XII
La muerte.
…
El periódico contó la noticia en grandes titulares “Policía nacional mata con el arma reglamentaria a su novia en un ataque de celos”.
La noche anterior, durante la cena, Elvira había contado sus deseos de no contraer matrimonio con Pedro, había confesado a sus padres su amor por mi. En un primer momento el padre no reaccionó bien pero las presiones tanto del hermano como de la madre de Elvira, al fin, le hicieron entrar en razón. Poco después de la cena se presentó en casa de Elvira Pedro Aguirre, algo más bebido de lo normal, excitado, colérico y agresivo. El hermano de la joven había intentado en vano frenar su entrada al comedor donde Elvira se refugiaba tras el padre. Todo fue inútil: Pedro lanzó contra la pared al hermano de Elvira y como una exhalación corrió al interior de la casa. Una vez frente a los padres de ella comenzó a gritar insultando a Elvira.
- ¡Puta! Me has dejado en ridículo... Sé que te entiendes con ese cabrón del Hospital. ¡Y sabéis, el cabrón está casado, lo sé de buena tinta su propia mujer me lo ha contado todo.! – El padre de Elvira protegía con su cuerpo el frágil cuerpo de la joven que, asustada, se refugiaba tras él. Pedro se les aproximó y dando una fuerte bofetada al padre de Elvira, lo arrojó sobre el sofá dejando el cuerpo de ella al descubierto. Sin más, sacó la pistola 9 milímetros parabelum y disparó a bocajarro sobre la mujer hasta vaciar el cargador.
Se entregó voluntariamente a la Policía, aquello supondría un atenuante: el arrepentimiento espontáneo, lo sabía bien.