Escena: 12
El asfalto temblaba a medida que una caravana de siete tanques de combate blindados (un tiger y seis panzer), se desplazaban por una carretera en los bosques de las Ardenas. El tiger que comandaba la caravana disminuyó la velocidad al llegar a una recta.
“General, la vía está bloqueada,” dijo el operador de radio. Todos los tripulantes cargaban audífonos.
“Detén el tanque,” ordenó Ralf al conductor.
El operador de radio se comunicó con los demás conductores.
La caravana se detuvo.
Desde la ventanilla del piloto se podía apreciar un humo negro. Dos panzer destruidos obstaculizaban la carretera a unos trescientos metros de la caravana.
Ralf abrió la cúpula y se asomó. Observó los tanques. Tomó los binoculares y exploró la zona.
La nieve cubría parcialmente la vía. A los lados se mantenía lisa; como si nadie hubiese caminado por ahí.
Ralf analizó la situación.
“Que dos panzer avancen por el flanco izquierdo y uno por el derecho.”
El operador se comunicó con la caravana.
Tres panzer rompieron filas; bordearon la carretera y se adentraron en la nieve. Avanzaron cien metros. Uno de los panzer que iba por la izquierda estalló.
Tres; cuatro; cinco segundos.
Estalló el segundo panzer.
El tanque que avanzaba por la derecha se acercó a los panzer destruidos que obstaculizaban la carretera. Los bordeó y se incorporó en la vía.
“General,” dijo el comandante de ese panzer, “hay una carretera en el bosque. Puede ser una trampa.”
“Cómo está la vía principal.”
El operador retransmitió el mensaje.
“Hay nieve pero creo que pode-”
Ralf observó una tercera explosión.
“General, los ingenieros pueden detectar la minas,” dijo el comandante de otro de los panzer.
“No tenemos tiempo. Entraremos por esa vía. Avancen,” ordenó Ralf.
El resto de la caravana bordeó la carretera por el flanco derecho.
Ralf se mantuvo alerta ante cualquier anormalidad en la nieve que pudiera sugerirle la presencia de minas.
“Detén el tanque,” ordenó Ralf al estar cerca de la desviación. Observó la carretera que se internaba en el bosque. Midió visualmente la distancia que había entre los pinos y pensó por un momento. “Que los tres panzer se adentren y estén alerta. Nosotros iremos por ese lado del bosque.”
“Sí mi General.”
Los panzer tomaron la desviación.
“Cuánto queda de combustible.”
“Para dos horas mi General.”
La tripulación aguardó la orden de Ralf.
“Los americanos pretenden emboscarnos. Se llevarán una sorpresa.” Ralf cerró la cúpula. “Adelante,” ordenó.
El tiger giró en la desviación, salió de la vía y se internó por el bosque.