Capítulo 12

El principio del fin

 

En este capítulo

triangle.png   Cómo repasar las costuras a mano y a máquina para acabar los cantos

triangle.png   El refuerzo de los ángulos con costuras o entretela

triangle.png   El arte de ribetear las esquinas

 

El principio del fin para tus prendas significa, en primer lugar, rematar sus cantos, es decir, su extremo final, el lugar por el que han pasado las tijeras para cortar la tela. Estos cantos se encuentran en todas las piezas cortadas: en el escote, en las sisas, en el cuello, en los bolsillos e incluso en los dobladillos.

Pero no solo hay que rematar los cantos que se ven y son más evidentes, sino también los márgenes de costura. De hecho, la mayor parte de los cantos que deberás acabar suelen estar por el revés de la prenda. Rematarlos permitirá no solo que tu blusa, chaqueta, falda o pantalón evite el peligro de deshilacharse descontroladamente, sino también que puedas mostrar del derecho y del revés tus creaciones a tus amigos sin que se te caiga la cara de vergüenza ante una dejación que, en un producto comprado en una tienda, considerarías inaceptable.

recuerda.pngLa diferencia entre una buena confección y una confección hecha deprisa y corriendo reside en la atención que se presta a los pequeños detalles; en este sentido, los acabados interiores son una buena ocasión para que te luzcas en tu trabajo.

Por tanto, como creo que ya he llamado suficientemente tu atención sobre la importancia de este capítulo, ¿qué tal si ponemos ya hilo a la aguja?

Pues empezaré por los remates con costura. Y acabados estos, seguiré con los remates con tela añadida.

Costuras que rematan

Salvo algunas excepciones que ya te comentaré, el remate de cantos con costuras se usa para rematar las partes de la prenda que no van a quedar a la vista, como los márgenes de costura o los dobladillos. Es así porque las costuras habitualmente no son bonitas de ver por el derecho de la prenda.

Válido para rectas y curvas

recuerda.pngPara rematar este tipo de cantos puedes usar tres tipos de punto a mano y uno a máquina. Pero antes de entrar en materia, recuerda que debes recortar el canto de la forma más regular posible.

Lo manual, que no se pierda

Aunque algunos de los puntos que a continuación te voy a comentar ya los conoces porque te he hablado de ellos en otras partes del libro, vale la pena que leas este apartado. En él aprenderás a elegir el mejor método para rematar cada canto:

visto.png   Sobrehilado. Como ya sabes del capítulo 2, este punto se realiza dando puntadas uniformes y no muy largas, algo separadas y ligeramente inclinadas. Como es sencillo y resistente, es adecuado para prácticamente cualquier tipo de tela y de remate.

consejo.pngOtra ventaja de este punto es que puedes realizarlo tanto a mano como a máquina. En ese sentido, ten en cuenta que si utilizas la máquina, las puntadas serán completamente iguales y el trazado quedará recto, de modo que obtendrás un resultado final impecable de una forma más fácil que si lo realizas a mano.

visto.png   Punto de festón. Este punto lo conoces del capítulo 11, de cuando te hablé de cómo hacer las presillas de hilo. Es un punto formado con las puntadas y un rastro de hilo que se cose fácilmente. Debes dar puntadas sin apretarlas del todo, introducir la aguja por la lazada de estas y, finalmente, apretar la puntada. En el momento de tirar del hilo, procura dejar la puntada sujeta pero no demasiado apretada, ya que el canto podría enrollarse, afeando así el acabado.

Este tipo de punto es muy adecuado para rematar los cantos de las telas que se deshilachan con facilidad. Además, es muy decorativo, de modo que se puede usar por el derecho de la prenda. A la hora de trabajarlo, recuerda que debes empezar por la parte izquierda de la labor.

Para que te hagas una idea de cómo debe quedar en el momento de rematar los cantos, observa la figura 12-1.

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Figura 12-1:

Punto de festón.

visto.png   Punto de escapulario. Este punto se trabaja de izquierda a derecha. Con una pequeña puntada, coge varios hilos del tejido del dobladillo, pero evita pinchar la aguja hacia el derecho de la tela. Luego lleva el hilo en diagonal hacia arriba y coge uno o dos hilos del tejido inferior. Los hilos deben cruzarse, obteniendo así el dibujo del punto de escapulario (figura 12-2).

La función de este punto es sobre todo de adorno. Se emplea, por ejemplo, para coser las entretelas no adhesivas o para unir dos cantos. Otra de sus aplicaciones es en las telas muy gruesas o elásticas, en las que sustituye al dobladillo, ya que si realizaras un dobladillo en este tipo de telas, abultaría demasiado. Además, en las elásticas, los dobladillos pueden quedar muy tirantes si no se hacen con cuidado.

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Figura 12-2:

Punto de escapulario.

Pero si esto de coser a mano no es lo tuyo, no te preocupes tampoco, que puedes recurrir sin problemas a tu amiga la máquina.

Donde esté la máquina...

La máquina puede ayudarte en algunos de los puntos que te he explicado más arriba. Por ejemplo, en el sobrehilado. A él cabe sumar este otro:

visto.png   Punto de zigzag. Como te dije en el capítulo 3, este es el punto más adecuado para rematar los cantos de las prendas a máquina y también el que se emplea con mayor frecuencia. Lo principal aquí es saber en qué tipo de tela estás cosiendo. En general, si se trata de un tejido que se deshilacha con facilidad, puedes utilizar una puntada larga y tupida. Y si no se deshilacha tanto, puedes utilizar puntadas más cortas y separadas. Por otro lado, debes tener en cuenta que, al trabajar con géneros finos y suaves existe el riesgo de que, al plancharlos, se marquen los bordes en el derecho de la tela. Para evitarlo, utiliza un hilo fino de bordar. Además, conseguirás que el canto rematado no quede muy rígido. Asimismo, en este tipo de telas es aconsejable que hagas puntadas estrechas y separadas.

También deberás tener en cuenta la correcta colocación de la tela en la máquina: procura que el canto quede justo debajo del prensatelas para que, al coser, la aguja pinche una vez en la tela y otra junto al canto, de forma alternativa (figura 12-3).

Dado que se trata de un punto muy decorativo, puedes usarlo también por el derecho de las prendas; de hecho, a veces se usa con esa única intención, sin que exista la necesidad de unir telas mediante una costura.

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Figura 12-3:

Punto de zigzag.

Estos puntos son adecuados para cantos rectos y curvos. Pero el catálogo de cantos que se da en el mundo de la costura no se agota en estos...

Para ángulos, el punto de mosca

En algunas prendas, la unión de las piezas se realiza de modo que presentan ángulos, que no son más que puntos débiles que deben reforzarse para evitar que la costura ceda o que la tela se deshilache. Para ello cuentas con el punto de mosca.

Esta costura se utiliza como adorno y como modo para asegurar aberturas o sujetar los bordes del pliegue, por lo que se suele hacer por el derecho de la prenda. Las aberturas de una falda, pero también los pliegues de otras prendas o en los bolsillos ribeteados, son algunos lugares donde puedes usar este punto que, por si fuera poco, crea un dibujo muy elegante.

Se realiza de la siguiente manera:

1.   Para que te sirva de guía, marca un triángulo en el extremo de la abertura por el lado derecho de la tela. El triángulo debe ser equilátero (es decir, con todos los lados iguales) y debe estar situado de forma que el extremo de la abertura quede justo en el centro del lado inferior del triángulo.

Para que puedas seguir la explicación con todo detalle, voy a poner nombre a los vértices del triángulo (figura 12-4). Al que está situado a la izquierda de la abertura lo llamaré A; siguiendo el trazado del triángulo hacia arriba, encontrarás el vértice B y, en último lugar, a la derecha de A estará el vértice C.

2.   Para realizar el punto de mosca, da la primera puntada en A, saca la aguja y clávala en B. Desde B, clava la aguja en C y sácala por A. Deberás repetir este proceso hasta que logres rellenar el triángulo por completo, con cuidado de ir ajustando las puntadas de modo que el hilo vaya completando el dibujo de la figura.

¿Qué te parece? ¿A que este punto tiene cierto aire de mosca? Eso sí, más estilizado que el susodicho insecto. Con él doy por acabada la parte de los remates con costura.

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¿Y si añadimos algo de tela?

Otra forma de rematar los cantos es con tela añadida. El resultado es de lo más elegante y, ya te lo avanzo, más fácil de hacer de lo que parece. Y más con la experiencia que seguro ya tienes a estas alturas. ¿Que no me crees? Pues sigue leyendo y después me dices.

De rectas y de curvas

Como en el caso de las costuras rematadas, voy a empezar con los cantos rectos y curvados, a los que corresponden las tiras al hilo y al bies, y, lógicamente, sus variaciones.

Con tiras al hilo

Las tiras al hilo son la manera más sencilla de rematar cantos rectos. Esto no significa que no puedas usar tiras al bies para rematar estos cantos, pero, como te comenté en el capítulo 11, mi consejo es que, al menos hasta que no adquieras cierta práctica, destines tiras cortadas al hilo a los cantos rectos y reserves los bieses para los curvos.

advertencia.pngEso sí, recuerda que nunca podrás rematar un canto curvo con una tira al hilo, ya que estas no tienen la elasticidad que puedes conseguir cortando al bies.

Y aquí es donde debes retomar las explicaciones que te di en el capítulo 8 sobre cómo aplicar las tiras al hilo. Estas se cortan, lógicamente, al hilo, y del largo del canto que quieras rematar. Sin embargo, para aprovechar mejor la tela, a menudo se empalman varias tiras más cortas hasta conseguir el largo final del canto. Pero no sufras, porque empalmar varias tiras cortadas al hilo, al contrario que las cortadas al bies, no tiene secreto alguno: se trata de unir sus extremos con un pespunte por el revés, recordando dejar los márgenes de costura correspondiente.

Las tiras al hilo se aplican siguiendo el mismo procedimiento que te enseñé para aplicar una tira de hilo a una abertura en el capítulo 8, es decir:

1.   Una vez cortada la tira, aplícala al derecho de la prenda, encarando los derechos, con un pespunte lo más cercano posible al filo del canto.

2.   Dale la vuelta a la tira hacia el revés de la prenda.

2.   Remata los cantos de la tira.

3.   Cose la tira al revés de la prenda con puntos de lado invisibles.

consejo.pngSi no te importa que se vean las puntadas por el derecho, puedes hacer esta segunda costura a máquina por el revés de la prenda.

Con tiras al bies

La mejor opción para los cantos curvos (e incluso una buena opción para los rectos si tienes más maña que fuerza) es el remate con tiras al bies. Por norma general, este acabado se aplica siempre que una pieza deba quedar muy bien rematada, pero que no lleve forro. Asimismo, se puede aplicar en telas que se deshilachen fácilmente y que tengan una trama poco tupida, es decir, en aquellas cuyos hilos estén un poco sueltos.

recuerda.pngEn el capítulo 8 te expliqué cómo empalmar distintas tiras de bies para que puedas conseguir una tira del largo deseado. Es muy importante en las tiras al bies ya que, al tener que cortar el tejido en diagonal, no es fácil conseguir tiras demasiado largas.

Para confeccionarlas, no tienes más que aplicar el procedimiento que te expliqué en el capítulo 8 para el remate de una abertura con una tira al bies, es decir:

1.   Coloca la tira de bies sobre el derecho de la prenda, con los derechos encarados, y cósele un pespunte lo más cercano al canto posible.

2.   Vuelve la tira hacia el interior de la prenda, de manera que su revés se encare con el de la prenda.

3.   Cose la tira a la tela enrollando su canto sobre sí mismo con punto de lado, de manera que forme un rulito o, si la tira es demasiado ancha, un dobladillito en su extremo.

De nuevo, si no te importa que se vea un pespunte por el derecho de la prenda, puedes coser el bies al revés de la prenda a máquina, cogiéndole a la vez el dobladillito.

Con un galón

Retomo ahora este elemento, que también conoces del capítulo 8, pero, en este caso, como un sistema más rápido y sencillo que aplicar tiras de tela cortadas por ti mismo como remate de los cantos. De hecho, el galón es, junto con el dobladillo postizo con tela de forro que verás a continuación, una de las soluciones para cuando no se pueden realizar dobladillos, ya sea porque la tela es demasiado corta o demasiado gruesa, con lo que el borde con el dobladillo quedaría muy abultado y, por tanto, poco estético.

recuerda.pngTen en cuenta que todas las partes de la tela a las que apliques este ribete (cantos, escotes, etc.) tendrás que cortarlas sin añadir margen alguno; es decir, el margen deja de ser necesario, ya que el galón cumple su función.

consejo.pngPara llevar a cabo esta confección, lo primero de todo es seleccionar el galón. Escoge el que más se ajuste a las características de la tela con la que estés trabajando y procura que el color sea lo más similar posible. Si no encuentras un color parecido al de tu tela, como último recurso siempre puedes poner un galón blanco. Esta recomendación cobra especial sentido si piensas que hay ciertos lugares, como en el bajo de una falda, donde es probable que el galón, aunque en principio no debería verse, llegue a entreverse con el movimiento.

Una vez lo hayas seleccionado, solo has de seguir estos dos pasos:

1.   Coloca el galón sobre la parte derecha de la tela y cóselo con un pespunte a máquina, lo más cerca que puedas del canto.

2.   Dale la vuelta y cose la otra parte del galón al revés de la tela con un punto hueco o de lado. De este modo, el canto quedará completamente cubierto y el acabado resultará impecable.

Como puedes ver, más que ver cosas nuevas estamos repasando algunas que ya conoces y que incluso has practicado.

Con forro

Como te comentaba más arriba, realizar un dobladillo postizo con una tela de forro es otra solución cuando no se puede realizar un dobladillo al uso. Veamos cómo se confecciona. Pero antes, elige la tela de forro, que sea de un tejido apropiado y de un color similar al de la tela de la prenda. ¿La has escogido ya? Pues prepara la aguja y sigue estos pasos:

1.   Cose la tela con un pespunte sobre el canto del dobladillo con los derechos encarados y tan al borde como te sea posible.

2.   Dobla la tira de forro hacia el revés de la tela y pasa un hilván sobre la costura para que esta quede plana y sujeta.

3.   Para coser el borde del forro a la tela, sigue el procedimiento que ya conoces: dobla ligeramente el borde del forro hacia el interior y pásale un hilván.

4.   Cóselo a la tela a punto hueco.

Para acabar de rematar la labor, solo tienes que quitar los hilvanes y planchar cuidadosamente el dobladillo.

Con tiras modeladas

Las tiras modeladas no son más que un tipo especial de tiras al bies para rematar los cantos. Se confeccionan igual que las tiras al bies, con la diferencia de que las modeladas se “modelan” (y de ahí su nombre) cuando se cortan. O dicho en otras palabras, se cortan tomando como modelo el patrón de la parte de la prenda que van a reforzar, de modo que se adaptan a los cantos más curvos o más irregulares del cuerpo (como el escote o las sisas).

Para enseñarte cómo se sacan las tiras modeladas de los patrones lo mejor será acudir a un ejemplo ya trabajado. Me refiero al primer modelo de vestido que te enseñé en el capítulo 6. ¿Lo tienes a mano? Entonces solo tienes que trazar sobre los patrones unas líneas interiores paralelas al contorno de los escotes (delantero y espalda) y de las sisas (delantera y espalda). El ancho que se suele dar a las tiras modeladas es de 3 a 5 cm (figura 12-5).