38.- Por cinco francos, cien
Un artista de variedades, en un circo parisiense, hacía al público esta seductora proposición: -Declaro ante testigos que pagaré 100 francos al que me dé cinco francos en veinte monedas; deberá haber, entre estas 20, tres clases de monedas: de 50 céntimos, de 20 céntimos y de 5 céntimos. ¡Cien francos por cinco! ¿Quién los desea? Reinó el silencio. El público quedó sumido en reflexiones. Los lápices corrían por las hojas de las libretas de notas; pero nadie aceptaba la propuesta. -Estoy viendo que el público considera que 5 francos es un precio demasiado elevado para un billete de 100 francos. Bien; estoy dispuesto a rebajar dos francos y a establecer un precio menor: 3 francos, en monedas, del valor indicado. ¡Pago 100 francos,,por 3! ¡Que se pongan en cola los que lo deseen! Pero no se formó cola. Estaba claro que el público vacilaba en aprovecharse de aquel caso extraordinario. -¿Es que 3 francos les parece también mucho? Bien, rebajo un franco más. Abonen, en las indicadas monedas, sólo 2 francos, y entregaré cien francos al que lo haga. Como nadie se mostrara dispuesto a realizar el cambio, el artista continuó: -¡Quizá no tengan ustedes dinero suelto! No se preocupen, pueden entregármelo más tarde. ¡Denme sólo escrito en un papel cuántas monedas de cada clase se comprometen a traer! Por mi parte, estoy dispuesto a pagar también cien francos a todo lector que me envíe por escrito la lista correspondiente.