Capítulo 10

Cajón de sastre

 

En este capítulo

triangle.png   Montar cremalleras en faldas y pantalones

triangle.png   Secretos del proceso de forrado

triangle.png   Todo tipo de cinturillas

triangle.png   Cómo realizar los principales dobladillos

 

Este capítulo es el mayor cajón de sastre de todo el libro. Y es así porque agrupa varios elementos y procesos básicos en la confección de todo tipo de prendas, desde distintas formas de montar las cremalleras en faldas y pantalones hasta la confección de cinturillas y trabillas, sin olvidar los distintos tipos de costura para un dobladillo. Pues qué, ¿te atreves a abrir este maravilloso cajón y ver todo lo que se esconde en él?

Sube y cierra, baja y abre

Con las cremalleras pasa lo mismo que con los botones. Estamos tan acostumbrados a usarlos que son como si no existieran, al menos hasta que uno de los botones de nuestra blusa se cae o la cremallera del abrigo o el pantalón empieza a atascarse... Y, sin embargo, se trata de elementos de considerable importancia. De los botones no hace falta que te diga nada, pues ya he defendido su causa en el capítulo 8. Pues bien, ahora quiero hacer lo mismo con la cremallera.

Colocar mal el cierre de una prenda puede afear la caída de la misma, además de dar muy mala impresión sobre la calidad de la confección y su acabado. Y después de haber trabajado duro en un proyecto, ¡seguro que no querrás que se te estropee por una simple cremallera!

A diferencia de los botones, que pueden resultar decorativos, las cremalleras no se suelen colocar como adorno. Ya pueden ser lo bonitas y preciosas que quieras, o estar trabajadas con los más valiosos materiales, que no por ello dejan de ser un práctico cierre disimulado en un lugar discreto de la prenda. Lo que interesa de ellas no es su valor estético, sino su funcionalidad. Para lo que a nosotros nos importa, que es la confección, tienen además una gran ventaja: no requieren que una pieza de tela monte sobre la otra, como sí los botones o los corchetes.

La mejor cremallera

cuestionestecnicas.pngExisten básicamente dos tipos de cremalleras, cada una indicada para unos usos concretos:

1.   De plástico. Suelen ser las más endebles y finas, por lo que están pensadas para partes de las prendas que no estén sometidas a mucha tensión.

2.   De metal. Son más fuertes y están pensadas para prendas de tiempo libre, pantalones vaqueros ajustados o chaquetas de corte deportivo; es decir, prendas cuyo uso puede producir un mayor desgaste en los cierres.

Por lo tanto, la tensión a la que vaya a someterse la cremallera te ayudará a decidirte entre una de plástico o una de metal. Pero la elección no acaba aquí. Además de escoger el material, deberás elegir el color, el grosor y la longitud para conseguir que la cremallera seleccionada sea la que mejor se adapte a la prenda a la que va a ir cosida.

La cremallera escondida

Como otros tipos de cierres, las cremalleras se colocan en los lugares menos visibles de la ropa. Así, se sitúan a lo largo de las costuras, como si fueran su continuación, a modo de una “costura de abrir y cerrar”. Y dado que las costuras se encuentran habitualmente en los costados, en el centro del delantero o en el centro de la espalda, ahí es donde suelen ir las cremalleras.

Una cremallera la puedes coser a mano o a máquina. Si quieres que los pespuntes te queden más rectos y más fuertemente cosidos, entonces no hay duda: la máquina de coser será tu mejor aliada. Pero, lo hagas de una forma u otra, hay un par de cosas que sí o sí tendrás que hacer antes: la primera, fijar la cremallera con alfileres y después con un hilván; la segunda, comprobar que, al cerrarla, queda recta y plana; es decir, que no hace curvas ni bultos en la costura.

Dicho lo cual, aquí tienes algunas indicaciones someras de lo que implica cada tipo de cosido:

consejo.png1.   Cosido a mano. Deberás utilizar un punto fuerte, como el punto atrás, y dar puntadas cortitas para que la cremallera quede bien fijada y no se descosa con el uso.

2.   Cosido a máquina. Deberás preocuparte sobre todo de que el pisatelas (es decir, la patilla de la máquina que pisa la tela) no te dé problemas o haga baches al pisar los dientes. Para conseguirlo, desmonta una de las patillas, la que queda del lado de los dientes de la cremallera (figura 10-1).

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Figura 10-1:

Costura a máquina de cremallera con una patilla del prensatelas.

Y con esto doy por acabada la presentación de la cremallera. Ahora voy a entrar más en materia y a enseñarte cómo ese maravilloso invento se aplica en faldas y pantalones.

Aplicación en las faldas

Si recuerdas, en el capítulo 5 te enseñé a dibujar sobre el patrón unas maravillosas faldas. Pues bien, en el caso que quisieras añadirles una cremallera, dos son los métodos principales de hacerlo: la cremallera invisible y la cremallera con pestaña. De ellos voy a hablarte a continuación.

Cremallera invisible

No me negarás que el nombre no tiene algo de misterioso y evocador: “la cremallera invisible”... En realidad, es un nombre prosaicamente literal, pues la cremallera colocada de este modo desaparece por entero de la vista.

Antes de empezar con ella, te informo de un paso previo: dado que estas cremalleras se sitúan en una costura debes asegurarte de que has dejado una parte sin coser lo suficientemente larga (por lo general unos 18 cm, aunque todo depende de las medidas de la falda) para la abertura que requiere la cremallera. ¿La tienes? Si la respuesta es sí, entonces debes continuar de este modo:

1.   Prepara la tela, para lo cual necesitarás la plancha. Así, empieza hilvanando los bordes de las piezas de tela vueltos hacia dentro, para después plancharlos y rematar sus cantos con un sobrehilado.

2.   Coloca la cremallera a lo largo de la abertura, fijándola a los lados con alfileres. En este momento deberás cerrar la cremallera para comprobar que está recta y queda oculta bajo la tela.

cuestionestecnicas.pngAl colocar la cremallera, los dos bordes del doblez de la abertura donde va tienen que coincidir con el centro de esta. Así, la cremallera se cierra y se oculta al mismo tiempo.

3.   Cósele un hilván a la cremallera de arriba abajo y de abajo arriba, con forma de una “U” muy cerrada.

4.   Abre la cremallera y cósela a máquina a los filos doblados de la tela.

consejo.pngPara que te quede una cremallera “invisible”, haz el pespunte lo más cerca posible del doblez, de manera que no queden pestañas. Los pespuntes que hagas a cada lado con la máquina de coser deben quedar lo más rectos posible y cercanos al centro de la cremallera, es decir, a la línea donde están los dientes.

Cremallera con pestaña

Este segundo método de montar la cremallera se parece mucho al anterior. De hecho, la única diferencia entre ambos radica en que la cremallera invisible lleva el pespunte muy al filo, muy cerca de la línea de doblez de la tela, mientras que la cremallera con pestaña deja unos milímetros de margen, que forman la pestaña. Por lo tanto, esta cremallera se cose también con una costura en forma de “U”, pero menos cerrada, pues los laterales se cosen a una distancia de entre 5 mm y 1 cm del centro de la cremallera. Otra similitud es que las dos se colocan en la abertura de una costura, de modo que el primer paso también será comprobar que la abertura sea suficiente. A partir de ahí:

1.   Prepara los márgenes de costura de la tela. Para ello, hilvana los bordes de las piezas de tela una vez vueltos hacia dentro, plánchalos para que los filos queden bien marcados y sobrehíla los cantos del tejido.

2.   Coloca la cremallera a lo largo de la abertura, fijándola con alfileres a ambos lados. Hecho esto, cierra la cremallera para comprobar que esté bien recta (es decir, que no se desvíe ni forma bultos) y que queda oculta bajo las pestañas que forman los dobleces de la tela.

Ten en cuenta que los dos bordes doblados de la abertura tienen que coincidir con el centro de la cremallera una vez colocada. Solo así la cremallera quedará oculta al cerrarse.

3.   Cose un hilván a cada lado de la cremallera, trazando una “U”, tal como hiciste con la cremallera invisible, pero dejando margen entre la costura y los bordes doblados.

4.   Abre la cremallera y cósela a la falda dejando una especie de pestaña a cada lado del centro de la cremallera. En este caso, los pespuntes también tienen que ser rectos, pero no los hagas tan cerca del centro de la cremallera como en el caso de la cremallera invisible.

Cuanta más distancia dejes entre el centro de la cremallera y el pespunte, más anchas te saldrán las pestañas (figura 10-2).

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Figura 10-2:

Forma de confeccionar una cremallera con pestaña.

advertencia.pngAl coser las pestañas de una cremallera debes tener en cuenta su grosor. Esto significa que si, por ejemplo, coses una gran cremallera metálica al delantero de una cazadora veraniega o deportiva, la pestaña deberá tener un ancho proporcionado a las medidas de esta cremallera. Podrás definir el ancho necesario de las pestañas durante el proceso de confección si tienes en cuenta que ambas deben encontrarse en el centro de la cremallera y ocultarla por completo. Es decir, el ancho de las pestañas siempre estará en función de las dimensiones de la cremallera.

Aplicación en los pantalones

Salvo algunas excepciones, y como sin duda sabes por propia experiencia, los pantalones suelen llevar la cremallera delante. Hasta aquí bien. Pero ¿te has fijado que llevan un lado abierto y otro cerrado? Porque las cremalleras de los pantalones no llevan dos pestañas, una a cada lado, como las faldas, sino una sola pestaña ancha a un lado que cubre la cremallera por completo, mientras que el otro queda abierto.

Pero no acaban aquí las curiosidades de los pantalones y sus cremalleras. Probablemente habrás observado que la forma de colocar esta pestaña depende de si el pantalón es de hombre o de mujer: en el segundo caso, lleva la pestaña cosida en el lado derecho y, por tanto, abierta hacia la izquierda; en el segundo, al contrario: cosida en el lado izquierdo y abierta hacia la derecha. Estas pestañas pueden sacarse de los márgenes de costura o añadirse. En el caso de añadirse, solo tendrás que cortar una tira de tela que después coserás al delantero.

Como explicar cómo confeccionar una cremallera en un pantalón masculino y en uno femenino sería muy repetitivo, voy a centrarme en este último. A partir de ahí, si en lugar de un pantalón de mujer quieres trabajar sobre un pantalón de hombre, solo tienes que seguir exactamente los mismos pasos, aunque recordando cambiar de lado la abertura y de sitio la pestaña.

Ya te aviso, el proceso es complejo, de modo que te invito a tener muchísima paciencia y a seguir mis indicaciones más que nunca:

1.   Prepara la abertura para la cremallera en la costura de la entrepierna, es decir, la que une ambas perneras del pantalón. Por lo tanto, solo coserás esta costura hasta el punto donde deba comenzar la abertura para la cremallera y allí colocarás el extremo inferior de esta (figura 10-3 a).

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Figura 10-3:

Costura de la cremallera al pantalón. a) Abertura de la entrepierna. b) Costura de una tira de la cremallera. c) Colocación de la tapeta. d) Costura de la segunda tira dentada de la cremallera. e) Resultado final.

2.   Dobla hacia el revés del pantalón el margen de costura del canto izquierdo de la abertura que has dejado en el delantero de la entrepierna y coloca la cremallera cerrada y boca abajo, de forma que esté sobre el derecho del margen, haciendo coincidir el canto izquierdo de la abertura con el borde exterior de la cremallera (el que no tiene dientes).

3.   Hilvana la cremallera en esta posición y cósele un pespunte a lo largo, entre el borde exterior y el de los dientes. Una vez cosida la cremallera, ábrela para coser cada tira dentada en el sitio indicado (figura 10-3 b).

4.   Para la abertura de la pernera derecha, prepara una tapeta con tela, bien del margen de costura, que deberás doblar y planchar, o bien de tela añadida. En el caso de necesitar hacerla con tela añadida, corta una tira de tela que mida de largo 2 cm más que la cremallera y, de ancho, el doble de la medida final que vaya a tener la tapeta. Dado que las tapetas suelen tener un ancho final de entre 2 y 3 cm, el ancho de tu tira de tela tendrá que ser de entre 4 y 6 cm. Esta tira deberás redondearla por su extremo inferior y, después, prepararla doblándola por un lado y cosiendo los otros tres lados abiertos.

5.   Con la tapeta preparada, cósela al borde derecho de la abertura del pantalón, con los derechos encarados, con un pespunte (figuras 10-3 c y d).

6.   Vuelve la tapeta hacia el revés de la prenda, asegurándote de que queda suficiente tela en el derecho como para tapar la cremallera en su totalidad (antes de hacer el doblez). Con las piezas dispuestas, plancha un poco el delantero para que las costuras se asienten y queden planas.

7.   Cierra la cremallera, sitúa la otra tira dentada de la cremallera sobre la tapeta, por el revés de la abertura y boca abajo, e hilvánala en esta posición, para luego coserla a máquina. Después de hacer esto tendrás la cremallera cosida, por un lado, al canto del pantalón y, por otro, a la pestaña (esta segunda parte de la cremallera se cose únicamente a la pestaña, no al pantalón). Solo te quedará fijar la parte de la pestaña que aún está suelta al pantalón por el revés del delantero. Pero esto lo harás con un pespunte por el derecho de la prenda.

8.   Para fijar dicha parte de la pestaña al pantalón, hilvánala primero por el revés de la prenda, de modo que puedas ver las marcas por el derecho, para saber exactamente por dónde debe pasar el pespunte de unión de ambas piezas.

9.   Pasa dicho pespunte por el derecho, siguiendo el hilván. Este pespunte debe salirte perfecto, ya que, como ves, se cose por el derecho de la prenda, de modo que, además de cumplir su función, es también decorativo (figura 10-3 e).

10. Remata todos los cantos sueltos que queden por el revés.

11. Ya tienes la cremallera lista para coserla a la cinturilla por arriba.

¡Enhorabuena! Acabas de superar una de las operaciones más complicadas que vas a aprender en este libro.

anecdota.pngUn soneto a la cremallera

Seguro que la cremallera te parece uno de los inventos más prácticos de la historia. Y no debes de ser el único, porque hay un escritor que decidió un día dedicarle un soneto. Sí, sí, has leído bien: existe un soneto dedicado a la cremallera y su autor es ni más ni menos que Julio Cortázar. Si has seguido un poco la trayectoria de este autor argentino habrás adivinado que no se trata precisamente de un poema de exaltación de las bondades de la cremallera, sino que en él se juega con la forma de manera que, para simbolizar este útil objeto, el soneto se puede leer tanto de arriba abajo como de abajo arriba. Como si subieras y bajaras una cremallera, vamos... Pero, como no podía ser de otra manera tratándose de este escritor, el resultado no es el mismo de subida que de bajada. Por si te pica la curiosidad, el soneto se titula Zipper Sonnet y empieza, bien elocuentemente: “de arriba abajo o bien de abajo arriba”...

¡A forrar!

Aunque, al ir por el revés de la prenda, te parezca que el forro es algo secundario y accesorio, en realidad es muy importante. De hecho, en muchas ocasiones, prescindir de él resta consistencia y calidad a las prendas. Por ello, las prendas de calidad y buena confección no escatiman en forros. Y por eso, porque estoy convencida que buscas siempre la calidad, voy a hablarte de ellos.

El forro es necesario en los siguientes géneros:

1.   En tejidos muy ligeros o transparentes. En estos casos, un forro sirve para que no se transparente la ropa interior y para dar más cuerpo a la prenda.

2.   En chaquetas, faldas o abrigos de tejidos gruesos. Sirve para que el género no se pegue al cuerpo o a las prendas que van debajo de él, así como para evitar que la piel se resienta del tacto de dichos géneros o bien que estos se deformen y se deterioren con el uso.

En realidad, todas las prendas que has aprendido a trazar en este libro pueden llevar forro; que lo lleven o no dependerá del tipo de tejido del que estén confeccionadas.

Un forro para cada prenda

cuestionestecnicas.pngCada prenda tiene su forro y por ello es importante que conozcas las características de los distintos tejidos de forro que existen. Aquí te doy algunos de los más usados:

visto.png   Viscosa o tafetán. Es el más utilizado para las faldas y tiene la ventaja de no “electrizarse”, es decir, que no se queda pegado al rozar con el cuerpo y el resto de prendas.

visto.png   Forro elástico. Es forro tejido de punto y se conoce con el nombre de matamin. Se suele utilizar para confeccionar un forro independiente y usarlo para diversas faldas que no estén forradas. Tiene la ventaja de que se adapta muy bien al cuerpo.

visto.png   Satén. El satén es un tejido grueso y brillante, de tacto muy suave. Este género se suele usar para forrar abrigos.

visto.png   Forro enguantado. El forro enguantado se compone de dos tejidos: uno es el tejido del forro propiamente dicho y el otro es una capa blanca de relleno. Este forro se coloca en chaquetones de invierno para que abriguen más.

recuerda.pngComo es de suponer, cada uno de estos forros tiene sus peculiaridades a la hora de aplicarlos a la prenda. Aun así, hay unas reglas de oro que sirven siempre y que harás bien en tener presentes. Apunta, el forro:

visto.png   Se aplica con la prenda ya acabada.

visto.png   Se corta con los mismos patrones de la prenda, incluyendo las pinzas, los fruncidos y cualquier estrategia que hayas usado para ganar o disminuir volúmenes.

visto.png   Se corta igual que las piezas de la prenda que va a forrar: al hilo, al contrahílo o al bies.

visto.png   Acaba donde comienzan las vistas.

visto.png   Se monta sobre el revés de la prenda.

visto.png   Se fija con un hilván antes de coserlo.

visto.png   Se cose a la prenda a punto de lado.

De lo general, toca pasar a lo concreto, y así voy a explicarte el proceso de aplicación de un forro a una falda (o mejor dicho a dos, una sin abertura y otra con abertura), ya que, de todas las prendas que has trazado, esta es la que te puede dar más guerra. Aunque tampoco mucha, ¡no te asustes!

Para una falda sin abertura

El proceso de aplicación del forro a una falda sin abertura no es más que la concreción práctica de las normas generales que te he dado más arriba. Vamos a ello:

visto.png   Cuando tengas la falda confeccionada, corta el forro siguiendo el mismo patrón.

visto.png   Una vez cortadas las piezas del forro, colócalas a la prenda e hilvana encarando los reveses. Cuando hayas sujetado el forro con un hilván por todo el contorno de la cintura, comprueba que cae bien, que las pinzas están en su sitio y que la abertura para el cierre es correcta.

recuerda.pngLos reveses del forro y de la prenda deben ir encarados; de esta manera, todos los márgenes de costura, tanto de la falda como del forro, quedarán ocultos.

visto.png   Cose el forro a la falda a punto de lado para fijarlo y, a continuación, coge el bajo y los dobleces donde van a ir las costuras necesarias para que el forro no sobresalga ni se vea.

recuerda.pngComo te decía en las instrucciones generales, el forro se fija al revés de la prenda sin cubrir las vistas, esas partes del revés de los bordes de la prenda que están rematadas con otra pieza de tela cosida y vuelta del derecho, lo que hace que el forro sea innecesario en esos lugares. Por lo tanto, las partes de la prenda que lleven vistas, como la cinturilla o las solapas, no necesitarán forro.

Y con abertura

Si estás confeccionando una falda con una abertura detrás, el forro también debe llevar la suya, ya que, de no ser así, el forro se vería al andar. En este caso, lo que varía en el proceso de confección del forro no es más que sumar el corte y el cosido de la abertura en el forro. Así, la abertura del forro debe:

1.   Ser mayor que la de la falda.

2.   Ir fijada al dobladillo de la abertura de la falda por todo el contorno pues, de no ser así, el forro se vería.

Así de sencillo. Pero no te creas que el universo de las faldas se agota aquí...

Para las faldas más especiales

Hay algunas faldas cuyos forros no deben cortarse con el mismo patrón, sino que han de seguir unas características propias. ¿Quieres saber cuáles son?:

1.   Faldas plisadas o muy tableadas. Deben llevar forros sencillos; es decir, no es necesario que sean plisados ni que formen todas las tablas, porque de ser así produciría un volumen excesivo en la prenda al concentrar una gran cantidad de tela. Se trata, pues, de una excepción a la regla según la cual el forro debe reproducir exactamente las características de la prenda.

Este forro sencillo lo puedes cortar tanto recto con unas aberturas a los lados como ceñido a la cintura y ensanchándolo progresivamente, de modo que te quede con cierta amplitud y una forma acampanada.

2.   Faldas acampanadas o de corte circular. El forro de una falda acampanada se corta dándole el mismo ancho que la falda, salvo si se trata de una falda muy acampanada cuyo forro, de ser igual de acampanado, resultaría excesivo o formaría arrugas debajo. En este caso, hay que reducir el vuelo del forro respecto al de la falda.

Pero en este cajón de sastre no voy a hablarte solo de faldas. ¡Aún hay mucha tela que cortar!

De cintura... cinturilla

En el capítulo 5 ya te presenté la cinturilla, también llamada pretina, y en el capítulo 8 te volví a hablar de ella aplicada a los pantalones. Pues aquí la tenemos de nuevo.

En función del refuerzo que usen, las cinturillas se dividen en dos grandes grupos:

1.   Cinturillas elásticas.

2.   Cinturillas con entretela.

Vamos a verlas ahora con más detalle.

Las cinturillas elásticas

Estas cinturillas son especialmente indicadas para prendas amplias y fruncidas, pantalones y falditas de niños pequeños, y no menos para prendas sin cierre, como faldas o pantalones deportivos. Consisten en una cinturilla a la que se le ha introducido una goma o cinta elástica.

Si te parece bien, voy a enseñarte ahora cómo se confeccionan.

Con cinta o goma

Estos son los pasos que hay que seguir para confeccionar este tipo de cinturilla:

1.   Corta una tira de tela con las medidas del contorno de la cintura más unos 5 cm de margen de largo y, de ancho, el doble del ancho final más sus márgenes de costura.

2.   Une los extremos de la cinturilla y plancha la costura abierta.

3.   Sitúa el pespunte de unión de los extremos de la cinturilla sobre la costura trasera de la falda o el pantalón, encarando los derechos. Hilvana las telas así dispuestas y pásales un pespunte. Plancha la costura abierta y corta los márgenes de costura.

4.   Dobla la cinturilla por la mitad hacia el revés de la prenda e hilvánala en toda su longitud justo por debajo de la línea de doblez (figura 10-4 a).

5.   Hilvana el extremo inferior de la cinturilla, cogiéndole un dobladillito (figura 10-4 b).

6.   Pasa un pespunte por este extremo inferior (figura 10-4 c), dejando una abertura a la altura de la costura trasera de la falda o pantalón, que será por donde introducirás la goma o la cinta elástica.

7.   Introduce una cinta elástica o una goma por el interior de la cinturilla. Esta cinta debe ser más estrecha que la cinturilla, pero no mucho más, ya que de lo contrario la cinta acabaría retorciéndose con el uso. Por ejemplo, para una cinturilla de 4 cm, la cinta elástica debería tener unos 3 cm de ancho. Si en lugar de utilizar cinta usas goma, deberás pespuntearla para que quede sujeta.

8.   Para introducir la cinta o la goma, fija un imperdible en su extremo para que puedas guiarla a través de la cinturilla (figura 10-4 d). Deberás introducir la goma por el revés de la prenda.

consejo.pngPara que no se te introduzca el otro extremo de la cinta o la goma, fíjalo a la prenda con un alfiler.

9.   Cose los extremos de la goma, uno sobre otro, de forma que quede cerrada en redondo. Para ello, utiliza el punto de zigzag de tu máquina de coser, que es el más apropiado, ya que estás trabajando con un tejido elástico y este tipo de punto garantiza que la costura no tire.

Pues ya está, has hecho tu primera cinturilla elástica. No es que sea un trabajo complicado, pero hay una opción que te lo puede hacer todo aún más fácil.

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Figura 10-4:

a) Hilvanado de la vista de la cinturilla elástica. b) Vuelta de la cinturilla con hilvanes. c) Pespunteado de la cinturilla por el revés. d) Introducción del elástico.

Cinturilla confeccionada (y ahórrate trabajo)

Pues sí, y esa opción es tan sencilla como ir a tu mercería de confianza y allí comprar unas cinturillas elásticas que se ofrecen en diversos anchos y colores. No solo te ahorrarán la confección de la cinturilla, sino que además se colocan con facilidad. Solo tienes que seguir estos pasos:

1.   Corta la cinta elástica o la goma de la misma medida que el contorno de cintura más unos 5 cm de margen.

2.   Prepara la cinturilla para colocarla a la prenda. Para ello, une los extremos de la cinturilla y cóselos de manera que quede cerrada en redondo. Abre la costura y plancha los márgenes de costura separados.

3.   Prepara la prenda de forma que tenga ya todas sus costuras cerradas y esté lista para coserle la cinturilla.

4.   Divide tanto el contorno de la cinturilla como el de la falda en partes iguales, de manera que coincidan la mitad y los cuartos, y marca estos puntos con alfileres. Según la prenda que estés confeccionando, pueden servirte de referencia las costuras trasera y laterales.

5.   Hilvana la cinturilla a la prenda y cósela de nuevo a máquina y con un punto de zigzag.

consejo.pngAl hacer la costura, si es necesario, ve estirando la cinta elástica de manera que adquiera el mismo ancho que la cintura de la prenda y para asegurarte de que la costura queda holgada.

Las cinturillas con entretelas

Este segundo tipo de cinturillas se corta de la misma tela que la prenda y se rellena con entretela, ese tejido tieso y ligero que se termoadhiere a las piezas para darles más cuerpo. En función de cómo cortes la tela pueden distinguirse dos clases:

visto.png   Cinturilla recta.

visto.png   Cinturilla con forma redondeada.

A continuación te explico cómo hacer cada una.

La más recta

No hay misterio alguno: una cinturilla recta es una tira de tela que se corta recta. Blanco y en botella. Dicho lo cual, aquí tienes los pasos a seguir para confeccionarla:

1.   Corta la tela con las medidas del contorno de la cintura. En este caso le sumarás unos 4 o 5 cm de margen (2 o 2,5 cm a cada lado) para el cierre de la cinturilla. La medida del ancho, sin poner la tela doble, debe ser el doble del ancho final más 1 cm de márgenes de costura.

2.   Al cortar la cinturilla conviene que cortes también la pieza de entretela de las mismas medidas, pero sin los márgenes de costura.

3.   Una vez cortadas las dos tiras, plánchalas de manera que la entretela quede pegada al revés de la tela de la cinturilla.

4.   Coloca la cinturilla con su entretela incorporada a ras del filo de la cintura de la prenda, por fuera, de manera que los derechos queden encarados.

recuerda.pngNo olvides que, para colocarla, deberás marcarle la mitad y los cuartos y hacerlos coincidir con los de la prenda, ya sea mediante unos alfileres que le hayas colocado para marcar las distancias o tomando como referencia las costuras de la prenda, igual que hiciste con la cinturilla elástica confeccionada.

5.   Con las piezas así dispuestas, cose un pespunte alrededor de todo el contorno, por el filo de la prenda, dejando un pequeño margen de costura de ½ cm (figura 10-5).

6.   Plancha ahora el otro margen de costura de la cinturilla plegado, tal como muestra la figura 10-5.

7.   Dobla la cinturilla por la mitad a lo largo hacia dentro de la falda.

8.   Cose este borde plegado a la falda por el revés.

Si te ha salido recta entonces no hay más que pedir. Ya tienes tu cinturilla... recta.

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Figura 10-5:

Primer pespunte de cinturilla recta con entretela.

Con curvas

Este tipo de cinturillas se confecciona en faldas o pantalones que se han “escotado” por la cintura; es decir, en las que la forma de la cintura no es recta, sino ligeramente curvada hacia abajo, como pasaba en los pantalones elásticos del capítulo 7.

consejo.pngPor eso, para realizar esta cinturilla debes tener en cuenta la forma de la prenda por la parte del canto de la cintura. Lo más práctico es que a la hora de cortar la cinturilla tomes como modelo el patrón de la prenda.

Te enseño ahora cómo se confeccionan:

1.   Corta la cinturilla, con la tela doble, dándole las formas curvadas de la cintura del patrón de la prenda.

2.   Corta también una pieza sencilla de entretela (no doble), dándole la misma forma que a la cinturilla.

advertencia.pngTen en cuenta que, para darle la forma curva, no podrás cortar toda la cinturilla de una pieza, sino que tendrás que cortar varias.

3.   Termofija la entretela con la plancha a una de las piezas de tela de la cinturilla por el revés.

4.   Cose una de las mitades de la cinturilla, por ejemplo la mitad reforzada con entretela, al canto de la cintura de la falda, de manera que los derechos estén encontrados. En el momento de hacerlo recuerda que deben coincidir la mitad y los cuartos de la cinturilla con los de la prenda.

5.   Vuélvela y plancha los márgenes como has aprendido en la cinturilla recta.

6.   Cose la mitad de la cinturilla que no lleva entretela a la mitad que ya tienes aplicada a la prenda, por el canto superior de la mitad con entretela y encarando los derechos de ambas piezas de la cinturilla.

7.   Vuelve esta segunda mitad, cógele un dobladillito y cósela al revés de la prenda (figura 10-6).

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Figura 10-6:

Cinturilla con entretela y forma redondeada.

Y hasta aquí todo lo que había que decir sobre el mundo de las cinturillas elásticas, rectas o redondeadas. Pero no te creas que nuestro cajón de sastre ha agotado ya sus posibilidades...

Trabillas... para trabar

Las trabillas son unos pequeños aros o tiritas de tela por los que se pasa el cinturón de una prenda. Según de qué tipo sea esta, variará el número de trabillas y su situación, aunque por lo general:

visto.png   Las faldas llevan cuatro trabillas cuya ubicación coincide con las líneas de las cuatro pinzas de la falda; es decir, dos en el delantero y dos en la espalda.

visto.png   Los pantalones llevan una quinta trabilla, que se coloca en el centro de la espalda, sobre la línea de la costura central.

visto.png   Los vestidos llevan dos trabillas a la altura de las costuras laterales de la prenda.

Por lo que respecta al ancho de las trabillas, una buena medida sería darles entre 1 y 3 cm, pero esta medida va en función de la moda del momento, que afecta tanto a las prendas como a los cinturones. Por lo que respecta a su longitud, se calcula teniendo en cuenta que una trabilla debe medir 3 cm más que el ancho del cinturón. Estos 3 cm se reparten de la siguiente manera: 2 cm para coserla por uno y otro extremo a la prenda y 1 cm de holgura para que el cinturón pase bien.

Asimismo, debes tener en cuenta que las trabillas se suelen hacer algo más largas que el ancho de la cinturilla, en caso de que la prenda que estés confeccionando conste de dicho elemento.

Cómo coserlas

La confección y costura de las trabillas no reviste gran secreto. Estos son sus pasos:

1.   Corta una tira larga de tela que tenga 1 cm más del doble del ancho que quieras dar a las trabillas (para márgenes de costura); el largo de la tira deberá ser igual a la suma del largo de cada trabilla, cada una con sus 3 cm adicionales ya sumados.

Lo verás más claro con este ejemplo: pongamos que quieres realizar las trabillas para una falda que va a llevar un cinturón que mide 3 cm de ancho y cuya cinturilla mide también 3 cm. En ese caso, lo primero que debes hacer es calcular el largo total de cada trabilla y multiplicarlo por 4, que es el número de trabillas que le vas a poner a la falda. Por lo tanto, suma 3 cm al ancho del cinturón, con lo que obtendrás el largo de cada trabilla; es decir, 6 cm. Hecho esto, multiplica estos 6 cm por las 4 trabillas y obtendrás el largo total de la tira de tela, es decir, 24 cm.

En cuanto al ancho, pongamos que quieres confeccionar unas trabillas que midan, una vez acabadas, 1 cm. El ancho así de la tira de tela deberá ser de 3 cm (1 cm × 2 + 1 cm para márgenes de costura).

2.   Cuando tengas cortada la tira de tela, dóblala por la mitad a lo largo, de manera que los derechos queden encarados y el revés de la tela a la vista.

3.   Haz un pespunte a 5 mm (½ cm) de los filos de la tela que una ambos bordes de la tela. El resultado será un canutillo de tela con una costura (figura 10-7a).

4.   Una vez hecho el canutillo, vuélvelo del derecho para que los márgenes de costura no queden a la vista.

5.   Plánchalo de manera que la costura quede en el centro y tenga los dobleces del planchado a los lados.

6.   Realiza dos pespuntes, uno a ras del filo de cada doblez de los que le has hecho con la plancha (figura 10-7b). El canutillo, ahora, deberá medir 1 cm de ancho.

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Figura 10-7:

a) Primer paso para hacer el canutillo de las trabillas. b) Segundo paso: volver el canutillo y hacer dos pespuntes a los lados.

7.   Haz una marca cada 6 cm y corta la tira por dichas marcas, para obtener las cuatro trabillas.

8.   Si ya tienes la cinturilla confeccionada y preparada (o si la prenda no lleva cinturilla), remata a mano los extremos de las trabillas vueltos hacia dentro. Si, por el contrario, vas a aprovechar el pespunte de la cinturilla para coser las trabillas, te ahorrarás tener que rematarlas y solamente deberás fijar cada una de las trabillas en su sitio con un hilván.

9.   Coloca (si no lo habías hecho en el paso anterior) y cose cada trabilla en su sitio, de manera que la costura central quede hacia abajo.

Finalizado este último paso, ya solo te falta escoger el cinturón que mejor combinará con tu falda o pantalón.

De doblar... dobladillos

También llamado bajo, el dobladillo es el canto inferior de ciertas prendas, en el que la tela se encuentra doblada hacia dentro. Aunque algunas camisas también se rematan con un dobladillo, donde usarás más este elemento es en los bajos de faldas, vestidos y pantalones.

En función del modelo y del género que estés utilizando para tu prenda tendrás que recurrir a un tipo de dobladillo u otro. Y es que dobladillos hay muchos, por lo que sin duda querrás saber cuál es el más adecuado en cada ocasión.

cuestionestecnicas.pngAntes de pasar a explicarte sus diferentes tipos y cómo se confeccionan, quizá te interese conocer un par de apuntes generales: el primero, que lo ideal es confeccionar dobladillos más bien anchos, con cierto cuerpo, de modo que la tela pese algo más por el bajo y siente mejor. En las faldas y vestidos se suelen dejar unos 4 cm de dobladillo, cuando el bajo es recto, y unos 2 cm si la forma es redondeada. En cambio, en los pantalones lo habitual es dejar unos 5 cm. Las excepciones a esto, sin embargo, son tantas como quieras. Por ejemplo, en tejidos transparentes es siempre más estrecho, pues un dobladillo con sus costuras y cantos que se transparente en prendas así es siempre una chapuza...

El segundo apunte es más escueto: la mayoría de dobladillos se cose a mano. Y ello por la sencilla razón de que determinadas formas, como las redondeadas, salen mejor así. Ahora bien, esto no quita que no puedas utilizar la máquina en determinados momentos del proceso, como verás más adelante.

O abiertos o entornados, no hay más

Pero pongamos ya hilo a la aguja. Aunque más arriba te decía que hay un gran número de dobladillos, en realidad todos ellos se pueden reducir a dos categorías básicas:

1.   Abiertos. Son aquellos que se componen de un doblez, un sobrehilado (para rematar los cantos de tela) y una costura. En esta categoría se engloban el dobladillo de puntada invisible y el ribeteado.

2.   Entornados. Se componen de dos dobleces y una costura. En esta categoría se engloban el dobladillo ladeado y el postizo.

A continuación te presento los modos más habituales y sencillos de confeccionar estos dobladillos. El ladeado

Para hacer un dobladillo a punto de lado, debes proceder de la siguiente manera:

1.   Una vez hayas marcado el largo de la prenda, deja 5 cm por debajo de la línea de largo, es decir, la línea donde deberá llegar la prenda.

2.   Haz un doblez en el canto de la tela de 1 cm de ancho, y plánchalo para que la línea superior del dobladillo quede bien marcada.

3.   Haz un segundo doblez a la tela, del ancho que vaya a llevar el dobladillo, según el tipo de prenda que estés confeccionando.

4.   Una vez que has doblado la tela de esta manera, prende el dobladillo con alfileres. Usa el metro para asegurarte de que no varíen las medidas del dobladillo en todo su largo.

5.   Con los alfileres puestos, vuelve a probar la prenda y, una vez quede bien (después de hacer los retoques necesarios), haz un hilván a mano para fijar el doblez.

6.   Plancha la tela de forma que los dobleces no se abran y el dobladillo quede bien marcado para coserlo.

7.   Una vez planchado, cóselo a mano. Para ello, dale unas puntadas de punto de lado que no deben notarse por el derecho de la prenda.

El punto de lado se hace cogiendo la puntada en la tela y, a continuación, en el borde del doblez. Ve dando puntaditas pequeñas de modo que sujeten bien el dobladillo y, al mismo tiempo, sean discretas (figura 10-8).

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Figura 10-8:

Dobladillo a punto de lado.

¿Cómo has visto este primer contacto con un dobladillo? Si el resultado ha sido positivo, felicidades, porque el resto de dobladillos los tendrás rápidamente dominados.

El invisible

El dobladillo de puntada invisible, también llamado de punto escondido, se cose siguiendo las mismas instrucciones del apartado anterior, pero introduce dos variaciones:

1.   Sobrehíla el filo de la tela después de recortar los bordes del bajo a la medida necesaria. Para hacerlo, puedes usar un sobrehilado normal a mano o coser el borde a punto de zigzag con la máquina.

2.   Cambia el tipo de puntada de la costura, que en lugar de ser a punto de lado será con puntadas invisibles. Este tipo de puntada se hace uniendo la cara interna del dobladillo con el revés de la falda. Para hacerlo, separa el canto superior del dobladillo y cóselo a lo largo del mismo a la prenda, pero no directamente por el canto, sino a una distancia aproximada de 1 cm (figura 10-9).

Las puntadas que des en la falda deben coger únicamente un par de hilos; es decir, no deben atravesar la tela, de manera que el hilo del dobladillo no aparezca por el derecho de la falda.

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Figura 10-9:

Costura del dobladillo a punto escondido o invisible.

advertencia.pngDebes ir dando puntadas con el hilo un poco holgado, pues si lo tensas y queda tirante, se notarán las marcas de las puntadas por el derecho de la falda.

El postizo

Como bien indica su nombre, el dobladillo postizo se hace con un añadido de tela del mismo tono o muy parecido al de la tela de la prenda. Es un recurso de lo más práctico en aquellos casos en que falta tela, como cuando los niños dan un estirón y no hay de dónde sacar más dobladillo en la prenda para alargarla. Normalmente se suele utilizar tela de forro, pero en los comercios especializados puedes encontrar tiras ya preparadas con esta función.

Estos son los pasos para su confección:

1.   Corta la tira de tela del ancho deseado. Este ancho deberá ser igual al ancho del dobladillo más 1 cm de margen de costura (½ cm a cada lado).

2.   Prepara la tira de tela marcándole a uno de los lados el ½ cm de margen de costura.

3.   Prepara el bajo de la prenda marcando también al canto de la tela su ½ cm de margen de costura.

4.   Coloca la tira sobre el derecho del bajo encarando los derechos y haz un pespunte a lo largo del ½ cm de margen de costura que habías señalado previamente.

5.   Vuelve la tira de tela hacia dentro, es decir, separando los derechos y encarando los reveses de ambas piezas unidas.

6.   Cose la parte de arriba de la tela postiza metiéndole el ½ cm de borde hacia dentro para que no se vea (figura 10-10).

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Figura 10-10:

Remate final de la tira de dobladillo postizo.

De este modo tendrás un postizo que, con una buena elección de la tela, cumplirá a la perfección su función y casi ni se notará.

El ribeteado

Como quizá sepas, el ribete es esa tira fina de tela que sustituye al sobrehilado y se coloca como remate a los cantos de las telas (sobre todo de aquellas de trama poco apretada) para que no se deshilachen.

En el fondo, este ribete como remate del canto es la única diferencia entre el dobladillo ribeteado y el resto de dobladillos. Aun así, debes tener en cuenta que:

1.   Una vez tengas cortado el dobladillo con la medida deseada, colocarás al canto cortado el ribete, que debes fijar con una costura recta a mano o a máquina.

2.   Debes fijar el ribete a la prenda con un punto escondido (figura 10-11).

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Figura 10-11:

Dobladillo ribeteado.

Si te da pereza confeccionar el ribete, lo tienes fácil, pues se puede adquirir en cualquier mercería.

El abierto

En las últimas páginas he repasado distintos tipos de dobladillos, pero hay uno sobre el que todavía no te he dicho nada: el dobladillo abierto propiamente dicho. Y no es que me haya olvidado de él, no. Lo único que pasa es que, dada su importancia, he creído conveniente cerrar con él este cajón de sastre.

Caracterizado por tener un único doblez, este dobladillo te será de gran ayuda para realizar el remate de los bordes de las faldas con pliegues. ¿Quieres saber cómo se confecciona? Pues estos son sus pasos:

1.   Remata a máquina con un punto de zigzag todo el contorno del canto cortado de la tela del bajo.

2.   Toma el dobladillo con el ancho deseado y sujétalo con un hilván.

3.   Cóselo con puntadas invisibles.

4.   Plánchalo muy bien con la plancha a vapor, para que tome la forma del pliegue.

consejo.pngEn determinados casos, y como medida para que los pliegues no se abran, una vez cosido el dobladillo puedes hacerles un pespunte por el revés, justo a ras del doblez, de arriba abajo. De esta manera no tendrás que planchar tanto los pliegues cada vez que laves la prenda y estos hayan quedado algo desdibujados o abiertos.