Agradecimientos

A veces, solo a veces, los sueños se hacen realidad; y si para la consecución de dichos sueños han intervenido diversas almas, una se ve en la imperiosa —y gloriosa— obligación de mostrar su gratitud a todas y cada una de ellas.

Gracias, mil veces gracias al maravilloso equipo de Titania editorial, por su profesionalidad, su confianza, por apostar por esta soñadora sin remedio y por manejar con tanta destreza la varita mágica hacedora de sueños. Gracias especialmente a Soledad, y a Esther, mi editora, por su cercanía, su apoyo incondicional, su comprensión y su infinita paciencia. Ambas sois las perfectas hadas madrinas.

A Olalla Pons, por prestarme a Lucero y por hablarme de Pequitas. Te adoro.

A Kelly Dreams, porque hay lazos que no necesitan ser de sangre para resultar inquebrantables, y tú eres mi hermana. Gracias por mantenerme cuerda.

A mi querida Marta Fernández, gran amiga, mejor persona e increíble apoyo. Por todo, lo sabes, te adoro y te quiero siempre en mi vida. Gracias por acompañarme en la lucha.

A Silvana, Mily y Ana, os quiero y os debo mucho. Gracias por estar a mi lado, auparme cuando me caigo, reñirme cuando me rindo y quererme siempre.

A Eva María Rendón, por ser lectora emotiva, entusiasta y sensible, una amiga cariñosa y una gran persona.

A Patricia Rodríguez, por tantos momentos compartidos de risas y ánimos. Y que sean muchos más.

A Claudia Cardozo, por estar y formar parte de mi vida, ya para siempre.

A Tamara López, por ser mi amuleto en esta aventura.

A mis niñas de ultramar, Patricia Lodigiani, Leticia Aparicio, Anabel Reyes, Sandra Arredondo y Micaela González, por quedarse a mi lado y soñar.

A Miranda Kellaway, por haber reaparecido cuando más te necesitaba. En realidad, por no haberte ido nunca.

A Monserrat Suáñez, por esos mails intercambiados sobre la nobleza española del xix y los derechos legales de las hidalgas menores de edad.

A Diego y a Elizabeth, la piedra angular de mi existencia, mi ás de guía, el faro imperturbable en la tempestad. Por vosotros, todo, sin vosotros, nada.