Prólogo

 

 

El lector maduro, o quienes se encuentran en la juventud de la madurez (recordando la expresión de André Mourois) sonreirán con la lectura de este pequeño libro y serán, quizás, los únicos que adviertan que no todo lo narrado es ficción. El joven, por el contrario, no creerá lo que aquí se le cuente, no importa. La historia es diferente según quien la vive, o quien la cuenta.

 

Parto de un hecho incuestionable, el protagonista de esta historia, él y algunos otros, existieron realmente y la descripción de sus hazañas no les hace justicia, ellos fueron mucho más, ellos fueron auténticos héroes, héroes que, como dije, la historia ha premiado con el olvido pero que la historia al final les hará justicia.

 

Todos formaron parte de lo que se llamó “ la Centuria de Honor “, los cien hombres creadores de la FE, Falange Española.

 

Uno de ellos era mi padre.