EPILOGO

Estaban frente a frente. Por primera vez y después de un mes se enfrentaban con la realidad. El la ayudó a quitarse el abrigo y dijo suavemente, con aquella suavidad que desconcertaba a Grey:

—Si quieres estar sola, pediré una alcoba contigua.

—No.

—No deseo forzarte.

—Has de quedarte —dijo, roja como la grana—. Si hoy empezamos la vida falsamente…, mañana no…

—Grey, es que yo no puedo renunciar a tu amor, y soy avaricioso. Tu frialdad será para mí como un mazazo en plena cara.

—Nos hemos casado —susurró, aturdida— para ayudarnos mutuamente. Empieza tú. Muestra tu comprensión. Tú sabes que la necesito, Gerald.

La atrajo hacia sí.

—Querida, eres tan niña…

Jamás la había besado y al buscar sus labios y hallarlos dóciles, inexpertos, sintió una intensa ternura.

Grey cerró los ojos. Sintió que algo se agitaba en su pecho, como una última rebeldía. Su deber, ¡su deber! Sí, pero, ¡qué dolorosos deberes imponía a las mujeres el matrimonio sin amor!

Estaba empezando la vida, y era dolorosa. ¿El amor? ¿Qué era el amor? ¿Aquel arrebato indoblegable que sintió por Jepp Anderson, casado con otra mujer, o la quieta armonía que sentía bajo la súbita pasión despertada en su marido?

En el vestíbulo, la gente salía y entraba, indiferente al drama que tenía lugar en la habitación número doscientos seis, del sexto piso de aquel lujoso hotel.

La vida para Grey empezaba en aquel instante, y no podía ser nada fácil. Cierto que la vida no es fácil para nadie, pero con mayor motivo para ella, porque llevaba el jirón de la renuncia a una ilusión insatisfecha.

Estaba allí, en la penumbra de la lujosa estancia, perdida en los brazos de su marido, y mientras éste la besaba apasionadamente, con ardor, ella pensaba que la vida podía ser bella, si correspondiera al amor de Gerald. ¿Y por qué no, después de todo? Era su marido y la amaba intensamente, y ella se sentía empequeñecida bajo el poder de su pasión… La vida era bella, sí; o podía serlo… Y ella iba a hacer lo que fuera…

* * *

Si deseáis saber si aquella vida fue bella para Grey, leed el segundo tomo de esta novela, titulado: «El matrimonio de Grey».

FIN