XVI
Los yoguis no sólo adquieren por el poder de la voluntad, acoro— panado de la respiración rítmica, las cualidades y propiedades mentales deseadas, sino que también desarrollan facultades espirituales o más bien favorecen su desenvolvimiento.
La filosofía oriental enseña que el hombre posee muchas facultades por ahora latentes, pero que se desarrollarán a medida que progrese la humanidad. Enseña también que el hombre por el esfuerzo oportuno de la voluntad y en condiciones favorables, puede contribuir al desenvolvimiento de las facultades espirituales, desarrollándolas mucho más pronto que en el proceso ordinario de evolución.
Es decir: que aun en su actual estado puede el hombre desarrollar espirituales facultades de conciencia que no llegarán a ser propiedad común de la humanidad hasta que transcurran largos siglos de desenvolvimiento gradual bajo la ley de evolución.
En todos los ejercicios dirigidos a este fin la respiración rítmica juega importante papel.
Desde luego que la respiración de por sí no tiene mística virtud, a pesar de sus asombrosos resultados; pero el ritmo producido por la respiración yogui es tal, que coloca todo el organismo, incluso el cerebro, en perfecta armonía bajo un regulador perfecto y así se obtiene la condición más apropiada para el desarrollo de las facultades latentes.
En esta obra no podemos penetrar muy profundamente en la filosofía del Oriente respecto al desenvolvimiento espiritual, porque el tratado de este tema exigiría volúmenes y además es demasiado abstracto para interesar al lector circunstancial.
Hay también otras razones, de las que están muy bien enterados los ocultistas, para que por ahora no se divulgue este conocimiento.
Cada cual puede estar seguro de que cuando llegue el tiempo de dar un paso adelante, se le abrirá camino. Cuando el chela está preparado, el gurú aparece. En este capítulo daremos instrucciones para el desenvolvimiento de dos fases de conciencia espiritual, a saber:
1º La conciencia de la identidad del alma.
2º La conciencia de la relación del alma con la Vida Universal.
Los dos ejercicios que describimos más adelante son sencillos y consisten en imágenes mentales firmemente mantenidas, acompañadas de la respiración rítmica.
El estudiante no debe esperar grandes resultados al principio.
Ha de apresurarse despacio y contentarse con crecer como la flor, desde la semilla hasta rosa.
Autoconciencia del alma
El verdadero Yo no es el cuerpo, ni aun la mente del hombre, pues forman parte de su personalidad o yo inferior.
El verdadero Yo es el Ego, cuya manifestación es la individualidad. El verdadero Yo es independiente del cuerpo en que habita y tampoco depende del mecanismo mental que utiliza como un instrumento. El verdadero Yo es una gota del Divino Océano.
Es eterno e indestructible.
No puede morir suceda lo que le suceda al cuerpo.
El verdadero Yo no deja de existir.
Es el alma. No penséis que vuestra alma sea algo aparte de vosotros, porque vosotros sois el alma.
El cuerpo, cuya materia cambia incesantemente, es la parte irreal y transitoria de vosotros que abandonaréis algún día.
Podéis desarrollar las facultades de modo que seáis conscientes de la realidad del alma y de su independencia del cuerpo.
El método yogui para tal desenvolvimiento consiste en la meditación sobre el verdadero Yo o alma, acompañada de la respiración rítmica.
El siguiente ejercicio es la forma más sencilla:
Ejercicio —Colocad el cuerpo en posición reclinada y sin tensión muscular.
Respirad rítmicamente y meditad sobre el verdadero Yo, pensando en que sois una entidad independiente del cuerpo, aunque lo habitáis, y lo podéis dejar a voluntad.
Pensad que sois, no un cuerpo, sino un espíritu, y que vuestro cuerpo es sólo una envoltura útil y conveniente, pero no una parte de vuestro verdadero Yo.
Pensad que sois seres independientes, que usáis el cuerpo sólo porque os conviene usarlo.
Durante la meditación olvidad enteramente el cuerpo, y con frecuencia notaréis que llegáis a ser casi completamente inconscientes de su existencia y os parecerá estar fuera del cuerpo, al que podéis volver terminado el ejercida
Esta es la parte esencial de los métodos de la respiración meditativa yogui y quien persista en ella tendrá asombrosa percepción de la realidad del alma y de la casi independencia del cuerpo.
Con frecuencia surgirá la noción de inmortalidad con este incremento de conciencia y el individuo comenzará a dar señales de progreso espiritual que tanto él como los demás advertirán.
Pero no debe entregarse demasiado a la vida superior con desprecio de su cuerpo, porque está en el mundo físico para cumplir una misión y no debe desperdiciar la oportunidad de adquirir las experiencias necesarias para su perfeccionamiento, ni perder el respeto de su cuerpo, que es el Templo del Espíritu.
Conciencia universal
El Espíritu del hombre, o sea la manifestación superior de su alma, es una gota del Océano de Espíritu, aparentemente separada y distinta, pero sin embargo realmente en contacto con el Océano y con todas las demás gotas.
A medida que un hombre desenvuelve conciencia espiritual se hace más y más consciente de su relación con el Espíritu Universal o Mente Universal, como algunos la denominan.
Siente alguna vez como si estuviera casi en unión mental con la Mente Universal y después pierde otra vez la sensación de contacto y relación.
Los yoguis tratan de obtener el estado de conciencia universal por la meditación y la respiración rítmica, y muchos han obtenido así el máximo grado de progreso espiritual posible al hombre en esta etapa de su evolución.
El lector no necesitará por ahora las instrucciones superiores acerca del adeptado, pues mucho tiene que hacer y realizar antes de alcanzar tan adelantada etapa de evolución.
Pero convendrá iniciarle en los grados elementales de los ejercicios yoguis para el desenvolvimiento de la conciencia universal, y si tiene celo y perseverancia descubrirá métodos para progresar.
El sendero está siempre abierto para quien se halle dispuesto a recorrerlo.
El siguiente ejercido será muy útil para desarrollar la conciencia universal en quien lo practique con constancia:
Ejercido.- Colocad el cuerpo en posición reclinada y sin tensión muscular. Respirad rítmicamente y meditad sobre vuestra relación con la Mente Universal, de la que sois un átomo.
Pensad que estáis en contacto con el Todo y en unión mental con Todo. Ved Todo en Uno y vuestra alma como una parte del Uno.
Sentid que estáis recibiendo las vibraciones de la gran Mente Universal y participando de su poder, fuerza y sabiduría.
Pueden seguirse las dos líneas de meditación siguientes:
1º A cada inhalación pensad que estáis atrayendo la fuerza y el poder de la Mente Universal.
Cuando exhaléis, pensad que transmitís a otros el mismo poder, que estáis llenos de amor a todo ser viviente y deseosos de que todos participen de los mismos beneficios que actualmente recibís.
Dejad que circule por vuestro intermedio la Energía Universal.
2º Colocad la mente en estado de reverenda y meditad sobre la grandeza de la Mente Universal.
Abríos al influjo de la Sabiduría Divina, que os llenará de la sabiduría de la Iluminación, y después dejad fluir fuera de vosotros lo que habéis recibido, hada quienes deseéis ayudar.
Este ejercicio deja en quienes lo practican una sensación completamente nueva de fuerza, poder y sabiduría, y un sentimiento de exaltación y dicha espiritual.
Sólo debe practicarse de una manera seria y reverente, y no ensayarse con ligereza o falta de seriedad.
Instrucciones generales
Los ejercicios descritos en este capítulo requieren conveniente aptitud mental y adecuadas condiciones.
La persona frívola, de temperamento burlón, sin sentimiento de espiritualidad y reverenda, hará mejor en prescindir de ellos pues ningún resultado obtendrá y además sería jugar con cosas de orden superior, lo que nunca es beneficioso.
Estos ejercicios son para los pocos que pueden comprenderlos; los demás repugnarán ensayarlos.
Durante la meditación dejad que la mente se detenga sobre las ideas expuestas en el ejercicio hasta que lleguen a ser claras y gradualmente se manifiesten como conciencia real en vuestra intimidad.
La mente llegará por grados a estar en pasiva y sosegada actitud y la imagen mental se manifestará claramente.
No debéis practicar estos ejercicios con demasiada frecuencia ni permitir que la dicha experimentada os mueva a repugnar los asuntos de la vida diaria, pues son útiles y necesarios, y jamás debéis eludir una lección, por ingrata que parezca.
Que la alegría producida por el desenvolvimiento de conciencia os sostenga y fortalezca para las pruebas, sin causaros descontento y disgusto.
Todo es bueno y cada cosa tiene su lugar.
Muchos estudiantes que practican estos ejercicios desearán con el tiempo conocer algunos más. Estad seguros de que a su debido tiempo procuraremos que no busquéis en vano.
Seguid adelante con ánimo y confianza manteniendo la mirada hada el Oriente, en donde nace el Sol.
La paz sea con vosotros y con todos los hombres.
AUM