estos cuatro pasos, ya puedes decir que has rematado tu escote redondo. Pero ¿y si el escote es cuadrado?

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Figura 12-7:

Piquetes de la tira modelada de un cuello redondo.

Escote cuadrado

Pues ningún problema, porque las tiras del escote cuadrado se cosen igual que en el escote redondo. La única diferencia es que, en lugar de los piquetes que le hiciste a este, tendrás que hacer un piquete en cada vértice del escote antes de dar la vuelta a la tira hacia dentro.

advertencia.pngCuando utilices las tijeras ten cuidado, pues si entras más de lo necesario podrías deshacer el pespunte; por otra parte, si el corte no es suficientemente profundo, al dar la vuelta a la tira podrían formarse pequeñas arrugas.

Escote en pico

Este escote se corta en “V”, como el que lleva en la espalda el primer modelo de vestido del capítulo 6. Por lo tanto, necesitarás una tira modelada con esa forma para rematarlo:

1.   Una vez hecho el patrón de la tira, corta sendas tiras de entretela y tela, que son las que aplicarás al escote para rematarlo y reforzarlo.

2.   Cuando tengas cortadas ambas tiras, aplica la entretela a la tira de tela por su revés, utilizando la plancha.

3.   Coloca la pieza unida (tela-entretela) sobre el escote, encarando su derecho con el de la prenda, y fíjala con alfileres.

4.   Cose la tira al escote de la prenda mediante un pespunte a 1 cm del canto del escote y de la tira.

5.   Cuando tengas el pespunte, haz un piquete al vértice de la “V”, pues, de esta manera, al volver la tela del derecho, es decir, al pasar la tira modelada hacia el revés de la prenda, la forma de pico se mantendrá y no te quedará redondeada.

advertencia.pngEste piquete debes hacerlo de forma perpendicular y tiene que llegar cerca de la línea del pespunte, lógicamente sin cortarlo, o la prenda se descosería (figura 12-8).

6.   Da la vuelta a la tira y plánchalo todo minuciosamente, sobre todo la zona del pico, para que quede bien centrado.

7.   Fija la tira al revés de la prenda por su borde inferior a punto de lado mientras le metes el dobladillo.

Con este último ejemplo, lo de confeccionar tiras modeladas ya no tendrá secretos para ti.

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Figura 12-8:

Tira modelada de escote en pico.

Por encima de los dobladillos

No, siento comunicártelo así, pero una prenda no siempre se termina cuando se le hace el dobladillo. Por ejemplo, si quieres hacer una abertura trasera a una falda tendrás que cubrir el dobladillo en esa zona para que no se vea. ¿Cómo? Pues, por ejemplo, con una vista de tela, ya sea cosida o cortada al canto. En ambos casos, la vista estará siempre por encima del dobladillo. Ahora te los explico con más detalle.

Vista cosida

El procedimiento que se sigue para realizar la vista cosida es muy parecido al que se emplea cuando se quiere añadir un dobladillo postizo. Lógicamente, antes que nada has de tener acabado el dobladillo. ¿Es así? Pues entonces corta una tira de tela del ancho que necesites para que el dobladillo no se vea a través de la abertura de la falda y que será la que te servirá de vista. Una vez lo tengas, procede de este modo:

1.   Coloca la vista encima del dobladillo, derecho sobre derecho. Deja que la vista sobresalga un poco por encima de la tela (entre 0,5 y 1 cm) (figura 12-9 a).

2.   Cose ambas telas con un pespunte, más o menos a 1 cm del margen de costura.

3.   Cuando acabes, da la vuelta a la vista y colócala sobre el revés de la tela, de modo que entren en contacto los dos reveses de las telas unidas.

4.   Dobla el margen que sobresale del dobladillo hacia dentro y cóselo mediante pequeñas puntadas invisibles (figura 12-9 b). Procura no estirar mucho el hilo, para que los bordes no queden tirantes.

5.   Hilvana el extremo de la vista que ha quedado cosido a la tela con el pespunte, para plancharlo después y conseguir que coja la forma correcta.

6.   Cose a punto de lado el extremo de la vista que queda hacia el interior de la prenda, cosiéndole su dobladillo a la vez. Acaba quitando los hilvanes.

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Figura 12-9:

Vista cosida del dobladillo (a). Vista vuelta y margen de la vista cosida (b).

Ahora, a por la vista cortada al canto.

Vista cortada al canto

Cuando la vista forme parte del margen del dobladillo deberás seguir un procedimiento muy parecido al anterior:

1.   Cuando acabes de coser el dobladillo, dobla el margen de la tela hacia el interior, de modo que la vista y la tela queden en contacto por el revés.

2.   Hilvana el canto que va a formar el borde de la abertura de la falda; después, hilvana el canto de la vista sobre el margen del dobladillo.

3.   Cuando asegures la vista al dobladillo, cose los bordes de ambos dobladillos con puntadas muy pequeñas (figura 12-10). En este caso, como debes unir dos telas dobles, si lo haces bien no se verán las puntadas por fuera, ya que cada puntada cogerá, por una parte, unos hilos de la vista y, por otra, unos hilos de la parte interna del borde del dobladillo.

4.   Para acabar, quita los hilvanes.

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Figura 12-10:

Vista cortada al canto.

Pero no te creas que aquí se acaban las formas de rematar dobladillos, aún hay otra que seguro te interesa conocer.

Un ángulo bien reforzado

Si no quieres complicarte la vida, este es uno de los métodos más sencillos para rematar ángulos con piezas de tela añadida. ¿Quieres conocerlo? Seguro que sí.

En el forro de una falda

Este método es la mejor forma de conseguir que la esquina que se forma en la parte superior de la abertura de las faldas no se desgarre ni se rompa. Y eso que, al ser el punto de separación de las dos telas de la costura, es una zona muy delicada. Para llevarlo a cabo necesitarás tantos cuadraditos de la tela que estés utilizando para el forro como aberturas tenga la falda. Estos cuadraditos deben tener unas dimensiones aproximadas de 5 × 5 cm y los tienes que cortar al hilo. Una vez los tengas, sigue estos pasos:

1.   Transforma los cuadraditos en triángulos: une sus puntas opuestas y cose los extremos abiertos con unos puntos en zigzag (figura 12-11 a).

2.   Mantén separados con alfileres los bordes de cada abertura del forro. Coloca un triángulo debajo del ángulo que forman esos bordes.

3.   Con los triángulos así colocados, haz un pespunte muy cerca del borde de los cantos de las aberturas, cosiendo el triángulo al mismo tiempo (figura 12-11 b).

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Figura 12-11:

Refuerzo de la abertura del forro: confección (a) y aplicación (b) de las piezas de refuerzo; c) resultado final.

Hecho todo esto, ya solo te queda planchar el forro para que el triángulo quede bien ajustado en su lugar. Puedes comprobar si lo has hecho bien comparando tu resultado con la figura 12-11 c.

No te olvides de las esquinas exteriores

Que te quede muy claro: todas las esquinas de una prenda deben estar bien terminadas. Y no te creas que es un capricho mío, en absoluto. Es una necesidad lógica, por un lado porque la mayor parte de las veces esas esquinas están en un lugar visible y, por otro, porque hay que reforzarlas para que no se rompan o desgarren.

Así pues, si quieres saber cómo se rematan o pulen las esquinas exteriores de una prenda mediante un ribete (de las interiores me ocuparé más abajo), lee con atención los siguientes pasos:

1.   Cose el ribete a la tela, con los derechos encarados. Intenta no llevar el pespunte de unión hasta el canto de la tela de la esquina y deja una distancia igual al ancho final del ribete entre dicho canto y el pespunte.

consejo.pngSi este ancho es muy grande, fija el ribete al final de la tela con un alfiler para que no se te mueva al hacer las operaciones que siguen.

2.   Dobla el ribete en diagonal, de manera que te quede fuera de la esquina, con el derecho hacia arriba y el extremo inferior perfectamente alineado con el extremo inferior de la tela.

3.   Vuelve a doblar el ribete por encima del doblez anterior, de manera que te quede alineado con la otra recta de la esquina y con el derecho encarado al de la tela.

4.   Pasa un pespunte hasta el extremo de la esquina (puedes ver cómo hacerlo en la figura 12-12 a).

5.   Si el triángulo que se ha formado al hacer la esquina es muy grande, o si la tela utilizada es muy gruesa, córtale el pico.

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Figura 12-12:

a) Cinta doblada. b) Esquina acabada.

6.   Da la vuelta al ribete e hilvánalo a lo largo del canto de la tela. En la zona de la esquina, embebe ligeramente la tira del ribete, es decir, frúncelo un poco para que la costura interior recoja la holgura de la costura exterior en las curvas y esquinas.

Como colofón, acaba de coser la tira al revés de la tela a punto de lado cogiéndole el dobladillo y retira los hilvanes. Puedes ver el resultado final en la figura 12-12 b. ¿Queda aparente, no?

Ni tampoco de las esquinas interiores

Como creo que ya he sido bastante insistente al respecto, no volveré sobre la importancia de rematar bien las esquinas. A cambio, voy a ir directamente al procedimiento a seguir:

1.   Marca con jaboncillo el ancho del ribete a lo largo del canto de la esquina que vas a rematar.

2.   Justo en la esquina, haz un piquete que llegue hasta la marca que has hecho (figura 12-13 a).

3.   Con un pespunte, cose el canto sobre el ribete, con los derechos encarados, estirando la esquina tal como se muestra en la figura 12-13 b. Haz este pespunte a la distancia del ancho final del ribete.

4.   Pasa el ribete por encima del canto y colócalo sobre la costura de aplicación, de modo que forme un pliegue en la esquina por la parte exterior (figura 12-13 c) y otro por la cara interna (figura 12-13 d).

5.   Cose el ribete al revés de la tela sobre el pespunte de aplicación a punto de lado y cogiéndole el dobladillo.

advertencia.pngA diferencia de lo que sucedía en las esquinas exteriores, en las interiores tendrás que estirar ligeramente la cinta para que no te queden arrugadas.

Con todo lo que te he explicado en este capítulo, creo que ya no tienes excusa para rematar tus prendas de la mejor manera posible. Vamos, como si desde siempre te hubieras dedicado a esto del corte y confección.