Mail – Bandeja de entrada
De: Alex Portago <Alexportago@yahoo.es>
Para: Owl <owlisthebest@gmail.com>
Enviado: jueves 15 de octubre de 2009 23:54
Asunto: Game Over
Hola, Owl. O mejor dicho, hola, amigo.
Es curioso: te he escrito miles de correos de todo tipo, desde chorradas a problemas muy serios de mi vida. Pero con este voy a tener un serio problema. Porque no sé cómo voy conseguir explicarte por qué he decidido quitarme la vida.
Sí, es cierto, Owl, ya puedes cerrar la boca, que seguro que la tienes abierta de par en par. Y por favor, no intentes contactar conmigo, avisar a nadie, ni armar ningún follón. Ni siquiera a mis padres, que también habrán recibido un correo, y debes darles la opción de leerlo y asimilarlo en la intimidad. Cuando tú leas esto, probablemente mucho antes que mis padres (porque sé que siempre tienes el correo abierto), hará ya bastante rato que descanso, y por lo tanto nada que hacer.
Y digo descanso porque precisamente eso es lo que necesito. Estoy agotado, no solo en el plano físico. Ya te he contado miles de veces que no he logrado ser del todo feliz en mi vida. Sí, he pasado grandes momentos; de hecho, un buen puñado han sido contigo. Pero en el fondo (y lo sabes perfectamente) siempre me ha faltado algo: un título que conseguir, un premio que ganar, una publicación rechazada. Y, sobre todo, una persona. Ya sabes quién es.
Vale, es culpa mía haberme obsesionado con Lia. Pero es la única mujer por la que he vivido. Estoy de acuerdo en lo que siempre me decías, que había otras muchas dispuestas a hacerme feliz. Pero todas tenían el mismo inconveniente: no eran ella.
Y para colmo de males, cuando aparece la que podría ser la última oportunidad de lograr estar con ella, la embarco de forma egoísta y pueril en una aventura que todos sabíamos que iba a acabar mal. De hecho, tú has estado a punto de morir por mi culpa. Pero es que ella ya no está. Y sé que es duro, pero no logro concebir mi existencia sin Lia. Sin ella en este mundo, Owl, siento como si una parte de mí hubiera dejado de existir.
Para empeorar las cosas, ya sabes lo que estoy sufriendo por culpa de esos malditos dolores de cabeza. Eso, por no hablar de las pesadillas. Sé que me insistes en que seguro que tienen arreglo, pero lo siento, amigo. Cada día, desde que comenzaron, he estado menos convencido de ello, y hoy he llegado a la conclusión de que solo hay una solución posible para todo este sufrimiento.
Cuando leas esto ya estaré descansando, Owl. Solo te pido que releas el correo un par de veces antes de empezar a maldecirme, que entiendas bien mis motivos y, sobre todo, que me perdones el hecho de no haber podido más. Me conoces de sobra y sabes que soy un luchador. Pero hasta el luchador más fuerte se encuentra con ese duro momento en que siente que las fuerzas se le han agotado.
Owl, has sido uno de mis mejores amigos, probablemente el mejor. De mi paso por el mundo no me quedo con mis logros, triunfos o el maldito dinero que he ganado con mis ideas. Me quedo con el cariño de mis padres, lo que he vivido con Lia y con las tardes que he compartido contigo, la mayoría frente a un teclado, montañas de chips y una pizza. Me gustaría que compartieras ese recuerdo conmigo, si es que dondequiera que esté puedo verlo. Sé que esto es una chorrada, y que me maldecirás, a pesar de todo. Seguro que ya habrás pensado «¡Maldito estúpido!», o algo así. Y lo más probable es que lleves razón, que no haya nada «al otro lado» y que todo sea oscuridad. Pero, en caso de que lo que hay sea como lo que había antes de nacer, entonces tampoco será tan malo, ¿no?
Pero si lo hay, Owl —o mejor dicho, Jairo—, permíteme que lo alcance. No me maldigas ni me guardes rencor. Déjame irme como quiero, con el mejor recuerdo que puedo llevarme de esta vida, ese que tanto se me ha resistido durante toda mi existencia: el de las personas a las que he querido. Y tú eres una de ellas. Probablemente, ese hermano que no llegué a tener.
Ya sabes que no me gusta decir «adiós». Pero como no sabemos lo que hay después, me consolaré con un ilusionante…
… Hasta luego, amigo. Cuídate.
Alex.