Prólogo
Este libro pretende desvelar la estructura matemática que subyace en lo más hondo de la biología para mostrar las ocultas entrañas matemáticas de la vida. Esta disciplina nueva, que yo llamo metabiología, sólo tiene tres años. Queda mucho por hacer. Por ejemplo, saber qué relevancia tendrá este trabajo teórico para la biología real. Sin embargo, creo que ha llegado el momento de presentar al mundo esta nueva forma de pensar la biología.
La creación de la metabiología vino provocada por la fascinante polémica que despertó el libro The Devil’s Delusion (El delirio del diablo), en el que mi amigo David Berlinski presenta una crítica mordaz del darwinismo y una comparación demoledora de la teoría biológica con la física teórica. El presente libro es mi respuesta a David; mi tentativa para encontrar un remedio.
Demostrando a Darwin es en realidad el curso «Metabiología: la vida como un software en evolución» que impartí entre abril y junio de 2011 en la Universidad Federal de Río de Janeiro, dentro del magnífico programa de epistemología e historia de la ciencia y la tecnología que dirige mi amigo matemático-poeta Ricardo Kubrusly. No es un curso de matemáticas, sino más bien un recorrido por la filosofía e historia de las ideas sobre cómo y por qué abordar la biología desde una perspectiva matemática.
Espero que disfrute leyendo este libro tanto como he disfrutado yo impartiendo aquellas clases. El curso me hizo reparar en muchas cuestiones y al final todo encajó en su lugar.
Esta investigación está recibiendo financiación en Brasil por parte del director de COPPE/UFRJ, el profesor Luiz Pinguelli Rosa, y por parte del Programa de Profesores Visitantes Extranjeros de la CAPES de Brasilia.
Quisiera manifestar mi agradecimiento a la Universidad de Buenos Aires y al Instituto de Sistemas Complejos de Valparaíso, el cual visité con frecuencia y donde pronuncié conferencias sobre estas ideas nuevas, lo que me sirvió de gran ayuda. Muchas otras instituciones también me han invitado a hablar sobre metabiología: me siento especialmente en deuda con el profesor Ilias Kotsireas por organizar una serie de conferencias tituladas «Chaitin en Ontario»; con la Universidad de Haifa por nombrarme Conferenciante Distinguido del Instituto Rothschild de Cesarea, y con Jim Crutchfield y Jon Machta por invitarme a un encuentro en el Instituto de Santa Fe que supuso algo así como el «debut oficial» de la metabiología. La conferencia que impartí en Santa Fe constituye el capítulo 5 de Demostrando a Darwin.
Asimismo agradezco a Ana Bazzan y a Silvio Dahmen que me invitaran a visitar la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, donde impartí tres charlas sobre metabiología mientras trabajaba en este libro, lo cual me resultó muy estimulante.
Es más, la metabiología, la cual defino como una materia paralela a la biología que hace referencia a la evolución aleatoria del software artificial (programas informáticos) en lugar del software natural (ADN), nunca habría visto la luz sin mi esposa, Virginia Maria Fontes Gonçalves Chaitin. En gran medida es fruto de un esfuerzo conjunto; como un hijo en común de tres años de edad. La especialidad de Virginia es la filosofía.
Sin embargo, este libro está dedicado a John von Neumann, algo un tanto inesperado. Mientras confeccionaba la obra empecé a sentir cada vez con más intensidad que lo tenía junto a mi hombro. En breve el lector verá por qué.
Von Neumann era húngaro, pero algunas personas pensaban que en realidad era un extraterrestre que simulaba ser humano, alguien tan astuto que había estudiado a los humanos con suma atención y ¡era capaz de imitarlos bastante bien!
Las preciosas ilustraciones que abren cada capítulo proceden en su totalidad de la obra Kunstformen der Natur (Formas artísticas de la naturaleza) de Ernst Haeckel, y revelan la exuberante creatividad de la naturaleza, para cuya explicación este libro intenta ofrecer una vía. En lo más hondo, visto desde una distancia enorme, no es más que un corolario del famoso teorema de incompletitud de Kurt Gödel; se trata de un aspecto positivo de lo que quizá parezca un teorema extremadamente negativo.
La creatividad biológica y la creatividad matemática no son tan distintas. ¡Lea este libro y descubra por qué!

Universidad Federal de Rio Grande do Sul, Porto Alegre, Brasil, 29 de abril de 2011.