Sin saber qué hacer, los gobiernos solo esperan que escampe
Después de la reunión de Washington los gobiernos siguieron sin saber cómo actuar, qué medidas llevar a cabo. La cumbre y el documento de conclusiones solo sirvieron como una especie de autorización implícita que los gobiernos se dan entre ellos para que cada uno trate de abordar la situación como mejor pueda a través del único y mejor remedio conocido para hacer frente a estas situaciones, la expansión del gasto, pero que hasta ahora todos habían demonizado.
Eso ha permitido que los países adopten medidas de expansión presupuestaria sin ser castigados por ello y saltándose a la torera todos los principios que antes habían mantenido como sacrosantos para justificar la reducción del gasto social. Pero el problema seguirá siendo el mismo de antes de la reunión: si no se adoptan medidas urgentes sobre la actividad bancaria, de regulación más estricta de los mercados financieros y sobre la economía real, la dimensión financiera de la crisis seguirá aumentando y empeorando y la recesión de la economía real irá en aumento y se extenderá irremisiblemente.
Es verdad que la cumbre puso una parte de los problemas sobre la mesa y que a partir de ahora habrá que abordarlos ya sin remedio. Pero solo eso, porque la perspectiva desde la que señalaron que quieren hacerlo y el horizonte al que se proponen llegar es francamente limitado y frustrante.
De hecho, unos meses después, de las medidas financieras nada se sabe. Aprobaron planes de gasto para tratar de que el paro y las quiebras de empresas no sigan aumentando pero la mejor prueba de que solo con eso no se solucionan los problemas que ha creado la banca internacional y los especuladores es que siguen aumentando69.