Un objetivo comín

Hay que actuar. Sabiendo adónde vamos para no marear en vueltas el rumbo. Como acertadamente diagnosticó el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, el sistema en el que vivimos está gravemente enfermo. Padece «una hemorragia interna» que no se curó sometiéndolo a «trasfusiones masivas de sangre» (como se hizo con el dinero del rescate público), ni dejando al paciente obrar a su capricho. Por el contrario, al recibir un tratamiento equivocado, agrava su virulencia y es el cuerpo social quien se desangra. Los especuladores son los antisistema, el de todos. De vital trascendencia defenderse.

Poco más de una llamada bastó para que diez personas, grandes en conocimientos y humanidad, aceptaran participar en esta iniciativa que busca evidenciar lo imprescindible de oponerse activamente a un destino que no es inexorable, antes de que sea demasiado tarde. Nos une la inquietud por lo que ocurre y un espíritu de lucha que impele a «hacer algo».

Una mirada colectiva que trata de dejar las menores lagunas posibles. Distintos acentos. En mezcla premeditadamente heterodoxa. Varias generaciones. Hombres, mujeres. De distintas procedencia y trayectoria. De la economía a la ciencia, la justicia, el periodismo, la educación y la cultura; la mirada global o los movimientos sociales. Y el idéntico propósito de defender la dignidad, la democracia y el bien común. De afrontar un futuro para todos con mimbres constructivos, diferentes a los que se están tejiendo.

Agradezco a todos ellos su confianza y su colaboración. También a Pablo Álvarez, director editorial de Aguilar, por su rápida y decidida acogida al proyecto.

A Stéphane Hessel, que ha logrado indignar con su libro a millones de franceses y que nos saluda aquí como invitado de apertura.

«Somos más de los que dicen que somos» piensa el escritor Eduardo Galeano. También lo creemos. Y que es en definitiva la sociedad quien permite los atropellos. Una ciudadanía informada y responsable puede impedirlos. Gracias también a quien comparta y difunda la tarea con nosotros.

Cálida mención a Paco Altemir y a Olga Lucas, imprescindibles en la elaboración de este trabajo a pesar de que sus nombres no figuran en los contenidos.

Y en el recuerdo de José Vidal-Beneyto, cuya lucidez y entusiasmo alentaron a tantos de nosotros. Vamos en busca de respuestas a algunos de sus últimos planteamientos: «Solo una movilización popular e intelectual, insistida y de gran calado, podrá ayudarnos a acabar con tanta patraña y tantas desvergüenzas. ¿Cuándo dejaremos de tolerar tanta ignominia, cuándo pondremos fin a tanta abominación?».

Rosa María Artal

Coordinadora de Reacciona