se escribe

Soy Ingeniero Industrial, tengo 38 años y me empecé a interesar por la ciencia ficción a finales de 1954, cuando apareció Nebulae. Como todos los de aquella época, cercana en el tiempo, pero lejana en circunstancias y medios, me lancé a devorar cuanto caía en mis manos, pero ¡era tan poco y tan malo! Leí Luchadores del Espacio y me divirtió aunque no me interesó; empecé a leer Espacio y me desesperó y hartó por su falta de calidad literaria, reiteración de argumentos y afán de convertir la ciencia ficción en novelas de aventuras del oeste en las que los vaqueros van vestidos de astronautas, cabalgan sobre cohetes y llevan al cinto desintegradores. Leí entonces también algo de la colección Futuro, que tampoco me llenó. De ninguna de las tres conservo ni un solo ejemplar y quizás lamente no haberlo hecho con Luchadores, quizás por su infantilidad o porque ya la recuerdo con cierta nostalgia y comparo su «inocencia» con ciertos relatos sofisticados de nuestros días…

He leído con interés su revista y creo que, realmente, es el primer intento serio de publicar algo de verdadera categoría que se hace en lengua castellana. Al número 1 sólo le encuentro algunas pegas que, en bien de todos, merece la pena que les indique:

  1. La presentación de la revista se parece demasiado a Planète. ¿No podrían haber hecho algo distinto, original y netamente español?
  2. Los artículos pierden actualidad al transcurrir demasiado tiempo entre su redacción y publicación, o la revista se retrasa en su distribución. Por ejemplo, en la Sección «Se Dice… Premios», indican la próxima publicación de Stranger in a strange land por Géminis, cuando dicha novela ha sido ya publicada, ¡y retirada!, en el mes de enero.
  3. Falta una sección de crítica que no creo fácil montar, dado que ninguno de Uds. pueden ser imparciales al colaborar con los comités de redacción o como seleccionadores de textos (caso Domingo Santos y Luis Vigil) así como traductores en otras colecciones y editoriales.
  4. ¿Sería posible informar a los lectores de artículos o novelas aparecidos en publicaciones no especializadas?
  5. ¿Hay alguna forma de agrupar a los lectores en Círculo? ¿Se podrían organizar convenciones periódicas al igual que en otros países? Para ello ofrezco mi colaboración desinteresada y presto (a condición de que me la cuiden y devuelvan) mi colección completa.

Javier MEANA RODRÍGUEZ

(Madrid)

N. D. — Recuerde, amigo Meana, que los estilos muy logrados abren campos de inspiración y crean escuelas. Nueva Dimensión se inspiró en Planète por considerarla un indudable éxito en su presentación. Como puede Ud. ver, lo importante, el contenido, sigue una línea bien distinta.

Con referencia a las noticias e informaciones que aparecen en la revista, su finalidad es más orientativa y de archivo que informativa. Por su periodicidad Nueva Dimensión no es un diario, y al ser bimestral siempre tendrá que enfrentar problemas como el que Ud. señala.

Tampoco nosotros creemos que sea posible, ni tal vez aconsejable por el momento, realizar una sección de crítica. Claro que ustedes, los lectores, tienen en último término la palabra.

En cuanto a su cuarta pregunta, está en nuestro ánimo el intento de ofrecerles toda la información posible acerca de la ciencia ficción, pues no es otra la finalidad de las páginas últimas.

Dentro del plan general de la revista, se estudian sus sugerencias y otras muchas, que irán dando sus frutos a su debido tiempo. Algo de esto puede verlo ya en nuestro editorial de este número.

En lo que se refiere a su consulta particular sobre la adquisición de la serie Lensmen, le comunicamos que hemos remitido una nota al efecto a nuestro importador habitual de libros, del que siempre hemos recibido un excelente servicio, y el cual le remitirá directamente una oferta.

*

Durante mucho tiempo me había estado preguntando porqué en España no se editaba una revista dedicada a la ciencia ficción, incluso había estado acariciando la idea de publicar yo personalmente un fanzine… Pero la falta de contactos en el mundillo literario y por otra parte mi convicción apriorística de que en nuestro país no existía realmente un número considerable de aficionados a este género de literatura, me hicieron desistir de mis propósitos. Así pues me dediqué a coleccionar en solitario todas las publicaciones que encontraba sobre este tema, leyendo con avidez todas las novelas de ciencia ficción que caían en mis manos y lamentándome en ocasiones de la falta de algunas buenas traducciones de ciertas obras que considero clásicas en este género.

Al cabo de algunos años de búsqueda puedo enorgullecerme hoy en día de mi pequeña biblioteca, en la que se apiñan obras que van desde nuestro buen padre H. G. Wells hasta Isaac Asimov, pasando por el incomparable Olaf Stapledon, el misterioso Sarban, el poético Ray Bradbury y el tenebroso H. P. Lovecraft. Pero faltaba algo, faltaba un verdadero órgano de difusión de la fantaciencia.

Un día me llevé la primera alegría: E.D.H.A.S.A. acababa de publicar la primera Antología Española de Ciencia Ficción y, gracias a esta antología, pude comprobar que en nuestro país existían escritores de ciencia ficción comparables a los «consumados extranjeros». De este magnífico volumen me sorprendieron dos narraciones, la primera El Asfalto de Carlos Buiza, un corto relato que me agradó en extremo, pues su trama, sin apartarse de los más puros cánones de la ciencia ficción, estaba revestida de un cariz humano altamente conmovedor. El segundo relato, Sosias de P. G. M. Calín (PGarcía), me chocó, pues me hizo recordar en gran manera a los temas tratados por Fredric Brown, aunque el relato de PGarcía estaba escrito en un delicioso tono humorístico muy propio de este gran colaborador de La Codorniz.

El segundo alegrón me lo llevé la otra noche. Estaba en casa y no tenía nada a mano para leer que me apeteciera, de forma que me dirigí a las barcelonesas Ramblas en busca de una novela, pero no hallé ninguna que me pluguiera. Sin embargo encontré algo mucho mejor. Allí, en uno de esos quioscos que están abiertos toda la noche, se hallaban varios ejemplares de una nueva revista, una revista que por su formato me recordó a las francesas Plexus y Planète, y esta revista era mi sueño dorado de muchos años, el primer órgano de ciencia ficción que viera la luz en nuestro país: Nueva Dimensión. La adquirí sin dudarlo y ahora me alegro enormemente de haberlo hecho. Su revista es sencillamente antológica y exhaustivamente completa. Bien presentada, elegantemente y magníficamente impresa, y todo ello, además, a un precio reducido.

Les felicito, sinceramente les felicito, señores, por su brillante iniciativa, por su espíritu aventurero y por ser los primeros, pero unos primeros con categoría. Por todo ello ustedes merecen que Nueva Dimensión triunfe. Y no dudo que así será pues su revista es de una calidad extraordinaria.

He observado con agrado que en ella incluyen una sección en la que solicitan correspondencia, críticas, opiniones y colaboración. Esto, señores, es también de loar, pues con esta actitud ustedes abren una puerta al diálogo, un diálogo en forma epistolar con sus lectores, del cual pueden obtenerse nuevas ideas. Señores, ustedes saben lo que se llevan entre manos.

Y ahora, después de desahogar deslabazadamente todo el entusiasmo que me ha producido el nacimiento literario de Nueva Dimensión, y puesto que ustedes piden opiniones, ahí van unas cuantas, fruto de la lectura atenta de su revista.

He leído en su sección «se dice» un artículo dedicado al comic en el que se habla con acierto de Flash Gordon, Lone Sloane, Barbarella, Jodelle. Dejando aparte a todos esos héroes (incluido Aníbal 5, personaje que acabo de conocer gracias a D. Luis Gasca), me permito recordar que hemos tenido en España un personaje fuera de serie. Me refiero a Diego Valor, y puesto que observo que uno de los padres de este héroe, Adolfo Buylla, está en su equipo de colaboradores, me permito lanzar sobre el tapete esta opinión. Si Nueva Dimensión va a ser el órgano de difusión de la fantasía científica en nuestro país, ¿por qué no dedicarle unas páginas al único héroe del espacio genuinamente español? Podrían resumirse los guiones de H. Jarber para que fueran nuevamente dibujados por Adolfo Buylla y, de esta forma, su revista contaría con una sección de comic auténticamente española.

Con respecto al relato de Ray Bradbury aparecido en el número 1 de Nueva Dimensión, me pregunto por qué no hacen constar que «El Peatón» pertenece al conjunto de novelas publicadas bajo el título genérico de The Golden Apples of the Sun (Las doradas manzanas del sol).

También he observado que publicarán unos relatos cortos de Angélica Gorodischer y me alegra saber que podré leer algo nuevo de esta magnífica escritora argentina, autora de la interesante novela Opus Dos, por otra parte galardonada con el premio Club del Orden de 1965. Me permito recomendarles que se hagan con algún relato de Alberto Vanasco o Eduardo Goligorsky, ambos también argentinos y autores de una deliciosa colección de relatos cortos, titulados Memorias del Futuro.

Y por último brindarme, si cabe la posibilidad, como espontáneo colaborador, puesto que no he tenido la dicha de conocer antes a esta «secta esotérica» que constituyen los amantes de la ciencia ficción y del realismo fantástico, aunque me encantaría integrarme a esta falange de escritores, dibujantes y artistas que militan en tan duro campo, para que no nos pasara en un futuro próximo lo que predijera Bradbury en Usher 2.

Jaime ROSAL DEL CASTILLO

(Barcelona)

N. D. — Amigo Rosal, creemos que su extensa carta merece también una extensa respuesta.

Desde hace tiempo estamos en contacto con Adolfo Buylla con el fin de realizar lo que usted nos propone en su carta, en la forma de un homenaje al héroe juvenil de muchos de nosotros, con la inclusión de una aventura inédita actual del mismo. La única dificultad hasta el presente es que Diego Valor es un personaje propiedad de la empresa editora que lo creó, y necesitamos antes su autorización. No obstante, las cosas se van resolviendo, y nuestro «homenaje a Diego Valor» no tardará muchos números en ver la luz.

Tenga en cuenta que la mayor parte de los relatos cortos americanos suelen publicarse originalmente en periódicos y revistas, y sólo más tarde son reunidos varios de ellos para formar un volumen. The Golden Apples of the Sun es una recopilación de relatos de Ray Bradbury de muy diverso origen, y así «El peatón» apareció primeramente en una revista no profesional, para ser reproducido más tarde por el «Magazine of Fantasy and Science Fiction», (de donde lo tomamos nosotros), mucho antes de formar parte del volumen citado.

Seguramente le alegrará saber que en el número 4 publicaremos un magnífico relato de Eduardo Goligorsky, de quien ha aparecido recientemente un nuevo volumen, escrito también en colaboración con Vanasco: «Adiós al mañana». Nuestro deseo es que la ciencia ficción sudamericana esté representada lo más completamente posible en nuestras páginas, por lo que invitamos desde aquí a los autores de los países hermanos a que nos remitan sus originales.

Al igual que, por supuesto, recibiremos con los brazos abiertos cualquier material que se nos remita en régimen de colaboración, con sólo dos condiciones inexcusables: que esté orientado a la ciencia ficción, y que tenga calidad. Adelante, amigo Rosal.

*

Después de leído el primer número que con tanto interés esperaba, resumo mi opinión:

He leído dos veces las «hojas verdes» y el artículo de Vigil: «Un mundo paralelo: el fandom». Voy leyendo poco a poco el resto de la revista, o sea, los cuentos…

Lo mismo les ha ocurrido a mis dos amigos a quienes he dejado la revista. Resumiendo: me gustaría que más de la mitad de la revista fueran «hojas verdes». Pido más ilustraciones. Todos sabemos que estamos en el mundo de la imagen. Me parece estupenda la presentación en general, la calidad del papel, etc. Lamento que no sea mensual su aparición.

Antonio ACHUCARRA

(Cádiz)

N. D. — Lo que usted quiere, Sr. Achucarra, es producimos una crisis nerviosa. Nuestro colaborador dedicado a la caza de noticias ha ido encaneciendo y ya posee una colección de «tics» nerviosos, por lo que realmente no nos atrevemos a transmitirle sus deseos.

En cuanto a la mensualidad de la aparición, tratándose de una revista tan especializada, y con sus características cualitativas y de precio, aún nos parece demasiado pronto para pensar en una posibilidad de aumento en la frecuencia de aparición. Más tarde, ¿quién sabe…?

*

¡Verdaderamente buena, espléndida Nueva Dimensión! ¡Excelente! Aunque se parece a Planète, el contenido es cien veces mejor.

Os saludo con afecto, y mis mejores deseos a Nueva Dimensión.

Riccardo LEVEGHI Trento

(Italia)

N. D. — Nuestros colaboradores, a la recepción de su ejemplar de la revista, se siguen asombrando…

*

Lector y ya fan de Nueva Dimensión, os escribo para comenzar una pequeña colaboración o participación en la tarea colectiva.

En la sección «se dice» y en el apartado «comics» se notifica la aparición de un volumen de Flash Gordon, editado por Nostalgia Press. ¿De qué modo me sería posible hacerme con el citado volumen? Os agradecería la información.

Asimismo en la sección «se piensa», en el artículo de Luis Gasca sobre el «Cyborg» Aníbal 5, tan interesante, el autor nos pone los dientes largos y nos quedamos con las ganas de echar un buen vistazo a los cinco Aníbales aparecidos; ¿acaso sería posible el conseguirlos? Espero vuestras noticias al respecto. Gracias.

Luis CONDE MARTÍN

(Madrid)

N. D. — Respecto al volumen de Flash Gordon le damos idéntica contestación que al Sr. Meana, y aprovechamos la ocasión para comunicar a todos nuestros lectores que si desean algún libro de ciencia ficción extranjero difícil de conseguir o que no se halla habitualmente a la venta en nuestras librerías pueden remitirnos una nota, que nosotros transmitiremos gustosamente al importador citado.

Por lo que se refiere a Aníbal 5, lamentamos decirle que ni nosotros mismos disponemos de él. En su mismo país de origen, Méjico, está agotado y es imposible encontrarlo.

Lo sentimos tanto como Ud.

*

He sido objeto de un bombardeo constante por parte de uno de los colaboradores de la revista que, con la ilusión propia, ha intentado hacerme ver la bondad de la misma. Debo confesar que el primer número lo adquirí con cierta indiferencia, aunque gustosa de complacerle. Los primeros días tuve el número 1 en mi casa, allí, encima de una biblioteca en mi habitación (su portada combinaba muy bien con el mueble). Una semana después empecé a pensar que no estaría de más hojearla y que hasta podría resultar entretenida. Cuesta aficionarse a un género literario al que inexplicablemente he sido reacia siempre.

Y así fue que se me presentó la ocasión de distraer mis ocios con la revista Nueva Dimensión. La cogí y la miré despacio porque mi sentido de crítica escrupulosa me obliga a mirar primero el buen acabado de las portadas y he de decir que a primera vista me satisfizo plenamente.

Poco a poco empecé su lectura y, sin darme cuenta, leí con ansiedad el contenido de la misma, y a la mitad de ella ya estaba pensando que realmente había que administrarla pues de lo contrario y siendo bimestral su aparición me quedaría un mes sin ciencia ficción…

María del Carmen ALÁS BORBÓN

(Barcelona)

N. D. — Nos alegra que la primera lectora femenina de nuestra revista que nos escribe posea un espíritu crítico tan desarrollado. Francamente, nos gustaría saber más de las lectoras de Nueva Dimensión, pues, al contrario de la opinión generalizada, creemos que el «bello sexo» es también aficionado a nuestra literatura y que, si quisiera, podría darnos su visión especial de la misma.