INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN

Una de mis novelas está dedicada «A Ed McBain, que no a Evan Hunter». Supongo que esto resultará sorprendente para quien sepa que Ed McBain es uno de los muchos seudónimos tras los cuales se encuentra al autor de best-sellers Evan Hunter. Y, sin embargo, tiene una justificación.

En 1975 se publicó en España una de las primeras colecciones importantes de novela negra que hemos tenido (Círculo Negro, de Los Libros de La Frontera), y en ella el primer relato de Ed McBain que tuve oportunidad de leer. La novela me entusiasmó, me descubrió infinidad de nuevas posibilidades en el género negro. No tenía un personaje solo como protagonista, sino a todos los miembros de una Comisaría, la 87, de una ciudad norteamericana imaginaria pero fácilmente identificable con Nueva York. Los policías, enfrentados con el crimen, veían continuamente interferida su actuación por la aparición de nuevos trabajos y por su vida privada. La novela tenía frescura, sentido del humor, ingenio y verosimilitud. Sabía conjugar perfectamente la descripción del sórdido enfrentamiento entre la sociedad y el crimen con el enigma bien planteado, y el realismo con el final más sorprendente. Como toda buena novela negra, me dejó con ganas de leer más obras del mismo autor. Me creó adicción.

En la solapa del citado libro, se decía que Ed McBain era seudónimo de Evan Hunter, así que corrí a la librería más cercana y pedí que me dieran «todo lo que tuviesen de Evan Hunter».

Aquel verano me arrepentí de haberlo hecho. Al principio, me había encontrado ante un buen montón de best-sellers y me las había prometido felices. Leí, a trancas y barrancas, La Jungla del Asfalto, y fui derrotado por KO a la mitad del segundo libro (del que he olvidado el título). No podía creer que la misma mano hubiera escrito la novela de la Comisaría 87 y «aquello». Me dio mucho que pensar.

Y, por fin, llegué a una conclusión:

La diferencia que había entre la novela de la Comisaría 87 y cualquiera de los best-sellers salidos de la misma mano, era que la primera había sido escrita de manera visceral y los best-sellers se escriben con lógica de comerciante.

Lo que hace de la novela negra (como de cualquier género) algo que entusiasme al lector, que le cautive, que le apasione y que le arrastre, monopolizando su atención desde la primera hasta la última página es precisamente que el autor haya escrito la novela con entusiasmo y pasión, entregándose a ella en cuerpo y alma. Esa es la diferencia entre el visceral Ed McBain y el cerebral Evan Hunter.

Por lo dicho, se comprenderá que, a la hora de plantearme autores para la presente colección, uno de los primeros que me viniera a la mente fuera Ed McBain. Y la primera novela que elegí fue la que tenéis en las manos, Fuzz, «Pasma».

Esta novela, escrita en 1968, fue llevada al cine en el 72 y estrenada en España con el título de El Turbulento Distrito 87. En ella, Burt Reynolds interpretaba a Steve Carella y tendríais que haberlo visto, disfrazado de monja y persiguiendo al Sordo.

El Sordo, como veréis, es un enemigo lo suficientemente seductor como para que el autor lo hiciera reaparecer en otra novela. No dudo de que también seducirá a los lectores que, si se quedan con ganas de más Ed McBain, de más Comisaría 87 y de más Sordo, pronto podrán leer, en esta misma colección. Ojo con el Sordo.

ANDREU MARTÍN