Figura 11-4:
a) Modelo de bolsillo francés en línea recta. b) Modelo de bolsillo francés en línea curva. c) Dar piquetes en las curvas. d) Ajustar el delantero a la cadera. e) Hilvanar los cantos superiores y laterales del fondo.
El bolsillo francés comprende tres piezas:
1. La del delantero de la prenda, donde está marcada la abertura.
2. El fondo de bolsillo, que irá por la parte interior del delantero.
3. La otra parte del fondo del bolsillo, que se unirá a la cadera.
Ese pantalón vaquero que tienes delante puede servirte también como modelo para decidir las dimensiones del bolsillo y la forma de la abertura, en este caso redondeada. En cualquier caso, si prefieres hacer un bolsillo con abertura recta no tienes más que tomar como modelo un bolsillo de esas características y seguir el proceso de confección que te detallo a continuación:
1. Copia la curva de la abertura, teniendo en cuenta que esta
debe ser exactamente igual en el delantero de la prenda y en ambos
fondos del bolsillo. Dado que el fondo del delantero lo cortarás
siguiendo la curva del delantero, puedes usar el siguiente truco:
coloca la pieza del delantero con la abertura ya cortada sobre la
de la cadera y marca la forma curva sobre esta última con un
hilván. Después no tendrás más que cortar el fondo copiando esta
curva marcada en la cadera.
No olvides que
tienes que cortar todas las piezas que integran el bolsillo con
márgenes de costura.
2. Pasa un pespunte que una el fondo de bolsillo del delantero con la pieza del delantero de la prenda. Los derechos de ambas telas deben estar encarados. Recorta los márgenes de la abertura dejando aproximadamente ½ cm de ancho y, para evitar que estos se arruguen o abulten demasiado, da algunos piquetes en las curvas (figura 11-4 c).
3. Da la vuelta al fondo del bolsillo, de modo que te quede por el interior del delantero, con los reveses encarados.
4. Sobrehíla el canto superior del fondo del bolsillo y, si quieres, pasa un pespunte de adorno por el borde de la abertura.
5. Prende la otra parte del fondo, correspondiente a la cadera, a la parte delantera con su fondo ya cosido. El hilván que has pasado para indicar la abertura del bolsillo en la pieza posterior te servirá como referencia para ajustar ambas piezas (figura 11-4 d).
No olvides
sobrehilar el canto superior de este fondo antes de
aplicarlo.
6. Prende los cantos de los fondos del bolsillo de modo que coincidan sus líneas de costura; pásales un hilván y, después, un pespunte. Así tendrás las dos piezas unidas y podrás sobrehilar juntos sus cantos.
7. Pasa un hilván y después el pespunte definitivo por los cantos superiores y laterales de los fondos que aún no están unidos al pantalón, para que queden cosidos a las piezas del delantero y de la cadera (figura 11-4 e).
Después de esto solo hace falta que acabes de rematar el trabajo planchando bien las costuras del bolsillo.
Cortados, pero bien cerrados
Dentro de la amplia gama de bolsillos hay algunos que pueden englobarse en un mismo grupo: el de los cortados. A él pertenecen bolsillos como:
1. El ribeteado.
2. El de tapeta.
3. El de cartera.
A ellos voy a referirme en lo que resta de capítulo.
El ribeteado
Como habrás deducido de su nombre, los cantos de las aberturas del bolsillo ribeteado están rematados por dos ribetes que se elaboran de la misma tela que el resto de la prenda, pero que en ocasiones pueden ser de un color diferente para dar contraste al modelo.
Aunque su confección es sencilla, presenta dos dificultades. La primera no es ninguna broma: determinar la posición exacta de los bolsillos. Ten en cuenta que este bolsillo solo se confecciona después de que la prenda se pruebe por primera vez. Cuando la persona a la que va destinada se la ponga encima una vez montada, tienes que señalar dónde quieres que vayan los bolsillos. La mejor manera de hacerlo es marcando con alfileres los extremos de los bolsillos.
El segundo obstáculo es que el pespunteado de los ribetes te quede impecable.
Antes de empezar el proceso de confección propiamente dicho, necesitarás preparar:
1. Los dos ribetes. Para ello, corta dos tiras de tela, al hilo o al bies, dos veces más anchas que el ribete terminado, más unos 2 cm para los márgenes de costura, y de largo, unos 3 cm más que la longitud de la abertura del bolsillo.
2. Dos fondos de bolsillo, uno de tela y otro de forro. Para determinar sus dimensiones, mide la longitud y la anchura que te parezcan más convenientes en la parte de la prenda a la que irá destinado el bolsillo. Ten en cuenta que los márgenes de los fondos tienen que ser de entre 1,5 y 2 cm.
3. Una tira de entretela para reforzar la abertura del bolsillo. Esta tira debe tener, de largo, el largo de la abertura del bolsillo más unos 2 cm añadidos (que irán 1 cm a cada lado de la abertura) y, de ancho, unos 3 cm más que el ancho de los ribetes ya terminados, que se repartirán 1,5 cm por encima del ribete superior y 1,5 cm por debajo del inferior.
¿Qué, tienes ya todo esto preparado? Entonces sigue estos pasos:
1. Sitúa los bolsillos en la prenda. Cuando ya sepas el lugar donde vas a colocarlos, marca con dos alfileres los extremos de cada uno y pasa un hilván entre ellos (figura 11-5 a).
2. Coloca la tira de entretela por el revés de la tela, ajustándola sobre las marcas del bolsillo de modo que te queden centradas. Si la entretela es termoadhesiva, fíjala con la plancha y, si tiene que ir cosida, hilvánala. Con un jaboncillo, marca sobre la entretela la línea de corte y sus extremos, y las líneas donde irán colocados los ribetes. Para que sepas dónde colocar estas últimas líneas, ten en cuenta que la distancia entre ellas y la línea de corte tiene que ser igual al ancho del ribete terminado (figura 11-5 b).
3. Coloca los ribetes. Para ello, prende las dos tiras de los ribetes a la tela, encarando los derechos y haciendo que los cantos de ambos ribetes se toquen en la línea de corte (figura 11-5 c).
4. Fija las tiras con un hilván.
5. Vuelve a dar la vuelta a la tela y pasa un pespunte sobre las dos líneas trazadas en la entretela que indican el ancho final del ribete; las puntadas deben ser regulares y pequeñas. Remata bien los extremos para que no se abran (figura 11-5 d). De este modo, habrás conseguido que las tiras de los ribetes queden cosidas a los bordes del bolsillo.
6. Haz el corte en la tela entre los dos pespuntes. Para ello, clava la punta de las tijeras a 1 cm del extremo de la abertura y corta con cuidado hasta llegar a 1 cm del otro extremo. Desde cada uno de los extremos del corte, haz dos cortecitos en diagonal hacia las esquinas, de modo que te queden dos pequeños triángulos. Trabaja cuidadosamente al hacer esta operación y recuerda que no debes cortar ni una sola puntada, ya que podría deshacerse todo el pespunte. Tampoco tienes que cortar las tiras de los ribetes que están en el derecho de la tela (figura 11-5 d).
7. Quita los hilvanes a los ribetes y pásalos por la abertura hacia el interior.
8. Por el revés de la tela, plancha abiertos los márgenes de las costuras de unión de los ribetes y los cantos de la abertura del bolsillo (figura 11-5 e). Si estás trabajando con telas muy finas, plancha los dos bordes hacia el ribete.
9. Haz un pequeño pliegue con uno de los ribetes de modo que cubra la mitad de la abertura del bolsillo. Haz lo mismo con el segundo ribete, de modo que toque al primero; ambos pliegues deben tener el mismo ancho (figura 11-5 f). Los dos pliegues o pestañas deben cubrir la abertura del bolsillo por completo.
Para saber si lo
has hecho bien, da la vuelta a la tela, es decir, ponla del derecho
y comprueba si los dos pliegues se tocan y tapan completamente la
abertura. Si es así, los ribetes estarán bien colocados. Pero si
todavía queda un pequeño espacio entre las pestañas, ajústalas
hasta que desaparezca.
10. Una vez estén bien colocados, hilvana los extremos superiores de los ribetes para que no se muevan y plánchalos.
Figura 11-5:
a) Pasar un hilván en la línea de corte. b) Marcar la línea de corte y las del ribete en la entretela.