[1] K. J. Winstein, «Inflated Credentials Surface in Executive Suite», The Wall Street Journal, 13 de noviembre de 2008. <<

[*] El mercado de las falsificaciones se extiende mucho más allá de Chinatown y Nueva York, desde luego. Tras cobrar impulso durante más de cuarenta años, el fenómeno es actualmente un asunto de grandes proporciones. Falsificar es ilegal en casi todas partes del mundo, aunque la severidad del castigo varía de un país a otro, igual que la opinión de la gente sobre la moralidad de comprar cosas falsificadas. (Véase Frederick Balfour, «Fakes!», Business Week, 7 de febrero de 2005). <<

[*] El rumor sobre este envío corrió por Duke como la pólvora y llegó a ser popular entre la gente que iba a la moda. <<

[*] El lector quizá se pregunte si recibir falsificaciones de regalo tendría el mismo efecto que elegir por nosotros mismos un producto falsificado. Tuvimos la misma duda y analizamos la cuestión en otro experimento. Y resultó que da igual si adquirimos un producto falso por nuestra cuenta o no; en cuanto lo tenemos, es más probable que hagamos trampa. <<

[*] Cabe preguntarse si las personas son conscientes de las consecuencias descendentes de las falsificaciones. También lo estudiamos y descubrimos que no son conscientes de estos efectos. <<