Los hombres no supieron

Los hombres no supieron

que hubo hombres que escribieron para ellos.

—y esto es feo—.

Ni siquiera el Alcalde de Berceo

ha leído de Berceo.

No engañaros.

Ningún pobre de América del Norte,

ningún minero

ha leído a Walt Whitman.

Ningún compañero,

ningún campesino,

ningún obrero,

ha leído a Blas de Otero.

¡Neruda! Los esclavos de Chile

no se saben tus versos.

Y los inditos peruanos hambrientos,

no saben quién fue César Vallejo.

(De: Mujer de verso en Pecho, 1996)