241.jpg

Figura 9-7:

Procedimiento para el montaje de una manga: a) Sujeción de la manga a la sisa. b) Sujeción de la manga con alfileres para repartir los frunces. c) Hilvanado de la manga.

La confección del puño camisero

Por tu experiencia sabrás que hay muchas formas de hacer un puño; sin embargo, en este apartado, me centraré en el puño más común: el puño camisero. Si lo recuerdas, este es el puño que elegí para los dos modelos de blusa del capítulo 4.

El puño se puede confeccionar, básicamente, de dos formas:

visto.png   De una pieza doblada y cosida por tres de sus lados.

visto.png   De dos piezas cosidas de sus cuatro lados.

La primera opción es la más sencilla, pues te permite ahorrarte una costura. Ahora bien, ¿de qué dependerá que elijas una opción u otra? Pues de la forma del puño. Si el puño está cortado recto, como el que te proponía para el primer modelo de blusa, podrás confeccionarlo de una sola pieza de tela doblada; si, en cambio, tiene forma, por ejemplo redondeada, como la tenía el del segundo modelo de blusa, tendrás que cortar dos piezas de tela y unirlas mediante costuras. Te explico a continuación ambos casos.

Empezaremos por el modelo más sencillo, el del puño recto de una pieza. Estos son los pasos a seguir:

1.   Corta un rectángulo de tela al hilo siguiendo el patrón que trazaste del puño que, si recuerdas, tiene unas dimensiones iguales al doble de ancho del puño por el contorno de muñeca más unos centímetros de cruce y holgura. Recuerda que debes sumarle los márgenes de costura.

2.   Como los puños camiseros suelen ir reforzados, corta un rectángulo de entretela igual de largo que el puño, pero no con el ancho doble, sino sencillo.

3.   Una vez cortada la entretela, aplícasela a una de las mitades del puño por el revés y fíjala con la plancha.

4.   Dobla el puño por la mitad a lo largo, dejando el revés y la entretela hacia fuera.

5.   Hilvánalo y cósele los laterales, dejando abierto el lado más largo, que es por donde lo coserás a la manga de la blusa.

6.   Vuelve el puño del derecho y plánchalo para que se aplasten las costuras y se asiente la entretela.

Por si te gustan los retos, ahora la segunda opción, el puño con forma de dos piezas:

1.   Corta el puño con forma según el patrón y con la tela doble.

2.   Tomando como modelo una de las capas de tela del puño, corta también la entretela con la misma forma.

3.   Refuerza uno de los lados del puño, aplicándole la capa de entretela por el revés y fijándola con la plancha.

4.   Encara las dos piezas del puño por el derecho, de manera que los reveses y la entretela queden hacia fuera.

5.   Hilvana ambas piezas para hacerles un pespunte después.

6.   Pespuntea tres de los lados, dejando el lado curvado más largo sin coser.

7.   Vuelve el puño del derecho y plánchalo, para asentar las costuras.

De este modo tendrás ya preparado el puño, sea del tipo que sea, para coserlo a la manga de la camisa por la costura que queda en ambos tipos de puño sin cerrar.

¡A la bocamanga!

Una vez que tienes el puño confeccionado y la manga probada y cosida, ha llegado el momento de colocar el puño. Pero, ¡alto ahí!, no vayas tan rápido. Antes de coser el puño con un pespunte a la manga tendrás que hacer la abertura de la manga y rematar el corte de la abertura, ya sea con una tapeta o con una tira, siguiendo el procedimiento que te exponía en el capítulo anterior.

Y no es el único aspecto importante que debes tener en cuenta antes de aplicar el puño a la manga. Otro es que el puño es un añadido para el largo de la manga, lo que significa que si la manga está cortada hasta la muñeca, y a partir de ahí le coses el puño, te quedará muy larga. Por lo tanto, deberás restar parte del ancho del puño al largo de la manga. Como me da miedo que empieces a perderte, te lo explico con un ejemplo sencillo.

cuestionestecnicas.pngPongamos que quieres confeccionar una manga que, terminada con su puño, mida 60 cm de largo, y le vas a poner un puño que mide 5 cm de ancho. Entonces, no puedes sumar 5 cm al largo de la manga, porque si no, te saldría una manga de 65 cm, demasiado larga. ¿Qué hacer? Pues compensar el largo quitándole unos centímetros mediante la siguiente resta: 60 - 3 = 57 cm.

Como habrás observado, en lugar de quitarle al largo de la manga los 5 cm del puño, solo le he quitado 3 cm. Es así porque durante el proceso de confección de la manga el largo tiende a acortarse, por lo que siempre es preferible dejar unos centímetros de más antes que arriesgarse a que la manga quede corta, lo que no solo es antiestético, sino también tremendamente incómodo.

Pero vamos a ver cómo se aplica esto en la práctica:

1.   Mide la manga, partiendo desde el hombro hasta donde lleguen los 57 cm, y haz una marca a esa altura con el jaboncillo o con un hilván. A partir de esta marca, hacia abajo, irá el puño, y unos centímetros hacia arriba irá la abertura.

2.   Corta la tela que sobre en el borde de la bocamanga, dejándole unos centímetros como márgenes de costura.

3.   Coloca el puño sobre la base de la manga, con los derechos encarados, y cósele un hilván, repartiendo los frunces de la manga a lo largo del puño.

4.   Cose una hoja (es decir, una de las “partes” que forman la manga, de la mitad delantera de esta hasta la abertura) al puño, entorna la opuesta (o sea, dóblala hacia la otra hoja, exactamente igual que si entornases una puerta) y cósela en esta posición al puño (figura 9-8).

244.jpg

Figura 9-8:

Aplicación del puño a la manga.

5.   Si quieres, puedes coser un pespunte de adorno alrededor de los puños.

6.   Puedes terminar el puño cosiéndole el botón y el ojal, como aprendiste a hacerlo en el capítulo 8.

Llegados a este punto, tu manga lucirá impecable con su puño.

La manga del sol naciente

Si dominas el arte de confeccionar la manga anterior, el de la manga japonesa te parecerá aún más sencillo, ya que solo se trata de unir correctamente el delantero y la espalda y de situar el cuadradillo en su posición exacta. Además, estas mangas no se rematan con un puño, de manera que una parte que te ahorras. ¿Qué más se puede pedir?

Cómo montar una manga nipona

El proceso para montar una manga japonesa no tiene misterio alguno:

1.   Haz coincidir exactamente los patrones delantero y espalda; solo así podrás intercalar bien el cuadradillo. Para ello, marca con aplomos varios puntos que te sirvan de referencia en ambas piezas de tela.

2.   Fija, tanto en el delantero como en la espalda, el ángulo formado por la línea bajo brazo al unirse con la línea de costado bajo la axila, para que no se deshilache. Podrás hacerlo aplicándole unos trocitos de entretela termoadhesiva.

3.   Hilvana la costura del costado hasta el ángulo; sujeta el cuadradillo sobre la espalda e hilvánalo con los derechos encarados. Colócalo de forma que la línea diagonal del cuadradillo esté a continuación de la línea de la costura bajo brazo e hilvánalo por los demás lados del cuadrado de manera que quede medio hacia delante y medio hacia la espalda.

¿No ha sido tan difícil, verdad? Ahora bien, hay una contrapartida al hecho de que estas mangas no tengan puños... Y es que ¡de alguna forma habrá que rematarlas! De eso precisamente, aunque no solo referido a las mangas niponas, es de lo que te voy a hablar en el siguiente apartado.

Más allá de los puños

Efectivamente, no todas las mangas se rematan con un puño. Por ello, te expongo algunas formas alternativas de rematarlas según sea el tipo de manga.

Para mangas estrechas

Una manga estrecha es la que se adapta al brazo, estrechándose en el punto donde el brazo es más estrecho, es decir, la muñeca.

En principio, lo ideal en este caso es hacer la abertura y rematarla con la manga aún sin confeccionar, de forma que la puedas poner abierta y extendida.

A no ser que esté confeccionada en un tejido elástico o de punto, la manga estrecha lleva siempre una abertura para que entre la mano. Ahora bien, una vez que la mano ha pasado por la manga, la abertura debe cerrarse, por lo que siempre lleva un cierre. Además, en estos casos, los cierres de la abertura van montados sobre una pinza, de modo que cumplen una doble función: cerrar y estrechar. Los cierres más utilizados para mangas estrechas son la cremallera y las presillas. Veámoslos a continuación.

Una pinza con cremallera

El proceso para confeccionarlas es el siguiente:

1.   Traza una pinza en el lugar de la abertura y con su mismo largo. La profundidad de la pinza dependerá de los centímetros que desees reducir.

2.   Vacía la pinza; es decir, córtale prácticamente todo el triangulito de tela que sobra, pero deja unos pequeños márgenes de costura.

3.   Haz un corte transversal que llegue hasta unos milímetros (2 o 3) de la línea de la pinza.

4.   Dobla los márgenes de costura hacia atrás y coloca la cremallera abierta encima. Ten en cuenta que cada pata de la cremallera debe caer hacia abajo, sobre uno de los bordes vueltos de la pinza. Fija de este modo la cremallera con alfileres sobre la tela y ciérrala para comprobar que ha quedado bien puesta.

5.   Cuando compruebes que está correctamente colocada, hilvana la cremallera sobre la pinza.

6.   Vuelve los bordes de la bocamanga como si se tratara de un dobladillo y remátalos.

Y ya está, ya tienes una manga que se cierra con cremallera, una solución que quizá te sorprenda en un primer momento, pero que es muy habitual en las chaquetas de cuero o las que usan muchos deportistas.

Y otra con presillas

cuestionestecnicas.pngLas presillas de las mangas se confeccionan en sentido contrario; esto quiere decir que no se hacen igual que el resto de las presillas, sino invirtiendo los lados en los que se colocan los botones y las presillas. Así, los botones se cosen siempre en la parte más interna del brazo; es decir, se ponen en el lado de la abertura que cae más cerca de la costura bajo brazo, y las presillas se colocan en la parte externa, es decir, en el borde de la abertura que cae más lejos de la costura bajo brazo.

Como verás, el remate de mangas estrechas con presillas se hace de una forma muy similar al cierre con cremallera, pero la pinza se corta y se vacía de una manera diferente. Veamos cómo:

1.   Corta una tira de tela que mida 3 cm de ancho y 2 cm más de largo que la abertura. Esta tira será la vista que le tienes que poner al canto delantero de la abertura, sobre el que irán los botones. Además, necesitarás otra tira, pero esta al bies, para la vista del otro canto, el de las presillas.

2.   Corta dos tiras de entretela termoadhesiva para reforzar ambos bordes de la abertura. Las tiras de entretela deben tener el mismo largo que la abertura y 2 cm de ancho.

3.   Una vez lo tengas todo preparado, dibuja sobre el revés de la manga una pinza grande. Marca el largo de la abertura dentro de la pinza y haz un corte a 5 mm de la línea delantera de la pinza; este corte debe ir desde abajo hasta donde esté la marca de la abertura.

4.   Aplica las tiras de entretela a los dos lados por el revés (figura 9-9 a).

5.   Hilvana las presillas (que habrás confeccionado previamente, según las instrucciones del capítulo anterior) sobre el borde delantero de la abertura y sujeta la vista sobre las presillas con los derechos encarados.

6.   Cose con un pespunte la vista sobre las presillas (figura 9-9 b). Vuelve la parte superior de la vista y sujétala con un alfiler (figura 9-9 c).

7.   Cose un pespunte al resto de la pinza, de la abertura hasta arriba, para que quede cerrada (figura 9-9 d).

8.   Vuelve la vista hacia dentro e hilvana los bordes de la abertura para que queden sujetos.

9.   Vuelve, hilvana y plancha el otro borde (figura 9-9 e).

10. Cose este borde con un pespunte y haz un dobladillo a la bocamanga.

11. Cose los botones después de haberlos marcado debidamente.

Afortunadamente, el resto de remates no son ya tan elaborados como este.