LIBRO DE TODAS LAS COSAS Y OTRAS MUCHAS MÁS COMPUESTO POR EL DOCTO Y EXPERIMENTADO EN TODAS MATERIAS, EL ÚNICO MAESTRO MALSABIDILLO: DIRIGIDO A LA CURIOSIDAD DE LOS ENTREMETIDOS, A LA TURBAMULTA DE LOS HABLADORES Y A LA SONSACA DE LAS VIEJECITAS

Primer tratado. Secretos espantosos y formidables, experimentados, tan ciertos y tan evidentes que no pueden faltar[353] jamás

ADVERTENCIA AL LECTOR

Curioso[354] lector, o desaliñado, que no importa más lo uno que lo otro para el efecto de mi obra: esta primera página contiene las admirables y estupendas[355] proposiciones en que podrás escoger la maravilla que quisieres obrar, mirando el número que tiene delante y buscándole en la siguiente página, donde está el modo de hacerlo. Y no te espante el prodigio que ofrece la pregunta, que todo lo hallarás fácil en viendo la respuesta.

TABLA DE PROPOSICIONES

  1. Para que anden tras ti todas las mujeres hermosas; y si fueres mujer, los hombres ricos y galanes.
  2. Para ser bien recebido donde quiera, y es infalible.
  3. Para que cualquier mujer o hombre que bien te pareciere, seas hombre o mujer, luego que te trate se muera por ti.
  4. Para que con solo haber hablado a una mujer, te siga adonde quiera que fueres.
  5. Para hacerte invisible y que aunque entres entre mucha gente, ninguno te pueda ver. Y encomiéndote, por el sumo Señor que te hizo, tan alto secreto, por el daño que puede resultar si se divulgase en ladrones, y adúlteros, y presos y enemigos.
  6. Para que hombres y mujeres te otorguen cuanto pidieres.
  7. Para ser rico y tener dineros.
  8. Para alcanzar cualquier mujer en un momento, y es certísimo.
  9. Para que no se te rompa ningún vestido que trujeres.
  10. Para que no se te vaya el halcón, aunque le sueltes, y es probado.
  11. Para no tener dolor de muelas jamás.
  12. Para no encanecer ni envejecer nunca.
  13. Para tener hijos la más estéril mujer del mundo.
  14. Para que no te hurten los sastres.
  15. Para no morirse jamás.
  16. Para no morir sin confesión.
  17. Si quieres que el caballo que tuvieres revuelva a todas manos.
  18. Para tener grandes cargos en la república.
  19. Para verte en altos puestos en breve tiempo.
  20. Para ser tenido.[356]
  21. Para no envejecer, seas mujer o hombre.
  22. Para que, aunque seas calvo, no lo puedas parecer, sin cabellera ni casquete.
  23. Para que todos los pleitos salgan en tu favor.
  24. Para que te duren poco las enfermedades.
  25. Para que no te piquen las chinches de noche.
  26. Si quieres ser bien quisto.
  27. Para no confesar en el tormento,[357] y es certísimo. No lo comuniques, por los ladrones y delincuentes.
  28. Para quitarte los grillos y las prisiones en la cárcel, por grandes que sean.

TABLA DE SOLUCIONES

  1. Ándate tú delante dellas.
  2. Da donde quiera que entrares y serás tan bien recebido que te pese.
  3. Sé el médico que la cures, y es probado, pues cada uno muere del médico que le da al tabardillo[358] o mal que le dio.
  4. Húrtala lo que tuviere y te seguirá hasta el cabo del mundo sin dejarte a sol ni a sombra.
  5. Sé entremetido, hablador, mentiroso, tramposo, miserable, y nadie te podrá ver más que al diablo.
  6. Pídeles a ellas que te quiten lo que tienes, y a ellos que no te den nada, y te lo otorgarán todo.
  7. Si los tienes, tenerlos; y si no, no desearlos, y serás rico.
  8. Aguija si anda, y corre si aguija, y vuela si corre, y la alcanzarás.
  9. Rásgale tú primero, y es cierto.
  10. Pélalo cañón a cañón, y lo verás claro.
  11. No las tengas, y es un ahorro que parece muy mal a las quijadas.
  12. Muérete cuando muchacho o recién nacido.
  13. Conciba y para, y críelos y no los suelte, y los tendrá.
  14. No hagas de vestir con ellos, y no hay otro remedio.
  15. No seas necio, que estos solos son los que se mueren; que a los desgraciados mátanlos las heridas, a los enfermos mátanlos los médicos, y los necios solos se mueren a sí mismos.
  16. Haz delitos de muerte y confiésalos, y morirás confesado.
  17. Ponle dos días con un escribano y revolverá a todas manos y aun a todo el mundo.
  18. Fuerza doncellas, hurta casadas, mata clérigos, roba iglesias; que no hay mayores cargos.
  19. Ándate de cuesta en cuesta y de cerro en cerro.
  20. Déjate agarrar y asir.
  21. Ándate al sol en verano y al sereno en invierno; no tengas paz con tus huesos; púdrete de todo[359]; come fiambre y bebe agua; no descanses de día ni de noche por andar en lo que no te va ni te viene… que como esta no es vida para llegar a viejos, conseguirás el no serlo.
  22. Ten sombrero perdurable y de por vida, y no te le quites aun para dormir; y si otro te quitare el sombrero, remítete a la cabezada y a la reverencia; y si por esto te dijeren que eres descortés, di que más vale ser descortés que calvo; y si por descortés riñeren contigo y te mataren, también vale más ser muerto que calvo, y procura morir con tu sombrero como con tu habla.
  23. No pagues al abogado, ni al procurador, ni a los oficiales, que eso es lo que se pierde siempre sin remedio, y en eso vas condenado cada día y cada hora. Y si pagando a los susodichos tienes sentencia en tu favor, tienes dinero en contra; y si tienes sentencia en contra, también. Y advierte que antes que se contesten las demandas son los pleitos sobre si mi dinero es mío o del otro; y en empezándose es sobre que no sea del otro ni mío, sino de los que nos ayudan a entrambos.
  24. Llama a tu médico cuando estás bueno y dale dineros porque no estás malo; que si tú le das dinero cuando estás malo, ¿cómo quieres que te dé una salud que no le vale nada y te quite un tabardillo que le da de comer?
  25. Acuéstate de día, y es probado.
  26. Presta y no cobres; da, convida, sufre, padece, sirve, calla, y déjate engañar.
  27. Negar cuando te preguntaren.
  28. Págaselo muy bien al alcaide, y es probado.

TRATADO DE LA ADIVINACIÓN POR QUIROMANCÍA, FISONOMÍA Y ASTRONOMÍA[360]

Señales de agua: ver llover, no tener para vino, ahogarse en ella.

Señales de sereno: catarros a la mañana, reúmas y dolor de muelas.

La luna en los Peces[361] significa que está de viernes, menguará y andarán linternas de noche.

Todas las veces que la luna está en el Toro, es cierto que entre los dos hay cuatro cuernos.[362] Saldrá el sol por la mañana.

Las lunas viejas son las que hacen las malas noches en invierno y se gastan en enseñar a gruñir los vientos, y a murmurar a los vientecicos.

Júpiter en Libra parecerá tendero: denota invierno y verano en el año.

Venus con Géminis, que es signo ungüente,[363] es señal que tiene llagas: miren por sí los boticarios.

Júpiter en el Carnero estará como hueso de muerto:[364] denota melancolía en los presos.

Saturno en Capricornio amenaza casados mollares.[365]

Mercurio en el León parecerá medio ochavo:[366] causará enfermedades si hay melones y pepinos y se bebe agua; y morirán los que enfermaren, si los curan los médicos.

La luna en la cabeza del Dragón[367] significa que el Dragón tiene cabeza.

Luna llena no cabe nada más, y es aforismo de Hermes.[368]

Eclipse solar es eclipse hidalgo:[369] promete escuridad mientras durare, y mentiras de astrólogos, creídas de necios y temidas de poderosos y ricos.

Cometa con cola, es cierto, si se llegan a ella, que se pegará. Denota muchas bocas abiertas, nueces de gaznates empinadas y ojos de puntillas para verla. Y si fuere crinita,[370] morirán sin duda aquel año todos los reyes que Dios quisiere.

Conjunción magna:[371] habrá encuentros de reyes en las barajas jugando a la carteta,[372] muchas muertes en los rosarios[373], y durarán sus efectos hasta que se rompan.

Tolomeo y Maginio y Origano.[374]

Capítulo de los agüeros

Si vas a comprar algo y al ir a pagar no hallas la bolsa adonde llevabas el dinero, es agüero malísimo y no te sucederá bien la compra.

Si vas a reñir y se te cae la espada, es mejor que no si se te cayeran las narices. Pero si riñendo se te cae y te rompen la cabeza, es mal agüero para tu salud y bueno para el cirujano y alguacil.

Si al salir de tu casa vieres volar cuervos, déjalos volar y mira tú donde pones los pies.

El martes[375] es día aciago para los que caminan a pie y para los que prenden.

Si se te derrama el salero, y no eres Mendoza,[376] véngate del agüero y cómetele en los manjares. Y si lo eres, levántate sin comer y ayuna el agüero como si fuera santo: que por eso se cumple en ellos el agüero de la sal, porque siempre sucede desgracia, pues lo es no comer.

Días aciagos y horas menguadas[377] son todos aquellos y aquellas en que topan al delincuente el aguacil, el deudor al acreedor, el tahúr al fullero, el príncipe al adulador y el mozo rico a la ramera astuta.

Tres cosas, las mejores del mundo, aborrecen sumamente tres géneros de gentes: la salud, los médicos; la paz, los soldados; la verdad, algunos escribanos y letrados.

Cómo se han de hacer las cosas y en qué días

para que te suceda bien.

Domingo: reina el sol. Es día a propósito para comer a costa ajena, y no hace mal, aunque sea algo más de lo ordinario, porque según Hipócrates y Galeno no son dañosos los ahítos de balde, y está el sol en su casa[378] y tú en la del otro.

Lunes: compra todo lo que hallares a menos precio o de balde.

Martes: toma todo lo que te dieren y no repares en cumplimientos, que es día de Marte, y si lo haces te mirará en el arrepentimiento de mal aspecto.[379]

Miércoles: pide a Dios y a ventura, que quizá toparás con alguno a quien Mercurio, tocado de la vanidad, incline a darte lo que tuviere.

Jueves: es día a propósito para no creer nada que te digan los aduladores.

Viernes: es buen día para huir del acreedor, y de la ejecución,[380] y de la embestidura meridiana[381] de los panzas al trote.

Sábado: es buen día para levantarte tarde, andar despacio, comer caliente, hablar mucho, y vestir ancho y cazar holgado, que es Saturno viejo y amigo de su comodidad, y tiene gota como sale de Acuario y no se ha enjugado.

De la fisonomía

Todo hombre que tuviere el cabello ensortijado, negro y recio, dará más que hacer a los barberos, y el que criare piojos se rascará a menudo la cabeza.

Todo hombre calvo no tendrá pelo, y si tuviere alguno no será en la calva. A estos, si son barbados, les reluce el casco y parecen sus caras cabezas con el pelo; y sus cabezas, caras sin él.

Todo hombre de frente chica y arrugada parecerá mono y será ridículo para los que le vieren.

El que tuviere la frente ancha, tendrá los ojos debajo de la frente, y vivirá todos los días de su vida; y esto es sin duda.

Quien tuviere nariz muy larga tendrá más que sonar y buen apodadero.

El de narices meñiques y romas, llamadas «nariguetas», que hay algunos que las tienen tan pequeñas que apenas se las puede hallar en la cara el mal olor, son hombres aunque parecen otra cosa, y en vida empiezan a hacer diligencias para calaveras. No son coléricos, porque por milagro se les sube el humo a las narices,[382] como no se las halla.

Boca grande de oreja a oreja, significa tarasca o alnafe[383] y mucha espuma sin freno. Y estos paran bien, porque no solo no son desbocados, pero son boca todos.

Boca pequeña y fruncida, que hace hocico de hurón y parece oído, denota escuridad en los dientes, y es como tener encías con saetera en lugar de ventana.

Boca en almíbar con humedad de balsa, que habla con perdigones y razones con zumo, ondeada de jabonaduras, con la risa nadando en salivas, más necesidad tiene de enjugador que de requiebro.

El que tiene manos muy grandes tendrá grandes dedos y diez uñas en entrambas; y el que tuviere mucha mano, privará; y muchas manos, será valiente; y por el contrario.

Ojos vivos no huelen mal, y relucen; los pequeños tienen niñas y los grandes mozas.

Ojos verdes y azules parecen pájaras y no mujeres.

Ninguna mujer que tuviere buenos ojos y buena boca y buenas manos puede ser hermosa ni dejar de ser una pantasma, porque en preciándose de ojos, tanto los duerme[384] y los arrulla y los eleva y los mece y los flecha, que no hay diablo que la pueda sufrir. Si tiene buenas manos, tanto las esgrime y las galopea por el tocado, tecleando de araña el pelo y haciendo corvetas con los dedos por lo más fragoso del moño, que amohinará los difuntos. Pues considérame la de buenos dientes, arrezagados los labios, con todas las muelas y dientes desenvainados y en puribus[385] los colmillos, muy preciada de regaño de mastín y a pique de la alma condenada, y verás cuanto mejor es un neguijón[386] fruncido, y unos ojos rezmellados,[387] y una mano de mortero,[388] contenta con ser mano, sin introducirse en revoleteos, en sonajas, en pinzas y en tarabilla[389] de bullicios.

Mujer con cara podrida como olla,[390] donde hay con hocico de puerco y carne de vaca, de todo en la escarapela[391] de facciones, más preciada de bien prendida[392] que los que están en los calabozos, dama de la cárcel, muy presumida de los alfileres,[393] pretendiendo pasar por lindeza lo bigarrado, de puro bien prendida merece que no la suelten las Pascuas.[394] Y pues todo su caudal es ser solamente bien prendida, es razón que la llamen «doña Escariote» y que sea conocida por el prendimiento, como Judas.

Mujer tarasca y delincuente de cara, muy revesada de ojos, muy gótica de narices[395], muy hética[396] de labios, muy penitente de mejillas, muy escura de encías, con dentadura de raja y frente tan angosta que el cabello sirve de cejas, si retrujere estas bellaquerías vivas en lo discreto,[397] cuando pida se le ha de dar audiencia y no joya; tenga cátedra y no amante. Alábensele las cláusulas y las dotrinas, no el talle ni el rostro; tenga lugar en las librerías[398] y no en las voluntades. Y porque conviene que con ella se gaste muy poco tiempo, queremos que en las visitas, ya que no sea oída ni vista, sea solo oída y la vista huida.

Unas viejas en duda, que se usan, que se toman de los años como del vino, y andan diciendo que la falta de dientes es corrimiento[399] y que las arrugas son herencia y las canas disgustos y los achaques pegados, y por no parecer huérfanas de la edad llaman mal de madre el que es mal de agüela, decimos que se les dé para su sustento una plaza de dueñas, que con esto serán viejas y no dejarán ser mozas a las niñas a puros chismes, y tendrán venganza, ya que no pueden remedio. Y las graduamos de mujeres de bacinica,[400] que piden para las otras.

Las mujeres que tienen las cejas en arco, y no ballesta, tendrán dos empestañas en cada ojo, y serán bien miradas si las miran bien.

En viendo un tuerto puedes juzgar por esta ciencia que le falta un ojo.

Los bizcos son tuertos en duda, que no se sabe de qué ojo lo son.

El hombre zurdo sabe poco, porque aun no sabe cuál es su mano derecha, pues la una lo es en el lugar y la otra en el oficio; es gente de mala manera, porque no hace cosa a derechas.

Hombre corcovado no le trates y júzgale por mal inclinado, pues lo anda con la corcova.

Capón, que ni es hombre ni mujer y parece entrambas cosas, es gente intratable, que ni merece ser hombre ni se atreve a ser dueña.

Quien tuviere pequeño pie es sin duda calzará menos zapato y tendrá menos zancajos que le roan los maldicientes.[401]

Pie grande, que los gallegos llaman pata, si el que le tuviere dice riñendo que meterá a otro en un zapato,[402] lo podrá cumplir sin ser valiente.

Quiromancía o arte de adivinar por las rayas de las manos,

en un capítulo breve

Todas las rayas que vieres en las manos, oh curioso lector, significan que la mano se dobla por la palma y no por arriba, y que se dobla por las junturas; y por eso están las grandes en las coyunturas y desas, como es cuero delicado, resultan las otras menudas. Y para ver que esto es así, mira que en el pescuezo y frente, caderas, corvas y codos, y sangraduras y nalgas, por donde se arruga el pellejo, y en las plantas de los pies, hay rayas. Y así había de haber, si fuera verdad, como hay quirománticos, nalguimánticos y frontimánticos y codimánticos y pescuecimánticos y piedimánticos.

PARA SABER TODAS LAS CIENCIAS Y ARTES MECÁNICAS Y LIBERALES EN UN DÍA

Si quieres saber todas las lenguas, háblalas entre los que no las entienden; y está probado.

Si escribes comedias y eres poeta, sabrás guineo[403] en volviendo las r, r, l, l, y al contrario: como Francisco, Flancisco; primo, plimo.

Si quieres saber vizcaíno, trueca las primeras personas en segundas con los verbos, y cátate vizcaíno, como Juancho, quitas leguas; buenos andas, vizcaíno, y de rato en rato su Juanguaycoa.

Morisco hablarás casi con la misma adjetivación, pronunciando muchas xx o jj, como espadahan de jierro, bojanjé, borriquela,[404] y Mondozas, mera bojanjé, y así en todo.

Francés, en diciendo bu, como niño que hace el coco, y añadiendo bon, compare, y nombrando macarelage,[405] sin descuidarte de decir la Francia, musiur y madama, está acabado.

Italiano es más fácil, pues con decir vitela; signor, si; corpo dil mondo, y saber el refrán de pian, pian si fa lontan, y pronunciando la che, ce, y la ce, che, está sabida la lengua.

Alemán y flamenco es lengua breve, pues se aprende en un brindis, gotisguen, caraos, menpiart, menestiar.[406] Y para tratar de guerra, en diciendo país, duna y dique no hay más que desear.

La arábiga no es menester más de ladrar, que es lengua de perros, y te entenderán al punto.

Griego y hebreo, como todos los que lo saben lo saben sobre su palabra, por solo que ellos dicen que le saben, dilo tú y sucederate lo mismo.

Dejo de tratar de la jerigonza y germanía, por ser cosa que puedes aprender de los mozos de mulas.

Si quieres ser famoso médico, lo primero linda mula, sortijón de esmeralda en el pulgar, guantes doblados, ropilla larga y, en verano, sombrerazo de tafetán; y en teniendo esto, aunque no hayas visto libro, curas y eres dotor. Y si andas a pie, aunque seas Galeno, eres platicante: oficio docto, que su ciencia consiste en la mula.

La ciencia es esta: dos refranes para entrar en casa: el «¿Qué tenemos?» ordinario. «¡Venga el pulso!» (inclinar el oído). «¿Ha tenido frío?». Y si él dice que sí primero, decir luego: «Se echa de ver. ¿Duró mucho?». Y aguardar que diga cuánto, y luego decir: «Bien se conoce. Cene poquito: escarolitas. Una ayuda». Y si dice que no la puede recebir, decir: «¡Pues haga por recebilla!». Recetar lamedores,[407] jarabes y purgas, para que tenga qué vender el boticario y qué padecer el enfermo. Sangrarle y echarle ventosas, y hecho esto una vez, si durare la enfermedad, tornarlo a hacer, hasta que o acabes con el enfermo o con la enfermedad. Si vive y te pagan di que llegó tu hora; y si muere di que llegó la suya. Pide orines, haz grandes meneos, míralos a lo claro, tuerce la boca. Y sobre todo advierte que traigas grande barba, porque no se usan médicos lampiños y no ganarás un cuarto si no pareces limpiadera.[408] Y a Dios y a ventura, aunque uno esté malo de sabañones, mándale luego confesar y haz devoción la ignorancia. Y para acreditarte de que visitas casas de señores, apéate en sus puertas y entra en los zaguanes y orina, y tórnate a poner a caballo; que el que te viere entrar y salir no sabe si entraste a orinar o no. Por las calles ve siempre corriendo y a deshora, porque te juzguen por médico que te llaman para enfermedades de peligro. De noche haz a tus amigos que vengan de rato en rato a llamar a tu puerta en altas voces, para que lo oiga la vecindad: «¡Al señor dotor, que lo llama el duque!». «Que está mi señora la condesa muriéndose». «Que le ha dado al señor obispo un accidente». Y con esto visitarás más casas que una demanda[409] y te verás acreditado y tendrás horca y cuchillo sobre lo mejor del mundo.

Para ser caballero o hidalgo, aunque seas judío y moro, haz mala letra, habla despacio y recio, anda a caballo, debe mucho y vete donde no te conozcan, y lo serás.

Si quieres ser letrado almendruco[410] por madurar, que hagas mal a los pleitos y tus alegaciones sepan a madera,[411] ten de memoria los títulos de los libros, dos párrafos y dos textos; y esto acomoda a todas las cosas, aunque sea sin propósito. A todas las cosas que te dijeren di que hay ley expresa que habla en propios términos. Si abogares da muchas voces y porfía, que en las leyes el que más porfía tiene, si no más razón, más razones. A todos di que tienen justicia, por desatinos que pidan. Y sabe cierto que no hay hoy disparate en el mundo tan grande que no tenga ley que lo apoye. Y mira si hay mayor disparate que no beber vino y no comer tocino y tiene la ley de Mahoma que lo abone. Si no entendieres las relaciones que te hicieren de los pleitos, di que ya estás al cabo y harto de vocear el mismo caso en la Chancillería.[412] No te olvides de la ley del reino, que está en romance; y ten en la memoria a Panormitano y a Abad.[413] Podrás alegar al «cierto jurisconsulto» y al «otro», y algún refrancico, que al fin son evangelios abreviados. Y sobre todo tendrás en tu estudio libros grandes, aunque sean de solfa o caballerías, que hagan bulto, y algunos procesos, aunque los compres de las especerías y tiendas de aceite y vinagre. Si dijeres algo por auténtico y te apretaren a decir en qué autor lo viste, di que en Carolo Molineo[414] antes que le vedaran, que por estar vedado no se podrá averiguar; o inventa un autor de Consejos, pues salen nuevos cada día. Y no te olvides de traer chinelas[415] y gorra, y capa con capilla, por quien Dios es.

Si quieres ser alquimista y hacer de las piedras, hierbas, estiércol y aguas, oro, hazte boticario o herbolario, y harás oro de todo lo que vendieres. Y guárdate de quemar metales y sacar quintas esencias, que harás del oro estiércol y no del estiércol oro.

Y si quisieres ser autor de libros de alquimia, haz lo que han hecho todos, que es fácil, escribiendo jeringonzas: «Recibe el rubio y mátale, y resucítale en el negro.[416] Item, tras el rubio toma lo de abajo y súbelo, y baja lo de arriba y júntalos, y tendrás lo de arriba». Y para que veas si tiene dificultad el hacer la piedra filosofal, advierte que lo primero que has de hacer es tomar el sol, y esto es dificultoso por estar tan lejos. Hazte mercader y harás oro de la seda; y tendero y harasle del hilo, agujas, aceite y vinagre; librero, y harás oro de papel; ropero, del paño; zapatero, del cuero y suelas; pastelero, del pan; médico, de las cámaras[417] harás oro y de la inmundicia; y barbero, y lo harás de la sangre y pelos. Y es cierto que solos los oficiales hacen hoy oro y son alquimistas, porque los demás antes lo deshacen y gastan.

Para ser toreador sin desgracia ni gasto, lo primero caballo prestado, porque el susto toque al dueño y no al toreador; entrar con un lacayo solo, que por lo menos dirán que es único de lacayo; andarse por la plaza hecho caballero antípoda del toro. Si le dijeren que cómo no hace suertes, diga que esto de suertes[418] está vedado. Mire a las ventanas, que en eso no hay riesgo. Si hubiere socorro de caballero, no se dé por entendido. En viéndole desjarretado entre pícaros y mulas, haga puntería y salga diciendo siempre: «No me quieren»; y en secreto diga: «Pagados estamos». Y con esto toreará sin toros y sin caballos.

Si quieres, aunque seas un pollo, ser respetado por valiente, anda con mareta,[419] habla duro, agobiado de espaldas, zambo de piernas, trae barba de ganchos y bigotes de guardamano,[420] y no levantes la habla de la cama sin vaharada del trago puro. Habla poco, que ya no tienen por valiente sino a los que callan. Di cuando estés vestido que estás atravesado por mil partes. Brinda en los banquetes al ánima de Pantoja y a la honra de Escamilla y Roa.[421] Sé cuerdo en las pendencias y loco en los banquetes, colérico en las paces y flemático en las veras; y de cuando en cuando achácate entre los amigos un herido o dos de los que otros mojaren.[422] Y con esto no tendrá tanta opinión como tú ningún tabardillo.

AGUJA DE NAVEGAR[423] CULTOS

Con la receta para hacer «Soledades» en un día, y es probada.

Con la ropería de viejo de anocheceres y amaneceres

y la platería de las facciones para remendar romances

desarrapados

Receta

Quien quisiere ser culto en solo un día,

la jeri (aprenderá) gonza siguiente:

fulgores, arrogar, joven, presiente,

candor, construye, métrica armonía;

poco, mucho, si no, purpuracía,

neutralidad, conculca, erige, mente,

pulsa, ostenta, librar, adolescente,

señas, traslada, pira, frustra, harpía;

cede, impide, cisuras, petulante,

palestra, liba, meta, argento, alterna,

si bien, disuelve, émulo, canoro.

Use mucho de líquido y de errante,

su poco de noturno y de caverna,

anden listos livor, adunco y poro;

que ya toda Castilla,

con sola esta cartilla,

se abrasa de poetas babilones[424]

escribiendo sonetos confusiones

y en la Mancha, pastores y gañanes,

atestados de ajos las barrigas,

hacen ya cultedades como migas.

Ejemplo hermafrodito romancelatín

Yace cláusula de perlas[425]

si no rima de clavel,

dinasta de la belleza[426]

que ya cataclismo fue,

un tugurio de piropos,

ojeriza de Zalé,[427]

poca porción que secresta

corusca favila al bien,

pórtico donde rubrica

al múrice tirio el ver

tutelar padrón del alma,

aura genitiva en él.[428]

Y después que el aprendiz de culto se ha dado por vencido y dicho que es la piedra filosofal, o el fénix, o la aurora, o el pelícano, o la carantamaula, es un romance a la boca de una mujer en toda cultedad.

Esto es más fácil que pedir prestado, pues siendo todo lo que escriben los cultos tales (no los finos),[429] anocheceres y amaneceres, con irse a la ropería[430] de los soles se hallan auroras hechas, que les vienen como nacidas a cualquier mañanita, con sus nácares y ostros,[431] leche y grana, y empañado el día en mantillas de oro; cunas rosadas y llorares de perlas y de aljófar;[432] las flores salvas, búcaros las hierbas que bebe el sol, que chupa o que las lame. Anocheceres: lutos de sombras y bayetas[433] de la noche, cadáver de oro y tumbas del ocaso en ataúd de fuego, exequias de la luz y despabilos; capuces[434] turquesados y Argos de oro;[435] mundo viudo, huérfanas estrellas; triforme diosa,[436] carros del silencio, soñolienta deidad émula a Febo.

En la platería de los cultos hay hechos cristales fugitivos para arroyos, y montes de cristal para las espumas, y campos de zafir para los mares, y margen de esmeraldas para los praditos. Para las facciones de las mujeres hay gargantas de plata bruñida, y trenzas de oro para cabellos, y labios de coral y de rubíes para jetas y hocicos, y alientos de ámbar (como pomos) para resuellos, y manos de marfil para garras, pechos de diamantes para pechos, y estrellas coruscantes[437] para ojos, y infinito nácar para mejillas. Aunque los poetas hortelanos todo esto lo hacen verduras, atestando los labios de claveles, las mejillas de rosas y azucenas, el aliento de jazmines. Otros poetas hay Charquías,[438] que todo lo hacen de nieve y de hielo, y están nevando de día y de noche, y escriben una mujer puerto, que no se puede pasar sin trineo y sin gabán y bota: manos, frente, cuello y pecho y brazos, todo es perpetua ventisca y un Moncayo.

Con esto, y con gastar mucho Calepino[439] sin qué ni para qué, serás culto, y lo que escribieres oculto, y lo que hablares lo hablarás a bulto. Y Dios tenga en el cielo el castellano, y le perdone. Y Lope de Vega a los clarísimos nos tenga de su verso,

Mientras por preservar nuestros Pegasos

del mal olor de culta jerigonza

quemamos por pastillas[440] Garcilasos.

Fin del Libro de todas las cosas y otras muchas más