Epílogo de la autora

En esta novela hago referencia a algo llamado el Fondo de la Agencia de Información. Por muy curioso que pueda parecer, existe tal organismo. Ahora bien, sé muy poco de ese Fondo, excepto su cometido y su objetivo. Según tengo entendido, no se conoce ningún acto delictivo en relación con la actividad de administrar los valores vinculados a la Iglesia estatal noruega.

Puedo asegurar al lector que Finse 1222, el hotel donde se desarrolla esta novela, sigue ahí, tan firme como las montañas que lo rodean. Tengo la impresión de que ese curiosamente inclinado y hermoso edificio marrón quedará para la eternidad. Quiero agradecer su gran amabilidad a Merete Aarskog, Maren Skjelde y todas las demás personas de Finse 1222.

Mi saludo más caluroso a mis familiares en Bergen, que nos han convertido en amigas de Finse. Un agradecimiento especial a Hallgeir y Beate, Sara, Olemann y Philip, que con su entusiasmo y generosidad han permitido a gente costera como nosotras comprender que sin duda la vida en la montaña tiene mucho que ofrecer.

¡Al menos tal como se vive en Finse!

El Ferrocarril de Bergen, 28 de junio de 2007

ANNE HOLT