Brenda Novak

Ella creció pensando que no tenía una vena creativa. Se consideraba a sí misma una persona de ciencias, hábil para las matemáticas, y por eso estudió Empresariales. Fue cuando tenía 29 años (y tres niños) cuando descubrió que su niñera drogaba a sus hijos para que estuvieran dormidos. Brenda dejó su trabajo en un banco hipotecario y, movida por su situación económica, buscó algo para hacer en casa: decidió escribir una novela.

Brenda tardó cinco años en aprender el oficio y en terminar la novela con la que entraría en el mercado: Of noble birth, publicada en noviembre de 1999. Pero entonces descubrió que escribir le gustaba más que ninguna otra cosa. Poco después vendió tres novelas a Harlequín, la primera de las cuales, se publicó en febrero de 2000.

Ahora tiene cinco hijos, tres niñas y dos niños, e intenta conciliar su carrera de escritora con la liga de fútbol infantil, los deberes, las excursiones y llevar a sus hijos al colegio, además de intentar seguirle el ritmo a su activo marido. Afortunadamente, toda la familia está tan volcada en su trabajo: ponen sellos en las postales que envía a sus admiradoras, acuden a la firma de libros, le dan consejos sobre lo que escribe...